Jimin levantó la cabeza apenas, sus ojos oscuros clavándose en la figura de la mujer. Su rostro era inexpresivo, pero Woozi pudo ver el brillo de la rabia y el dolor que intentaba ocultar. 

Con esas palabras, ambos salieron, dejando atrás un silencio insoportable. 

Woozi miró a su padre Jimin, quien parecía más pequeño que nunca en ese momento. Quería decir algo, cualquier cosa, pero no sabía cómo aliviar el dolor que veía en sus ojos. 

—Papá… yo no quería ser malo. —En cambio, simplemente bajó la cabeza y murmuró.

Jimin dejó escapar un suspiro tembloroso antes de acercarse y abrazarlo con fuerza, como si ese gesto pudiera mantenerlo entero por un día más. Luego de un rato miro a su hijo dormir había querido irse muchas veces con su hijo, pero no tenía dinero, sus padres luego de su embarazo le dieron la espalda y Yoongi con las amenazas que le hacía con quitarle a Woozi lo mantenía prisionero.

El tiempo pasaba lento como algunas estaciones de los años y Woozi comenzó a generar odio a sí padre Yoongi, antes se esforzaba por ser el hijo de oro, pero ahora no le importaba se metía en peleas.

—Qué sea la última puta vez que me sacan de una reunión por tu culpa. —dijo Yoongi molesto.

—No sabía que coger con tu amante era reunión. —mencionó Woozi.

El sonido de la bofetada resonó en la sala, cortando el aire como un látigo. Woozi giró el rostro por la fuerza del golpe, pero no mostró señales de dolor. En lugar de eso, se limpió la comisura del labio donde un pequeño hilo de sangre comenzaba a formarse y levantó la mirada desafiante hacia Yoongi. 

—¿Eso te hace sentir mejor, papá? —preguntó con una sonrisa amarga, sus ojos llenos de rabia y resentimiento acumulados durante años. 

—No tienes idea de lo que estás diciendo. —Yoongi lo miró, su mandíbula apretada, intentando mantener el control. —No tienes derecho a hablarme así. 

—¿Y tú? ¿Qué derecho tienes de llamarte mi padre? Pasas más tiempo con tu amante que conmigo. —Woozi dio un paso adelante, encarándolo sin miedo. —Me crie solo mientras tú te ocupabas de tu otra familia ¿Sabes qué? Ni siquiera me importa más, porque tú tampoco lo haces. 

Desde el umbral de la sala, Jimin observaba la escena en silencio, su corazón dividido entre el orgullo y el dolor. Quería intervenir, detener la pelea antes de que escalara, pero sabía que Woozi tenía razón. Había sido testigo de todo y había callado durante demasiado tiempo por miedo. 

—¿Criarte solo? Por favor, Woozi, tu vida ha sido más fácil de lo que te mereces. —Yoongi soltó una carcajada amarga, su tono cargado de sarcasmo. —Si no fuera por mí, ni siquiera tendrías un techo sobre tu cabeza. 

—Preferiría vivir en la calle que seguir en esta casa. —Woozi frunció el ceño, su cuerpo temblando de rabia. —Al menos ahí no tendría que soportar esto.