Capítulo único

Día del amor, es el peor día si aquello que esperabas no salió como lo pensabas...
Estuve ideando todo este plan con tal de que mi declaración de amor saliera a la perfección, gasté mi tiempo y mi dinero en algo que valiera la pena y me dieras el sí... Pero fui uno más de los tantos que hoy fueron rechazados por quien creíamos nuestro gran amor.

Ella era hermosa, no lo niego pero... Se daba la gran importancia por ser la más bonita del lugar. Alguien inalcanzable, alguien a quien jamás podrás tener.

Justamente estoy sentado en un parque, después de haber pensado mejor las cosas quizá sea hora de regresar a casa con mi dignidad por los suelos, claro que no la tuve cuando me puse a gritar como loco que Katya no me dejara.

Miré la hora en mi reloj, podía ver como pasaban las demás personas con sus parejas, tomados de la mano y otras pasando un buen momento en compañía de los suyos.
Dejé escapar un suspiro y me levanté de la banca, comencé a caminar y de pronto alguien venía corriendo detrás de mi.

- ¡Espera!

De repente me di la vuelta para ver quien me hablaba y venía un chico corriendo con el mismo ramo de rosas que había dejado en la banca, no es que se me haya olvidado, sino que en realidad no quería saber nada de esas flores que hoy me hicieron quedar como un tonto.

- Se te olvidó tus rosas en la banca - Me respondió ese chico con la respiración agitada por tratar de alcanzarme, sosteniendo ese ramo aún.

Las miré con desprecio - Puedes quedártelas si quieres - Estaba por darme la vuelta y seguir mi camino, de repente ese joven levantó su mirada, me sonrió y acercó las rosas a su nariz para poder sentir el suave aroma que desprendían.

Era más joven que yo sin duda, pero no niego que es lo más hermoso que he visto... Sus largos y sedosos  cabellos en tonos viridían, se mecían con la brisa. La verdad hasta tengo celos del viento.

Me quedé embelesado mientras lo observaba perdido en esa fragancia sutil de las rosas...

- Gracias, nadie me había dado un detalle tan bonito en este día - Me respondió mientras lo veía darse la vuelta y caminaba hasta la banca donde estaba yo sentado, tomó una canasta donde llevaba varios chocolates dentro de distintas bolsas de celofán con moños, arreglado con distintas tiras rojas y blancas, ahora lo comprendía... Ese joven está vendiendo en esta fecha de los enamorados.

Sonará loco pero quise acercarme a él para conocerlo - Disculpa... ¿Tú los vendes? - Cuestioné acercándome en la misma banca donde estuve yo hace rato, solo asintió respondiendo a mi cuestionamiento

El levantó su mirada, cuando lo pude ver directamente a los ojos no supe que decir, esa sonrisa cautivadora, esos ojos tan bellos que deslumbran... Amor a primera vista, eso es, cuando de un momento a otro se te olvida los malos momentos con tan solo conocer a una persona.

- ¿Co... Cómo te llamas? - Fue lo primero que se me ocurrió, hasta yo mismo me culpo internamente por esas preguntas que hago.

Me sonrió - Mi nombre es Camus... ¿Y el tuyo?

Camus, que precioso nombre... Hasta se me olvidó el mal día que tuve, es lindo - El mío es Saga - Después de decir esto tomé su mano ¡Dioses! Su piel suave y tersa, deposité un beso en el dorso - Es un placer conocerte.

Noté que desvió su mirada para otro lado, un poco nervioso.

- Disculpa... ¿No sé te hace tarde para tu cita de este día? - Me cuestionó apenado tratando de zafarse del agarre de mi mano.

- No tengo cita para el día de hoy - Respondí dr manera inmediata y también no niego que los nervios me traicionaban, miré que sonrió de manera tierna y tomó su canasta para irse, también llevaba en sus manos aquellas rosas que según yo tiraría a la basura.

Quería decirle algo más pero no noté que unos pequeños niños que estaban jugando cerca patearon su balón pegando justo en mi cara.

