Recuerdos borrosos. Cap. #24

Kend.

Estábamos trabajando con todo en la cocina, preparando la comida para el almuerzo en el cual le daría a conocer a mi madre y mi hermano menor la noticia de mi boda con Liam... Liam ¡¿Liam?! ¿Pero qué hora era? Revise en mi reloj y ya eran las cuatro y media de la tarde, le había dicho que a las cinco, así que no me quedaba mucho tiempo para ir en su búsqueda.

—¡Chicos, tengo que ir en busca de Liam ya! Se me hace tarde, les encargo la comida.

Salí de la cocina y me metí al baño para darme una buena ducha; después salí rápidamente para vestirme, me puse ropa casual y tomé las llaves de mi auto para ir a su casa. Miré de nuevo mi reloj y ya eran las cuatro cincuenta... ¡Tenía diez minutos para llegar! Arranqué y salí rápidamente de la residencia rumbo al departamento de mi castaño; en el camino me topé una florería y las ganas de llevarle un bonito ramo de flores me ganaron; así que tenía cinco minutos más de retraso pero llevaba un gran y exótico ramo de flores que de seguro le encantarían. Después de unos minutos más en el camino llegué al edifico departamental y después subí rápidamente; son exactamente las cinco con quince minutos, no es muy puntual pero había llegado. Toqué el timbre unas tres veces pero nadie abría.

—¿Liam?—dije mientras seguía tocando pero nadie respondía. ¿Habrá salido? No lo creo, le dije que estaría aquí a las cinco.
Empecé a preocuparme ya que Liam no llegaba tampoco y nadie me habría, entonces tomé la decisión de buscar al portero del lugar para que me abriera la puerta. Pero ¿Dónde estaría el portero? Seguro estaría en la primera planta, ya que el edificio solo tiene dos. Baje y toqué el timbre del 1A, al los dos minutos un anciano me abrió la puerta .—¡Buenos días señor! ¿De casualidad sabe quién es el portero del lugar?

—Si, soy yo. ¿Desea algo?—me dijo con calma.

—¿Podría abrirme el 10A? Soy familiar del inquilino, pero al parecer no está.

—Oh, claro... tomé.—dijo dándome un mazo de llaves. Joder.—Pensé y luego me cerró la puerta antes de que pudiera decir algo más. Doble joder.
Me dirigí al departamento y empecé a intentar con las llaves al azar, intentando una por una, fallando y perdiendo tiempo en cada una hasta que por fin una acertó después de casi diez minutos de intentos fallidos. Abrí la puerta y estaba todo oscuro así que prendí la luz.

—¿Amor, estás aquí?—inquirí mientras entraba y lo buscaba en su cuarto; no había nadie en el lugar, después me fijé en la mesa donde habían vasos, me acerqué y entonces pude observar la mancha de sangre en el cristal.—No... ¡No no no no no! ¡Liam! ¿Dónde estás?—me desespere y empecé a buscarlo por todas partes, debajo de la cama, en el baño pero era inútil; él no estaba en el departamento. Las lágrimas de la preocupación no tardaron en llegar. ¿Era enserio? La vida ya me lo había arrebatado una vez y lo volvió a hacer. ¿Enserio el destino no nos quiere juntos? ¿Tan difícil es querer ser feliz?—Pensé mientras secaba las lágrimas, después llame al 911 informando sobre el secuestro. No lo permitiría, no me volverán a arrebatar a Liam, no de nuevo... tal vez antes era más tonto, pero ahora estoy seguro que quién haya hecho esto no conoce al Diablo en persona. Nadie me arrebatara al amor de mi vida y se irá así sin pagar las consecuencias.
Le marqué a Clarck para informarle lo que había pasado y que cancelara la comida que se había estado planeando. Las autoridades llegaron como a los veinte minutos al igual que Clarck y Scarlett que habían llegado mucho antes.

—Todo estará bien, Liam es fuerte.—me decía mi hermano.

—Clarck tiene razón, hay que tener fe en que lo encontrarán...—atribuyó la castaña.

