Capítulo 24.

Era el turno de la reina, pero debo decirles que la reina estaba cagándose encima por el miedo que tenía.

No era un buen plan, no sabía si tendría el control suficiente para enfrentarme a Víctor una vez más y otra vez sería completamente a solas... O casi.

Mi jugada era sencilla pero para mí era complicada. Ya tan solo con tener que permanecer con Víctor en un lugar por más de treinta minutos era demasiado, más aún después del inconveniente en la emisora, pero era necesario si queríamos destruir a Víctor para siempre.

El plan era absurdamente imperfecto. Había riesgo en cada movimiento, tal y como un juego de ajedrez. Ronnie estaba tan segura de que Víctor no sabría jugar a su juego, pero yo lo conocí más de cerca y sé que él está tan malditamente desquiciado que lo más seguro es que disfrute de nuestro juego y quizás pueda resultar el ganador si no teníamos cuidado.

—¿Por qué eres la reina y yo no? Es una respuesta simple—me había dicho Ronnie aquella noche mientras movía la pieza de la reina blanca a su nueva casilla—. El rey negro está fascinado con la reina blanca, puedo decir que hasta enamorado, en su loca y absurda manera. Está tan segado por la reina que sus movimientos pueden fallar y es en ese momento que la reina debe atacar.

Y era cierto, Víctor estaba obsesionado conmigo, no dejó de buscarme, me encontró y exige tenerme de vuelta. Pero me enfermaba, no sólo el hecho de que ese hombre me arruinó por completo en cuerpo y alma, sino también el oscuro lado detrás de esos ojos azules. Le gustaba tener niñas, de ocho, diez años y Ronnie tenía suficientes pruebas, aunque no me mostró todas, según esa pieza no era acta para que nadie la viera, era demasiado... cruel.

Había papeles que constaban que Víctor había hecho negocios con la pornografía y los videos en CDs que había recolectado Ronnie lo mostraban a él tan metido en la pornografía infantil. Solo pude ver tres videos, la obligué a que los detuviera cuando ese asqueroso hombre desabrochaba su cinturón y la pobre niña que estaba frente a él suplicaba que la dejaran en paz. Ella tenía diez CDs en sus manos, pero una grabación era la más aterradora, tenía una larga duración, porque no sólo había sido una niña en un mismo lugar, sino seis. Esa era la grabación cruel y solo Ronnie había sido capaz de verla, Colton tuvo que salir a vomitar cuando ambos observaban el material que habían encontrado en El Cóctel.

—Esto es lo poco que pude conseguir, pero sé que hay más, Stella y no están en el cóctel. Así que este será el nuevo movimiento...

Teníamos que irnos, Blake y yo solo pasamos la noche en ese lugar. Estuve toda esa noche sin poder dormir, Blake me abrazaba y me consolaba, estaba impotente y nervioso, él no quería que participara en esto.

—Es demasiado riesgoso.

—Tú me escucharás, estarás en mi oído a todo momento—le había susurrando mientras me abrazaba con fuerza.

—Sé que te dije que no debías huir, pero... Esto es demasiado, Stella. ¿Y si te hace daño? ¿Si te aleja de mí? ¿Qué voy a hacer yo sin ti, Stella?

—Si yo no logro acabar con esto prométeme que lo terminarás por mí.

—Amor...

—Prométeme que acabaras con ese hombre si yo no puedo seguir—lo había visto a los ojos y con ambos a punto de romper a llorar finalmente él me respondió.

—Lo prometo, Pebbles.

Al día siguiente volvimos a Nueva York, el que sería un viaje de escape había terminado siendo un viaje para formar parte de nuevos planes. Ronnie antes de que hiciéramos nuestro check-in me había separado de los demás haciendo que sus palabras solo fueran escuchadas a mis oídos.

