{Capítulo 4}
Fría, oscura... la lluviosa noche que cubría la ciudad de Londres por completo era como cualquier otra. Recorriendo por las calles de la ciudad, una limusina negra se detiene en un semáforo. Angustiado, se encontraba un hombre de negocios vistiendo un elegante esmoquin. En la parte trasera de la limusina, de camino a una importante gala, masajeaba su cabeza con su mano derecha mientras analizaba una gráfica en una tableta inteligente.
— Las finanzas han mejorado considerablemente en comparación con el trimestre anterior—Dice en voz alta con optimismo.
— ¿Hay algo más que desea saber? —Pregunta una mujer joven de forma educada.
— No, por el momento no... Haces un excelente trabajo, Karen.
La joven vestía de forma algo formal mientras le temblaba la pierna levemente, nerviosa por el evento al que se dirigían. Algo sarcástica le recrimina a su jefe que le hubiera gustado que le avisara con días de anticipación sobre asistir a un evento como este.
Despreocupado se disculpa y pide perdón por su torpeza. Al mirar por la ventana su teléfono celular empieza a sonar. Al ver de quien se trataba responde de forma casual, pero al escuchar el tono con el que hablaba su amigo, la alegría se desvanece.
— Señor... Tenemos un problema... —Afirmaba agitado la persona al teléfono. Con total seriedad el joven le dice que se explique. —Hubo un accidente en uno de los pisos superiores y es grave, será mejor que venga.
— ¿Hay algún herido? —Su compañero le responde que por el momento no. —Bien, iremos de inmediato. —Al colgar el teléfono le indica al chofer sobre el cambio en la ruta, de paso suelta una blasfemia por el desastre inesperado. —Maldita sea, justo cuando todo está saliendo bien, algo malo tiene que pasar.... ¡Maldición!
Ante la reacción de su jefe, Karen queda intrigada por la situación actual. La llamada que recibió le había arrebatado la alegría que tenía.
— ¿Acaso sucedió algo?
— No conozco todos los detalles, pero pare ser que hubo un accidente en el departamento de investigación. —Responde preocupado. Karen le pregunta si debería llamar a los bomberos. —No, por el momento no hay heridos, así que no creo que haga falta... al menos no por ahora.
— Eso significa que ¿Ya no asistiremos al evento de hoy? —Ella le pregunta con una leve sonrisa en su rostro, era más que evidente su desagrado por verse obligada a asistir eventos como este.
— No pongas esa cara... En primer lugar, es una simple fiesta de beneficencia. Con suerte podríamos convencer a algunos inversionistas en invertir en nosotros. Y si este imprevisto no nos toma mucho tiempo, podríamos llegar a tiempo. —Afirmaba con optimismo.
La limusina no tarda más de cinco minutos en llegar a su destino. Era uno de los nuevos edificios de su compañía. El vehículo se estaciona frente a la entrada principal, rodeando una fuente de mármol, el edificio era bastante moderno y contaba con más de once pisos.
Junto a la puerta estaba un hombre de color vistiendo una gabardina marrón bajo la lluvia esperando con un paraguas negro. Su nombre era John Smith, era el jefe de seguridad y fue quién había llamado por ayuda.
Al bajar del auto, John tapa a su jefe de la lluvia y se apresuran en entrar al edificio. Se podía intuir lo grave de la situación al ver el rostro pálido que tenía. Llegando al vestíbulo empieza a explicar de forma detallada la situación, se había dañado gravemente una costosa maquina industrial de ensamblaje.
En el ascensor, confiesa de que no está seguro de que hacer con el responsable y comparte sus pensamientos de la posibilidad de que este accidente hubiera sido intencional como alguna especie de sabotaje. Sin dar ninguna palabra su jefe prefiere ver por sus propios ojos lo grave de la situación antes de hacer cualquier conclusión.
El ascensor se detiene en el décimo piso, pero este se encontraba vacío y limpio. Confundido avanza para confirmar si se habían equivocado de piso. En un solo instante todo había terminado.
