II

-¿Por que mataría a mi hermana pequeña? -Aoi dijo con una sonrisa divertida.

-¿¡E-Eh!? -Koemi gritó abriendo los ojos como platos.- ¿p-pero qué dices?

-por favor, ¿en serio crees que nuestra madre murió dándote a luz?-levantó una ceja.

-Vale, ya alucinas, me marcho. -Koemi estaba en shock y echó a correr trepando por los árboles y la ángel caído rodó los ojos echando el vuelo a por ella y Katakuri fue tras ellas.

Con gran velocidad Aoi se puso delante suyo.

-¿No me crees? ¿o aún piensas que te quiero matar?

Koemi se tropezó por la velocidad que llevaba cayendo al suelo, pero el lobo negro saltó agarrándola, haciendo que Koemi cayera encima de su lomo.

-¿N-Nanie? -Koemi se sorprendió.

-Hombre, el lobo más temido de todos, señorito Katakuri.

-¿Cómo sabes que soy yo? -gruñó provocando que Koemi se levantara rápidamente de él y cayera al suelo deslizándose hasta chocar contra un árbol con su espalda temorizada de tener en su cara a un demonio y a Katakuri, este último, tenía muchas historias, y ninguna de ellas muy bonitas.

-Nadie más tiene esos tatuajes. Pero bueno, quita anda. Koemi si quieres saber más cosas de nuestra madre o sobre tí te espero esta noche a las 21:00 en la cascada.-salió volando.

-¿E-Eh? -Aoi les dejó a solas y a Koemi en shock.- t-tú… -tembló de miedo al verle caminar en forma lobo con sus grandes dientes hacia ella.- n-no me hagas daño… d-d-dicen q-que quienes… l-l-lo ven… N-n-no regresan para c-contarlo… -Koemi tenía esta vez su daga en mano.

-Oye no te voy a hacer daño.-se transformó en su forma humana.-Te lo prometo.

Koemi se le quedó mirando y se sorprendió al ver a un hombre alto, fuerte y apuesto con una gran bufanda tapando su rostro y con una chaqueta de cuero, pantalones iguales con adornos de pinchos  y unas botas de vaquero.

-¿P-P-Por qué? ¿L-le doy pena? -Koemi se levantó con ambas manos en su daga sin fiarse de aquellas palabras.- E-Elfos y-y lobos… s-son enemigos… -ella nunca solía tener miedo, pero estar delante del… Alfa de todos por así decirlo, daba cague.

-No claro que no, solo que no quiero que nada le pase a la futura reina y no quiero que nadie implique a mi reino, nada más. ¿Se encuentra bien?

-¿Implicar a su reino? -Koemi aceptó con algo de miedo la mano de aquel hombre y se sorprendió su firmeza y se levantó.- s-si… Estoy bien… en shock… la verdad, que venga un ángel caído que no conoces de nada y te diga que es tu hermana pues… no es normal y ya menos si te encuentras al lobo más temido del mundo. -rió con nervios.- ufff…

-perdona en serio pero cuando te vi caer pues no me quise quedar de brazos cruzados. No soy tan malo.

Koemi asintió y aún seguían dados de la mano, cosa que Koemi se sonrojó y apartó su mano.

-M-Muchas gracias… no debió de hacer aquello, pero… Gracias… si me disculpa me iré a casa… -Koemi se iba a ir pero la voz del Alfa la detuvo.

-¿Irás al lago a las 21:00? -dijo serio, como si no se fiara de aquella chica con alas.

-N-No lo sé…-Koemi murmuró girándose.- No lo sé. -dijo más claro y echó después a correr haciendo que Katakuri encogiera los hombros y se volviera lobo yendo a su hogar.

-Aquella pequeña criatura será tú futura mujer, toda una elfa, ¿como no conseguir más poder aliándose con nuestro enemigo?

Aquellas palabras resonaban en la cabeza del hombre lobo, todos esos años la había visto crecer, pero no sentía nada. Iba a ser un matrimonio horrible para ambos.

Aquella misma noche Aoi esperaba en el lago flotando y se sorprendió al notar a alguien detrás

-¿Qué haces aquí vampirito?-le vio de reojo.

-Pasear. ¿Y tú? ¿Qué haces aquí? ¿Me espías?

Aoi iba a contestar pero se escucharon los sonidos de unos arbustos dejando ver una silueta con una capa con capucha.

-¿A-Aoi? -la figura se bajó la capa dejando ver a Koemi, Ichiji al verla no tardó en posarse a su lado respirando su cuello agarrándola de la cintura.

-Mmm… Sangre élfica… más especial de una chica de sangre azul… -Ichiji sonrió en su cuello lamiéndolo haciendo estremecer a la princesa, enfadando a Aoi y a Katakuri, quien había acudido desde las sombras por si Aoi la hacía daño.