- ¡Ikki lastimaste al señor! - Gritó un pequeño niño de cabellos verdes y mirada tierna corriendo hasta donde estaba yo. Atrás de él venía otro muchachito de cabellos azules más grande que el anterior.

- Disculpe señor, no me fije - Se disculpó el chico tomando su balón del suelo mientras que el otro más pequeño me jaló del brazo para estar a su altura y revisar si estaba yo bien después del golpe.

- Sentimos mucho esto señor, no volverá a pasar, mi nombre es Shun - Se presentó aquel pequeño con una sonrisa tierna e inocente.

Ambos solo estaba jugando, no los puedo culpar de algo así... Sólo que no soy un señor, dejé escapar un suspiro y me acerqué a ellos.

- Descuiden niños, no tienen de qué disculparse, además... Sólo se estaban divirtiendo, a la próxima tengan más cuidado de no lastimar a la gente - No niego que ellos me agradaron, saqué de mi bolsillo que se encontraba dentro de mi chaqueta que llevaba, guardaba una pequeña caja de chocolates, esos ni loco los iba a dejar en la banca, pero sé que por lo menos ellos lo disfrutarán.

Ambos tomaron esa pequeña cajita mientras observaba que su madre nos miraba a lo lejos, fascinados aceptaron mi obsequio y me agradecieron, después corrieron hasta donde su mamá los estaba esperando.

Ahora mi prioridad era encontrar nuevamente a ese joven que me cautivó, con este disturbio se me había desaparecido. No debe de estar lejos, estaba vendiendo, así que tengo que buscarlo.

Así me la pasé un buen rato corriendo de aquí y allá con tal de encontrarlo...
Si tan solo me descuidé un segundo como para que se haya esfumado completamente.

Rendido estaba por regresar a mi casa sin esperanzas de verlo, cuando a lo lejos pude verlo, su  canasta estaba vacía, ahora se encontraba contando parte de sus ganancias. También llevaba las rosas que de manera inconsciente le di, mi cuerpo se eriza tan solo con verlo, es tan bello con esa sonrisa perfecta.

Dejando a un lado mis nervios, corrí hasta donde estaba él, no supe como sorprenderlo así que al llegar hasta él, lo tomé de la cintura por detrás, este movimiento repentino hizo que soltara de golpe su canasta nervioso.

- Perdón, no quería asustarte de esta forma - Me disculpé llevando mi mano a la cabeza por mi travesura y levanté su canasta del suelo para entregárselo en sus manos.

- Pensé que te habías ido - Me respondió con una sonrisa mientras colocaba las rosas en la canasta.

- No, de hecho llevo rato buscándote.

- ¿A mí? - Me preguntó sorprendido y sin entender lo que pasaba.

- Así es... si tú me lo permites, me gustaría invitarte a comer el día de hoy - Después de esto tomé su mano y deposité un beso en el dorso de su suave piel, como adoré hacer eso.

Solamente dejaste escapar una risa tierna y me tomaste del brazo para irnos de ahí. Era lindo caminar a tu lado recorriendo distintas calles, hasta que al final llegamos a un restaurante...
Lleno de gente por cierto, tuvimos que esperar en la fila alrededor de media hora para que pudiéramos pasar.

Era grandioso conocer tu vida y tú de la mía, algo muy en el fondo me dice que somos hechos el uno para el otro.

Después de comer, ambos recorríamos el parque, curiosamente no te soltaste de mi brazo, aunque lo reconozco... Me agrada esa sensación que comienzo albergar.

No sé porqué pero cuando me mencionaste que no tenías a alguien más en tu vida me alegró mucho... Porqué pienso ser yo aquél que cuide de ti, seré el fiel guardián de tu corazón.

Al anochecer, te llevé hasta tu casa, estabas completamente  agradecido por el gran día que pasamos.
Fue bello ver como entrabas a tu casa, no sin antes lanzarme un beso al aire.
Eso hizo que mi corazón comenzara a latir de manera desenfrenada.

Pasaron algunas semanas, cada que podía te invitaba a salir.
Siempre procuraba terminar a tiempo en mi trabajo para poder pasar por ti a la Universidad y recogerte, no me gustaba la idea de que salieras tan noche, no me gusta arriesgarte, en las mañanas trabajas para poder solventar tus estudios... Conocerte aquella ocasión fue lo más bello.