John que seguía dentro del elevador saca su arma y le dispara por la espalda a su compañero sin dudar. El joven jefe ya se encontraba en el suelo antes de saber que había pasado.
El plan había salido justo como él lo planeo. Para su sorpresa, su jefe aún muestra señales de vida mientras se desangraba en la alfombra. Arrastrándose por el suelo logra darse la vuelta lo suficiente como para ver a John a los ojos.
Con el dolor en su pecho, John apunta su arma a la cabeza de aquel qué alguna vez consideró como su amigo y jala el gatillo para dale fin a todo.
Un destello es lo último que ve mientras todo a su alrededor se oscurece más y más... Antes de notarlo, ya se encontraba flotando en un enorme mar azul envuelto en una profunda oscuridad. Desconcertado trata de recordar lo que acaba de pasar... pero el destello y el sonido del disparo es lo único que aparece en su mente. Flotando a la deriva sin ninguna señal de luz en un completo silencio, en un intento por moverse se percata que no tiene fuerza ni para levantar un dedo.
Agotado, decide rendirse ante la corriente y tras exhalar hondo cierra sus ojos para descansar. En ese momento, la única emoción que estaba sintiendo era paz.
Todas sus preocupaciones, todas sus dudas, sus temores... todo había desaparecido por completo sin dejar rastro.
< ¿Qué es este lugar tan... tranquilo? Tan... pacifico... >
Sin embargo, su paz se ve interrumpida al cabo de unos minutos. Abre los ojos de repente luego de oír un estruendo ensordecedor. Su mirada se ve atraída por una extraña masa de energía que decencia de lo más profundo del cielo, la extraña masa parecía estar formada por diversas fuentes de luz... su forma era inconsistente pero conforme se acercaba más este empezaba a tener una forma cada vez más clara, similar a un brazo algo deforme.
Sin poder dar resistencia alguna el joven es tomado sin esfuerzo, como si fuera una canica estática en el suelo.
< ¿Qué rayos pasó? ¿Dónde estoy? >
Luego de quedar inconsciente se despierta en una extraña habitación iluminada con una tenue luz azul. Su cuerpo se sentía pesado y sin fuerzas, se encontraba acostado sobre una plataforma de una especie de cristal de unos 2 metros de diámetro y unos 60 cm de grosor.
< ¿Qué es este lugar? >
Cansado y con un fuerte dolor de cabeza fue incapaz de levantarse por completo, arrastrando su cuerpo con sus brazos y codos se acerca al borde de la plataforma en un intento de acercarse a la luz que se encontraba en el centro del lugar. Al llegar al borde se percata que estaba completamente atrapado, un tubo transparente envolvía la plataforma.
—Atrapado... genial. —Dice de forma sarcástica.
De pronto, la luz se expande de forma lenta hasta formar una enorme pantalla. En ella imágenes y palabras empiezan a salir, pero él no les prestaba la más mínima atención por culpa de su migraña y el agudo dolor que sentía en su espalda y piernas.
Apoyando la espalda en el muro transparente que lo retenía, dando la espalda a la pantalla de luz, trata de sobreponerse al dolor y recuperar su movilidad, pero su cuerpo agotado le impide ponerse de pie. La enorme pantalla de luz estaba hablando con una voz robótica, pero el dolor en su cuerpo y la migraña no lo dejaban entender lo que decía.
— ¿Qué rayos estará diciendo?... No logro entender ni una palabra y con esta migraña mirar esa cosa tan brillante solo hace que me sienta peor. —Su garganta también estaba desgastada y apenas si podía hablar.
< ¿Por qué me duele tanto el cuerpo? ¿Pero qué rayos sucedió? >
Luego de que sus ojos se acostumbraran a la luz del lugar, se percata de un hecho que provoca más dudas que respuestas.
— ¡¿Por qué diablos estoy desnudo?! —Exclama mientras se cubre rápidamente con sus manos.
Tras calmarse un poco, decide no pensar en la vergüenza ya que se encontraba solo por el momento y no sentía frío alguno.