—Tal vez, pero no puedo quedarme con las manos cruzadas. Además hay que avisarle a Jordan para que pueda ayudar, es más, ahora le marcaré.—dije y eso hice.

—¿Y bien?—preguntó mi hermano.

—Dijo que pediría permiso en el hospital y qué estaría aquí en diez minutos o menos... tampoco sabe nada sobre Liam.—respondí sin ánimos. Nos sentamos en el pasillo mientras la policía hacia su trabajo y pensaba en quién podía haber hecho esto, y en cómo estaría Liam en este momento. En eso Jordan llegó; se le notaba lo preocupado.

—¡Kend!—dijo cuando me vio.—¿Aún no saben nada? ¿Tú no sabes nada?—negué con la cabeza y sólo suspiró, se veía que estaba enojado y preocupado.—¿Por qué tiene que pasarle este tipo de cosas a las personas buenas? Liam nunca le ha hecho daño a nadie, ¿Quién podría quererle hacer daño a él?

—Esa es una de las preguntas...—inquirió el oficial.—¿Alguien sabe quién quisiera hacerle daño a su amigo? ¿Algún enemigo o algo por el estilo?

—¿Qué tal su ex?—atribuyó la castaña.

—¿Bankhat? No lo creo, el tipo es muy buena persona, no creo que se haya tomado el termino de su relación tan mal para hacer tal cosa.—respondió Jordan.

—Pero nunca se sabe hijo.—dijo el oficial.—¿Me dan sus datos?—Jordan asintió y empezó a brindarle la información al policía mientras yo entraba en duda. ¿De verdad podría ser capaz de hacerle eso? Se supone que lo amaba ¿No es así?
Una vez que el policía termino de inspeccionarle me dirigí a Jordan.

—¿Tienes el numero de Bankhat?—él asintió.—Márcale.—le digo y así hace, lo veo esperar paciente con el teléfono en la oreja hasta que se lo quita.

—No contesta, manda a buzón.—responde preocupado.

—¡Mierda! Juro que si es él yo mismo me encargaré de matarle.—digo golpeando la pared. ¿Realmente el tipo pudo haber hecho tal cosa? Debía estar muy enfermo de la cabeza para hacerlo.

—Calma Kend, aún no sabemos nada. Deja que la policía haga sus investigaciones.—Dijo el pelinegro. ¿Calma? ¿Cómo podía guardar la calma en un momento como este? ¡Joder, me han arrebatado al amor de mi vida injustamente de nuevo! ¡No podía guardar la calma! No ahora.
El oficial salió del departamento y se nos acercó.

—Bueno, al parecer si fue un secuestro; pudimos concluir que en realidad habían tres personas allí, así que nuestra teoría es; o son dos secuestradores o solo es uno. Pero realmente optaríamos más por la primera.

—¿Puedo ayudar en algo, oficial?—pregunté pero él negó y fruncí el ceño.

—Lo siento hijo, lo único que pueden hacer es irse a sus casas y esperar por que nuestros investigadores hallen algo para informarles. Aquí solo obstruyen la investigación.—¿No hacer nada? ¡¿Acaso está idiota?! ¿Pero que mierda se cree diciendo que obstruyo la búsqueda?

—¿Obstruir?—inquiero ligeramente mientras siento mi ira y impotencia subir.—¡Yo quiero buscarlo! ¿No entiende que es mi prometido del que estamos hablando? ¿Cómo se sentiría usted si secuestraran injustamente a su esposa cuando están apunto de ser felices? ¡¿Cómo?! ¡¡Jodanse todos, lo buscaré por mi cuenta!!—salí del lugar tan enfurecido que me llevaría por delante a quien se me atravesara.

Liam.

Desperté y no veía nada, todo seguía oscuro; de hecho no podía abrir bien los ojos, hasta que descubrí que estoy vendado, el miedo no tardó en hacerse presente, tenía sed, tenía hambre; pero realmente era lo de menos en ese momento. ¿Dónde estaba? ¿Cuánto tiempo había estado inconsciente? ¿Y Emil?
Escuché como alguien caminaba cerca de mí y no pude evitar sentir miedo.—¿Hay alguien allí?—Claro que había alguien ahí, pero fue lo único que pude formular en ese momento.—Pensé y entonces me quitaron la venda estrepitosamente opacando mi vista por la luz, hasta que me fui acostumbrando poco a poco y mi visión se fue aclarando y pude ver el lugar que estaba a oscuras y lo único que lo alumbraba era un foco que está arriba mío, proporcionándome calor; me percaté que enfrente mío está Emil, amarrado a una silla y vendado; al parecer aún sigue inconsciente.—Emil...—le llamé pero no escuchaba; si, aún estaba inconsciente.

