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Woozi se quedó en silencio, apretando los labios como si estuviera luchando por encontrar las palabras correctas.

—Esto… todo esto… ¿Es real? —Finalmente, habló, aunque en voz baja. 

Yoongi lo observó con una expresión suave, casi paternal.

—Es confuso. —mencionó.

—Si, soy su hijo. —lo vio. —¿Qué hago en este mundo?

—Jimin tratará de averiguar qué ocurrió. —mencionó. —Pero creo saber un poco la respuesta.

—¿Y cuál es? —pregunto.

—En nuestro mundo Jimin posee un poder que muchos deseaban. —explicó. —es la magia del caos.

—¿Qué ocurrió? —preguntó.

—Unas brujas querían su poder y ellas me asesinaron. —miro a dirección donde su pareja dormía. —Él desató el caos tras mi muerte.

—Eso no explica qué hago en este mundo. —dijo Woozi.

Yoongi le hizo seña que esperara a que terminara de contar lo que iba a decir.

—Cuando todo pasó yo abrí los ojos y estaba en un templo antiguo. —suspiro. —Él me dijo que dio una vida por otra.

—¿Una vida por otra? —lo vio. —¿Qué significa?

—En muchos universos cuando haces tratos con seres superiores para obtener algo es una vida por otra. —contó. —el ser superior pide la vida.

—¿Ese ser me pidió? —dijo al unir puntos en su mente.

—Tanto Jimin como yo no sabíamos de tu existencia hasta el momento en el que Jimin invocó a ese ser. —cerró los ojos. —Luego de un tiempo Jimin se la pasaba encerrado llorando tras tu pérdida.

—Intente contactar a un ser que la llaman la oscura, pero ella me dijo que tú ya no pertenecías a nuestro mundo. —se escuchó una voz.

Woozi trago saliva y se giró al ver al chico ahí parado el cual sonrió con nostalgia y caminó a paso lento hasta acariciarle el rostro con delicadeza al chico.

—Ahora entiendo por qué sentí esa conexión contigo. —sonrió con suavidad.

—¿Qué pasará ahora? —le preguntó.

—Tu existencia ahora es perteneciente a este mundo. —contestó. —Si te llevará a mi mundo tú te volverías cenizas.

Woozi bajo el rostro y luego asintió, Jimin abrazo al chico mientras se ponía a llorar.

—Me encargaré de que seas feliz aquí. —hablo. —me encargaré de darte todo lo que en mi mundo no pude darte.

Woozi asintió y luego comenzó a sentirse cansado, pues Jimin había conjugado un hechizo de sueño. Yoongi atrapó al chico en sus brazos y lo llevó a su habitación, ambos miraron al chico.

—Nuestro pequeño cachorro. —susurro Jimin.

—Tuvimos la suerte de verlo. —mencionó Yoongi.

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