#12 Miedo
Aspen:
—No recuerdo haber dicho que sí.
—Voy a lograr que lo hagas, rubia.
Me llevo las manos a la cara.—No puedo creer que se lo hayas dicho a todos en la reunión.
—Quise aprovechar la ocasión.
Bajo mis manos.—Luces muy confiado.
—Lo estoy.
Suspiro.—¿Qué estoy diciendo? No he venido hasta aquí por eso.— Le señalo con mi dedo acusador.—¡Le has prohibido a los guardias que me dejen entrar!
Bastian frunce el ceño.—Y ya que te veo aquí no han hecho bien su trabajo, rodare cabezas hoy.
—No me has dado una explicación.. ¿Por qué lo has hecho?
—Porque ya no trabajas aquí.
¿Ah?
—¿Qué?
—Estas despedida.
— ¿Qué?
—Te estoy despidiendo, Aspen.
Mis ojos no pueden estar más abiertos.—¿Me has despedido?
—Es más unas vacaciones..
—¿Vacaciones?
—Sí, tómalo como unas vacaciones hasta que el embarazo termine.
—¿Me has despedido por estar embarazada?
Los ojos de Bastian me observan fijamente, de pronto su actitud se vuelve dura.—No voy a dejar ningún cabo suelto, Aspen... Las palabras del médico fueron claras y este trabajo solo te traerá complicaciones, el estrés y todo lo demás.— El niega mirándome.—Ya te arriesgue demasiado dándote la publicidad, no pienso volver a hacerlo.
—¿Me has despedido por eso?
—Aspen.
—No.— Lo detengo alzando la voz.—Sabes que me gusta trabajar aquí.. no puedes..
—Solo será hasta que nazca el bebé.
—Tu no decides eso por mi.—Le corrijo.
— No, rubia, ya lo hice.
Mala respuesta, Bastian.
—Aspen, por favor.— Los pasos de Bastian me han seguido hasta la calle.
Me toma del brazo y me hace girarme hacia él.
—Por favor, hablemos.
— ¿Ahora quieres hacerlo? Porque no hablaste conmigo cuando tomaste la decisión de despedirme.
Bastian traga saliva.—Solo quiero cuidarte, mi amor.
Ignoro el hecho que me ha llamado "Mi amor" por primera vez y que mi corazón se encuentra más acelerado por esas dos palabras que por nuestra ahora discución.
—No soy una muñequita de porcelana, Bastian, no voy a romperme.—Menciono.—No necesitas cuidar de mi todo el tiempo.
—En realidad pareces más una barbie.— Sonríe con arrogancia.—Por el cabello rubio.
—También existen barbies morenas.— Le hago saber.
Su sonrisa cae.—Y te equivocas, si necesito hacerlo, necesito cuidarte ahora más que a nada.
—No puedes tomar decisiones sin consultarme, Bastian.
—Puedo hacerlo si soy el jefe.
—Pero también eres mi novio, los novios hablan estas cosas y no está bien que te tomes el privilegio de decidir las cosas por mí.
El frunce el ceño, su rostro muestra molestia.— ¿Esto es por despedirte o por que di por hecho que eres mi prometida?
Trago saliva y mirando sus ojos decido decirle la verdad.
—Por ambas.— Soy honesta, por más que le duela.—Estamos en una relación ¿No?
Él se sube la mano a la frente, rascando como si tratara de controlarse.
—Quiero mi trabajo de regreso.
— ¿Acaso no lo entiendes?
— ¿No entiendo qué?.—Pregunto molesta.—¿Qué pretendes tratarme como un jefe hasta en nuestra relación, Bastian.. ?¿Qué no..?
—Que no quiero perderte.
Me detengo al escucharlo, sus ojos me observan con temor.
—Tengo miedo, Aspen.—Me confiesa luego de unos segundos.—Yo solo trato de cuidarte lo mejor que puedo, nunca he sentido la necesidad de hacerlo con alguien y lo hago tan intensamente que no mido las consecuencias.
Eso me quedo claro.
—Rubia, estoy aterrado por todo esto.
—No va a pasarme nada.—Le aseguro.—No va a pasarme nada ni a mí, ni al bebé.
— ¿Puedes prometerme eso? ¿Puedes estar segura?
—Lo estoy.— Respondo enseguida, completamente segura.—Porque voy a luchar por los tres y aunque vea esa luz a final del camino, haré hasta lo imposible por volver a ti.
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