Capítulo Final
La noche era un poco fría en la por lo general calurosa ciudad de Phoenix, la fecha que siempre le traía una avalancha de emociónes, estaba por llegar.
Su cumpleaños.
Jimin intentaba ser fuerte, y mantener una mentalidad positiva, y con la ayuda continua de sus psicólogos y los buenos consejos de la madre de Yoongi, había logrado salir adelante, superando sus muchos traumas.
Sin embargo, todos los años sentía el peso de la tristeza apoderarse de él, recordándole todo lo que había perdido, era inevitable que su corazón se agrietara, con sus recuerdos.
Y aunque ahora ese monstruo causante de su sufrimiento ya no estaba en el mundo, y Namjoon cumplía su condena en la cárcel, se sentía más aliviado, seguía teniendo esa espinita de melancolía en su alma.
Preguntas inevitables llegaban a su mente, ¿Cómo hubiera sido su vida con ellos a su lado?, ¿habría crecido como un niño normal, recibiendo el amor de sus padres?
¿Yoongi podría haber vivido una larga vida, y sería un gran guitarrista en una banda famosa?
Jimin suspiró y limpio una que rodó por su mejilla, tratando de calmar el torbellino de sus pensamientos.
De verdad él estaba bien consigo mismo, ya no ponía la culpa sobre sus hombros de lo sucedido, solo que está fecha era muy abrumadora y lo hacía sentir vulnerable.
—kako ni torawarenaide, (no te quedes atrapado en el pasado) — Se dijo a sí mismo— Kyō o taisetsu ni, (Aprecia el hoy) —
Esos consejos que solía darle a las personas que lo rodeaban, a veces debía recordárselo a sí mismo, ahora estaba seguro y podría avanzar.
Jimin era un luchador que había sobrevivo al infierno, él aprendió a vivir de nuevo, volvió a creer en el amor y a sonreír de forma genuina.
Y esa segunda oportunidad a las personas que perdió, la aprovecharía al máximo, por ellos y por sí mismo, cumpliría sus sueños y sería feliz para honrar sus memorias.
En ese momento su teléfono vibró en la mesita de noche, y Jimin se levantó de su cama para tomarlo, una pequeña sonrisa adornó su rostro al ver quien lo llamaba.
—Hola, mi chico guapo — Contestó intentando sonar casual y coqueto para su novio.
Era la tercera llamada del día, a Jimin se le hacía muy tierno de parte de Jungkook, su novio estaba preocupado por él, haciéndole notar que aunque estaban separados por la distancia, sus corazones estarían juntos.
—Hola, mi amor— Lo saludó Jungkook — ¿Cómo estás?, tu voz se escucha un poco extraña —
Y ahí estaba su chico guapo, notando cada detalle, lo conocía a la perfección.
—Estoy bien, no te preocupes, es solo que he estado un poco melancólico, supongo que es algo inevitable — Fue sincero con su novio.
—No tienes idea de lo mucho que amaría estar ahí, estar a tu lado para ti— Dijo Jungkook su voz se escuchaba sinceramente necesitada.
—Te amo, Jungkook— Jimin sonrió al escucharlo —También te extraño muchísimo mi chico guapo, y desearía que estuvieras aquí, con tus brazos rodeándome —
—Jimin, te amo, quiero ir a verte ahora mismo— Murmuró Jungkook.
Jimin soltó una risita — No puedes, el entrenamiento es rigoroso, ahora más — aunque en el fondo por supuesto que quería que viviera.
—Entre Owen como capitán y el entrenador, quieren matarnos, extraño tanto tus masajes — Jungkook suspiró —
—Te recompensaré cuando vaya, te haré muchos masajes estando desnudos— Soltó Jimin con picardía.
Jungkook gimió bajo —Amor, no me hagas desear algo que no puedo tener en este momento—
—Pero lo tendrás pronto— aseguró Jimin riendo.
De verdad que se sentía más animado cada vez que hablaba con Jungkook, su chico guapo tenía ese efecto de hacerle olvidar la tristeza, y hacerlo sonreír únicamente con un saludo.
—Espero ansioso — Jungkook dejó salir otro suspiro — ¿Bebé tus padres siguen fuera? —
—Si, pero no te preocupes, ellos estarán aquí mañana temprano, no pasaré mi cumpleaños solamente, ellos siempre hacen algo extravagante, o me dan un regalo increíble, podría ser un segundo auto— Contestó Jimin.