El dolor en su cuerpo empezaba a irse y a lo lejos escuchaba otras voces. Girando su cabeza a los lados logra ver a la distancia otras plataformas en ambas direcciones. La tenue luz y la distancia que los separaba le impedía distinguir quién o qué se encontraba sobre ellas.
— ¿Serán otras personas? —Hace un débil intento de comunicarse golpeando repetidamente el tubo en el que estaba encerrado, pero parece no tener ningún resultado.
Luego de sentirse ligeramente mejor y haber recobrado algo de energía trata de levantarse nuevamente. Tras algo de esfuerzo logra ponerse de pie, desconcertado decide tratar de prestar atención lo más que pueda para así obtener una mínima idea de dónde se encontraba o qué estaba pasando.
La voz se escuchaba distorsionada y confusa... De pronto empieza a sentir un extraño calor que proviene de su pecho. El calor estaba aumentando rápidamente llegando al punto de sentir que se estaba quemando, el dolor no tardo en esparcirse por todo su cuerpo.
— ¡¡AAhhhhhh!! —Gritaba en agonía.
Sin ninguna explicación el dolor se detiene de repente. Al terminar vuelve a caer al suelo adolorido, su cuerpo temblaba y sudor caía desde su rostro a la plataforma mientras se esforzaba por tratar de mantenerse consciente. A lo lejos las otras plataformas sueltan un breve destello azul. Poco después la plataforma de diamante donde se encontraba empieza a brillar levemente con un color blanco, pero no pasa nada más...
Sin poder mantenerse consciente más tiempo, el joven termina de perder la conciencia.
Dormido plácidamente se encontraba el joven, que acaba de vivir una experiencia inolvidable. De pronto, los rayos del sol chocan en su rostro despertándolo de su largo sueño.
— Mmnnn... —Balbucea al no querer levantarse y girar su cabeza a la dirección opuesta.
Al instante se percata de una extraña sensación en su rostro y se levanta alarmado. Se encontraba acostado boca abajo sobre el césped en medio de una enorme pradera completamente solo. Al ver que solo era el césped lo que sintió exhala aliviado. Pero sin tiempo para descansar se percata de lo que vivió no fue ningún sueño.
— ¡¡¡Aahhhh!!! —Grita asustado al mirar sus manos.
El susto lo levanta del suelo y se sienta en la tierra asombrado de lo que veía... Todo su cuerpo era de un color azul. Lleno de dudas su pensamiento inicial era que la coloración era suciedad o pintura, pero por más que intentaba limpiarlo de su cuerpo el color no salía.
Incluso varios segundos después de haber despertado era incapaz de creer que su piel ahora fuera de otro color, alarmado empieza a revisar su cuerpo de arriba a abajo en busca de algún otro cambio. Solo tenía de ropa un pantalón de algodón de color marrón y una camisa holgada de color verde, no tenía medias ni zapatos.
Sin encontrar mucha diferencia se calma brevemente hasta que llega a revisar su rostro, al estar en medio de una pradera sin señales de civilización o cualquier cosa en dónde ver su reflejo, sus manos eran lo único que tenía para inspeccionarlo.
Todo parecía normal, una boca, dos ojos, una nariz, dos orejas... Sin embargo, al revisar su cabello siente como dos protuberancias salían de su cabeza, lo que empezó a alármalo aún más de lo que ya estaba. Eran lisos, curvos y más largos de lo que esperaba.
De forma instintiva intenta quitarse esas cosas de la cabeza, pero por más que jalaran estos no cedían. Al intentar aumentar aún más la fuerza que usaba él empezó a sentir un agudo dolor
< No puedo quitar estas cosas... ¿Acaso están pegadas? >
En un intento por calmarse trata de recordar qué es lo que ha pasado y cómo termino en medio de la nada. Su memoria estaba en blanco, no era capaz de recordar nada antes de estar en la habitación oscura en la que estaba encerrado.
Entrando en un completo pánico, empieza a dudar de haber tenido una vida antes de despertar en ese lugar.
