51
—Tú no estabas allí, Woozi, no lo sentiste. —Yoongi entrecerró los ojos, cruzando los brazos sobre el pecho. —No viste cómo… cómo todo cambió de repente, Jimin estaba allí, ¿entiendes? Pero también estaba ese chico, no era solo mi mente.
Woozi suspiró profundamente, llevándose una mano al rostro como si estuviera evaluando cómo proceder. Finalmente, se puso de pie y comenzó a caminar lentamente por la habitación.
—Yoongi tú debes perfectamente que Jimin y yo salimos a una cita. —le dijo. —¿Cómo pudo estar en dos lugares a la vez?
Woozi permaneció en silencio unos segundos, como si estuviera eligiendo cuidadosamente sus palabras. Finalmente, dio un paso hacia Yoongi, sus ojos entrecerrados mientras su voz adquiría un tono grave.
—¿Ese chico… tenía algo peculiar? ¿Algo que lo hiciera destacar? —preguntó, inclinando ligeramente la cabeza.
Yoongi frunció el ceño, tratando de recordar con claridad. Las imágenes en su mente eran borrosas, como si estuvieran envueltas en un velo.
—Su mirada… —murmuró, cerrando los ojos para concentrarse. —Era vacía, como si no fuera humano y tenía un aroma en particular.
—¿Un aroma en particular? —lo vio.
—Era como a lirios y a manzanilla. —cerró los ojos para tratar de recordar.
—Ya veo. —dijo.
—¿Qué significa ese ya veo? —frunció su ceño.
—Lo mejor es que te vayas Yoongi. —dijo Woozi. —mi tío ya vendrá y no le gustan los extraños en su casa.
Yoongi al escuchar la mención recordó eso y luego vio a Woozi quien recogía las tazas.
—Era tu tío. —dijo y Woozi lo vio. —él estaba aquí con alguien más antes que Jimin.
—Mi tío no está en casa desde la mañana que me fue a dejar al colegio. —mencionó. —se fue a celebrar su aniversario con su pareja fuera de la ciudad.
—Sé lo que vi. —dijo.
Woozi se detuvo abruptamente, las tazas tintineando en sus manos mientras su mirada se clavaba en Yoongi. Por un instante, su expresión fue indescifrable, una mezcla de desconcierto y algo más que Yoongi no pudo identificar.
—Yoongi, lo que estás diciendo no tiene sentido. —Woozi trató de mantener la calma, pero su tono delataba un leve temblor. —Si mi tío está fuera de la ciudad, ¿cómo pudo estar aquí?
—Eso mismo me pregunto. —replicó Yoongi, su voz firme. —Pero lo vi, Woozi, él estaba aquí, con otro hombre… No sé quién era, pero todo cambió justo después de eso.
Woozi dejó las tazas sobre la mesa con cuidado, pero sus movimientos eran tensos. Se pasó una mano por el cabello, visiblemente perturbado.
—¿Podrías describir al hombre que estaba con él? —preguntó, intentando sonar neutral.
—Era alto, con el cabello oscuro… Su rostro no era claro, como si estuviera cubierto por una sombra. —Yoongi hizo un esfuerzo por recordar, pero las imágenes seguían siendo borrosas. —Pero tenía un aura… pesada.
—Eso no tiene ningún sentido, Yoongi. —murmuró Woozi.
—Lo que no tiene sentido es que sigas actuando como si todo estuviera bien. —Yoongi dio un paso hacia él, sus ojos ardiendo con determinación. —Sé lo que vi, tu tío estaba aquí, con ese hombre, y luego fue como si el mundo se partiera en dos y apareciera Jimin a decir cosas sin sentido.
Woozi lo observó en silencio, antes de tomar las tazas y dirigirse a la cocina sin decir una palabra más. Yoongi sintió que el ambiente se volvía aún más denso, como si algo invisible estuviera acechándolo.
Mientras salía de la casa, una sola idea resonaba en su mente. Tenía que averiguar quién era ese hombre y por qué todo cambió después de su aparición.
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