{Capitulo 2}
{Capítulo 2}
Para el día siguiente, se despierta algo trasnochado por haber pasado gran parte de la noche leyendo el libro. Luego de desayunar y bañarse, sale de su casa, pero antes de partir, le pregunta a su padre exactamente cuándo planea irse del pueblo.
— Dentro de un par de días... —Responde tranquilamente mientras bebía su café— ¿Ya decidiste?
— Aún lo estoy pensando, en la noche te avisaré. —Responde Hiryon mientras toma las llaves de su casa antes de salir.
— Muy bien. Ten cuidado.
Recorriendo las calles de camino a su trabajo, se pregunta qué habrá pasado con el extraño de azul, los Numancia son posiblemente vistos con malos ojos y si son de otra especie puede que hasta peor. Hiryon tiene muchas preguntas que le gustaría hacer.
< Sería una lástima si él ya se hubiera marchado del pueblo... > Pensando en sus asuntos y bostezando Hiryon es bruscamente interrumpido.
En la calle estaban pasando unos Jinetes y todos tenían que hacerse a un lado para dejarlos pasar. Eran unos cazadores del pueblo que iban al bosque a cazar animales para vender sus partes. Solo ellos se atrevían a entrar a ese mar de pesadillas.
Eran pocos, pues su trabajo era uno de los más riesgosos de todos, de los 5 que pasaban tres montaban unas bestias caninas de color marrón y casi dos metros de alto, los otros dos caminaban junto a unos Abstonoth para guiarlos, eran el mismo animal que usaba Angelica para tirar su carreta, estos eran bastantes fuertes y podían recorrer grandes distancias sin cansarse. En las carretas estaban transportando su botín, unos pocos herbívoros de tamaña medio, varios mamíferos pequeños e insectos de gran tamaño y por último un enorme tentáculo de color naranja, medía varios metros y permanencia completamente amarrado porque aún se movía.
Hiryon mira con asombro a los cazadores pasar por la calle, tres de ellos eran hombres y las otras dos mujeres, todos se encontraban en buena forma, con herramientas, armas y armaduras de buen calibre, pero pese a estar bien preparados y estar en el negocio por años... todos permanecían con la cabeza abajo y tenían miradas decaídas.
El resto de las personas que los estaban mirando pasar, murmuraban entre ellos. Muchos hablaban de lo poco eficientes que eran o de los pocos que eran en comparación con hace un año. Pese a que arriesgaban su vida para obtener materiales necesarios y alimento para el pueblo, solo recibían criticas cuando volvían de una cacería.
Hiryon simplemente hacia oídos sordos a lo que los demás decían. Luego de que los cazadores pasaran, Hiryon continua su camino hasta su trabajo. Mientras caminaba miraba a todas las direcciones con la intención de volver a ver a Dexter o al otro Numancia con el que se encontró ayer.
Para su mala suerte, logra llegar sin ver o escuchar la mínima pista de ellos. Al entrar, saluda a su jefe y Angelica como de costumbre. El trabajo de Hiryon se limitaba al mantenimiento de las herramientas y maquinaria, la logística, el aseo del lugar y de responder las llamadas que recibían. Sus superiores eran quien se encargaban de todo lo relacionado con el manejo de la madera.
El resto del día continua como cualquier otro. En medio de un descanso, aprovecha la oportunidad para hacerle la deseada pregunta al Señor Brandom sobre el extraño encuentro que tuvo con el Numancia, sin embargo, no tiene idea de cómo empezar la pregunta, en caso de que él no tenga idea de lo que está hablando podría llegar a sonar como un loco.
— Señor Brandom... ¿Alguna vez llegó a hablar con los Numancia? —Pregunta de forma tranquila para sacar el tema de conversación.
— Aún sigues con esa cosa... Pues, creo que no realmente. Eh hablado con ellos, pero no fue exactamente una conversación muy larga y profunda.
— Ya veo... —Responde algo desilusionado. De inmediato su jefe nota el bajo de ánimo al oír su respuesta y le pregunta si había llegado a pasar algo— No, es solo que quería seguir escuchando más de ellos. —Hiryon miente al no tener la más mínima idea de si sus suposiciones son ciertas o no.
— ¿Por qué tanto interés en esas cosas? Ni que fueran la gran cosa... —Afirma de forma despectiva.
— La verdad, desde la primera vez que oí de ellos me parecieron algo realmente interesante, un misterio que aún no tiene explicación... suena hasta emocionante. —Hiryon hablaba con entusiasmo al explicar su fascinación por lo desconocido.
Volviendo al trabajo, se percata de que aún no les menciona que planea mudarse a Croydon en un par de días. No era un asunto de extrema urgencia y decide simplemente hablarlo en su siguiente descanso.
En lo que volvía al trabajo, Dexter llega al lugar a saludar. Había llegado para ver cómo se encontraba Angelica, sin pensarlo Hiryon se acerca a interrumpir su conversación.
— Hey Dexter ¿Cómo has estado? —Pregunta Hiryon de forma casual. Angelica trata de darle a entender de forma indiscreta que no se entrometiera, pero él simplemente la ignora.
< No tengo tiempo a que termines de coquetear con él, este asunto de los Numancia es mucho más importante > Era lo que pensó en ese instante.
— Oye hay un par de preguntas que me gustaría hacerte... Si tienes tiempo claro.
— Claro amigo, pero ¿no estás trabajando?
— Cierto... Termino aquí a las 19 aproximadamente... —Antes de continuar Angelica lo interrumpe.
— De hecho, Dex y yo ya habías planeado salir a comer.
— Oh perfecto, vamos los tres juntos. ¿El mismo restaurante de ayer? —Angelica lo voltea a ver confundida al preguntar si sería el mismo restaurante.
— Eh no, en realidad planeaba ver un pequeño local de comida Enana tradicional.
— Suena genial... Bueno nos vemos más tarde. —afirmaba Hiryon mientras se retiraba de vuelta a sus labores.
— Me disculpo por su actitud... —Dice Angelica soltando un leve suspiro. Dexter responde que no le parecía ningún problema.
Cuando vuelve a entrar ve como Hiryon y su jefe la estaban esperando. "Pasa algo" preguntó ella.
Aprovechando el momento Hiryon menciona su futura partida del pueblo hacia la capital de su nación. Su jefe queda sorprendido por la noticia. Luego de una breve explicación sobre el porqué hará un cambio tan drástico, los dos lo felicitan y le desean la mejor de las suertes.
— Pero déjame decirte una cosa. —Interrumpe Brandom— Si por alguna razón tienes que volver aquí, no te puedo asegurar que tendré tu vacante. —Hiryon entiende y le agradece por la oportunidad de trabajar con él hasta ahora. — Bien, ahora de vuelta al trabajo ustedes dos.
El resto de la tarde continua de forma tranquila en el local. Mientras Hiryon limpiaba una de las máquinas para cortar, su mente estaba enfocada en su situación actual. Estaba a pocos días de partir a la capital, el día de ayer se encontró con dos Numancia y llegó a almorzar con uno, por alguna razón, el resto de la tarde de ese día no lo logra recordar, pero ahora tiene las cosas claras y está enfocado a obtener respuestas en esa misma noche.
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