—No quiero que actúes nerviosa después de que te diga esto. Nos están vigilando en este momento—me tenso pero trato de relajarme y no mostrarme preocupada—. A partir de ahora debemos ser cuidadosas, en tu maleta está un teléfono desechable. Ve para ambos lados cada vez que quieras comunicarte conmigo. Revisa tu casa, tu oficina, si tienes un auto también revísalo, haz lo mismo con las cosas de tu príncipe azul y cuidado con lo que dicen por teléfono.

—¿Crees que él haya llegado al extremo de invadir nuestra privacidad?

—Ese hombre es capaz de todo por ti, Stella y no lo digo en un buen sentido.

Ella me abraza con fuerza y susurra en mi oído.

—Me encantó volverte a ver. Saber que eres feliz y que pudiste encontrar esa vida que siempre quise para nosotras—su abrazo se hizo más fuerte e incluso su voz se había quebrado un poco—. Por fin tendrás una vida tranquila.

—La tendremos, Ronnie.

—Mi tiempo ya acabó—rompió nuestro abrazo, sus palabras me habían marcado, ¿que estaba tratando de decir? Quise preguntarle pero ella solo negó—. Una cosa más, si por alguna razón no te contesto una llamada o mensaje en veinticuatro horas llama a Colton, él te guiará.

—¿De que estas hablando?

No me había contestado, me obligó a subir a ese avión con Blake y le hizo prometer que cuidaría de mí. Luego había mirado hacia Colton, él también nos acompañaría. Se acercó a él, lo envolvió en un fuerte abrazo y le dijo unas palabras imperceptibles a nuestros oídos. Cuando estábamos en el avión, Colton me dijo entre lágrimas las palabras de Ronnie: Eres y serás por siempre mi príncipe azul.

Ahí lo entendí. Ronnie se estaba despidiéndose de nosotros, porque ella estaba muy segura de que no nos íbamos a volver a ver.

Cuando llegamos a Nueva York puse en marcha el siguiente movimiento. Con mi mano temblorosa, sentada sobre el colchón con Colton y Blake mirándome con atención le escribí a Víctor.

Es hora de enfrentarnos como realmente se debe hacer. Quiero verte, es tu casa o la mía.

No pasó ni un minuto cuando mi teléfono vibró en respuesta.

Mi casa, Berry. Estoy ansioso por volverte a ver aquí.

Enfundada en un vestido color rojo sangre por encima de mis rodillas y unos zapatos de aguja del mismo profundo color, me detengo frente a la reja de aquel lugar al que alguna vez vine a prestar mis servicios. Estaba de vuelta en esa mansión. La reja se abre y me deja paso hacia el camino de piedra que me lleva a la entrada del lugar. Tomando una respiración profunda me enderezo y camino con seguridad hacia la puerta principal.

—Está tan enfermo que te verá por las cámaras de seguridad, le excita verte segura porque piensa que es solo una fachada de tu parte. Tratará de romperte, es su mayor diversión, Stella.

Segura. Segura. Segura.

Es lo único que me repito mentalmente mientras pienso en las palabras de Ronnie.

—Tranquila Stella, todo estará bien, si algo no te cuadra intervendré—escucho a Colton en mi oído—. No dejaré que nada malo te pase.

Pero no podía responderle porque Victor podía darse cuenta de que tengo un pequeño auricular en mi oreja.

—Solo respira profundo, Pebbles. Todo saldrá bien.

Necesitaba escucharlo era a él, a Blake, porque tan solo escuchar su voz quitaba un peso gigante de mis hombros.

No tuve que tocar la puerta, ésta se abre y el demonio de ojos azules hace acto de presencia, con esa sonrisa tan particular y especial.

Era el turno de la reina y aunque la reina estaba cagándose encima por el miedo, ella tenía que ser fuerte, porque de esa jugada valía que el jaque mate pudiera convertirse en realidad. 

Jijijiji este es el capítulo que les debo del marte... ¿Que les pareció? Todavía me falta subirles el que correspondía de ayer... Lo haré en unos minutos, solo me falta editarlo :)

Capitulo dedicado a Solis232, espero que te guste :)

Muy pendientes que dentro de un rato les subo el 25 :)

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