Bastian:

—¿Realmente vas a casarte con Aspen Young?. —Helga irrumpe en mi oficina para hacerme una pregunta de frente y sabía que no tardaría en llegar.

En realidad, ya esperaba que este momento llegara.

Recuesto mi espalda en la silla.

—No puedo creerlo, Bastian, creí que tú y yo..

— He permitido que mantengas tu trabajo porque te guardo afecto, Helga. —Le hago recordar.

— No el afecto que yo espero.

Trago saliva.

—Me agradas y eres buena para tomar decisiones. — Continuo. —Por eso te di un buen puesto junto a los demás accionistas.

—Y estoy agradecida, pero no soy tonta, Bastian, se por qué haces esto. — Dice sin apartar los ojos de mí. — Y me duele que no me tomaras en cuenta.

No respondo.

— ¿Vas a negarlo?

—Estoy enamorado de Aspen.

No me doy cuenta lo sincero que he sido hasta ver el rostro destrozado de Helga.

Si, dios.. Quiero a Aspen..

¿Cuándo ha pasado esto?

¿Cuándo la rubia me ha vuelto tan loco?

—Ya no se trata solo de eso. — Digo sin arrepentimientos. — La quiero.

Decido callar cuando sé que la estoy lastimando y aunque fue solo una cena, siempre he sabido el interés que Helga tiene hacia mí, no he querido ser grosero

—Esto no va a salir bien, Bastian.

Y no se lo niego porque es la verdad, sin embargo haré que salga bien.

Aspen:

—Nos alegra conocerte al fin, Aspen.—Me saluda con una abrazo la mamá de Bastian cuando ingreso a su casa.

Rompo nuestro abrazo y le sonrio. —El gusto es mío, señora.

Me aparto para saludar al padre de Bastian. —Ya nos conocíamos.

—¿Nos conocíamos?

— Lo he visto ir a la empresa la última vez. —Menciono. —Mucho gusto, señor Ivanok.

—El gusto es mio, Aspen.

—Tus padres son agradables.

Él sonríe feliz al escucharme.—También les agradaste, en especial a mi madre.

Estamos en la cama desnudos y cubiertos con los sabanas después de hacer el amor, estoy apoyada de costado y en mi codo para tener una perfecta mirada de sus ojos.

—He estado pensándolo..

Bastian me oye atento.

—No necesito un anillo, ni una boda lujosa, Bastian. —Respondo con mi corazón acelerado. —Solo te necesito a ti.

Me sonríe. —También te necesito a ti, Rubia.

Me acerco a presionar mis labios sobre los suyos, hasta ese momento él está ignorando mis verdaderas palabras.

—Entonces que solo sea una boda tranquila.

Sus ojos se abren.

—¿Rubia?

—Seremos una familia pronto y también quiero esto.

— Aspen...

—Pero solo civil, al menos por ahora..

—¿Rubia, eso quiere decir?

—Si. — Respondo poniendo fin a sus dudas. —Casémonos, Bastian.