-vampirito ahora no tengo tiempo para ti.-tiró de su oreja alejándole de Koemi y le pegó una patada que lo mandó tres mesetas más lejos.-Que momentos elige para devolverme las putadas.-bufo molesta.

Koemi estaba asombrada de la fuerza del ángel.

-E-Eto… ¿q-qué sabes de madrei? ¿Que yo no sepa? -Koemi se quitó la capa para ponérsela en sus hombros y no pasar frío sentándose en el césped.

-Nuestra madre...era un ángel, no se que era muy buena, literal, era un ángel.

-Entonces… ¿soy ángel? Si lo soy… no podría reinar… no soy del todo sangre elfa. -dijo como asustada pero luego sonrió.- ¡Claro! ¡No seré reina!¡Yujuuuu! ¡Seré libre Aoi! -dijo alegre golpeando el agua con su pie.

-Si me dejaras terminar… -dijo borde Aoi.- pero tú ha salido a tú padre, si fueses un híbrido, tendrías alas o cicatrices o un ala… o algo de un ángel, pero no lo tienes. Así que, eres totalmente elfa.

-Mi gozo en el pozo mágico… -murmuró Koemi.- mierda… -se volvió a sentar.

-Sin embargo yo soy híbrida, más ángel que elfo, mira, mis orejas son, entre normales y elfas, pero no llegan a ser élficas, pero tengo más de ángel.-suspiro.-Es decir tu padre también es mi padre pero jamás reconoceré que lo es. Le odio, le odio mucho.

-Vaya… bueno, técnicamente sería tu padrastro. -Koemi rió nerviosa.- yo le quiero… que a veces le odio pero… no sabía que mi propio padre se cargara a nuestra madre… No… Espera, ¿entonces nuestros padres eran los mismos? Wow… que cosas… -rió nerviosa y se creó un ambiente tenso.- ¿Y sobre mí? ¿Qué sabes?

-Poco. Tu padre nos separó. Solo estuve contigo dos años. Soy mayor que tú por diez años.-cosa que en la vida de un ser mitológico era como decir menos de 1 en la humana.-Cuando mató a mamá se deshizo de mi también abandonandome al final de este bosque.-se sentó en el suelo abrazándose las piernas.

-Aoi… Yo… no lo sabía… Estos casi mil años he estado amando a alguien que no me amaba… Dios… Que asco… Niñita de papá… eso es lo que se cree él. -Koemi apretó los puños y se acercó a su hermana acariciando sus alas, cosa que le sorprendió y como muestra de cariño, abrió sus alas abrazando a Koemi con estas haciendo que apoyara su cabeza en su hombro.- y… por algún casual, ¿no sabrás por qué ese hijo de puta mató a nuestra madre y me quiere hacer elegir esposo el mismo día de mi cumpleaños?

-Yo que sé. Me desentendí de él hace más de 500 años.-miraba el agua.-¿Como están Nami y el resto?

-¡¿Cómo sabes de ellos!? ¡¿Me has estado espiando!? -Koemi se sorprendió pero se relajó.- ellos siempre están bien… -sonrió abrazándose las piernas.

Katakuri al ver que iba para rato, en forma de lobo, se tumbó en el suelo observándolas.

-Nos conocimos de niños. Eran majos y fueron los únicos que me aceptaron cuando llegue aquí. No los he vuelto a ver desde entonces.

-¿Y eso? ¿Os distanciasteis? ¿Por qué? Si érais buenos amigos… -Koemi estaba confusa.

-Por dos motivos. Uno, si pisaba un pie en la aldea me matarían, era una niña pequeña. Lo único que entendía era que mi madre había muerto y que sólo era un demonio. Dos, todo el mundo huye y siempre huirá de mi, solo soy un monstruo.

-No te voy a decir que no, yo huí de tí, pero por que era extraño ver que te dicen que eres su hermana cuando no la conoces de nada, y más tú, que das yuyu. -rió Koemi mientras Aoi agachaba la cabeza..- pero… tranquila… no te preocupes, aunque no puedas pisar la aldea, cuando quieras, vuelas a mi ventana y te invito a mi cuarto. -Koemi la abrazó fuerte.

La joven demonio se enterneció por primera vez en años y ambas charlaron y rieron tranquilamente, ya, sobre la una de la mañana, la elfa cayó dormida junto con su hermana, ambas juntas. Katakuri aprovechó y en humano, cargó a la elfa dejando al ángel caído allí.

-Que bonito, un caballero abandonando a una dama. -Aoi había despertado al sentir como Koemi se retiraba de ella.- ¿a dónde demonios te la llevas lobo? -dijo seria.

