Capítulo 4

Los brazos de Emma me rodean y mi amiga me ayuda a levantarme. Ahora puedo ver que es Mike quien me ha ayudado. Llega Peter, el novio de Emma, y corre hacia Mike para separarlo de mi padre. Emma me saca de la habitación y me lleva a un lugar apartado.

No quiero que Mike y Peter estén con mi padre. Cuando intento levantarme y avanzar hacia el faro, Emma me coge del brazo y me vuelve a sentar. Me abraza un rato hasta que vemos que llegan los chicos. Dicen que están bien, pero Mike tiene el labio partido. Le digo que debemos curarlo, pero cree que es más importante mirar mis heridas. Hasta que no me lo han dicho, no me he dado cuenta de ellas. Al parecer también tengo el labio partido, un hilo de sangre baja por mi nariz y tengo alguna raspadura en la frente.

Llamo a mamá y le digo que me quedaré en casa de Emma. Creo que no le contaré que mi padre ha vuelto. Ya me inventaré alguna excusa mañana.

Cuando amanece, Emma me deja unos pantalones cortos y una camiseta. Me ato el pelo en una coleta alta y lo cepillo bien. Guardo mis cosas y cojo el autobús hasta casa de los Parks.

- ¡Buenos días Maddison! -fija los ojos en mis heridas- ¿Qué te ha pasado, querida?

- Tuve un pequeño accidente ayer, no es nada.

- Si no es mucho pedir, ¿podrías quedarte hoy a dormir? Me ha surgido un viaje de trabajo y me harías un gran favor si te quedaras.

- Claro, no hay problema.

La señora Parks abandona la casa con su pequeña maleta en la mano.

Es la hora de la cena y estoy preparando la mesa con Mike y Evan. No he visto a Chase en todo el día. Pero pensándolo bien, mucho mejor así. No tengo ganas de irritarme hoy. Al acabar la cena acompaño al pequeño diablillo a su habitación, preparamos su cama y lo arropo. Me pide que le explique alguna historia. Decido inventarme una sobre la marcha.

Mike me enseña donde está mi habitación y me deja unos pantalones negros y una camiseta blanca. Supongo que la ropa es suya y por eso me va todo enorme. Me meto en la cama pero no puedo dormir. Me levanto y me acerco a la ventana. Bajo a la cocina a por un poco de agua y salgo un momento al jardín. Me siento en la hierba y miro las estrellas reflexionando y procesando todo lo que ha pasado estos días. Al cabo de un rato alguien se sienta a mi lado. Al principio pienso que es Mike, pero cuando me fijo bien veo la cabellera castaña y los ojos azules de Chase. Observa un momento las estrellas y después centra su vista en las heridas aún presentes en mi rostro.

- ¿Quién te ha hecho esto, Maddie? -pregunta subiendo la mano y acariciándome la mejilla

Durante unos segundos pienso si debería decírselo o no. Su hermano probablemente se lo dirá tarde o temprano, así que decido que es mejor contarlo.

- Mi padre. -respondo con un hilillo de voz

- ¿Cómo que tu padre? ¿Pero cómo es capaz tu propio padre de hacerte ésto?

Le cuento toda la historia. Le explico que nos pegaba a mi hermana y a mi desde pequeñas y que también lo hacía con mi madre. No sé porqué le estoy contando todo ésto, pero ahora mismo siento que tengo confianza en Chase para que lo sepa. Ahora mismo está tan diferente, parece otro chico. Además, creo que necesito contarlo a alguien. Hasta ahora solo lo sabíamos mi madre, mi hermana y yo. Pronto tendré que contárselo también a Mike, Emma y Will. Le sigo contando que hace un par de años lo denunciamos y empezaron los juicios. Desde entonces no vivimos en la misma casa ni en el mismo pueblo. El no se puede acercar a nosotras según el juez, pero en realidad un papel no sirve de nada. No protege de nada.

- Menudo imbécil -suelta Chase con un tono más grave de lo normal. Suena muy enfadado.

Cuando empiezo a llorar, Chase me acerca a él y me abraza. Me tranquiliza y al cabo de unos minutos logra que deje de llorar.

- ¿Por qué eres tan diferente ahora? -me atrevo a preguntar

- Estoy igual que siempre. -responde serio

- No, normalmente eres callado y frío. El Chase que conozco nunca me hubiera abrazado y tranquilizado. Y mucho menos me hubiera dado la suficiente confianza como para contarle todo esto. En serio, no pasa nada, puedes contarme.

Se lo piensa un minuto pero al final habla:

- Ahora mismo no hay motivo para mantenerme frío, no tengo que protegerme de nada -se queda en silencio- ni de nadie.

No lo entiendo, ¿de quién tendría que protegerse? Como si hubiese escuchado mi pregunta, responde:

- No quiero que nadie se relacione conmigo, no quiero lazos. Las relaciones, ya sean de amistad, familiares o amorosas, acaban arruinándote. Crees que estarán allí siempre, pero es imposible, todo se termina por morir.

- ¿Por qué no quieres ni amigos? Algo tiene que haberte pasado para que pienses esto.

- En la escuela nadie quería hablar conmigo. Mis gustos eran muy diferentes los de los otros niños. Mike era el más popular de la escuela y me intentó presentar algunos niños. Nadie quería estar a mi alrededor, pero entonces llegó Will. No me juzgó por mis gustos y era el mejor amigo que uno podría tener. Los años pasaron y llegamos al instituto. Mi físico también había cambiado, y ahora todos querían estar conmigo. Mike y yo éramos los más populares, bueno, eso ya lo sabes. Pero yo seguía hablando sólo con Will. Era el único que había estado allí desde el principio -hace una pausa larga. Su tono de voz es grave durante toda la historia-. Pero a los 13 años Will estuvo en el sitio equivocado en el momento equivocado. Un camión se salió de control y lo atropelló. Desde entonces me he cerrado en mi mismo y si me relaciono con gente, nunca establezco lazos.

Pongo mi mano encima de la suya. No me lo puedo creer, todo este tiempo pensando que era un mujeriego y en realidad es frío por la muerte de su amigo. Sigo acariciando su mano y centro mi vista hacia él viendo como una pequeña lágrima cae por su mejilla.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top