"...Una única vez te hare sufrir...será suficiente para que me ames...para que sea el único en tu corazón...y el único en tu vida..."

Serena llego a la puerta de su casa, deteniéndose de manera abrupta, para voltear y regresar corriendo en dirección desconocida, Luna se dio cuenta de su cambio de rumbo, sin embargo, no alcanzo a seguirla, podía ver el rostro de la rubia, una fas melancólica y triste en toda la extensión de la palabra, ¿Qué le habrá pasado? Se pregunto internamente, ¿habrá peleado con Darien nuevamente? Pero si ellos terminaron, indago la gatita negra, para sentir el aroma de su dueña, comenzando la caminata en su búsqueda, pero para su mala suerte, Serena ya había tomado un taxi, utilizando sus ahorros para dirigirse al lugar mas exclusivo de la ciudad, donde vivía su excéntrico profesor, su corazón se sentía nervioso y ni si quiera sabia que decirle ¡la verdad! –se recrimino-yo...solo nos besamos y no lo quiero- se mentía así misma, pues se le había confesado a su ex que aun lo amaba, sacudió la cabeza varias veces, suplicando al cielo que Dylan no hubiese escuchado su confesión

Al descender simplemente se dirigió a la recepción, donde se encontraba aquel amable conserje con el fin de que le avisase

-señorita, el joven Dylan no quiere visitas

-¿Qué?- se pregunto como una estocada en su pecho deteniéndose de manera abrupta, el hombre al ver la reacción de la joven, suavizo su comentario

-el joven Dylan tuvo un día lleno de estrés, es por esa razón que me dijo que no quería ver a nadie-le explico tratando de que sonara al menos mas convincente, mientras que ella asentía dolida, pues sabia a la perfección que no quería verla por el motivo de aquel beso con su ex novio

-de acuerdo...-suspiro bajamente para regresar saliendo rápidamente del edificio aguantando las lagrimas amenazantes por salir de sus ojos, le dolía, si, tenía que admitir que le dolía ese rechazo, mas que aquella vez que termino con Darien pero no recordaba la razón, se cubrió el rostro sollozando con fuerza, no tenía idea por qué le dolía ¿acaso se estaba enamorando? ¿tan rápido? Su corazón era joven era libre en amar, y equivocarse

-¿Serena?- le pregunto Luna hallándola con rapidez mirándole conmocionada al ver rastros de lagrimas en sus ojos-¿Qué te paso?

-nada...-negó su cabeza –solo tuve una mala calificación –sonrió amargamente, dejándose ver lagrimas incriminatorias que recorrían sus mejillas

-pero...

-hay que regresar a casa, se nos hará tarde...-dijo tratando de disimular, para seguir el camino a casa-además agote todo mi dinero

-esta bien-contesto la gatita para voltear, la felina gozaba de una buena vista y podía ver a su profesor apoyado en la ventana con un rostro amargo, parecía que estaba tan entristecido como ella

Y así era, Diamante había salido de la escuela únicamente fingiendo ser su papel de terrestre para comprarles un ramo de flores blancas a su amada princesa, poco a poco ganaba su corazón, de un modo sincero, sin chantajes ni amenazas, como ellos, personas normales que se amaran como cualquiera en el universo, sin embargo, la furia lo invadió al escucharla decirle al estúpido príncipe de la Tierra que lo amaba a pesar de su infidelidad, recibiendo un beso gustosa por parte del peli negro, aquello le enfureció, por un momento casi olvido que él era quien estaba disfrazado en ese planeta para destruirla en una abrir y cerrar de ojos, pero su lado racional y calculador lo tranquilizo para extender sus manos hacia la pareja, divagando en la mente la Serena haciéndole recordar una y otra vez las veces que Endymion le engaño, la dejo en ridículo y le la fallo, siendo observado por aquellos ojos azulados que adornaban su mirada, entrando en pánico y el termino en alejarse, viéndola llorar y sufrir por él, pero no era suficiente con un simple perdón, tenia que enseñarle que él es el único dueño de su corazón, que sus labios le pertenecen a él y nadie mas, se aseguraría que sus mas pasionales sentimientos serian suyos a toda costa, y para lograrlo, tenia que lastimarla un poco