—Mi regaló llegará a ti también, espero que lo disfrutes, y no pienses en cosas tristes, ¿Está bien?, sonríe mucho — La voz de Jungkook era casi suplicante.
—Estaré pensando en ti, todo el tiempo, ¿Qué te parece? —
—Perfecto, porque tú no sales de mi cabeza, quiero siempre lo mejor para ti —
—Tú eres lo mejor para mí…
Jimin sonrió mientras su conversación seguía, podía hablar con Jungkook durante horas seguidas sin darse cuenta, compartiendo cosas de su día a día, diciéndose lo mucho que se amaban y extrañaban, y muchas cosas más.
Jimin se sentía de verdad orgulloso de Jungkook, de como era la vida de su chico guapo ahora, y la forma en que juntos querían llevar su relación a futuro, era difícil lidiar con la distancia, pero su amor era muy fuerte.
Además, Jungkook era un amor, tierno y su corazón de oro, como no amarlo.
—Chico guapo, es tarde debes ir a dormir, tienes entrenamiento temprano — Murmuró Jimin.
Si fuera por él hablarían toda la noche, pero debía cuidar la salud de un atleta como su novio.
—Otro ratito — Pidió Jungkook — Quiero seguir escuchando tu voz—
—Sé que soy irresistible, pero es casi media noche, — dijo mira do la hora— será muy pesada para ti, debes descansar mi para que sigas siendo muy guapo para mí— Soltó Jimin.
Jungkook se quejó bajo —Está bien, puedo ir a dormir, pero quiero ser el primero en felicitarte, será media noche en cinco minutos, cantaré el cumpleaños para ti—
—Eres adorable — Jimin sonrió amplio — Faltan tres minutos te escucho mi chico guapo—
—Pero así no me escucharás bien— Se quejó Jungkook.
—Si, lo haré quiero, me cantaras al oído….
—¿Y si me bajas y así lo escuchas mejor? — Preguntó Jungkook.
—¿Qué? — Jimin se sentó en su cama y se asomó al balcón de su ventana.
—Mi amor, lo intenté, intenté resistir, pero eres lo único en mi mente, cada noche sueño contigo, quiero tenerte a mi lado siempre — Jungkook sonrió — te amo tanto, puedes te ves precioso asomado allí, pero quiero poder cantar para ti mirándote a los ojos—
Jimin se llevó la mano a la boca sin poder creerlo, Jungkook estaba justo sonriendo de esa manera tan bonita mientras lo saludaba con la mano, sin poder creerlo corrió fuera de su habitación a las escaleras y las bajó tan rápido como pudo.
¿Jungkook estaba realmente allí?
Cuando abrió la puerta, frente a él, bajo la tenue luz de la entrada estaba Jungkook, con una sonrisa traviesa y los ojos llenos de amor.
— Happy birthday to you, Happy birthday to you, Happy birthday, dear Jimin, Happy birthday to you —Cantó Jungkook suavemente, su voz cargada de emoción.
Jimin se quedó sin palabras, el mundo pareció detenerse. Su mente luchaba por comprender cómo Jungkook estaba allí, a media noche, frente a él, viéndose más guapo que nunca, siendo el primero en felicitarlo, justo cuando más lo necesitaba.
—Feliz cumpleaños, mi Jimin— Susurró Jungkook con voz entrecortada.
—¿Qué...? ¿Cómo...? —tartamudeó Jimin, sus ojos llenándose de lágrimas y su corazón latiendo rápido tratando de procesar la sorpresa.
Jungkook sonrió aún más, dando un paso hacia él, sosteniendo en su mano una pequeña cajita envuelta con cuidado.
—No quería que este día comenzara sin estar contigo. Sabía que este era el único lugar donde debía estar esta noche, a tu lado —susurró, acercándose más un poco más.
Jimin no pudo contenerse con un movimiento rápido, lo envolvió en un fuerte abrazo, aferrándose a Jungkook como si temiera que fuera a desaparecer, Sentir su cuerpo cálido y familiar lo llenó de alivio, como si todos esos meses de distancia se disolvieran en un instante.
—No puedo creer que estés aquí —murmuró Jimin, con su rostro enterrado en el cuello de Jungkook respirando profundamente su aroma.