—Buenos días bello durmiente...—inquirió repentinamente una voz a mi lado espantándome; es Sam.—ya me estaba aburriendo, realmente no pensaba que estarías inconsciente tanto tiempo.

—Sam, por favor... déjanos ir, no tienes por que hacer esto. Solo estás ganándote una condena en la cárcel, ¿Enserio quieres pasar el resto de tu vida encerrado?

—Pues... yo quería pasar el resto de mi vida a tu lado.—dijo sonriente, pero aquella sonrisa desapareció en aquel instante.—Pero no siempre las cosas se cumplen, ¿No es así, Liam? Tú y yo somos firmes creyentes de eso ¿Verdad? Nunca seremos felices, siempre hay una tragedia que nos lo impide; Como por ejemplo cuando tu padre te llevó con él de regreso, apartándote de tu amado Kend, o ahora, que te ibas a casar pero ocurrió esta desgracia... qué triste. De verdad que nunca tendremos nuestro 'Final feliz', y es que empiezo a creer que no existen.

—No entiendo qué ganas haciendo esto, Sam.

—¿Qué gano?—dijo gracioso.—No pretendo ganar algo, solo quiero hacerte sentir el dolor que tú me hiciste sentir a mi una vez, matando todo ese amor que una vez sentí por ti...—dijo mientras se acercaba y me acariciaba.—para ello podría quebrar tus huesos uno por uno, cortarte la piel poco a poco... ¡Hay demasiadas formas tan dolorosas de torturarte que no sé qué elegir! Bueno, hasta que estuve pensando y se me prendió el foco y tuve una excelente idea; Nada más doloroso que ver al amor de tu vida morir frente a ti sin poder hacer nada, ¿Qué tal?—al escuchar aquellas palabras el tiempo se detuvo, mis latidos se aceleraron y el aliento se me fue. ¿Este tipo quería matar a Kend?—Pensé y quedé en shock. No sabía que responder, no quería que Kend muriera por mi, pero sabía que estaba dispuesto a hacerlo si así me salvaba.

—¡No le hagas caso Liam!—gritó Emil sacándome de mi transe. La sonrisa de Sam desapareció en ese momento.—¡Sam, Sam! Debes escucharme; yo sé que tú no eres así. ¡Debes entrar en razón por Di-! ¡Agh!

—Cállate escoria.—dijo Sam después de haberle proporcionado un golpe al estómago.—¡Tú no me conoces, nadie se tomó el tiempo para hacerlo!—decía mientras le acertaba más golpes al castaño oscuro que solo podía recibirlos ya que estaba amarrado y vendado.

—¡Sam! ¡Ya déjalo!—grité desesperado, no podía quedarme solo allí viendo como golpeaba y golpeaba a Emil que ni siquiera podía defenderse. El moreno paro después de darle una última patada y volteó a mirarme.—Por favor...—fue lo único que pude articular y se dirigió hacia mi.

—¿Te importa mucho lo que le pase a esta mierda? ¿Por qué? ¡Es un maldito traidor y mentiroso!—me gritó haciendo entrar en duda. ¿Mentiroso? ¿A qué rayos se refiere?
Supongo que Sam notó mi semblante dudoso ya que me sonrió.—Tal vez ya sepas que él y yo nos conocíamos ya, pero quizá no sabias que Emil sabía lo mucho que te extrañaba y quería cuando te encontró nuevamente, pero jamás me lo dijo.—inquirió.—¿Por qué? ¡Tal vez porqué es un maldito envidioso e impostor!

—¡Eso no es cierto Sam! Tú ni siquiera sabías qué yo había encontrado a Liam, solo habías visto mi diario y de allí supiste que yo lo conocía tiempo atrás.