— ¿Quién rayos soy?... ¿Cómo me llamo?... —Decenas de preguntas sin respuestas pasaban por su mente mientras se hiperventilaba.
< ¿Dónde estoy? ¿Por qué mi piel es azul? ¿Ya era así? ¿Por qué no puedo recordar nada? ¿Esto es real? >
Luego de un par de minutos logra calmarse, concentrándose en las memorias que sí tenía y trata de aclarar un par de dudas lo más que podía.
< Definitivamente yo no era así, algo pasó en ese lugar... Había una luz a la distancia... ¡Y una vos! Sí, había una vos diciendo un montón de cosas. >
— Maldita sea... ¿Qué estaban diciendo?
Todo era inútil, por más que lo intentara no podía recordar con claridad nada de lo que esa misteriosa vos había dicho.
< Desnudo... Atrapado... ¿Acaso me hicieron algo?... ¿Cómo un experimento? >
Luego de estar un rato pensando una y otra vez en todo lo sucedido mientras trataba de procesar el drástico cambio que acaba de tener su apariencia, se levanta algo torpe y mareado, tenía algunas dificultadas para mover su cuerpo apropiadamente por no estar acostumbrado a esa nueva apariencia. La altura, peso, centro de masa, todo era diferente a lo que su mente estaba acostumbrada. Luego de unos minutos y varios intentos fallidos, logra estar de pie. Mirando a su alrededor buscaba una salida o algún lugar al que pudiera acudir por ayuda.
< Necesito hallar respuestas... Creo recordar a otras personas atrapadas. >
A su izquierda estaba la entrada a un extenso bosque a unos doscientos metros aproximadamente, era tan grande que no lograba ver donde terminaba, y a su derecha se veía una hilera de enormes montañas que se extendían por todo el horizonte.
< Encerrado entre un bosque y una cordillera... Perfecto. > Pensó con sarcasmo.
Al darse la vuelta ve un árbol que estaba sobre una pequeña colina a unos cuantos metros de dónde estaba. Sin pensarlo demasiado, camina directo hacia él porque le llamó la atención al ser el único árbol en toda la pradera y con algo de suerte tendría algún alimento comestible.
Cuando llega allí queda decepcionado al no haber ningún fruto en él, sin embargo, ve unas extrañas marcas talladas en todo el tronco. Eran un conjunto de palabras escritas en diversos idiomas.
— Pero ¡¿Qué diablos es esto?! Exclama preocupado.
"ужас"... "Traição"... "المعاناة"... "smerte"... "Ψέματα"... "不公正"... "förtvivlan"... "Pain"... "fuge"... "悔い改め"... "falsità"... "ölüm"... "Tromperie"... "فرار"... "Ludobójstwo"... "CORRE"...
La lista de palabras seguía, cubría más de la mitad de todo el tronco. Aun cuando solo podía entender una pequeña cantidad de la lista, el mensaje que transmitían era bastante alarmante. Con forme iba leyendo, el conocimiento que alguna vez tuvo vuelve poco a poco a su mente, al terminar de leer todas las palabras que lograba entender, se sienta a la sombra del árbol apoyado en el tronco a reflexionar por la gran cantidad de información que estaba bombardeando su mente.
< Bien... Entiendo el italiano, inglés y español, posiblemente uno sea mi lengua nativa y los otros dos los aprendí en algún momento de mi vida. Y lo que está tallado en la corteza me está poniendo nervioso, al parecer hay una gran variedad de idiomas... >
— Recapitulando, acabo de despertar en medio de la nada, con una apariencia extraña luego de estar encerrado en una aún más extraña habitación oscura y ahora estoy junto a una gran cantidad de advertencias escritas por personas de todo el mundo que posiblemente terminaron en una situación parecida a la mía. —Un par de segundo después, empieza a gritar molesto— ¡Y UNA MALDITA MIERDA QUE ESTO VA A SER REAL!... Esto no puede ser real... es una maldita locura. —Se repetía una y otra vez tratando de convencerse a sí mismo de que todo no era más que un extraño sueño.
Incluso minutos después de haber despertado era incapaz de asimilar la idea de estar viviendo una situación tan irreal e ilógica.
