22

Jimin se dirigió de regreso donde estaba Woozi, este vio como del baño también salía Yoongi de igual forma, él no preguntó nada, prefería que Jimin se lo dijera el mismo.

—Este sábado hay una fiesta. —mencionó.

—Ya veo. —dijo Woozi.

—Me preguntaba si tú quieres ir conmigo. —hablo. —sería divertido para ambos.

—Claro. —le sonrió. —me encantaría ir contigo.

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El sábado llegó más rápido de lo que Yoongi había anticipado. La casa de Jackson estaba abarrotada de gente, la música resonaba en cada rincón, y las luces tintineaban con el ritmo. Yoongi se movía entre los invitados, buscando a Jimin, pero en su lugar, encontró a Woozi, quien ya tenía un vaso en la mano y estaba hablando animadamente con un pequeño grupo.

—¿Dónde está Jimin? —preguntó Yoongi sin rodeos, acercándose a él.

Woozi alzó una ceja, como si la brusquedad de Yoongi no le sorprendiera.

—En la cocina, buscando algo para beber. —respondió tranquilo.

Sin responder, Yoongi se dirigió hacia allí, sintiendo cómo su frustración crecía. Cuando llegó, encontró a Jimin apoyado en la encimera, riéndose con alguien más, un desconocido que hablaba con demasiado entusiasmo.

—Ah, ahí estás. —dijo Yoongi al entrar, interrumpiendo la conversación.

—Yoongi, tardaste en llegar. —Jimin levantó la vista, sorprendido.

—Te estaba buscando. —replicó él, ignorando al otro chico.

El desconocido pareció captar la tensión y, tras despedirse brevemente, dejó a los dos a solas.

—¿Ya te aburriste de estar solo? —preguntó Jimin con un tono ácido, aunque había un atisbo de humor en sus ojos.

—No vine para estar solo, vine para estar contigo. —respondió Yoongi, cruzándose de brazos. —Aunque parece que soy el único que lo intenta.

Jimin dejó el vaso que tenía en la mano sobre la encimera y lo miró fijamente.

—¿Sabes qué es lo que intento yo, Yoongi? —hablo Jimin. —Intento no sentirme como una opción.

—¿Una opción? —Esa confesión lo descolocó. —Jimin, nunca fuiste una opción para mí.

—Entonces demuéstralo. —lo retó, cruzándose de brazos también, como si esperara una respuesta que pudiera cambiarlo todo. —porque por lo visto las porristas son tu centro de atención.

—Eso es lo que estoy intentando. —Yoongi se acercó un paso, su voz más suave ahora, casi un susurro entre la música y el ruido de la fiesta. —Pero no puedo hacerlo si no me das la oportunidad de estar a solas contigo sin tener a Woozi de guardián.

Por un momento, el tiempo pareció detenerse. Jimin lo observó en silencio, buscando algo en sus ojos, algo que no terminaba de encontrar.

—Está bien. —dijo finalmente, aunque su voz era cautelosa.

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