Capítulo 23.
—Eras la chica más joven de El cóctel, era obvio que Víctor quedaría embobado por ti y como siempre has sido bonita, Stella, fue más fácil para quedarse prendado de ti. Llegaste en el momento equivocado.
Llegué en el momento equivocado...
—¿Por qué tu padre verdaderamente te entregó a Víctor, Ronnie?
—Sí, los rumores eran ciertos, era por deudas. Mi padre le había prometido muchas cosas a Víctor y siempre había sido un perro fiel hasta ese último pedido. Mi padre era un desgraciado, pero su mínimo era dieciséis años, no raptaría a ninguna niña.
—No lo entiendo, ¿entonces porque te entregó? Pudo haber dado algo más, no a su hija.
—Esa es la parte de la historia que nadie conoce—sus ojos dejaron de lado a la ira para darle paso a la tristeza—. Era una chica ya más grande, sabría soportar los malos momentos, además Víctor es de matar. Le dio un plazo a mi padre, si no me enviaba a El cóctel mi abuela moriría. Yo lo acepté, odiaba a mi padre por haberse metido con un hombre como ese, por tener el trabajo que tenía. Pero él siempre fue el mejor hombre del mundo conmigo y con mi abuela.
—¿Qué pasó después?
—Nada—se encoge de hombros manteniendo su mirada en sus manos—. Antes de llegar a El cóctel le prometí que conseguiría la forma de destruir a Victor. Cinco días después de estar en el club Victor me comunicó que mi padre había matado a mi abuela para posteriormente ponerse un cañón de una pistola dentro de la boca y suicidarse.
Abrí mi boca con sorpresa. Creía que su padre seguía vivo durante la estancia de Ronnie en El cóctel, incluso pensé que alguna vez el padre estaba rondando en el lugar para ver de lejos a su hija. Nadie podía ser tan malo con sus hijos, me dije en ese entonces.
—Recuerdo esa noche entrar al baño y llorar por horas, algunas chicas del club se hicieron las locas cuando me veían sollozar. Tal vez pensaban que era demasiado para mi estar en ese lugar. No lo sé—susurra con confusión, luego sube su mirada nuevamente observando mi rostro—. Solo una chica se acercó a mi esa noche para preguntarme si todo estaba bien. Me había acariciado la espalda y susurraba una y otra vez que todo estaría bien. Fue la primera vez que crucé palabras contigo.
Para ser sincera no recordaba ese momento, era como si se hubiese borrado de mis recuerdos.
—Eras más joven que yo, se notaba. Me dio miedo por ti porque sabía que no podrías salir de las garras de Víctor. Tiempo después él te reclamó como lo más preciado en su club. Por mi parte yo tuve que empezar a fingir que mi padre era un ser asqueroso que había entregado a su hija a un monstruo, todo había sido parte de mi plan y que tú te fueras de El cóctel era el paso final para lograr lo que tenía en mente.
—¿Por qué no has dicho nada sobre esto? Si tienes las pruebas debiste sacarlas a la luz.
—La paciencia es una virtud, Stella. Mientras más esperas, todo puede ser analizado con calma y así lograrás tu objetivo. Nos encontramos de nuevo, eso es lo más importante porque tú eres la reina en este juego de ajedrez. Tú harás los movimientos más importantes.
Quise preguntarle a Ronnie de que estaba hablando. Sus frases en clave ya me estaban poniendo nerviosa. Pero en ese momento Colton entra a la sala con Blake a sus espaldas, este último me pregunta con la mirada para ver si todo está en orden a lo que yo asiento embozando una pequeña sonrisa.
—Hay que hablar sobre qué haremos a partir de ahora—Manifiesta Colton con preocupación—. No paro de recibir llamadas de Alana.
—¿Alana?
—Te dije que había estado ahí cuando Colton enfrentó a Victor—explica Blake al ver mis dudas.
—Al parecer quiere saber de qué parte del planeta provengo, aunque yo estoy casi seguro de que quiere explicarme como la herencia le corresponderá totalmente a ella.
—Eres guapo—Ronnie suelta las palabras haciendo que todos miremos hacia a ella. Su rostro esta sin expresión, ella solo observa con atención a Blake—. Berry consiguió un príncipe azul.
Blake se sonroja un poco, da un paso al frente y extiende su mano a Ronnie para presentarse.
