#5 Hombre de palabra
Aspen:
Bastian es un hombre de palabra.
Ha cumplido lo que me prometí la última vez en su oficina y no solo eso, se ha dedicado a cumplirlo bien, no se dirige hacia mí, no tiene o se encarga de tener el más mínimo contacto conmigo.
Lo está haciendo bien aunque me sorprenda, pero..
¿Es necesario tanta indiferencia?
No puedo creer que este diciendo esto, pero me he acostumbrado a tenerlo cerca de mí, que ahora que no esta es lo mismo.
He empezado a extrañar sus acosos.
Ya te volviste loca, Aspen.
—Ya pueden empezar. — Bastian se dirige al grupo.
Y porque voy a mentir, estamos aterrados, no solo vamos a mostrarles nuestros diseños de publicidad a los directivos, de los cuales no me perdido el miedo aun, sino ahora hay que hacerlo por primera vez frente a dos supervisadores de la misma marca.
Las manos me sudan, los pies me sudan, la frente me suda y mi corazón no puedo con tanto.
— Aspen. — Mega me alienta.
Me giro y la observo a ella y a mis otros tres compañeros, Jackson, Harvey y Lauren, quienes fueron los que más pudieron darse tiempo para ayudarme con la publicidad.
Carraspeo y me acerco al primer cartel sobre el mostrador.
—Exprésenos sus ideas, señorita Young. — Habla uno de los directivos y dibujo una sonrisa convincente en mis labios.
—Buenos días. — Saludo. El saludo ante todo, Aspen..— A todos. — Añado eso ultimo mirando a Bastian, él tiene sujeto el mentón con su mano izquierda y a diferencia de algunas semanas, en lugar de ver mis tetas, está mirándome el rostro con una expresión vacía. — El primer cartel..
No paso de esas tres palabras y cuando intento avanzar y sostenerme de algo, veo borroso, a pesar de ello, noto a Bastian intentar levantarse de la silla.
— ¿Aspen?
Y sucede.
Observo todo dando vueltas mientras caigo al suelo y me desvanezco por completo.
Mis ojos se abren al sentir el olor fuerte de alcohol en mis fosas nasales, lo primero que veo es a mis compañeros asustados mientras Megan pasa el algodón lleno de alcohol en mi nariz, me lo entrega al verme para seguir manteniéndome despierta.
¿Qué sucedió?
¿Me desmaye?
¿Por qué están todos aquí?
¿Qué sucedió con la exposición?
— Al fin despiertas. —Menciona aliviada Laurent. —Nos preocupamos.
Harvey me ofrece el alcohol medicinal. —Aquí hay más por si te sientes mal.
Niego y le digo gracias antes de preguntar lo que realmente me importa.
—¿Qué ha pasado?
—Te desmayaste, Aspen. —Dice Jackson. —Perdiste el conocimiento en medio de..
—Debe ser cansancio, has estado presionada desde que empezamos con el proyecto. —Menciona Harvey. —Tú y Laurent se desvelaron más tiempo que nosotros. Necesitas dormir.
Quitando el algodón de mi nariz, pregunto. —¿Y la exposición?
Laurent hace una mueca. —No ha sido tu culpa.
—¿Qué pasó?
— El jefe se encuentra hablando con los invitados de la campaña. —Me dice Harvey. — No te preocupes por eso, dijo que podías irte a casa.
— ¿Irme? .. —Pregunto con miedo. — ¿Estoy despedida?
—No, tontita. —Aclara Jackson. — Dice que debes descansar, se lo explicamos y entendió, nosotros nos encargaremos de la exposición.
—No, yo.. Puedo hacerlo. — Intento moverme y la cabeza me da vueltas.
— Eso es un no. —Dice Laurent volviéndome a acomodarme en la silla.
Pongo la mirada en el pasillo y observo a Bastian conversar con los dos miembros de la campaña, explicándoles mi nada profesional actitud.
Él pone los ojos en mí y es solo eso, se va y el Bastian de antes, el que me seguía a todos lados probablemente se hubiera ofrecido llevarme.
Pero yo me encargue de apartarlo.
Cometí el error de permitir que mamá me sacara la información de mi desmayo y ahora quiere un informe detallado con nuestro medico de confianza.
Lo agradable de esto es que la convencí de ir sola, aunque es algo frustrante tener solo que venir.
No me gusta hacerme exámenes y ya que no soy una persona que se enferma frecuentemente, pienso que no los necesito, me tomo una pastilla y ya está y no he ido al doctor desde que era una niña con mamá.
—Ya conoce a mamá. —Le menciono a nuestro doctor. — Se ha vuelto increíblemente paranoica desde que papá nos dejó.
—¿Puedes culparla, Aspen? Eres lo único que le queda.
— Si, lo sé.. — Respondo. —Pero estoy bien ..¿No es así? No tiene de que preocuparse.
— Si, solo..
— Entonces solo deme los buenos resultados para dárselos, doctor.
El doctor suspira.
— ¿No tienes idea de lo que sucede contigo, no?
Sonrio. — ¿Se supone que suceda algo, doctor? . —Interrogo y mi sonrisa se cae al ver su expresión. — ¿Estoy enferma?
El lee la hoja que llene al ingresar al hospital y que me dieron una enfermera.—Tu expediente dice que tuviste desmayos y nauseas.
—Nauseas no, solo asco y he tenido un solo desmayo. — Suspiro. — Solo dígame si debo empezar a asustarme.
El doctor sonríe. — ¿Es qué aun no te has dado cuenta con lo que estoy diciéndote, Aspen?
Frunzo el ceño.
—No entiendo su juego de charadas, doctor.
—Para empezar ese término esta incorrecto.
—Pero lo entendió.
El doctor suspira y recuesta su espalda en la silla.
—Veamos, Aspen.. Vómitos, desmayos. — Niega mirándome. — Asco a la fritura... ¿no te haces una idea a lo que sucede?
No soy estúpida como para no captar lo que intenta decirme esta vez, mis ojos se abren como platos y me levanto como un resorte de la silla.
— ¡No!
— Si.
— No, no .. no.. —Repito como un disco rayado. —¡No!
Me coloco detrás de la silla.
Con el corazón en la boca, pregunto.—¿Está tratando de decirme que yo?
— Si, Aspen.. Estas..
¡No lo diga!
—N-o No puedo, es.. im- mposible yo.. —Tartamudeo.
No, no es imposible, Aspen.
—Pero lo estas. — Ayy dios mío, esto no está pasando. —Estas embarazada, Aspen.
Hola..
En el siguiente capitulo.
Aspen no recibirá buenas noticias respecto a su embarazo.
El drama empieza aquí.
>> Yiemir.
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