50
Yoongi vio como Woozi le ponía una taza de café en la mesa para que se tranquilizara ante lo que había sucedido. Yoongi la tomó en sus manos y la vio para beber un poco de esta, miró al otro chico el cual solo se sentó para poder verlo.
—¿Qué fue lo que viste? —le preguntó Woozi.
—Todo es confuso. —respondió. —primero era otro chico y luego Jimin y dijo cosas sin sentido.
Woozi frunció el ceño, apoyando los codos sobre la mesa mientras entrelazaba las manos frente a él, en una postura reflexiva. Su mirada penetrante se posó en Yoongi, tratando de descifrar algo más allá de sus palabras.
—¿Otro chico? ¿Cómo era? ¿Lo reconociste? —insistió Woozi, inclinándose ligeramente hacia adelante.
Yoongi soltó un suspiro pesado, llevándose la mano libre a la frente. Parecía cansado, como si el peso de lo que había presenciado estuviera erosionando su mente.
—No lo sé, Woozi… Fue como si estuviera viendo dos realidades al mismo tiempo. —Apretó la taza. —Al principio, era alguien alto, con cabello oscuro y luego, de repente, era Jimin, su expresión era de puro terror, pero sus palabras…
Yoongi apretó los labios, dudando si debía continuar. Woozi lo notó y entrecerró los ojos.
—Dime, Yoongi. —hablo. —¿Qué fue lo que dijo?
—Dijo que desde el principio, mi existencia ha sido una anomalía, algo que no debería ser, y al mismo tiempo, algo que tenía que ser. —repitió. —¿Qué significa eso?
El silencio que siguió fue casi insoportable. Woozi se recargó en el respaldo de la silla, con la mirada perdida mientras procesaba la información. Algo en esas palabras parecía despertar un recuerdo incómodo en él.
—Esto no es la primera vez que alguien menciona eso… —murmuró Woozi, más para sí mismo que para Yoongi.
Yoongi lo miró con el ceño fruncido, un nudo formándose en su estómago.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Yoongi. —¿Qué está pasando, Woozi?
Woozi lo miró directamente a los ojos, y por un instante, Yoongi sintió que el aire se volvía más pesado.
—No es nada Yoongi. —negó para calmarlo. —¿Estás seguro de que lo qué viste fue real?
Yoongi apretó la mandíbula, sintiendo la frustración crecer dentro de él. Sabía que Woozi estaba evadiendo algo, pero no tenía la energía para enfrentarlo. Aun así, no iba a dejar pasar sus palabras tan fácilmente.
—¿Real? —repitió con un dejo de incredulidad dejó la taza sobre la mesa con más fuerza de la necesaria, el líquido derramándose un poco por el borde. —¿Acaso crees que estoy perdiendo la cabeza?
Woozi lo observó en silencio por unos segundos que se sintieron eternos. Luego se inclinó ligeramente hacia adelante, apoyando los codos en la mesa.
—No es eso, Yoongi —dijo con un tono más suave, como si intentara evitar encender una chispa. —Solo digo que a veces lo que vemos no es siempre lo que parece y nuestra mente puede jugarnos malas pasadas, especialmente bajo estrés.
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