-A su casa. Ella no debería estar contigo.

-¿Y con su enemigo natural si?-la joven se cruzó de brazos.-Solo...dale un beso en la mejilla de mi parte.-alzó el vuelo alejándose del bosque.

Cuando se alejó lo suficiente aterrizó al final del bosque. El lugar donde la abandonaron se había convertido en su hogar. A paso lento tocó la puerta que había fabricado ella misma en el gran y marchito árbol que había delante suyo.

-Oh vaya, la demonito está algo cabizbaja

-Vete un rato a la mierda Ichiji -entró cabizbaja.

El pelirrojo se sorprendió. Nunca le llamaba por su nombre.

-”Solo… Dale un beso en la mejilla de mi parte” -Ichiji la imitó.- conmovedor…

Aoi no dijo nada. Solo se sentó en el sillón de la sala de estar encogida abrazándose las piernas mirando a la chimenea encendida.

-¿Acaso crees que un monstruo sin corazón como Katakuri va a darle un beso a una elfa mimada por parte de su hermana demonio? Sueñas con cosas imposibles. -Ichiji bufó.

-Nunca es malo soñar, ¿Tu no tienes algún sueño irreal?-sabía que le tenía detrás suyo.

-Pues… no. -Ichiji acariciaba el cuello de la joven.- hasta que nos empezamos a hablar, y… ¿sabes cuál es mi sueño? -Ichiji sonrió peligrosamente susurrando en la nuca de la chica.

-Chuparme la sangre, lo sé.-se encogió de hombros sin brillo en sus ojos. Habían desaparecido por completo.

-Mmm… chica lista… jamás he probado sangre demoniaca, ¿a qué sabrás? ¿A amargua? ¿Soledad? ¿Traición? ¿Depresión? Sin embargo, tu hermana es más dulce. -se relamió los labios pasando su lengua.- sabrá a alegría, amor, felicidad, confianza, cosas que tú jamás has tenido, ni tendrás, por qué como tú misma lo has dicho. -Ichiji cogió la oreja de Aoi.- todos huyen ante un monstruo como tú.

Una lágrima de sangre resbaló por la mejilla de la oji-azul.

-Es verdad…-susurró con la voz rota.-Estoy destinada a estar sola…

-¿Ves? Ambos estamos destinados a matar, ha hacer sufrir aquellos que nos han hecho daño, a aquellos que descienden de ellos… ese han sido los roles de los demonios y vampiros, aunque sean enemigos… Así que… ¿Me ayudarás a eliminar a los Charlottes y a los Tsukino? Si lo haces, seremos poderosos, y, serás parte de nuestra familia. Piénsalo… -lamió el cuello de Aoi.

-Jamás le haría daño a mi hermana, olvídate de que te ayude. A diferencia de ti…-le miró con las mejillas manchadas de lágrimas.-Yo no estoy podrida por dentro. Cierra la puerta cuando te vayas.

-Vaya… así que, vas a proteger a esa hermana, que no sabes nada de ella, y… ¿Quién no te dice que tu papaito, ese al que tanto amas, la ha educado como él quiere? ¿Que sea mala chica? Que no ame a los suyos sino que busque lo mejor para ella y… lo tape con su carácter dulce y tierno que engaña a cualquiera? -Ichiji acarició las lágrimas de sangre con sus dedos para llevárselos a su boca lamiéndolos y saboreándolos.

-Los vampiros se convierten en murciélagos, los hombres lobo en lobos, los elfos tienen un don con la naturaleza, las sirenas pueden respirar bajo el mar al igual que los kappas, el don de un ángel caído es ver el alma de las personas. Por eso somos los jueces que deciden quién va a la vida inmortal y quien pasa a una vida mejor.

-Vaya… la niñita a hecho sus deberes, yo no me fiaría… a veces, las apariencias engañan, con un simple hecho, pueden cambiar a una persona por completo, yo que tú, tendría mucho cuidado…

Ichiji se marchó de allí riendo y dejando al ángel caído sola en su hogar.

Desde aquél día, la elfa esperaba noche tras noche para ver a su hermana, como se prometieron, pero no fue así, veía a Katakuri noche tras noche en vez de a su hermana.

-Ohe… Katakuri-san… -Koemi estaba sentada en la ventana con su camisón de pijama cual princesa elfa.- ¿por qué ya no he vuelto a ver a Aoi? ¿Acaso no me quiere? ¿Acaso me odia? -miraba a la luna llena y Katakuri, quien estaba dentro del cuarto dejó la foto de ella y su padre en su escritorio y se giró a ver a la princesa. Quedaban unos tres días para su coronación. Y la pobre Koemi no sabía que a quien veía cada noche, iba a ser su futuro marido quien odiaría como ella decía.