—¿Dónde más crees que podría estar? —Preguntó Jungkook, acariciando su espalda con suavidad—. Quería ser el primero en felicitarte, Y no solo eso… quería pasar contigo, celebrando el día que nació el amor de mi vida —
Jimin se apartó lo suficiente para mirarlo a los ojos, y en ese momento, con las luces suaves detrás de ellos, todo lo que sentía era felicidad pura, Jungkook era su hogar, sin importar en qué ciudad vivieran, la distancia y el tiempo.
Jimin miró a Jungkook con gratitud, su pecho lleno de emociones, y sin dudarlo más, lo beso uniendo sus labios.
Un beso lento, lleno de amor, de promesas no dichas, de reencuentros y de la certeza de que sus sentimientos eran genuinos.
Cuando se separaron, Jungkook extendió la mano con la pequeña caja.
—Sé que no es mucho, pero quería darte esto, y espero que te guste —dijo.
Jimin abrió el pequeño paquete y encontró una nueva pulsera, y un nuevo collar, junto a unos pendientes, estos eran doradas, y venía decorada con pequeñas letras, al mirarlo, Jimin no pudo contener más sus lágrimas, al reconocer las iniciales, eran las de sus padres y las de Yoongi.
—Ellos siempre van a estar contigo, son parte de ti —Jungkook miró al cielo— Y yo les prometí, amarte, cuidarte y hacerte feliz, cada día de mi vida —
—Es el regalo perfecto… como tú —respondió Jimin, sonriendo mientras tomaba el collar, en este había un “J” inicial que ambos comparten en su nombre.
—Feliz cumpleaños, Jimin, te amo.
Y bajo el brillo tenue de la luna en medianoche, con la promesa de un nuevo día comenzando, Jimin supo que no había mejor regalo que tener a Jungkook allí, justo a su lado, en el momento en que más lo necesitaba.
—Jungkook… — Jimin sonrío —Te extrañé, te extrañé mucho — susurró con voz quebrada.
—Yo también te extrañé mi amor, como no tienes idea, cada día era una tortura lejos de ti — Susurró Jungkook para volver a abrazarlo.
—Mi chico guapo— Jimin lo volvió a besar dulcemente.
Después de ese beso, sus frentes se quedaron juntas por un momento, respirando al mismo ritmo, escuchando sus corazones al unísono, el silencio entre ellos estaba cargado de sentimientos que no necesitaban palabras.
—Quiero que esté día sea increíble y especial para ti—susurró Jungkook.
—Tenerte aquí ya hace que sea el mejor de todos — Jimin sonrió —hace un poco de frío, vamos a dentro —
Jungkook asintió y tomando la mano de Jimin lo siguió siendo guiado por los pasillos, hasta la habitación de su novio, era preciosa, con su estilo japonés sutil, y el toque cálido de Jimin, pero toda su atención estaba en su novio por supuesto.
Verlo después de tantos meses era como encontrar un oasis en medio del desierto.
—Te ves precioso, — Jungkook sonrió, al darse cuenta de que la “pijama” que estaba usando Jimin era una de sus camisetas.
—Me veo aún más precioso desnudo — Soltó Jimin sonriendo.
—De eso no tengo dudas —Estuvo de acuerdo Jungkook — Pero antes que nada falta un regalo — informó sacando de su bolsillo un pequeño moño y poniéndolo en su cabeza.
—Mi regaló favorito — Jimin lo miro sin poder dejar de sonreír —Te eché tanto de menos— sus dedos rozaron suavemente la mejilla de Jungkook, como si quisiera grabar cada detalle de su rostro en su memoria.
—No tienes idea de cuantas noches desperté soñando con tenerte entre mis brazos—respondió Jungkook en un tono bajo, mirándolo a los ojos con una intensidad que hizo que el corazón de Jimin latiera aún más rápido.
Jungkook deslizó sus dedos por el brazo de Jimin, trazando un camino lento, como si cada caricia fuera un recordatorio de lo que ambos habían anhelado en su tiempo separados.
Sin romper el contacto visual, Jungkook tomó su mano y lo guio hacia la cama, donde las suaves sabanas y la luz baja la lámpara en forma de corazón hacían el ambiente acogedor y que el momento se sintiera aún más íntimo.
Ambos sabían lo que significaba ese instante, pero no se trataba solo de lo físico, sino de la conexión emocional que habían cultivado durante tanto tiempo.
Los labios de Jungkook se apoderaron de los de Jimin, dejándose llevar por sus sentimientos y la pasión, guardada durante tanto tiempo.
