Capítulo 14

- Gracias Chase. Ha sido el mejor cumpleaños de mi vida. -lo abrazo

- Buenas noches chicos.

- Buenas noches Mike.

El chico sube las escaleras a paso lento y cuando entra en su habitación, Chase me acorrala entre él y la pared.

- Hoy estabas preciosa, pequeña. Este vestido te queda espectacular.

Me besa apasionadamente, me agarro a sus hombros y él me sujeta los muslos mientras enredo las piernas en su cintura. Seguimos besándonos de camino a su habitación. Por suerte, está bastante fuerte y puede subirme por las escaleras. Cuando llegamos a su habitación, cierra la puerta y deja mi espalda contra ésta mientras la asegura con llave. Me deja en el suelo y meto las manos por debajo de su camiseta. Acaricio sus abdominales y él reparte besos por mi cuello. Desciende hasta mi clavícula.

Me deshago de su camiseta con un poco de dificultad y la lanzo al suelo. Él me coge de nuevo y me lleva a la cama. Se sienta y quedo a horcajadas sobre él. Sus pupilas están dilatadas y su aliento caliente choca contra mi cuello. Cuando siento su miembro tenso me muevo en círculos por encima, queriéndolo sentir más.

Me siento en el séptimo cielo. Justo cuando su dureza roza mi punto un gemido escapa de mis labios. Vuelve a atacarlos, nuestras lenguas bailan al compás de nuestros latidos.

Chase junta sus manos detrás de mi espalda y me baja la cremallera del vestido. Me levanto rápidamente para quitármelo de la manera más impaciente y sexy que puedo.

Veo su rostro sorprendido, sus pupilas dilatarse aún más y su dureza creciendo bajo el pantalón en el momento en que ve el conjunto de lencería que llevo puesto. Fija la vista en mis pechos envueltos por el increíble sostén negro de encaje que hace que se vean más grandes de lo que son. Me vuelvo a sentar encima suyo.

Su boca va directa a mi cuello, sus manos a mi trasero y las mías se enredan en su pelo castaño.

Lo empujo y hago que se tumbe en la cama. Deshago el botón de sus pantalones y bajo la cremallera. Me permite quitárselos y los lanzo al suelo con el resto de ropa. Desciendo hasta su boca y la ataco de nuevo, pegando mis pechos a su pecho desnudo. Con mis dedos recorro sus abdominales de nuevo hasta que encuentro la goma de los calzoncillos. Mis dedos juegan con el elástico. Chase hace pequeños apretones en mi trasero.

Sin darme cuenta, con un movimiento experto, quedo debajo suyo. Ahora él tiene el control de la situación y me encanta verlo imponente encima mío. Siento su dureza en mi entrepierna.

Chase desliza un dedo entre nuestros cuerpos, se cuela entre mis bragas de encaje y presiona el botón del placer. Mueve sus dedos con firmeza por encima del monte, tocando los lugares adecuados para hacerme vibrar. No puedo más, esta es la mejor sensación de mi vida. Dejo escapar un par de gemidos y Chase los calla con un beso. Mi espalda se arquea involuntariamente queriendo más. Mis labios están entreabiertos por la excitación.

- Eres preciosa Maddie.

Se deshace de mis bragas que acaban con el resto de la ropa y me mira tierno.

- Puedes confiar en mi, ¿sabes éso, no? -asiento todavía sin aliento-. Si te duele solo tienes que decírmelo.

Asiento de nuevo y eso es suficiente para que empiece a hundir un dedo en mi interior.

- ¡Oh, Dios mío, Chase!

Mientras el dedo entra en mí, otro sigue presionando mi clítoris. Alterna movimientos como un experto. Entrecierro los ojos y arqueo más la espalda. Esto hace que Chase se fije en mis pechos y con la mano libre que tiene se deshace del sostén y amasa mi pecho ahora libre.

Cuando creo que ya no puedo sentirme mejor se acerca a besarme y mete otro dedo en mi. Esto es increíble. Todos los músculos de mi cuerpo se tensan y dejo que un gemido escape de nuevo. Chase es el primer chico que me provoca un orgasmo y ha sido maravilloso.

Siento que debo devolvérselo de alguna forma, pero ya habrá tiempo para éso.

- ¿Tienes un condón? -pregunto con la voz entrecortada

Se estira hacia la mesita de noche y saca un sobre de uno de los cajones. Lo abre y hace ademán de ponérselo, pero lo detengo antes.

- Yo lo haré. -le digo

Se quita el bóxer y su erección salta disparada hacia arriba. Nunca había visto una y me sorprende el tamaño. ¿Si el tamaño no importa porqué debe ser tan grande?

Coloco el condón en la punta y lo deslizo al largo de la dureza haciendo presión en algunas partes. Eso lo enciende.

- ¡Oh, Maddie!

- ¿Está bien? -dudo

- Está perfecto, pequeña.

Se vuelve a poner encima de mí, con un brazo a cada lado de mi cuerpo. Me separa las rodillas y se coloca entre mis piernas. Coge su erección y la guía hasta mi entrada. Su punta roza mi zona y el deseo vuelve a arremolinarse en mi interior. Deja caer su peso lentamente, entrando con cuidado. Cierro los ojos con fuerza.

- ¿Te hago daño Maddie?

- No, estoy bien, sigue.

Chase se desliza en mi interior.

- Madre mía Maddie, estás...

- ¿Qué he hecho mal? -pregunto preocupada

- Nada, no has hecho nada mal. Lo estás haciendo genial.

Me besa los labios delicadamente pero a la vez salvaje.

Se queda quieto en mi interior para que pueda adaptarme a él. Y cuando estoy bien empieza a moverse. Cada centímetro que roza contra mis paredes hace más grande el fuego en mi interior. El dolor es substituido rápidamente por placer y arqueo la espalda para pedir que acelere el ritmo para ayudarlo a llegar hasta el fondo de mí. Enredo mis piernas detrás de su espalda y clavo mis uñas en sus hombros cuando siento el orgasmo llegar.

El suyo todavía no ha llegado, así que seguimos moviendo nuestros cuerpos. El sonido de sus caderas chocando contra mis muslos es tapado por mis gemidos y sus jadeos.

Nos da la vuelta y me permite tener el control de la situación. Levanto mis caderas y las dejo caer de golpe. Veo el placer en su rostro así que decido repetirlo varias veces. Él me coge por las caderas para ayudarme a subir y bajar.

Entonces cambia el ritmo, ahora me hace subir y bajar de manera lenta. Esta lentitud permite que las embestidas sean más profundas. Chase entra hasta el fondo de todo y cuando deja salir todo el aire acumulado, sé que ha llegado su orgasmo también.

Me dejo caer encima suyo y nos quedamos un rato tumbados, abrazados y sudados. Él sigue dentro de mí. Al cabo de unos minutos sale de mi interior y retira su condón.

Vuelve a la cama y me coge en brazos.

- Maddie, te quiero, eres lo mejor que me ha pasado en la vida. -confesa pegando su frente a la mía

- Yo también te quiero cariño. Ha sido increíble

Se tumba en la cama y deja que me tumbe encima suyo. Me pregunta si me siento bien. Es encantador, me pregunta si estoy bien cuando está claro que lo he disfrutado muchísimo. Apoyo mi mejilla en su pecho y escuchando su corazón me quedo dormida.

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