—Mi nombre es Blake...
—Anderson, lo sé. Colton me habló de ti y el cómo te tendría que meter en todo este asunto sin yo quererlo. Estarás detrás de Stella pase lo que pase.
—Tienes razón, no la dejaré por nada en el mundo—dijo esto último regalándome un guiño. No pudo ser más tierna su acción.
—Solo te advierto algoo, príncipe azul, hay cosas que no te van a gustar, pero por el bien de todos los involucrados vas a tener que aceptar.
—Ella tiene razón, considerando que Stella será quien actúe en la mayoría de las cosas.
—La reina—susurra Ronnie.
—¿Qué quiere decir eso? Ya antes lo habías mencionado.
Ronnie mira a Colton y este se retira, no pasa mucho tiempo para que él vuelva pero sus manos vienen cargando un pequeño maletín de cuero. La posiciona en la mesa de centro de la sala y luego Ronnie se encarga de abrirlo.
Dentro del maletín se encuentra un tablero de ajedrez, con las clásicas piezas negras y blancas que desde lejos se puede observar que están hechas de madera.
—Dentro de rehabilitación me hice amiga de un adicto a la heroína quien en su momento había sido muy inteligente. Incluso se había ganado una beca para estudiar en Harvard—mientras ella relata su historia, va organizando pieza por pieza en el tablero de ajedrez—. Pero lo que tenía de inteligente lo tenía de inocente y estúpido. Empezó con un poco de marihuana, paso a la cocaína y cuando esta no lo satisfacía se metió de lleno a la heroína. Tuvo una sobredosis y el niño listo solito se metió en rehabilitación.
»Era de esos chicos en los que no sabías si podías confiar pero estaba metido en la misma mierda que tú y sabias que iba a entenderte. Le conté mi muy defectuoso plan, el cómo iba a destruir a Víctor, en un principio era yo sola la que iba actuar. Pero el chico realmente sin drogas en su sistema era un cerebrito.
—Siempre le digo a Ronnie que se enamoró de su compañero de rehabilitación—comenta Colton a mala gana.
—Para nada, solo le tengo un cariño muy especial. Él me enseñó a tener paciencia, ¿sabes?—Termina de colocar la última pieza en el tablero—. El ajedrez no es para cualquiera y él me lo hizo saber. Pero la práctica ayudaba y su plan era mucho mejor que el mío si lo ponías en el tablero.
—¿Te enseñó a jugar?—interroga Blake.
—Él me enseñó a ganar, príncipe azul—Ronnie sonríe y me señala el tablero—. ¿Juegas, Stella?
—¿Por qué tengo la impresión de que no hablas solo de una partida?
Ella suelta una risita que parece ser de una niña. Ronnie toma un peón blanco y mueve la ficha hasta la casilla e4.
—Hay una técnica para hacer jaque mate en cuatro movimientos. Se llama jaque mate pastor. Todo empieza con el peón, en este caso es Colton explotando a propósito frente Alana. El otro jugador responde a la jugada, pero al estar tan concentrado en como destruir al rey del adversario mueve incorrectamente una pieza—Ronnie en esta ocasión mueve un peón de las negras colocándolo frente al peón blanco—. La distracción está plantada, ahora es el momento de hacer otro movimiento, esta vez es el turno de la reina de hacer una ligera distracción.
En ese momento, mi teléfono suena fuertemente sobresaltando a los presentes exceptuando a Ronnie. Ella me mira con atención.
—Mira el mensaje.
Con temor, saco el teléfono de mi cartera y al ver el remitente mis vellos se erizan. Es un número desconocido, pero sé que es de Víctor. No pierdo mucho tiempo y lo abro horrorizándome con lo que leo.
Ella nunca fue una buena chica, no como tu mi Berry. Ya las encontré, a ella le daré su merecido, a ti te llevaré hasta el fin del mundo y nada ni nadie podrán impedirlo. Tu dueño.
—Ahí está el peón negro atacando—susurra sonriente Ronnie al ver el mensaje cuando le extiendo el teléfono—. Es hora de la reina de hacer un movimiento, ¿estás lista?
Jjijijiji dejaré esto por aquí y me alejaré lentamente.
Capítulo dedicado a Eyen ❤ Espero que te haya gustado. La dedicación del siguiente capítulo la escogeré en comentarios, totalmente al azar.
Nos leemos el martes :)
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