< Un sueño... Sí, eso debe ser. Un simple y absurdo sueño, nada más... Esto no es real, no tengo de qué preocuparme...>
Levantando la mirada logra ver un hermoso amanecer, los rayos del sol golpeaban su rostro cegándolo brevemente y el viento sacudía las hojas del árbol. En completo silencio admirando la naturaleza, se sumerge en sus propios pensamientos.
Los minutos pasaron y tras estar reflexionando por más de diez minutos, se le es difícil creer que todo lo que ha pasado sea real, sin embargo, por las circunstancias en las que se encontraba no tenía otra opción más que aceptar los hechos y seguir adelante en busca de respuestas. Se vuelve a levantar del suelo, esta vez lo logra sin problema al acostumbrarse a su nuevo peso y altura.
< Realidad o no, me está empezando a dar hambre. Tengo que encontrar una fuente de alimento y agua potable. Mis opciones son adentrarme en un bosque desconocido o caminar en lo que parece una pradera interminable... En el mejor de los casos podría haber algún pueblo cerca de las montañas, pero no tengo forma de asegurar eso, sin mencionar que podría estar a decenas de kilómetros y posiblemente me desmaye en el camino. >
— El bosque es lo que se encuentra más cerca, con algo de suerte podría encontrar algunos frutos secos o frutos rojos... y podría refugiarme del sol con la sombra de los árboles, pero adentrarme en un bosque desconocido puede ser también bastante peligroso. —Hablaba en voz alta consigo mismo.
Al voltear ve las marcas que estaban talladas en el tronco del árbol y mirando su mano azul se empieza a preguntar a que se refieren exactamente todas esas advertencias. Incluso siendo solo capaz de entender tres idiomas de la gran cantidad que había en total, el mensaje se logra recibir con bastante claridad... Huir.
Sin embrago, no había forma de saber a qué peligro se estaba refiriendo.
< ¿Las advertencias serán sobre el bosque? Si es así... ¿A dónde debería huir? No hay ningún otro lugar a dónde ir. Acabo de despertar justo aquí y está claro que otras personas ya estuvieron aquí también, ¿Debería esperar a que alguien más aparezca y pedirle ayuda?... >
— No. No tengo idea de cuando fueron hechas estas marcas o si alguien más va a aparecer aquí justo como yo lo hice... Esperar por ayuda puede ser un error fatal.
La sed y el hambre empezaban a ser mayor, la incertidumbre de qué debería hacer empezaba a irritarlo. Luego de pensarlo por un breve instante decide tomar la opción que parece ser la más peligrosa, sin embargo, estaba en un callejón sin salida y el bosque era su única esperanza de encontrar comida, agua o incluso personas.
< Qué clase de idiota escribe advertencias tan ambiguas. Si van a escribir que huyas al menos especifica de qué... > —Pensaba algo molesto mientras camina hacía al bosque.
Al llegar se detiene a unos cuantos metros del borde del bosque y trata de ver a lo lejos algún animal peligroso, una trampa o cualquier cosa. A simple vista parecía ser un bosque de abetos con árboles de unos 50 metros aproximadamente, pero de igual manera la luz del sol lograba iluminar perfectamente, la luz del amanecer generaba una hermosa vista de un bosque perfecto y seguro...
Pero eso solo lograba ponerlo aún más nervioso, la bella imagen que proyectaba el bosque parecía demasiado seguro en comparación con los desesperados mensajes de advertencia que leyó.
— Posiblemente me voy a arrepentir de esto. —Exclama en voz alta.
Antes de entrar respira profundo y exhala para llenarse de confianza. Al adentrarse unos cuantos metros, el lugar sigue pareciendo tan inofensivo como antes, pero su ansiedad no disminuía. Mientras caminaba decide quitarse la camisa y le hace un nudo, para tener una pequeña bolsa improvisada y poder cargar un par de ramas y piedras que juntaba del suelo.
En el momento que se quita la camisa ve su pecho desnudo por primera vez y recibe una sorpresa que no esperaba.
