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Jimin bajó y vio a sus padres hablando con los de Yoongi, no era sorpresa que sus padres fueran socios.

—Su hijo se ve un poco alterado. —mencionó Jimin.

—Ha estado actuando así desde hace unos meses. —mencionó la mujer. —dice que un chico de su clase no es quien dice ser.

—Creo que se refiere a Woozi. —hablo Jimin. —es un chico de nuestra clase con el que ha tenido algunas peleas.

El ambiente en la sala estaba cargado con una mezcla de formalidad y tensión. Los padres de Yoongi parecían incómodos, como si estuvieran tratando de justificar algo que ni ellos entendían del todo. La madre de Yoongi, una mujer de porte elegante, suspiró mientras jugaba con el anillo en su dedo.

—Sí, Woozi… —murmuró, asintiendo lentamente. —Yoongi ha insistido en que hay algo extraño en ese chico, pero no hemos podido sacarle más detalles, solo dice que no confía en él.

—Es solo un compañero de clase, Jimin. —El padre de Yoongi, sentado con las manos entrelazadas, frunció el ceño. —Seguramente son cosas de adolescentes.

Jimin, de pie junto a la chimenea, los observaba con una expresión cuidadosamente neutral. Por dentro, estaba procesando lo que acababa de escuchar.

—Bueno, Woozi es bastante reservado. —comentó Jimin, inclinándose ligeramente hacia ellos. —No socializa mucho con los demás, pero tampoco parece alguien problemático aunque… —hizo una pausa, como si estuviera pensando cuidadosamente en cómo formular sus palabras. —A veces tiene un aire extraño, como si supiera más de lo que deja ver.

—¿Un aire extraño? —Los ojos de la madre de Yoongi se estrecharon. —¿A qué te refieres?

—Nada malo, señora Min. —Jimin se enderezó y sonrió suavemente, intentando no alarmarlos. —Solo que tiene una forma de mirar a las personas que puede ser un poco… intimidante.

La madre de Yoongi asintió lentamente, pero su preocupación no desapareció.

—Tal vez deberíamos hablar con un especialista. —murmuró, dirigiéndose a su esposo. —Esto de Yoongi ya está afectando su vida diaria.

El padre de Yoongi no respondió de inmediato, pero su expresión indicaba que no descartaba la idea.

Jimin decidió cambiar de tema, sintiendo que era mejor no profundizar demasiado.

—No se preocupen, yo estaré al pendiente de Yoongi en la escuela. —dijo, su tono calmado y seguro. —Si hay algo que deba preocuparnos, se los haré saber.

Los padres de Yoongi agradecieron su disposición, pero la incomodidad seguía presente. Cuando se alejaron para discutir entre ellos, Jimin miró hacia la escalera que conducía al cuarto donde estaba Yoongi.

“¿De verdad Woozi tiene algo que ver con esto?”, pensó Jimin, frunciendo ligeramente el ceño. “O hay algo más que Yoongi aún no puede entender.”

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