28
Yoongi se encontraba en el hospital por sus heridas, él vio como Jimin pasaba por su habitación, él pese al dolor se levantó y vio que entró en un consultorio. El tiempo pasó y él salió tranquilo hasta que se topó con Yoongi, pero decidió ignorarlo.
—Me vas a ignorar. —le dijo.
El chico se giró y lo vio de pies a cabeza y siguió su camino, pero fue detenido por el pálido.
—Sí no me sueltas te voy a romper la otra mano. —le dijo serio.
Yoongi lo soltó y lo vio de manera seria, Jimin se acomodó su cabello mientras cruzaba los brazos, como si intentara mantener la calma frente a la mirada insistente del mayor.
—¿Qué haces aquí? —preguntó Yoongi con la voz más firme que su cuerpo adolorido le permitía.
—Eso no es asunto tuyo. —respondió Jimin, desviando la mirada.
Su tono frío era un escudo que parecía infranqueable, pero Yoongi notó el ligero temblor en sus manos.
—Claro que me importa. —le dijo.
—Sabes que mi peor error fue confiar en ti. —lo vio Jimin. —no hice caso a mi instinto.
Yoongi vio a Jimin el cual suspiro y decidió irse, pero Yoongi lo volvió a detener.
—Suéltame. —dijo.
—Deberías agradecerme. —hablo. —sin mí aún seguirías siendo virgen.
Las palabras de Yoongi cayeron como una bomba, llenando el pasillo de una tensión insoportable. Jimin se detuvo en seco, sintiendo cómo la rabia ascendía desde su pecho hasta su garganta. Lentamente, giró su rostro hacia Yoongi, con los ojos brillando de furia contenida.
—¿Qué dijiste? —su voz era un susurro peligroso, lleno de amenaza.
Yoongi sostuvo su mirada, pero algo en su expresión delataba que no estaba tan seguro de haber cruzado esa línea. Aun así, no se retractó.
—Dije lo que escuchaste. —replicó, aunque su tono no era tan firme como pretendía. —No te hagas el digno conmigo ahora.
Jimin soltó una risa seca, amarga, que resonó en el pasillo vacío.
—¿Eso es lo que crees que hiciste? ¿Un favor? —dio un paso más cerca de Yoongi, hasta que sus rostros quedaron a pocos centímetros. —Si eso es lo único que recuerdas de lo que pasó entre nosotros, entonces me alegra haber terminado contigo.
Yoongi apretó los puños, sintiendo cómo la culpa empezaba a filtrarse entre las grietas de su enojo. Pero no podía mostrar debilidad, no frente a Jimin.
—No me vengas con dramas ahora. —hablo Yoongi. —Tú y yo sabemos que nadie más te habría…
Antes de que pudiera terminar, Jimin levantó la mano y lo empujó con fuerza, obligándolo a retroceder unos pasos.
—Eres patético, Min Yoongi. —espetó Jimin, con los ojos empañados por una mezcla de enojo y dolor. —Existe Woozi quien es mucho mejor que tú en todo.
Sin esperar respuesta, Jimin se dio la vuelta y comenzó a caminar, esta vez con pasos más rápidos, decidido a no dejar que Yoongi lo detuviera otra vez. Pero aunque el pasillo estaba ahora en silencio, las palabras seguían resonando en la mente de ambos, como un eco imposible de ignorar.
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