Las prendas de ropa cayendo al suelo, el roce de sus pieles, la cercanía de sus cuerpos, todo era una expresión de lo profundo que era su amor y de lo mucho que se habían extrañado.
Jungkook se inclinó y, con una ternura infinita, volvió a besar a Jimin, pero esta vez, el beso fue más lento, más profundo, mientras sus manos acariciaban suavemente los brazos de Jimin, deslizando por sus hombros, hasta su espalda.
Jimin correspondió fascinado, sus dedos enredándose en el cabello de Jungkook, mientras el mundo exterior desaparecía por completo.
El cuarto se llenó de susurros, de caricias suaves y de miradas que decían todo lo que no expresaban con palabras.
En ese instante, bajo la luz tenue que se filtraba desde la ventana, se entregaron el uno al otro, sellando no solo el reencuentro físico, sino el emocional. Era como si cada beso, cada toque, fuera una promesa de que, sin importar la distancia o el tiempo, siempre se encontrarían.
Y así, en medio de la noche que había comenzado con una sorpresa, Jimin y Jungkook, compartieron algo más que un cumpleaños.
Compartieron su amor, profundo e inquebrantable, en un momento que ambos sabían recordarían para siempre,
❤️
El despertar fue el más increíble y maravilloso para Jimin, era la primera vez que abría sus ojos el día de su cumpleaños y no se sentía triste, envuelto en los brazos de un travieso y lindo nadador que se atrevió a venir desde Stanford hasta Phoenix únicamente para verlo.
—Buenos días, mi Jimin— Lo saludó Jungkook abriendo sus ojos también.
—Días, porque bueno es despertar entre los brazos de un muy guapo nadador — Respondió Jimin divertido acomodándose mejor en su pecho.
Jungkook le beso las frentes orgulloso —Tú eres precioso—
—Oigan guapo y precioso, levántense— Se escuchó la voz de Hoseok del otro lado de puerta riéndose.
Jimin y Jungkook se miraron el uno al otro antes de reír —¿Hace cuánto crees que llegó? —
—No tengo idea — Responder Jimin negando con la cabeza.
—Pero tiene razón, debemos levantarnos, las sorpresas no acaban — Comentó Jungkook —¿Nos damos un baño? —
Jimin salió de la cama encantado, extraño tantos estos momentos, que quería disfrutar de Jungkook cada jodido segundo.
Después de una ducha entre juegos y besos, ambos pudieron vestirse.
—Baja chico guapo, dame un momento — Le pido Jimin a Jungkook, y quedándose solo en la habitación terminó de arreglarse.
Entonces miro todas las bonitas pulseras en sus manos y su mirada se quedó en la negra de cuero, con una sonrisa en sus labios y sus ojos acuosos se la quitó lentamente, y la llevó a sus labios —Gracias Yoongi, por enviarlo a el, tu lugar siempre estará en mi corazón— susurró para guardarla en un bonito cofre, solo para ella, la atesaría por siempre, como su primer amor.
Colocándose los regalos de Jungkook, salió de su habitación, hoy era su cumpleaños, lo que por lo general lo ponía triste, hoy era completamente diferente.
Y una gran sorpresa se llevó al bajar las escaleras y ver a sus amigos correr de aquí para allá con globos en las manos.
—¡Feliz cumpleaños Jimin! — Gritaron casi al unísono.
Justo allí estaba Hoseok, Owen, Ian, Anny, TaeHyung, Seokjin, hasta otros miembros del club de baloncesto y algunos de sus amigos mas cercanos de la universidad de aquí en Phoenix.
No lo podía creer, sus ojos se pusieron acuosos mientras los miraba.
—No llores , estámos aquí para hacerte sonreír — Cantó Owen corriendo a abrazarlo — Feliz cumpleaños mi Jiminnie—
Jimin correspondió al abrazo encantado entre sonrisas.
—¿Mi Jiminnie? — Preguntó Hoseok cruzado de brazos.
—Si mío — Aseguró Owen —Soy su soulmate—
Jungkook se carraspeó la garganta y apartó a Owen de su novio.
Owen se rio mirando a su amigo —Es nuestro Jiminnie—
Jungkook levantó una ceja —¿nuestro?
—Está bien, tuyo— gruñó —Igual Jiminnie me quiere mucho—
—A mí me quiere más — Afirmó Hoseok.
—Los quiero a todos cálmense — los detuvo Jimin entre risas.
