Capítulo 17.
BLAKE.
—Es un idiota, Blake. Realmente no sé cuánto más pueda aguantarlo.
Iris resopla dejando salir un humo denso de su boca. Las temperaturas en Nueva York habían descendido un montón y podía asegurar que nosotros éramos los únicos tontos que nos encontrábamos en la azotea de un edificio, solo para estar contando chismes.
—Te dije que triple B no podría hacerte feliz en ningún momento, Iris. Debes terminar con esto.
—No puedo hacerle eso a mi papá.
—Tu viejo es un testarudo. Y me vas a disculpar, pero él está velando por sus propios intereses y no por la felicidad de su hija—sabía que era duro, pero tal ver era la única manera de que Iris entendiera en que se estaba metiendo—. Un matrimonio arreglado es sinónimo de desastre.
—Solo quiero hacer algo correcto para los ojos de mi padre por una vez en mi vida, Bam Bam.
—¿Tu futuro y felicidad lo vale?
Iris no contesta, pero ella sabe la respuesta a esa pregunta.
No podía creer que su padre era tan egoísta, le estaba arruinando la vida a su hija con un imbécil solo para él volverse aún más millonario.
—Debes decidir pronto lo que harás.
—Cambiemos de tema, por favor, no quiero seguir hablando de mi padre o de Birger—Iris frota sus manos sobre sus guantes y salta un poco para agarrar calor—. ¿Qué tal las cosas con Stella?
Tan solo escuchar el nombre de mi Pebbles me hace sonreír. ¡Mierda! Estoy arruinado.
A pesar de todas las cosas que han sucedido estas últimas semanas, Stella y yo tratamos de que todo funcione correctamente. Me duele cuando llora, me duele verla desesperada por su amiga y me duele verla a veces tan triste. Por más que quiera luchar contra ello Víctor la desequilibra, demasiado.
—Seguimos en la lucha.
—¿Y Víctor?
Iris no sabe la historia por detrás de Víctor y Stella, pero tiene el conocimiento de que algo pasó. Me incomodaba involucrar el nombre Víctor con el de Stella, ella sacó su dos más dos y llegó a un cuatro. Además, para nadie es un misterio que Víctor Williams es un hijo de puta, tanto con su familia como con sus empleados.
—No quiero hablar de ese capullo.
En realidad si quería hacerlo, o más bien algo relacionado con él. Colton, su hijo no reconocido.
Colton nos había dicho que Alana no sabía de su existencia, pero me parecía injusto de que fuera así. Desde que me enteré de la existencia de Colton he querido levantar mi teléfono para llamar a Alana y hacerle saber, pero algo me detenía y era el que yo no le debía nada a Alana Williams, me humilló, me rompió el corazón.
Pero, ¿por qué aún sentía que era correcto contarle sobre Colton?
—Tengo un debate mental—Le susurro a Iris quien se había mantenido en silencio al igual que yo por un largo tiempo—. Es algo que Theo no conoce.
—Uh, eso me interesa. Si vamos a hacer una costumbre el que me cuentes antes que a Theo tus secretos deberías bautizarse como tu mejor amiga, ¿qué te parece? Pero la primera, no acepto segundos lugares.
—Theo me cortaría el pene antes de que eso sucediera.
—Uh, bueno, cuéntame que te perturba. Después bailaré sobre el trasero de Theo con mi nueva canción "Yo lo sé, tú no sabes".
Iris hace un bailecito extraño mientras que repite la frase unas cinco veces. No puedo evitar reír. No podía estar más agradecido con la vida por tener amigos tan maravillosos.
Mi sonrisa se esfuma al volver a pensar sobre Colton, cosa que hace prestar atención a Iris quien ahora me mira seriamente.
—¿Es grave?
—Debes prometer que no le dirás a nadie. Al menos no por ahora.
—Entonces si es grave.
—Sí, considero que un hijo ilegítimo de Víctor Williams es bastante grave.
Iris deja caer su mandíbula y abre sus ojos extraños de par en par, la he dejado sorprendida. Tan sorprendida como lo estuve yo cuando me enteré.
—Mi conflicto mental es de yo contándole esta bomba a Alana.
—¿Alana no lo sabe?—Ella suena aún más impresionada.
—No, Víctor se lo oculta.
—Espera, rebobinemos un poco, Víctor tiene un hijo ilegítimo, tú te enteraste de eso y sabes que Alana no tiene conocimiento de nada. No entiendo, sé que es difícil de digerir que Víctor tiene otro hijo pero, ¿Qué es lo que te... —Iris se interrumpe captando a lo que quiero llegar, ella me lanza una mirada fulminante, cosa que me da miedo al ver sus ojos coloridos brillar—. No eres tan idiota, Blake.
—Yo...
—Ella no merece que tú vayas a buscarla para contarle sobre esto. ¡Que se joda!
—Solo pienso que esto puede ayudar a Stella, no busco nada con Alana, solo quiero ayudar a mi novia.
Iris me mira por un largo rato sin decir una palabra. Luego caigo en cuenta en lo que dije, debo aprender a cerrar la boca.
—No sé qué problema existe entre Víctor y Stella, tampoco voy a preguntárselo porque sé que es algo privado que solo les concierne a ellos, pero Blake, esto debes hablarlo con Stella, no cometas un imprudencia solo por querer ayudarla.
Ella tiene razón, no puedo cometer un error si esto le afecta a Stella, ya es demasiado con lo que tiene que cargar.
Un pitido sale de mi celular, cuando veo la pantalla me doy cuenta de que es la alarma, ya es hora de volver a la cabina, dentro de poco iniciará el programa y tengo que estar ahí.
—¿Ya tienes que irte?
—No, el idiota de Tom me pidió que nos reuniéramos para planificar los programas de la semana que viene—ella suspira aburrida, verdaderamente odia a Tom.
—Uhh, ¿Tomiris es real?—me burló un poco de ella y por esa razón me gano un puñetazo en mi brazo.
Iris golpea duro.
Entre risas nos dirigimos al ascensor, Iris acepta escuchar el programa en la cabina mientras espera a que Tom se desocupe con algunos asuntos.
En el camino nos encontramos a parte de mi equipo, así que todos juntos nos dirigimos a la cabina. Cuando estamos dentro, ya Johnny está ahí, pero él no nos presta atención, el solo observa horrorizado hacia la cabina insonorizada. Así que pongo mis ojos a ver detrás del cristal y es cuando noto un pequeño bulto con cabello castaño. Ella está llorando, sollozando, está desesperada.
Me asusto, porque la que está detrás del cristal casi teniendo una ataque de pánico es Stella, mi Pebbles.
Dejo a todos atrás, abro la puerta de la cabina y luego me sumerjo dentro de ella para alcanzar a mi chica.
—¿Pebbles? ¿Pero que...
¿Qué coño ha pasado?
Cuando abrazo a Stella ella se estremece y rompe a llorar aún más fuerte. Su estado me hace atar cabos, la única cosa que puede lograr hacer llorar a Stella de esa manera es él.
El desgraciado Víctor Williams.
Yo solo dejaré esto por acá y les diré que el capítulo que viene estará on fire.
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Nos estamos leyendo.
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