Capítulo 21
Chase
- Estoy embarazada.
No se lo cree ni ella. Es imposible. Pero antes de que pueda decir nada Maddie se deshace de mi agarre y se va corriendo. Corro detrás de ella pero dejo que se vaya. Ahora está enfadada y no me escuchará. Lo único que haría sería empeorar las cosas.
Me giro afrontando a Chiara.
- ¿Eres imbécil? Sabes que ese niño no es mío. Entre tu y yo no pasó nada.
- Yo no diría lo mismo.
- Nos besamos, sí. Pero no pasó nada más. Ni siquiera te vi sin el bikini. Estás fatal.
- Claro que no estuvimos juntos, pero éso ella no lo sabe. Ya te dije que si no estabas conmigo tampoco estarías con ella. Y yo siempre cumplo mis promesas. Esa niñata se va a arrepentir de haberse metido conmigo.
- Estás de psiquiatra. No me vuelvas a hablar en tu puta vida.
Me voy de la playa hecho una furia. Estuve con muchas chicas antes de Maddie, y lo odio. Pero Chiara no es una de las chicas con las que me acosté. Nunca me metí en la cama con ella. Solo nos besamos. Pero Maddie no sabe eso. Además, durante la fiesta le dije a Maddie que disfrutaría mucho con Chiara. No me va a creer. La verdad es que después de hablar con ella en esa fiesta me fui al bar a emborracharme. No sabía qué me estaba pasando. Desde que la niñera había llegado me sentía diferente. Y ese día que me contó lo de su padre vi que de verdad sentía algo por esa chica. No sé cómo arreglaré esto, pero no me puedo permitir perder a Maddie.
Subo a mi coche y antes de arrancar le envío un mensaje pidiéndole perdón y que me escuche. Conduzco hacia la cabaña del lago. Mañana teníamos que ir los dos. Mi hermano se tenía que quedar con Evan y nosotros teníamos que pasar el mejor fin de semana en el lago. Cuando llego miro el teléfono. Ya ha visto el mensaje, pero no me ha contestado. La llamo más veces de las que debería y le envío demasiados mensajes.
Me despierto tarde. Mike me ha enviado varios mensajes. En los de ayer me pregunta dónde estoy. En los de hoy me insulta por haberle hecho éso a Maddie. Después de desayunar lo llamo. Primero me llevo una gran reprimenda por lo que he hecho pero después le pido que se calle y se lo cuento todo.
- Maddie tiene que saberlo, Chase.
- No le digas nada de momento. Tengo que pensar algo para que me crea. Si le digo ésto, aunque sea la verdad no me va a creer y no querrá volver a hablar conmigo.
- Déjame decirle al menos dónde estás. Está preocupada.
- De acuerdo, pero de lo otro ni una palabra, Mike.
- Vale, ¿nos vemos hoy?
- No, iré directamente el lunes al instituto.
- Cuídate y piensa bien lo que debes hacer. Adiós.
- Mike, espera. Acompaña a Maddie a su casa cuando se vaya. La última vez que volvió sola acabó en el hospital y no me perdonaría que le pasara alguna cosa por mi culpa.
- Tranquilo, lo haré.
- Gracias, tío.
Colgamos y me voy al dormitorio. Me desnudo y me pongo mi ropa deportiva. Me pongo los auriculares y salgo a correr por los alrededores del lago. Me calma muchísimo. Me gustaría vivir aquí. Sigo corriendo hasta que no puedo más. Entonces me acerco al lago, me quedo en calzoncillos y entro al agua. Al principio está un poco fría, pero pronto me acostumbro. Me encantaría que Maddie estiviera aquí ahora mismo. Nadando a mi lado. Me la imagino sonriendo y saltando de una de las rocas. Me salpicaría a la cara al entrar al agua y yo iría hacia ella para hundirla. Pero ella me cogería y no dejaría que lo hiciera. Me abrazaría y dejaría su cabeza en mi pecho mientras yo la miraría maravillado. Luego levantaría la cabeza y me miraría con una de sus increíbles sonrisas. Y yo acercaría mi rostro al suyo para besarla. Me la imagino tumbada en el pasto mientras nado. No puedo parar de pensar en ella.
Empieza a oscurecer, así que salgo del agua y me quedo tumbado en la hierba. Me quedo dormido un rato y cuando despierto es totalmente de noche. No puedo evitar recordarla al ver las estrellas. Recojo mis cosas y empiezo a caminar hacia la cabaña. Al llegar no me puedo creer lo que veo en la entrada.
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