Recibiendo las felicitaciones y regalos de todos, aún sin poder creer que hubieran decidido viajar por él.
Ian como siempre fue todo un amable caballero, y TaeHyung lo saludo de forma amable sincera.
Pasaron su día ocupados poniéndose al día hablando, hablando y jugando, los chicos que no se cansaban de nadar hicieron hasta competencias en su piscina.
Mientras Owen se asombraba por “la mansión” en qué vivía.
Sus padres se unieron a la celebración con sus extravagantes regalos, y un nuevo auto como lo suponía Jimin, aunque estaba feliz, ya que había dejado a “su bebé” en Stanford, con Jungkook.
Para el atardecer había música en el salón y todos disfrutando del ambiente, habían llegado más invitados, que hablaban con sus amigos de Stanford como si los conocieran de toda la vida.
Y su mirada se quedó pegada en una persona en particular, TaeHyung quien se veía mucho mejor ahora, observaba a Owen que hablaba con varias personas mientras reía.
—Tae…
—Uh, Jimin, tu fiesta va de maravilla — Dijo sonriendo — cuando Jungkook nos dijo su idea, Owen casi saltó de felicidad, por venir a verte te quiere mucho—
Jimin sonrió —Somos buenos amigos, el anime nos une—
—Sí, he aprendido mucho sobre ese tema en los últimos meses, tuve que consolarlo con la última temporada de Demon Slayer, y ni hablar de Jujutsu Kaisen, sumado que está leyendo los capítulos que salen de Bunguo stray dogs— dijo negando con la cabeza mientras sonreía.
—Al parecer se han hecho mucho más cercanos —Jimin levantó una ceja.
—S-si— TaeHyung se sonrojó un poco.
—Atarashī hajimari — Murmuró Jimin.
—¿Qué? — TaeHyung lo miró confundido.
—Significa “Un nuevo comienzo”, a veces hay que soltar el pasado, y abrirse a nuevas oportunidades, la vida puede estar esperando a que abras tu corazón, para darte lo mejor — Jimin le palmeó el hombro — Pero tu futuro depende solo de ti —Le dijo antes de alejarse para caminar hasta su chico guapo.
Jungkook lo abrazó y le dio un beso sin importar que todos los vieran, incluyendo a los amigos de Jimin de Phoenix, él era el afortunado de tener a este bello ángel como su pareja y estaba orgulloso de ellos.
—¿Bailamos?— Preguntó Jimin de forma coqueta.
—Por supuesto — Respondió Jungkook atrayéndolo a sus brazos.
—¿Recuerdas el dia que nos conocimos?, también fue en una fiesta, estabas muy borracho chico guapo — Dijo Jimin de manera juguetona.
—Eso fue muy vergonzoso — Jungkook se rio —Era un idiota en ese momento —
—No lo eras, —Jimin le dio un besito — Solo necesitabas conocerte mejor, a ti mismo —
—Gracias a ti pude hacerlo — Jungkook lo miró a los ojos — Gracias Jimin, por llegar a mi vida en el momento indicado, el instante justo para convertirte en la luz de mis días, por enseñarme la magia de tus colores, y darme la oportunidad de amarte—
—No tienes nada que agradecerme Jungkook, fue el momento indicado para ambos, me enamore profundamente de ti, de hecho creo que sentí Koi no yokan, desde el primer instante en que te vi— confesó Jimin.
—¿Koi no yokan? — Preguntó Jungkook curioso.
—Es como una sensación que tienes al conocer a una persona, y saber que inevitablemente te enamorarás de ella— Respondió Jimin.
—Creo que sentí lo mismo, solo no quería verlo al principio — llegó a la conclusión Jungkook.
—Lo importante es que ahora estamos juntos —Respondió Jimin.
—Y cada día nos amamos más — Susurró Jungkook robándole un suave beso.
Jimin no podía estar más de acuerdo.
. 💜
La música suave llena la sala mientras los invitados disfrutan de la fiesta. Tae observaba a Owen desde lejos, su corazón latía con fuerza, con las palabras de Jimin rodando en su cabeza y la canción romántica que sonaba en el fondo parecía hacer eco de sus sentimientos.
Después de un profundo suspiro, Tae se armó de valor y se acercó a Owen, que estaba charlando con algunas personas, su mente estaba llena de dudas, pero la sonrisa de Owen lo animó a seguir adelante.
