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El corazón de Jimin dio un vuelco al escuchar esas palabras. Abrió la boca para decir algo, pero antes de que pudiera responder, una voz familiar interrumpió.

—¿Así que ahora vas a pretender que no te importa? —Yoongi estaba parado en la entrada, con los brazos cruzados y una expresión seria.

Su mirada alternaba entre ambos, cargada de reproche y algo más que Jimin no podía identificar.

El ambiente se tensó al instante, y Jimin se sintió atrapado entre los dos. Woozi, sin embargo, permaneció tranquilo, aunque la forma en que enderezó su postura dejaba claro que no pensaba retroceder.

—No estoy pretendiendo nada. —respondió Woozi con calma, pero su tono tenía un filo. —Tal vez deberías intentar lo mismo. 

Yoongi entrecerró los ojos, dando un paso al frente. Jimin, atrapado en medio, alzó las manos, intentando calmar las aguas antes de que la situación se saliera de control.

—¡Basta, los dos! —exclamó, mirando primero a Yoongi y luego a Woozi. —No voy a quedarme aquí mientras se enfrentan como si yo fuera un premio o algo así.

Ambos chicos lo miraron, sorprendidos por su explosión. Pero mientras Woozi dio un paso atrás, respetando su espacio, Yoongi mantuvo su posición, su mirada aún fija en Jimin.

—Solo quiero que estés bien. —dijo Yoongi en voz baja, su tono lleno de una honestidad que rara vez mostraba.

Jimin suspiró, sintiendo el peso de las emociones de ambos sobre sus hombros. Sabía que tarde o temprano tendría que tomar una decisión, pero ahora, lo único que quería era un respiro. Un momento de paz para ordenar su mente y entender lo que realmente sentía.

—Viniendo de ti lo dudo Yoongi. —se dio la vuelta hacia Woozi. —Luego hablamos tú y yo.

Woozi asintió respetando de que Jimin se fuera él solo, al quedarse con el otro Yoongi se acercó y lo vio de pies a cabeza.

—¿Quién eres realmente Park Woozi o Min Woozi? —le preguntó.

—Soy Park Woozi. —dijo. —y quien yo sea no es tu asunto.

—Me parece raro que vengas a mitad de curso y tengas una fascinación por Jimin. —se acercó. —Voy a descubrir quien eres.

Woozi soltó una breve risa, una que no tenía nada de humor, y se dio la vuelta sin molestarse en responder. Su andar era firme y tranquilo, pero en su mente, las piezas se movían de forma calculada. Había dicho suficiente, y quedarse ahí solo habría sido una pérdida de tiempo.

Yoongi se quedó donde estaba, observando cómo Woozi se alejaba. Su mirada se oscureció, llena de pensamientos que giraban en torno al chico que parecía haberse convertido en el epicentro de todo. Había algo en Woozi que no cuadraba, algo que no podía ignorar.

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