Dos
↩ 💛 ↪
Ace llegaba a su casa con un poco de desanimo. No la había pasado muy bien en la escuela, pues había visto como un Alfa bastante apuesto le coqueteaba al Omega que le gustaba.
Y lo peor es que Sanji parecía bastante cómodo con el. Cuando el no a podido tan siquiera hablarle.
─ ¡Ya llegué pa! ─ le avisó a su padre mientras dejaba su mochila en su lugar. Y al poco tiempo, Rayleigh llegaba bajando las escaleras.
─ Ace, ¿Cómo te fue en la escuela?
Le dió un fuerte abrazo a su hijo, el cual fue correspondido.
─ Pues, no sabría que decirte.
─ ¿Paso algo? Te noto diferente a otros días, como más apagado.
Al Omega se le hizo extraño, su cachorro lucía triste y eso le preocupó.
─ Es que... No se si contártelo.
─ Cariño, tu me puedes contar lo que sea ─ Acarició cariñosamente el cabello del menor en señal de apoyo ─ Soy tu padre y te ayudaré en todo.
─ Bueno, es que siento que dirás o pensaras que es algo tonto.
─ Jamás pensaría que tus problemas son tontos, tienes que tenerme confianza, mi amor.
─ Está bien...
El pelinegro pecoso se sentó en el sillón que tenían en la sala. Se relajó pues le avergonzaba contarles sus problemas a su padre Omega.
Pero, ¿A quien más se los podía contar?
Debía de tragarse esa vergüenza, necesitaba desahogarse y escuchar algún consejo.
─ Es que hoy en la escuela vi a un Alfa coqueteando con el chico que me gusta ─ hizo una pausa y suspiró ─ Y yo ni si quiera puedo hablarle porque la inseguridad y miedo me gana.
Ray abrazó a su pequeño y le brindó pequeñas caricias. Le dolía saber que su hijo estaba triste.
─ Yo te aconsejaría que le hables, que intentes tener una amistad con el y que vea la maravillosa persona que eres, Ace.
─ ¿Y cómo hago eso? ¿A ti cómo te conquistó papá Roger?
Preguntó y se separó del abrazo cálido de su padre para sentarse y escuchar lo que le diría.
─ Bueno. Pues tú padre era muy detallista, y también muy insistente ─ soltó una pequeña risa al decir eso ─ Yo no le hacía mucho caso pero el no se rendía. Y al final su terquedad dió frutos.
Ace asintió ante la respuesta de su papá. Sabía que para el era difícil hablar sobre eso.
─ Entonces voy a intentar eso.
Le regaló una sonrisa al mayor y lo abrazó fuertemente.
─ Bueno, ahora ve a comer, que hice tu comida favorita.
No tuvo que decirlo dos veces, pues el alfa adolescente fue corriendo a lavarse las manos para poder degustar la comida que Rayleigh había preparado.
El rubio ya había comido antes de que su cachorro llegará de la escuela, por lo que optó por irse a su habitación.
Al llegar se acostó en su cama para descansar un poco. Volteó a ver al mueble en el que tenía una foto de el y su Alfa juntos, antes del fallecimiento de Roger y el nacimiento de Ace.
Soltó un suspiro pesado, un nudo en su garganta estaba empezando a formarse.
─ Ojalá estuvieras conmigo, Roger. Nuestro Ace te necesita, y mucho.
Roger marcaba el número de su Omega en el teléfono público que había en el aeropuerto. Se encontraba en otro país pues había ido de visita con su familia.
Y ese día iba a regresar a su hogar. Estaba emocionado pues iba a volver a ver a su Omega después de 3 meses.
─ Bueno?
─ Ray, soy Roger.
El Alfa estaba feliz de escuchar la hermosa voz de Ray. Ya quería llegar y ver como se veía con esos lindos 9 meses de embarazo.
Porque si, el Omega estaba en cinta.
─ ¡Roger!, Me alegra escucharte. Te he extrañado mucho
─ Yo también, mi amor. Pero te tengo una buena noticia ─ sonrió en grande, aunque su amado no podía verlo ─ Estoy a punto de tomar un vuelo a casa, ya voy a regresar.
─ ¡¿En serio?!, Te voy a estar esperando con ansias, y también voy a preparar algo especial.