—Te mantuve vigilado desde ese día, entonces fue que descubrí que te veías con Liam y jamás pudiste decírmelo. ¿Tanta era tu envidia, Emil? ¿Tanto egoísmo era que no pudiste al menos darme aquella buena nueva?—¿Realmente Emil había hecho eso? Supongo que es cierto por el silencio que ahora reina en el lugar.—¿Cuál era tu miedo? Liam nunca me amó.—No logro entender por qué me duelen las sobras de Sam, supongo que sí soy culpable de todo esto.

—Sam... yo... perdón.—inquirió Emil.—Estaba tan contento que se me pasó decirte que Liam estaba de vuelta. Pero nunca fue mi intención herirte así amigo. Siempre te he dicho que has sido como mi hermano.

—¡Exacto, así son las personas; solo se preocupan por su felicidad y luego te dejan olvidado!—exclamó Sam. Se escuchaba dolido y muy enojado.—¿Hermanos? Emil, nunca me consideraste tu hermano, además; perdiste todo al ocultarme a Liam.

—Emil...—dije ligeramente. No podía creer que eso hubiese pasado entre ellos.

—Aunque tú tampoco te quedas atrás Liam.—dijo Sam llamando mi atención.—Me hiciste tanto daño en México... ¿Te acuerdas de la fiesta en la universidad dónde te dediqué una canción?—me preguntó y los recuerdos borrosos de aquel día llegaban a mi cabeza.—Pues déjame decirte que ese día gasté todos mis ahorros para poder alquilar el traje y un buen auto para llevarte a cenar a un restauran de prestigio donde había apartado una mesa para dos que quedó vacía toda la noche, esperando por una pareja enamorada que nunca llegó, o qué tal vez nunca existió.—mi corazón dolió en aquel momento al escuchar la verdad que nunca pude conocer. Intente hablar pero no me dejo.—Y aún no acabo, eso no fue lo peor Liam...—¿No lo era? ¿Aún había algo peor?—Nunca te preocupaste por mis sentimientos hechos pedazos ¿Verdad?, vivíamos a unas cuadras del otro y no fuiste capaz de tocarte el corazón por mi y tal vez hablar conmigo y consolarme. Claro, no importaba que yo estuviera en un estado de depresión muy alto, que no quería salir ni comer; Liam... me quería morir en aquel entonces. ¿Y tú qué hacías? Tal vez disfrutando de tu amor... bueno, lo que duró; tu padre te llevo consigo. ¿Y sabes? También me dolió, me dolió que no pudieras ser feliz ¡¿Tú crees que yo me preocupaba por ti aunque me hubieras hecho mierda?!

—Sa-Sam...—fue lo único que pude formular. Las lágrimas no esperaron en llegar. Jamás supe qué pasó con Sam, y también me había olvidado de él. Me siento tan basura en este momento... Sam pudo haber sufrido igual o más que yo en aquel entonces y nunca me preocupe por él. ¿Qué clase de persona fui?

—Descuida Liam, eso ya es pasado y este es el presente. Yo sufrí y ahora te toca a ti...—lo miré y tenía en su mano mi móvil.

—¿Qué harás?—el miedo empezó a recorrer mi cuerpo cuando pude observar que estaba llamando a Kend.—¡¡NO, SAM!! ¡NO TE ATREVAS A HACERLO MALDITO!...—la desesperación junto a la impotencia se hicieron presentes; intentaba desatarme pero era inútil, solo conseguía lastimar mis muñecas con la cuerda.—Sam... por favor... Kend no tiene la culpa de nada...

—¿Bueno? ¿Hablo con Wolf?—inquirió Sam y no pude más que alterarme más, empecé a forcejear más sin importar el dolor.

—¡¡SAM!!—grité desesperado cuando me dio un puñetazo en la cara dejándome algo desorientado y después me tapó con un trapo. Lo último que recuerdo es a Sam sonriendo sádicamente mientras perdía el conocimiento...










CONTINUARÁ.

*Ú L T I M O S  C A P Í T U L O S.*
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