Tengo planeado confesar mis sentimientos por ti, afortunadamente hoy salgo temprano de mi trabajo y hoy no tuviste clases. Sin duda es el momento perfecto para decirte lo que siento.

Te cité en el mismo lugar donde casualmente nos conocimos, estabas sentado en la banca leyendo mientras esperabas que yo llegara.

- Hola Camus - Te saludé pero mis manos estaban en mi espalda escondiendo mi regalo.

- Hola Saga - Dejaste el libro a un lado de ti y comenzaste a buscar con la mirada lo que con mucho misterio guardaba - ¿Qué llevas?

- Camus, nada se compara cuando estoy contigo... Desde que te conocí llegaste para alegrar mi vida, te has adueñado de todo mi mundo y sobre todo de mi corazón, porqué yo me enamoré de ese bello y sincero ser que eres, por algo te conocí aquella ocasión y sé que eres la persona ideal que siempre he esperado en mi vida... Camus ¿Quieres aceptara este loco que está perdidamente enamorado de ti y sobre todo soportarlo el resto de tu vida? - Al decir esto te mostré lo que llevaba en mi espalda, no quise traerte flores porqué no durarían por mucho, si amas algo que sea algo que perdure.

Te reíste de manera tierna al ver que la caja de mi regalo te dijo "Miau"

- ¡Saga... Es un gatito! - Exclamaste sorprendido sacando al pequeño felino de pelaje naranja y blanco de la caja para abrazarlo.

- Se llama Kanon - Le  dije en tono de burla señalando al minino - Le puse así porqué desde que lo adopté para ti, hace mucho desastre... Igual que mi gemelo, nada los detiene.

- Saga, esto es hermoso y respondiendo a tu declaración acepto... Contigo quiero vivir por siempre amándote.

Al escuchar aquellas palabras tomé tu rostro de manera tierna, toqué con la yema de mis dedos tus labios hermosos y perfectos, era mirada tuya me atrapa.
Al sentir la calidez de tu aliento cerca, mi cuerpo se erizó de pies a cabeza, cada segundo que pasaba experimentaba más allá de tus labios, tu lengua se entrelazaba con la mía, un beso tierno y sincero que siempre esperé en mi vida... Eres la calma de mi corazón.

Después de pasar toda la tarde contigo, fuimos a tu casa, necesitabas llegar para que la bolita de pelos naranjas que te di de regalo llegara a tomar agua y a comer algo.

Se nos fue la tarde entre algunos besos y abrazos, también mirando una película. El gatito se había quedado dormido profundamente en el sillón.
Preparaste café, ya que la noche estaba por caer, cuando acabamos retiré la taza de tus manos y nos fundimos en un beso más profundo.
Sin romper ese momento te tomé de la cintura y te llevé entre mis brazos hasta tu habitación.
Lentamente te fui acostando en la cama, quedé encima de ti mientras besaba cada parte de tu cuello dejando algunas marcas.
Mi cuerpo experimentaba el deseo de estar contigo.

Metí mi mano bajo tu camisa y comencé a tocarte con dulzura, recorría cada espacio entre tu vientre y tu pecho. Poco a poco te quitaba las demás prendas y comencé a besar esa suave piel nívea. Escuché sus gemidos y lentamente te despojé del resto de tus prendas, era un deleite y un honor para mi amarlo por siempre.

Me quité la ropa que traía yo aún, después  me coloqué nuevamente sobre él, estaba bajo mi merced, nuestras pieles comenzaban a rozar entre cada caricia y estímulo, sentía como si una descarga eléctrica recorría mi cuerpo, nuevamente lo besé sin dejar de tocarlo,  masajeaba su miembro con suavidad. Después bajé hasta su vientre y con besos húmedos recorrí hasta llegar hasta ese dulce punto que te estremecía a contacto con mi boca húmeda, una sensación divina estar con él.