Por otra parte, cerca del anochecer Serena llego a su casa en compañía de Luna, recibiendo un regaño de su madre por la hora de llegada, haciendo que ella rompiera en llanto de inmediato, abrazando a su madre con fuerza

-¿Serena? ¿Qué te paso?-le pregunto Ikuko preocupada-lo siento..., no debí regañarte tan fuerte, solo estaba preocupada

-mamá...-se aferro a su pecho y únicamente solo se dispuso a llorar, Ikuko no quiso indagar mas en la situación, incluso Sammy le miro perplejo, su hermana, casi nunca era así ¿Qué le habría pasado para estar tan triste?, su madre le preparo un baño caliente en la tina, para que se calmase, hasta la misma Luna no quería preguntarle algo, sentía que si lo hacia provocaría que nuevamente llorara, solo quería esperar que las cosas estuvieran mas calmadas, al salir simplemente se dejo caer a la cama, aferrándose a las sabanas con angustia-Dylan...-fue lo ultimo que susurro antes de dormir

Nuevamente antes de que la misma Luna se levantara ella emprendía el camino hacia la escuela, decidida en darle una explicación a su profesor, abriendo la puerta del salón hallando allí, mirándole con indiferencia, sus ojos purpuras helaban cada fibra de su ser, jamás la había recibido de esa manera, sintiéndose rechazada en todo el sentido

-Dylan...yo...-confeso cerrando la puerta con seguro

-profesor-recalco –soy tu profesor, Serena – dijo con indiferencia

-¿Qué?, pero...

-admítelo Serena, es mejor detener esto-contesto el peli plateado – tu solo me quieres para sacarle celos a tu novio

-no es mi novio-dijo ella rápidamente- yo...es cierto...lo que dije, aun lo quiero

-lo amas-afirmo él- se lo dijiste, en un principio estaba dispuesto a esperarte, pero no puedo ver en cada momento te le arrojes a sus brazos, es injusto para mi y para ti también

-pero yo...de verdad...me siento bien estando contigo-confeso- estoy confundida, por favor perdóname- dijo avergonzada- quiero estar contigo

-no-ella le miro con ojos bien abiertos –no quiero perdonarte-ella empalideció- no puedo confiar en ti, Serena, sabia que estabas confundida, pero no quiero ver que cada vez que ese hombre te traiga rosas y palabras bellas te arrojes a sus brazos olvidándote de todo

-pero..., te prometo que...

-no Serena-le interrumpió- creo que lo mejor es dejarlo hasta aquí, se que serás feliz con ese hombre

-¿eh?-simplemente bajo la mirada por breves segundos para mirarle con ojos furiosos -¡bien! ¡iré con él!-expreso molesta

-¿así?-le miro arrogante, acercándose a su rostro- te doy menos de un mes –contesto

-¿no que me quieres ver feliz?

-son cambiante-respondió cruzándose de brazos- desde hoy somos alumna y profesor – no pudieron seguir discutiendo ya que los alumnos comenzaron a llegar al salón forzando la puerta cerrada con seguro, el resto de la jornada no era mas que indiferencia, orgullosa salió del salón sin darle sin si quiera una mirada para seguir con su vida junto a sus amigas, estudiando en casa de Rei, Luna omitió todo tipo de comentario, solo que podía ver una actitud diferente en Serena, sabia internamente que estaba solida y molesta por algo pero no quería decir nada, hasta las chicas la notaban concentrada en los estudios como si su mente quisiera olvidar algún problema

Al regresar a casa, decidió comprar una historieta, pasando a una de las tiendas, solo que no se imagino que viera a Darien a un par de metros de ella, lejos de alejarse, recordó las palabras arrogantes de su profesor, avanzando hacia él, para tener otra decepción, allí aferrada a su brazo la misma mujer de cabello esmeralda, apegándose a él coquetamente y besándolo con descaro frente a todos, era un duro golpe en la cara dejando caer el libro de dibujos en sus manos para salir del lugar, era otro duro golpe para ella, él le había mentido, y su profesor se había alejado de ella, no podía ser peor, no esperaba otra cosa, no hasta que cruzo la puerta de su hogar donde recibió una llamada urgente de Molly

-'¿si?

-Serena, el profesor Dylan se marcha...

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Holaaa espero que les haya gustado este capitulo, gracias por leer y comentar, mil abrazos!!!!