-Tiene miedo, no quiere venir a esta aldea de nuevo. Teme que le pase a vuestra madre le pase a ella o peor aún, a ti.-se sentó en la cama.-Había oído hablar que un ángel se conviertio en ángel caído, nunca pensé que fuera cierto hasta que la vi.

-Pues sí… -suspiró la joven mirando al hombre lobo.- me da rabia… por que, ya que sé la verdad, no puedo estar con mi hermana… padre ya no me deja salir tras saber que me escapé de palacio saltando todas las guardias. -rió mirándole dulcemente.- no me has contado jamás de tí. Ya que… en unos días estaré casada… me gustaría saber algo sobre el mejor lobo de todos, que es una gran amigo. -sonrió.- jamás pensé que un lobo y una elfa se pudieran llevar bien, ¿usted que cree Katakuri-san? -sonrió tiernamente.

-Creo que eso de los enemigos son patrañas que inventaron para no mezclar razas. No veo nada de malo en tener amistad con otra raza. Pero supongo que la gente vive todavía en el siglo anterior o diez siglos más atrás.-rio levemente.-Si quieres te llevaré a ver a tu hermana. Sé dónde vive.

-¡Claro! Mientras me dices algo de tu vida y tus sueños o algo. -rió.- ¿tienes ya a tu lobita? -rió Koemi yendo a cambiarse provocando que Katakuri se sonrojara.- o… ¿el por qué de tu bufanda?

-nací con una maldición. Da igual si estoy transformado en lobo o no, los colmillos siempre me acompañan. Soy un monstruo.-se llevó una mano a la bufanda.-Y no, nunca podré elegir loba.

-¿Y eso es una maldición? ?por qué? ?y por qué no puedes elegir a tu amor!? Halaaaa. -Koemi se indignó y salió vestida.

-Nadie se querría casar con esto.-se bajó la bufanda.-En mi manada soy considerado un monstruo y en cualquier lugar también lo sería considerado. Me gustaría ser como tu hermana, vivir lejos, solo, apartado de todo el mundo. Menos mal que tengo a una buena amiga que me quita esas ideas de la cabeza.-le sonrío levemente a Koemi.

-D-Demo… A-A mi me gustan… -se sonrojó ocultándolo con su pelo.- s-son como si estuvieras en lobo… cuando te quedas a veces a dormir… y me das calor en lobo y te uso como almohada -rió y se acercó a él con algo de miedo.- ¿p-puedo? -quería tocarlos.

-C-claro.-se sonrojó levemente por la cercanía.

Koemi y Kata estaban sonrojados a más no poder, a Koemi se la notaba más que a Katakuri, ya que este último se lo tapaba algo de las bufanda.

-W-Wow… molan… -sonrió Koemi.- es decir, ¿eres el mejor, eres el puto Alfa y en tu manada te detestan por tus colmillos? Manada de hipócritas… -murmuró Koemi.- quiero disfrutar al máximo nuestro tiempo juntos antes de que me he de casar con algún subnormal baboso…

-S-si, claro. Aprovechemos.-sonrió levemente.-Gracias por no odiarme…

-¿Por qué le iba a odiar? -sonrió acariciando sus cicatrices.- usted me ha estado cuidando por si me pasaba algo, que no entiendo del todo por qué lo hace pero… es todo un detalle.

-Es tarde... deberías ir a dormir.-vio como bostezaba.

-Pero… ¿no íbamos a ver a Aoi? -se sobó los ojos la más pequeña de los dos.

-Cuando lleguemos habrás caído dormida. Mañana la vemos ¿si?-se transformó en lobo.

-¿Te vas? ¿Tú madre te ha mandado una misión o te quedas a dormir? Tú madre no te dirá nada de por qué faltas tanto, ¿no?

-Tranquila, me quedo.-le sonrío.-Mañana me iré al amanecer y nadie se habrá enterado.

Koemi agachó la cabeza algo triste.

-Llegará el día… En el que, al despertar, al amanecer, me tope con el rostro de… mi marido. -escupió aquella palabra con odio apretando los puños.- Katakuri-san, quiero casarme con quien yo quiera… no con aquello que mi padre me da a eleige…

Katakuri en el fondo sabía que cuando se enterara que su padre le eligió a él como su marido ella le iba a odiar.

-T-tal vez no sea un capullo...igual tienes suerte...mejor no pensemos en eso antes de tiempo. Buenas noches Koemi.-le lamió la mejilla.

Koemi se sonrojó por aquella acción y se llevó una mano a la mejilla lamida.

-O-Oyasumi… -dijo Koemi avergonzada.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top