< ¡¿No tengo pezones?! Pero qué diablos... > Pasa su mano sobre sus pectorales.
— Se siente raro... —Dice en voz alta, aún indeciso de cómo debería sentirse al respecto.
La paranoia y los nervios no lo dejaban tranquilo, con cada acción que hacía volteaba a ver a todas las direcciones alarmado, sus manos temblaban de forma involuntaria. Luego de adentrarse más y no encontrar nada más que ramas y unas cuantas piedras, decide girar en una dirección para seguir buscando sin alejarse demasiado de la salida.
Empezando a perder la esperanza de encontrar algún alimento, ve a lo lejos unos cuantos arbustos. Con tranquilidad y de forma lenta, se acercando, al llegar revisa primero a su alrededor para asegurarse de que no apareciera nada de repente, revisando la planta logra encontrar unos cuantos arándanos. Aunque no eran muchos, la alegría de haber encontrado un poco de alimento era bastante grande. Con precaución muerde la mitad de un arándano para verificar si no eran venenosos.
< La gran mayoría de bayas ácidas o amargas resultan ser venenosas. Tengo que asegurarme primero.... Dulce. >
Luego de verificar si era un fruto comestible, recoge todos los arándanos del arbusto y busca si hay algunos en el suelo que aún se puedan comer. Decide guardar la mitad de los arándanos para después y mientras comía la otra mitad para recuperar energías.
< Normalmente debería ser capaz de sobrevivir unos pocos días sin comer, pero no duraré más de un par de días sin agua... Aunque eso está basado en humanos... no tengo idea si sigo siendo uno de ellos.>
Las dudas de su identidad y de cómo debería reaccionar al respecto continuaban mientras miraba detenidamente su mano de color azul. Pese a haber reflexionado sobre su nueva apariencia hace poco, aún se siente incómodo por su aspecto, pero es consciente de que este no era el momento ni el lugar para cuestionar su identidad.
Adentrándose aún más en el bosque, avanza en busca de un río o un manantial. Minutos después de seguir caminando en línea recta, percibe un extraño aroma. El fuerte olor era prácticamente inconfundible, era leña quemándose.
< ¿Fuego?... ¿Una fogata?... ¿Habrá personas adelante?... >
Con cuidado avanzaba a dónde el olor del fuego provenía. Caminando, haciendo el menor ruido posible. Luego de avanzar unos cuantos metros se detiene de repente debido a un singular pensamiento que se cruzó por su mente.
< Espera... Si enserio hay alguien más en este lugar, ¿Qué rayos les voy a decir? ¿Cómo demonios explico este aspecto tan extraño? Si los asusto podría perder mi única oportunidad de obtener ayuda o información. >
Paralizado por la paranoia trata de averiguar cuál sería la reacción que tendría cualquiera, cómo podría evitar un malentendido. Su propia mente se vuelve un completo caos pensando en diversos escenarios uno tras otro, en el que la mayoría no termina muy bien para sí mismo.
< ¿Enserio es seguro ir? Podrían correr apenas me vean... Incluso podrían tratar de matarme... Esas personas también podrían haberse vuelto cosas extrañas. ¿Siquiera serán personas? El olor a madera quemada puede provenir de un incendio que está iniciando. >
Dando media vuelta estaba a punto de irse por dónde vino para evitarse un problema, pero luego de dar un solo paso en la dirección contraria se detiene por la simple posibilidad que sea al menos una sola persona haciendo una hoguera y que tenga la más mínima información de dónde esta o qué fue lo que pasó...
Lleno de rabia golpea uno de los árboles que tenía alrededor. La extraña y confusa situación en la que estaba involucrado le impedían ignorar cualquier posibilidad que existiera sobre respuestas o ayuda, incluso aunque fueran bastante peligrosas, no se podía darse el lujo de dejar pasar cualquier oportunidad.
< Espero que la ropa sea suficiente para demostrar que también soy una persona... >
Pese a las dudas que había en su mente, continúa avanzando en dirección al origen del humo. Acelerando ligeramente el paso logra llegar al lugar dónde provenía el olor a madera quemada y el panorama no podría ser más atroz y alarmante.
