Capítulo 12.

El mensaje ya estaba escrito, pero no había sido enviado aún. Blake, sentado a mi lado mantiene su mirada fija en mí mientras que yo solo puedo observar las letras en la pantalla.

Hola Colton, ¿cómo estás? No, no me conoces y yo tampoco te conozco, pero necesito hablar contigo. No quiero darte detalles por aquí, prefiero hacerlo en persona.

—Da miedo—Formo una mueca a la vez que Blake esboza una de sus sonrisas.

—Si, Pebbles, creo que suena como un mensaje de "voy a secuestrarte así que ten cuidado."

—Me da miedo de que si menciono a Apple luego él no me quiero responder.

Suelto un suspiro y borro las palabras antes escritas. Esto es una pérdida de tiempo. De igual manera, ¿en qué pensaba al llamar al número que resultó ser la casa del tal Colton? ¿Le hubiera dicho lo mismo que escribí hace unos minutos si hubiese contestado él? Era absurdo. Lo que podría haber conseguido es una maldita denuncia.

—¿Tienes alguna idea de cómo abordar a este sujeto?—Blake asiente y saca su teléfono del pantalón.

Prestando atención a la pantalla presiona unos dígitos en su teléfono para luego llevarlo a su oreja.

—Te dije que yo debía ser quien lo llamara. Te me adelantaste hace rato, ahora yo me adelanto a tus movimientos—Picotea mis labios y sin perder su sonrisa entrelaza nuestras manos.

—¿Está sonando?—Él asiente en respuesta—. ¿Qué le dirás?

Blake va a responder pero antes de hacerlo su cuerpo se tensa, le han contestado.

—Buenas noches, ¿hablo con Colton Quill?

Blake se levanta y sale de mi habitación. Prefiero no seguirlo y no escucharlo, me recuesto sobre mi cama y solo cierro mis ojos tratando de desaparecer. A veces quería que el tiempo volviera atrás, cuando estaba tan bien escondida que nadie me podría encontrar, pero también recuerdo el lado negativo a aquello.

Si el tiempo volviera atrás no tendría a Blake conmigo.

En tan solo pensar que Blake no estuviera a mi lado solo me digo internamente que debo ser fuerte y seguir luchando contra todos, en especial contra Víctor.

La puerta es abierta, abro mis ojos pensando que es Blake pero es Penny, ella se arroja a un lado sobre la cama. Suelta un fuerte suspiro y niega con su cabeza antes de soltar una risita.

—¿A qué viene eso?

—A que quiero un Blake para mi solita—golpea mi hombro para después sentarse sobre sus piernas—. Ese hombre es el premio gordo, Stella, y tú te lo ganaste.

—Tú también tendrás tu Blake, tal vez uno con mejor trasero—muerdo mis labios evitando sonreír—. Mentira amiga, nadie tiene mejor trasero que mi Blake.

Las dos reímos divertidas. Sabía que ella estaba tratando de animarme, tal y como siempre hace, pero también estoy segura de que detrás de sus palabras también hay mucha verdad.

Penny no había tenido mucha suerte en el amor. Edward no había sido el único idiota en su vida, en realidad habían sido 4 en total: Zack, Trevor, Junior y Edward.

Zack fue su primer amor, solo sé los detalles que Penny me dio ya que en ese momento yo me encontraba recluida en El Cóctel. Zack solo quería tener sexo con Penny, cuando no lo logró mi amiga solo ganó mil insultos por parte de él, en donde estaba incluso que ella era una frígida.

Trevor fue el siguiente, era un idiota. El tipo se acostaba con cualquier cosa que tuviera tetas y vagina. ¿Su excusa? Penny, bebé, tengo necesidades y tú no me satisfaces. ¿Lo peor? Penny le perdonó tres infidelidades.

Junior era de esos calladitos que resultan ser peligrosos. Pensé que Penny había encontrado al tipo perfecto. Todo iba de maravilla hasta que este quiso explotar la cereza de mi amiga, ella no estaba lista y Junior trató de violarla. Ahora él tiene enmarcado una hermosa orden de alejamiento sobre la pared de su habitación.

