Epilogo
La piscina estaba llena de vítores y aplausos cuando el equipo de natación de Stanford se alineó para recibir sus medallas. Cada uno de los nadadores brillaba de felicidad, pero Jungkook solo tenía ojos para las gradas.
Allí, en medio de la multitud, Estaba su padre que aplaudía con orgullo, junto a la capitana Smith, y Jungkook estaba casi seguro de que había algo más que amistad entre ellos. Ver a su padre sonriendo, abierto y dispuesto a aceptar el amor en todas sus formas, le daba una paz que nunca pensó que sentiría. Habían recorrido un largo camino, pero sabían que el amor siempre era algo por lo que valía la pena luchar, y el se merecía darse otra oportunidad para amar.
Unos cuantos asientos más allá, su madre lo observaba con los ojos llenos de emoción. Aunque su relación aún no era perfecta, ambos estaban intentando construir puentes, uno día a día. Ella nunca fallaba en asistir a sus competencias, y aunque no todo estaba resuelto, Jungkook sabía que estaba dispuesto a intentarlo, lo cual ya era un paso enorme.
En ese instante sus ojos se encontraron con los de Jimin, su novio, su ángel. El mundo pareció desvanecerse por un momento. Estaban en medio de una celebración ruidosa, rodeados por compañeros, entrenadores, y cientos de personas en las gradas, pero en ese instante, solo existían ellos dos.
Jungkook miró a Jimin con una mezcla de amor y gratitud, sabiendo que, a pesar de todas las tormentas que habían enfrentado, ambos habían encontrado un puerto seguro el uno en el otro.
Jimin, con esa sonrisa brillante que siempre lograba calmar su corazón, lo miraba con orgullo, como si con su sola mirada pudiera borrar cada duda, cada miedo que Jungkook alguna vez había tenido sobre quién era. Jungkook le debía tanto, no solo por haber estado a su lado, sino por enseñarle a amarse y aceptarse tal como era.
Después de todo, Jimin era la razón por la cual había aprendido a nadar en las aguas turbulentas de la vida.
En ese momento TaeHyung le tomo la mano, junto a Seokjin y Owen hicieron una reverencia al público, antes de bajar del podio.
Celebrando entre abrazos y gritos de victoria. Acababan de recibir las medallas que los colocaban directo a los Juegos Olímpicos, el sueño por el que tanto habían trabajado.
Pero en medio de la euforia, todos los ojos se posaron sobre Owen, el capitán, que había subido al podio nuevamente e inmediato adoptado su pose característica de “Súper Owen”, con los brazos en alto y una sonrisa exagerada que arrancó carcajadas.
—¡Súper Owen! — cantó, provocando risas aún más fuertes.
Owen, siempre torpe y noble, era el pilar del equipo, el amigo en el que todos confiaban, su elección como capitán fue la mejor, el era su apoyo emocional en los momentos más difíciles.
TaeHyung, que observaba desde unos metros sonreía sonrojado y orgulloso, él y Owen habían comenzado a conocerse mejor poco a poco teniendo bonitas citas, pasando horas viendo animes, a acercarse de una manera más íntima. Aunque aún no habían dado ese gran paso, TaeHyung sabía que sus sentimientos por Owen se habían vuelto cada vez más fuertes.
🌊
El sol comenzaba a desvanecerse sobre el club campestre, tiñendo el cielo de tonos cálidos y suaves. La atmósfera era de pura celebración. El equipo de natación de Stanford, rodeado por sus entrenadores, familiares y amigos cercanos, las risas y el bullicio llenaban el aire, pero en ese momento, la presión de las competencias y las cámaras quedaba atrás. Ahora, era un espacio íntimo donde todos podían ser ellos mismos.
Jungkook, aún con su medalla colgando del cuello, mantenía a Jimin cerca, abrazado a su costado. Miró alrededor, respirando profundamente, saboreando no solo el éxito del equipo, sino el hecho de tener a Jimin a su lado.
—Sabia que podrían lograrlo, mi chico es guapo y ahora también campeón nacional de natación— dijo Jimin, envolviéndolo en un abrazo—Pero sobre todo es el más guapo—
Jungkook dejó escapar una pequeña risa, —Tu eres precioso, no podría haberlo hecho sin ti, Jimin. Tú me diste la fuerza para seguir nadando—
Jimin se inclinó hacia él, acariciando suavemente su mejilla —Siempre has tenido esa fuerza, Jungkook. Solo necesitabas alguien que te recordara lo increíble que eres—
—No sabes cuánto te amo — susurró Jungkook, apretando a Jimin con más fuerza.
Jimin sonrió con esos ojos que brillaban de forma inigualable. —Lo sé, porque siento lo mismo por ti—
Mientras hablaban en voz baja, Owen estaba a unos metros, paseando nerviosamente. Ya había estado saliendo con TaeHyung por un tiempo, conociéndolo más allá de la amistad que siempre habían compartido.
Sabía que Tae había pasado por mucho en su vida, y Owen, torpe y todo, siempre había sido paciente, esperando el momento adecuado para dar ese paso. Quería ser la persona que hiciera feliz a Tae, que lo ayudara a sanar y lo llenara de alegría.
Jungkook lo observó con una sonrisa. —Creo que alguien está por hacer algo importante—
Jimin lo miró, curioso —¿Owen? —
Jungkook asintió, señalando con un movimiento de cabeza. Owen se acercaba a TaeHyung, que estaba de pie junto a la mesa, conversando con algunos compañeros del equipo. La incertidumbre en los movimientos de Owen era evidente, pero también lo era la determinación en sus ojos. Jungkook y Jimin intercambiaron una mirada, sabiendo que algo especial estaba a punto de suceder.