— ¡Mierda!
Era un pequeño campamento... completamente destrozado. El fuego estaba apagado y solo había carbón, grandes salpicaduras de sangre que manchaban la corteza de los árboles, el césped y la tierra, prendas de ropa desgarradas estaban dispersas por todas partes.
Sintiendo un pequeño malestar en el pecho al ver tal escena logra mantener la calma y decide acercarse para investigar un poco la masacre que ocurrió.
Toca con la punta de su dedo mojado con saliva la madera quemada para saber si aún seguía caliente y reúne todos los diversos tipos de tela que había en el lugar, con suerte le daría una idea de la cantidad de personas que estuvieron aquí. Mientras examinaba el lugar, las advertencias escritas en el árbol no paraban de repetirse una y otra vez en su mente.
Concentrado en sus asuntos al cabo unos momentos escucha un leve crujido a pocos metros detrás de su espalda. Al instante se detiene, no tenía forma de confirmarlo, pero tenía el presentimiento de que quien ocasiono esta matanza, persona o no, estaba justo detrás suyo.
Se coloca de pie lentamente sin mirar atrás, al levantarse deja caer todo lo que había en la bolsa improvisada que creó, y solo sujetaba la camisa holgada en su mano derecha. Sin pensarlo dos veces empezó a correr por su vida.
Corriendo desesperadamente esquivando los árboles que se le atravesaban en el camino y saltando las irregularidades del terreno, podía escuchar como esa persona o cosa se acercaba rápidamente y empezaba a alcanzarlo. Sin ninguna idea clara de a dónde huir simplemente corre a la salida del bosque con la esperanza de que esa sea su salvación, pero el perseguidor se estaba acercando, pensando rápido ve que no logrará escapar y decide enrollar su camisa en su antebrazo.
Con un repentino giro se detiene para enfrentarlo de frente, sea lo que sea. Para su sorpresa no había nada detrás de él y todo estaba en silencio.
< ¿Acaso lo habré imaginado?... >
Con la duda de estarse volviendo loco, él baja la guardia y relaja el cuerpo al no ver nada a su alrededor, pero la alegría dura poco porque una criatura brinca desde un punto ciego y lo ataca. Se trataba de una bestia cuadrúpeda bastante grande que estaba hambrienta.
Dando un largo salto la bestia logra situarse sobre él derribándole sin mucho esfuerzo. Con su presa encima de él intenta usar sus brazos para defenderse, pero de igual manera estaba siendo brutalmente atacado por el animal con sus grandes dientes y garras.
Desde su perspectiva lo estaba atacando algún tipo de tigre o puma, saber que lo estaba atacando era lo último que cruzaba por su mente. De espaldas contra el suelo trataba de defenderse de su agresor, envolver su brazo terminó resultando ser de gran utilidad, su antebrazo estaba prensado entre sus dientes. Ya que la camisa no era muy gruesa sus colmillos lograron perforar su piel levemente y con su mano izquierda trataba de empujar su garganta para alejarlo mientras sus garras lo aruñaban en los brazos y abdomen.
La bestia empezaba a aplicar mayor fuerza en su mandíbula y en un ataque de irá y desesperación, golpea a su depredador justo en la garganta con su puño izquierdo. Sin detenerse le da una avalancha de golpes en la nariz y rostro hasta que lo soltó para alejarse un par da pasos. En el momento que soltó su brazo le da una fuerte patada con su pierna al hocico del animal mientras trataba de alejarse de él.
Con la respiración agitada se levanta del suelo mientras su brazo derecho sangraba. La adrenalina del momento hacía que no sintiera dolor de su herida.
Luego de quitarse de encima aquello que lo estaba atacando, logra verlo con total claridad... y no se parece a nada que haya visto jamás. Parecía ser alguna clase de felino grande, su piel era escamosa con un patrón de manchas verdes y cafés, tenía una extensa y delgada cola rayada, parecía tener gruesos músculos en el pecho, cuello y hombros delanteros, su boca se abría bastante dejando a la vista todos sus dientes. Su cabeza era algo plana y sobre su nariz tenía unos pequeños bultos que sobresalían de su cabeza.