—Owen —lo llamó Tae, con una mezcla de nervios y esperanza—, ¿te gustaría bailar esta canción conmigo? —
Owen lo miró, un poco sorprendido, pero con una expresión amable y radiante como de costumbre, aunque estaba visiblemente nervioso, la sonrisa de Tae lo hace sonreír de vuelta.
—¿Bailar? —preguntó Owen, su rostro enrojecido ligeramente—. Bueno, claro, me encantaría—
Tae sintió un alivio momentáneo recorrer su cuerpo y tomó la mano de Owen con suavidad, mientras se dirigen hacia la pista de baile.
Owen parecía estar aún más nervioso, moviendo sus manos sin saber dónde colocarlas.
Cuando llegan a la pista, Tae tomó las manos de Owen y las colocó en su cintura, mientras sus manos fueron al cuello de Owen intentando guiarlo.
Owen, con una sonrisa nerviosa, afirmó sus manos en los lugares indicados, pero no podía evitar sentirse torpe.
—Esto es… raro —admitió Owen con una risa nerviosa—. No soy muy bueno bailando este tipo de canciones, ¿sabes? —
—No te preocupes —respondió Tae, tratando de aliviar la tensión—. Solo déjate llevar por la música—
Mientras la canción avanzaba, Owen intentaba seguir el ritmo, pero sus movimientos son un poco descoordinados, y pisó los pies de Tae un par de veces.
TaeHyung sonríe y hasta le parece adorable la torpeza de Owen, así que es paciente y comprensivo, guiándolo con suavidad.
—¿Cómo te sientes? —preguntó Tae, mirando a Owen con una mezcla de ternura y comprensión.
—Un poco torpe —admitió Owen, riendo nerviosamente—. No estoy seguro de cómo hacer esto, pero me alegra estar aquí contigo—
—Pensé que a Súper Owen nada le quedaba grande— Se burló.
Owen se mordió el labio inferior, últimamente, cuando se trataba de TaeHyung siempre estaba confundido y se sentía torpe, le gustaba pasar tiempo juntos como siempre, pero había algo nuevo allí.
Esa sensación querer protegerlo y estar a su lado, no permitir que entristeciera, despertarlo con cuidado cuando tenía una pesadilla con sus padres, acompañarlo a sus terapias con el médico, para superar sus aflicciones.
Todo eso se sentía bien, y no sabía como llamarlo.
Tae sonrió y ajustó su posición, ayudando a Owen a encontrar un ritmo más cómodo. —No importa si no bailamos perfectamente, lo importante es que estamos aquí juntos—
Owen asintió sintiendo como esas palabras hicieron que su corazón latiera más rápido, y mientras seguían bailando, su nerviosismo comienza a desvanecerse.
La cercanía y la calidez del abrazo de Tae le hacen sentir más seguro, el momento se vuelve especial y cómodo.
Asi que Owen decide ser honesto —Tae, no soy bueno en esto, y no sé que me pasa, pero… me gusta estar contigo más de lo normal, y no sé que es lo siento, ni como manejarlo —
El corazón de Tae se aceleró al escuchar las palabras de Owen, con una sonrisa sincera, Tae se acercó un poco más a él, disfrutando de la conexión que ambos están construyendo.
—Yo también siento lo mismo —confesó Tae, con una mirada llena de emoción— No que puede resultar, pero me hace feliz estar cerca de ti —
Realmente tener sentimientos por Owen, fue algo que TaeHyung nunca se imaginó, pero no estaba nada mal, era diferente a lo que llegó a sentir por Jungkook, sin embargo, lo disfrutaba.
Este chico era una persona un poco torpe y despistado, pero también un increíble ser humano.
—Descubrámoslo juntos, poco a poco— Propuso Owen.
TaeHyung sonrió y escondió su sonrojado rostro en el cuello de Owen —hagámoslo—
La pista de baile se convirtió en su pequeño mundo, donde los nervios y las dudas se desvanecían, y la esperanza de un amor que empieza a florecer.
Mis amores sé que tarde 84 años, pero aquí les traje el final, está un poco largo, pero espero que lo hayan disfrutado.
Mis preciosuras por fin están juntos y los malos obtuvieron su merecido siendo castigados por la ley.
Es hora de que Jimin y Tae vivan sus vidas libres de miedo y llenos de felicidad con las personas que los aman.
Gracias por esperarme y leer esta historia, de verdad los amo.
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