Escuchaba que gritabas mí nombre mientras tus dedos se perdían en mi cabello azul, jamás me había sentido tan  atraído por alguien más, alguien quien robó mi corazón a primera vista, nada me importaba, solo quería estar con él.

Llevé dos de mis dedos a su boca, era tan erótico ese momento, el tacto de  esos labios suaves que comenzaban y esponjosos, es totalmente un deleite.

Comencé a prepararlo, era tan hermoso verlo perder la cordura entre mis brazos.

Tocaba cada rincón de su cuerpo que me invitaba a seguir explorando todo aquello que era para mí.

- Saga... Me encanta todo esto- Susurraste con la voz entre cortada sin dejar de gemir y apretar con su manos las sábanas de la cama, era tan lindo verlo, cuando mencionaba mi nombre, perdía la razón del tiempo, no importaba si solo éramos tu y yo, tenemos una larga vida por delante juntos.

Cuando estuvo listo, poco a poco lo llevé hasta la cima del cielo, estar dentro de su cálido interior tan estrecho, al principio fue un poco doloroso pero intenté no lastimarte demasiado, jamás lo haría.

- Seré tu fiel compañía hasta donde tu me lo permitas... Jamás te dejaré ir de mi vida - Susurré cerca de su oído y mordí levemente su cuello hasta dejar suaves marcas en su piel de porcelana.

Nuestros cuerpos aperlados por el sudor del momento, gemidos y sonidos obscenos llenaban aquella habitación donde ambos somos testigos de este apasionante amor. Reflejábamos una danza erótica, el vaivén se volvía cada vez más demandante, tomé tu miembro y comencé a masajearlo, mientras te daba toda la libertad de moverte sobre mí, adoro que rasguñé mi pecho. Sentí su interior contraerse, esto hizo que yo llegara hasta el cielo.

- Saga yo... Ya no aguanto - Gimió tratando de decirme con dificultad, estaba por alcanzar el máximo clímax, sentí su cálida esencia sobre mi, no pude más, liberé todo después de sentir el mejor orgasmo de mi vida.

Camus salía lentamente de mi y se recostó sobre mi pecho, yo trataba de regular mi respiración, fué lo más maravilloso que mi vida ha pasado. Descubrí su frente y le regalé un beso, levantó su mirada apenado, quizá por el momento que acabamos de pasar, se escondió en mi cabello, verlo de esa manera fue tan tierno que me acerqué para robarle otro beso, me estaba volviendo adicto a él.

- Camus... Quiero esta noche y todas las demás contigo, así como dimos un paso hoy, quiero que seas en un futuro no muy lejano aquel que me acompañe todo el resto de mi vida... En mis planes está casarme contigo amor.

El levantó su mirada  después de escuchar eso - No hace falta que me pidas eres quien me ha dado la oportunidad de creer en el amor. Quiero estar contigo por siempre - Me respondió, me hacía feliz  haberlo conocido.

Quizá fue el destino lo que nos unió pero al menos aquel día gracias a ese rechazo conocí el verdadero amor, la vida te puede dar grandes sorpresas, solo es cuestión de abrir un poco más nuestro corazón, llegan en el momento más inesperado, de lo contrario  la historia sería otra.

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Siempre quise hacer algo referente con Saga y Camus, aunque mi fuerte y mi gran adoración en parejas de Géminis x Acuario mi fuerte es Deuteros con Degel, no hay parejas malas, lo que cuenta es la intención de como los queremos reflejar, también se me hacen lindos y no me cierro a los ships.
Espero que les haya gustado esta historia de ellos con motivo del día del amor y la amistad.
Dirán  porqué  no hice sobre Milo x Camus, la verdad es que a ellos les di su día especial en "Eternal Dreamer" y a Kardia con Degel "En tu mirada"

Sin más me despido deseándoles un bonito día, estamos en una época mala donde no podemos salir.
Pero lo que cuenta es la intención, una llamada, un mensaje a esa persona especial en sus vidas si es que la tienen le alegrarán el día y si no tienen, tengan por seguro que en su círculo familiar hay personitas bellas que los quieren mucho.
Me despido y les mando un gran abrazo a  cada uno de ustedes, los quiero mucho 🥰🥰

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