Podría no ser un experto en animales, pero no necesitaba serlo para estar completamente seguro de que ese animal no era normal. Apoyando la espalda en un tronco para mantenerse de pie, estaba completamente aterrado al tener una bestia salvaje con obvias intenciones asesinas.
Caminando por el suelo, su depredador lo estaba rodeando para acercarse y volver a atacarlo. Sin la más mínima idea de qué lo estaba atacando, no logra pensar en una manera para salvar su vida.
< Mierda, mierda, mierda... ¿Qué rayos debería hacer? Está claro que correr no servirá de nada. > Pensaba mientras daba pasos hacia atrás para alejarse conforme la bestia se acercaba.
La cosa que lo asechaba aún no lo atacaba, solo se quedaba mirando fijamente mientras lo rodeaba una y otra vez. Asustado trata de retroceder lentamente, pero eso seguía acercándose y no tenía ninguna intención de dejarlo escapar.
< ¿Debería escalar un árbol y esperar que esta cosa no pueda subir? Pero es probable que no logre subir ni 5 metros cuando esta cosa ya me atrapó... Darla la espalda a cualquier depredador es fatal, es como darle luz verde para comerte. >
Mirando la bestia directamente a los ojos para captar su atención, habiendo ideado un plan para distraer a su atacante y así poder ganar tiempo suficiente para escalar un árbol sin ser interrumpido.
Pero todo su plan se va por el desagüe al girar su cabeza luego de escuchar un extraño sonido que salía de unos arbustos. Por cuestión de reflejo voltea a ver y la bestia aprovecha la oportunidad para volver a atacarlo.
Sin suficiente tiempo para reaccionar recibe el golpe de la bestia, usando sus afiladas garras hace una cortada en todo lo largo de su pecho. Gracias al golpe y a la cortada cae al suelo mientras gritaba de dolor. La bestia se acerca lentamente a su presa y coloca una de sus patas sobre él mientras aplicaba presión, sus garras se enterraban lentamente en su piel.
El dolor era simplemente horrible, gritaba de forma descontrolada mientras lagrimas salían de sus ojos y la sangre se derramaba de sus cortadas. En sus gritos aún suplicaba por ayuda, quién fuera o lo que fuera... En ese instante de temor solo deseaba que alguien llegara a salvarlo, pero estaba solo...
Lleno de desesperación e ira busca la manera de defenderse. La bestia se preparaba para morder su cuello expuesto y ponerle fin a la cacería, pero el joven toma una piedra que estaba en el suelo y lo golpea en el rostro.
Por el impacto queda levemente aturdido, aprovechando la oportunidad vuelve a golpearlo con la roca una y otra vez en el rostro. Su ojo había quedado prácticamente destruido y retrocede para alejarse, pero el joven vuelve a atacar dando varias patadas en su mandíbula cuando este estaba alejándose.
Sin ser completamente consciente de lo que estaba haciendo, se levanta a duras penas gritando como un salvaje con la intención de poder ahuyentarlo. En su interior se habían activado sus instintos más primitivos, moviéndose por el simple anhelo de seguir viviendo.
Su atacante lo mira directo a los ojos, no esperaba que su presa pusiera tanta resistencia o que siquiera pudiera llegar a dañarlo de gravedad. Siguiendo su propio instinto de supervivencia pierde el interés y se aleja del lugar justo por la dirección de la que salió.
Gracias a la poca suerte que le quedaba, la herida no corto ningún órgano interno. En un instante todo había terminado, su mente tarda un poco en asimilarlo. Mientras su pulso bajaba y el dolor crecía, recobra sus sentidos y no pudo evitar soltar una risa nerviosa.
— Jajajaja... —Con unas cuantas gotas de lagrima saliendo de sus ojos, continúa riendo de forma nerviosa junto a la alegría de seguir vivo.
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