La voz de Rayleigh detonaba una alegría y emoción muy evidente, haciendo que la sonrisa de la Alfa se agrandara.
─ Bueno, te dejo porque hay mucha fila para usar el teléfono. Te mando besos a ti y a nuestro cachorro.
Se despidió y colgó el teléfono. Ahora estaba más feliz y con más ganas de tomar ese avión para poder reunirse con su novio.
Sonó el anuncio de que su vuelo estaba a punto de despegar, por lo que fue corriendo para poder tomarlo.
Rayleigh abría la puerta de su casa para que su amiga Rouge pudiera pasar. Tan pronto se enteró de que su Alfa regresaba, llamó a su amiga para que le ayudará a hacer algo bonito.
─ Estás demasiado emocionado, ¿Verdad?
─ Si Rouge, es que la idea de tener a Roger aquí otra vez después de 3 largos meses, es tan increíble.
La Omega contrataría solo rió, le alegraba que su amigo estuviera feliz.
─ ¿Y que quisieras hacer?
─ Bueno, pues me gustaría decorar la sala y hacer su comida favori ─ no pudo terminar pues sintió una fuerte contracción, más intensa que las demás.
─ ¿Estás bien, Ray?
Preguntó la rubia con una preocupación evidente, Rayleigh se apoyó de los hombros de su contraria para no caer.
─ N-no, creo que el bebé ya viene.
─ Mierda. ¡¿Que hago?! Nunca imaginé estar en el parto de alguien, siento que me voy a desmayar.
─ ¡Ni se te ocurra, Rouge! Si te desmayas, ¿Que pasará conmigo?
─ Bueno, entonces vamos rápido al hospital antes de que algo más ocurra.
Rouge ya estaba temblando por los nervios, con cuidado llevo a Rayleigh hacia la puerta para poder ir al hospital.
En el transcurso, Ray no dejaba de apretar la mano de su amiga, lo que causa que casi choquen.
Y al llegar al hospital, rápidamente atendieron a Rayleigh y lo llevaron a una sala. No dejaron pasar a Rouge pues no era la Alfa del rubio ni la padre del cachorro, así que se quedó afuera.
Pasaron varias horas hasta que el doctor por fin salió a dar información sobre el estado del Omega y de su hijo.
─ ¿Cómo está nuestra amiga, doctor?
Shakky, quién era también amiga de Ray y de Rouge, había ido apenas se enteró, para hacerle compañía al Omega y a su amiga.
─ Pues, en medio del parto hubo algunas complicaciones ─ esas palabras preocuparon a las féminas ─ Pero pudimos solucionar todo, y tanto el padre como el cachorro están en buenas condiciones.
─ Oh, ¿Es niño?
La rubia se emocionó al oír eso, siempre fue una fiel creyente de que iba a tener un sobrino.
─ Correcto, un bonito cachorro Alfa.
─ Estoy segura de que a Roger le encantará la noticia.
Roger se encontraba durmiendo mientras el avión seguía su rumbo, ya era de madrugada, las 2 de la mañana para ser exactos, y probablemente el avión llegaría a su hogar entre las 7 de la mañana.
Se despertó pues no podía conciliar bien el sueño, no sabía si era a causa de la emoción de saber que ya iba a regresar a su casa junto a su Omega, o porque su lobo estaba completamente inquieto.
Se acomodó mejor en su asiento para nuevamente intentar descansar, pero unos fuertes movimientos la aturdieron de golpe.
Al parecer había problemas con el vuelo, la mayoría de pasajeros entraron en pánico al oír eso, el pelinegro intento calmarse, a lo mejor podían arreglar todo esto rápido.
Para su mala suerte, estaba equivocado. No tenía manera de como comunicarse con Rayleigh, decirle algo por si todo terminaba mal, decirle cuanto la amaba a el y a su hijo o hija.
Todo se tornó algo horrible, se escuchaban llantos y gritos por todos lados. Y fue exactamente en ese momento en el que las complicaciones en el parto de Ray comenzaron.
❛❛ Las horas más felices de mi amor fueron contigo
Por eso, es que mi alma siempre extraña el dulce alivio. ❜❜
↩ ❤ ↪
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top