Owen tomó aire profundamente antes de dar los últimos pasos hacia Tae. El corazón le latía con fuerza en el pecho, pero sabía que no podía esperar más. TaeHyung lo miró, notando de inmediato el cambio en su energía.
—Tae —llamó Owen con una voz firme, aunque su pecho vibraba con emociones.
—Dime, Súper Owen— bromeó Tae, aunque sus ojos reflejaban la calidez que solo Owen sabía evocar en él.
Owen respiró hondo, sus ojos reflejando todo lo que había querido decir durante tanto tiempo—Ya no puedo esperar más Tae—
TaeHyung lo miraba, su corazón acelerándose, Owen siempre había sido ese faro en la tormenta, no solo para él, sino para todos. Siempre con una sonrisa, siempre dispuesto a ayudar, siempre ahí cuando las cosas se ponían difíciles. Pero ahora, este Owen frente a él, parecía más firme, más decidido que nunca.
—Owen…— susurró Tae, sin saber exactamente qué decir, pero sintiendo una calidez profunda en su pecho.
Owen tomó sus manos y continuó, su voz más suave, pero segura. —Te amo, Tae. Quiero ser el que esté a tu lado cuando el mundo se ponga difícil, cuando sientas que no puedes más. Tú eres la persona a la que he estado esperando toda mi vida. No sé qué nos deparará el futuro, pero lo que sí sé es que quiero enfrentar lo que venga, juntos, nadando contracorriente, como lo hemos hecho siempre. Quiero ser quien te haga feliz, a partir de ahora, y siempre—
Las lágrimas comenzaron a acumularse en los ojos de TaeHyung, Eran de felicidad pura. Owen había sido su roca, su salvación en momentos oscuros, y ahora, allí estaba, ofreciéndole su corazón por completo.
—Owen, tú... tú ya me haces feliz —dijo Tae con una sonrisa temblorosa. —Nadaré a tu lado, siempre. No importa cuán fuerte sea la corriente. Contigo, sé que podemos superarlo todo—
Owen, aún un poco nervioso, soltó una risa aliviada. —¿Entonces eso es un sí? —
—Por supuesto que sí— respondió TaeHyung.
Sin decir una palabra más, ambos se acercaron lentamente, sus corazones latiendo al unísono, como si fueran parte de una misma melodía.
Los labios de Owen tocaron los de Tae con una delicadeza que hizo que Tae sintiera una calidez que lo envolvía por completo. No era solo un beso, era la promesa de algo nuevo, algo que ambos habían esperado durante mucho tiempo.
Los murmullos a su alrededor se desvanecieron por completo, y en ese instante, solo existían ellos dos, sellando el inicio de lo que sería una nueva etapa en sus vidas. Cuando se separaron, los ojos de Tae brillaban de emoción, y Owen, aunque nervioso, no pudo evitar sonreír ampliamente, sintiendo que por fin había encontrado su lugar junto a la persona indicada.
El momento fue interrumpido por un estruendoso aplauso de los compañeros del equipo, que no habían perdido detalle de la declaración. Algunos silbaron y otros aplaudieron, llenando el aire de emoción y alegría.
—¡Ya era hora, Súper Owen! ¡Te habías tardado! — gritó Hoseok con una sonrisa traviesa, ganándose risas de todo el grupo.
Owen se sonrojó profundamente, pero no pudo evitar reírse también mientras abrazaba a TaeHyung con fuerza, sintiéndose más completo que nunca
Jungkook, aún con Jimin a su lado, miraba la escena con satisfacción. —Sabía que Owen lo haría— comentó.
Jimin sonrió y lo abrazó más fuerte— Él siempre ha sido el héroe silencioso para todos nosotros—
Jungkook asintió, feliz por su mejor amigo — Y ahora, finalmente es el héroe de Tae—
De repente, el entrenador se levantó, levantando su copa en el aire. La sala se fue calmando poco a poco mientras todos lo miraban con curiosidad.
Con una sonrisa juguetona en los labios, comenzó a hablar—Bueno, bueno… quiero decirles algo antes de que todo esto se nos salga de control, — empezó, provocando algunas risas. —He visto cómo este equipo ha superado obstáculos enormes, cómo cada uno de ustedes ha trabajado incansablemente para llegar a donde están hoy. Pero… les advierto algo. ¡Cuidado con los novios! No quiero que se pongan a pelear entre ustedes y terminen afectando el equipo—
La broma hizo que todos estallaran en carcajadas, y más de uno levantó su copa en un gesto burlón, mirando a Owen y Tae.
—¡Así que, por los novios! — gritó el entrenador con una gran sonrisa, levantando su copa.
—¡Por los novios! —respondieron todos al unísono, mientras las copas se entrechocaban y las risas resonaban en toda la sala.
Jungkook y Jimin, aún abrazados, intercambiaron una mirada cómplice, levantando sus copas junto al resto. Esa era su familia, su equipo, y sabían que, aunque cada uno había tenido que luchar contra sus propias corrientes, el futuro estaba lleno de posibilidades. Con el apoyo de los que amaban, todo parecía más brillante.
El brindis continuó con más risas, bromas y aplausos, cerrando la noche en un tono de celebración y amistad, mientras todos se preparaban para enfrentar los nuevos desafíos que la vida les traería.
Fin.
Mis amores esta madrugada mi gato me despertó, y se me quitó el sueño y me acordé que no había escrito este epilogo, espero que les haya gustado, nuestros chicos estan juntos y felices, ganando medallas de oro todo unos campeones.
Gracias por leer y apoyar está historia.
Nos leemos en STAR DUST 💫☁️🧑🏻✈️
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