Y por último tenemos a la guinda del pastel, Edward el golpeador. La vez que vi la bofetada de él hacia Penny no había sido la única vez que él la había golpeado, habían sido varias, solo que esa vez yo llegué en el momento adecuado para descubrir aquella atrocidad. La nariz rota del niño bonito por parte de mi puño hizo reaccionar a Penny.

Todo había sido por lo mismo, el sexo. Penny es más virgen que una monja de convento y no, no era porque quería llegar al matrimonio siendo una chica pura. Para ella la virginidad era importante y quería dársela a alguien que realmente la amara, que la respetara y lo más importante que la esperara.

Todos esos chicos que habían salido con ella pidieron explotar su cereza a pocos meses de conocerse. Junior lo hizo al sexto mes, para darle un poco de crédito al violador fue el que más tardo en pedírselo, supongo que era su táctica.

Sus relaciones habían sido tóxicas, ella se sentía tóxica y por más que le repitiera de que todo no era su culpa pues... Ella lo pensaba así.

—Me alegra que hayan vuelto—susurra ella—. Eran miserables estando separados.

—Soy miserable cuando no lo veo en veinticuatro horas—confieso imitando su posición sobre la cama—. A veces me asusta depender tanto de él.

—No es malo depender de alguien en algunas ocasiones, lo importante es saber cuando llega al punto de ser tóxico. Te lo dice una profesional con respecto a las relaciones tóxicas.

—No ha llegado ese alguien para ti—me encojo de hombros restándole importancia al asunto—. Pero cuando llegue, que sé que lo hará más temprano que tarde, voy a recordarte cada día como pensabas que eras una chica tóxica mientras que veo como tu relación está siendo todo un éxito. Para que veas que si se puede y que nada es malo para siempre.

Penny me envuelve en sus brazos y nos mantenemos abrazadas, mostrándonos unidas a pesar de todos los malditos problemas que tenemos sobre nuestros hombros.

—Siento interrumpir este momento de pijamada de mejores amigas—Blake entra en la habitación con una sonrisa pícara en sus labios—. Aunque debo admitir que me siento mal porque no llegué para el momento de pelea de almohadas en ropa interior.

Tomo una de las almohadas arrojándola sobre él. Blake no vio venir mi ataque, tanto que terminó con un golpe sobre su cabeza.

—Eso es muy asqueroso, Bam Bam.

Blake recoge la almohada del suelo para después caminar hacia la cama y sentarse en el cómodo colchón.

—Me encanta verte en ropa interior—explica nada avergonzado, como si estuviera hablando del clima.

—Okey, tórtolos, los dejaré solos, que pasen buenas noches y por favor, no hagan tanto ruido, quiero dormir bien.

Penny, risueña, sale de la habitación y cierra la puerta a sus espaldas. Todo es tan rápido que minutos después estando en silencio es que capto sus palabras.

Nunca he sido ruidosa.

—Hablé con Colton—Blake me despierta de mi ensoñación, lo que viene ahora es importante así que me mantengo lo más concentrada posible.

—¿Qué le dijiste?

—Me presente, le dije que necesitaba hablar con él sobre algunos temas y quedamos en vernos mañana a las diez.

—¿Así de sencillo?

—Así de sencillo—besa mi mejilla pero rápidamente se aparta, con la duda marcada en su mirada—. Hay algo curioso.

—¿Qué cosa? A parte de que le dijiste que querías hablar con él y no pidió ninguna explicación de tu parte—menciono sarcásticamente pero Blake no lo capta ya que se mantiene pensativo.

—Él dijo creer escuchar mi nombre en algún lugar. Creo que me conoce.

—Eres locutor de uno de los programas radiales más escuchados de Nueva York, Bam Bam.

—No, no, no tiene nada que ver con el programa—finalmente me mira y dice—: Yo también creo conocerlo.

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