Dangerous Men. Cap. #19
Despertó en una cama que no era la suya, pero aún tenía su ropa puesta, eso ya era una gran ganancia.
Se incorporó y reconoció la habitación; estaba en la casa de Emil. Se restregó los ojos y suspiro... los recuerdos del día de ayer comenzaron a llegar a su cabeza y conociéndose sabía que no le abandonarían fácilmente y le torturarían por una buena temporada. Ya no quería llorar, no más... tenía los ojos hinchados por hacerlo toda la noche, debía aceptarlo; el rubio seguía teniendo un lugar muy importante en su corazón pero se esforzaba por hacerse creer que no y ahora su tarea primordial era sacarlo de allí.
Debía descansar y meditar lo que sucedía, encontrase de nuevo con aquella persona lo había desorbitado totalmente y no asistiría al trabajo, le marcaría a Jordan para que le cubriera, después de todo le debía muchos favores. Se escucho como se abría la puerta, llamando la atención de Liam quien miro hacia esta.
—Buenos días... ¿Como amaneciste?—inquirió Emil entrando a la habitación con un desayuno.
—Si te digo que bien te estaría mintiendo...—le respondió este dándole una pequeña sonrisa que al decir verdad era bastante débil. Tomó un poco de la naranjada servida en el baso, después se dispuso a comer un poco del pan tostado con mermelada de fresa... amaba el sabor.—gracias.—concluyó.
—No es nada...—le respondió Emil viendo cómo este comía.—mi amor...—inquirió tranquilamente y Liam recordó como el rubio le decía las mismas palabras el día pasado y en el pasado, sintió como su pecho se achiquito y el apetito se iba.—¿Te afectó demasiado?—le preguntó directamente, sin rodeos, yendo al grano de lo que quería saber y dejando a Liam melancólico. No quería decirle nada, no quería nada en ese momento.
—Emil, de verdad que no quiero hablar sobre el tema.—le dijo dejando el poco pan que le quedaba en el plato.
—¿Entonces si te afecto, no es así?—atacó de nuevo y el castaño ya no quería seguir escuchándolo.—¿Aún lo quieres, Liam?—le preguntó y un nudo se creo en la garganta del mencionado dejando la habitación en un gran silencio.—Te estoy preguntando Liam...—dijo seriamente haciendo que los ojos del castaño se cristalizarán por las lágrimas que contenía, de verdad no quería hablar sobre ello.—¿Aún sientes algo por él?—lo miró directamente a los ojos pero Liam desvió la mirada hacia la ventana, queriéndose esconder en el infinito de esta.—¡Respóndeme!—le gritó y el otro cerró los ojos fuertemente haciendo que las lágrimas saliesen de sus ojos.
—¡Es que no lo sé!—le gritó y se limpió los ojos con las manos.—Yo... no... sé.—susurró.
—Pues tienes que saberlo, no estaré con una persona que no sabe lo que quiere y que no me corresponda.—le respondió aquel bruscamente y Liam se sintió mal por un momento pero luego se enojo.
—Entonces creo que lo mejor será que busques a alguien que pueda hacerlo.—le dijo saliendo de la cama y poniéndose sus zapatos, Emil lo vio haciendo eso y empezó a tener miedo.
—No, Liam... yo ¡Espera!—le decía pero aquel lo ignoraba.—Perdón mi amor, es que estoy confuso por todo esto... y los celos, perdóname Liam.—le dijo agarrándolo de la mano antes de que saliera del lujoso departamento.
—Si tú estás confuso solo imagínate cómo estoy yo.—le respondió el castaño.—¿Celos? Nos haré un favor, vamos darnos un tiempo ¿Si? Así no tendrás nada que celar en lo que yo puedo pensar bien esto, Emil.—se soltó de su agarre y salió de allí. El castaño oscuro se odio en ese momento por ser tan egocéntrico y se dedicó a maldecir al rubio mientras se ponía a golpear su saco de box.
—Todo esto es tu culpa Wolf.—dijo para sí mismo.
Kend.
—¿Te encuentras bien hermano?—le pregunta Clarck al rubio que estaba acostado en su cama, tapado hasta la cara. No quería ver a nadie al decir verdad, no quería nada... ni si quiera quería vivir pero matarse sería muy cobarde.—Kend... por favor, debes salir de la cama y comer, necesitas asearte. Por favor hermano... tienes que alimentarte.—suplicaba el de pelo oscuro pero no veía señales de que su hermano quisiera salir de allí. Desde el día anterior estaba encerrado en su cuarto y ni siquiera había cenado y ahora tampoco quería desayunar, se enfermaría si seguía así.
Se escucho como alguien más entraba por la puerta, era Chris que venía con una charola donde traía el desayuno.
—Hey, bro... ¿Estas bien?—inquirió pero el rubio solo se dio la vuelta dándoles la espalda.—Bueno, te dejaré la comida por aquí...—dijo y puso la charola en la mesa de noche que estaba a lado de su cama.—por si quieres comer más al rato.—concluyó pero su amigo seguía sin inmutarse por lo que le decían.
—Regresare más al rato... Kend.—dijo Clarck y saco a Chris con el de la habitación.
En realidad lo siento chicos...—Pensó el rubio.—nunca pensé que llegaría el momento en el cual fuera tan débil, tan frágil como ahora lo soy. Quisiera no sentirme como ahora me siento, quisiera no estar así y sonreír como siempre lo hago, pero... no siento tener razones para volver a hacerlo. No recuerdo por qué lo hacía cuando Liam aún no estaba en mi vida, pero desde que el llego todas y cada una de mis sonrisas son por él... ahora que ya no está, no tengo razones para sonreír, de hecho tampoco para vivir, vivía por él, para volverlo a encontrar y estar juntos... aunque empiezo a creer que no era nuestro destino quedarnos unidos, tal vez... tal vez nunca estuvimos destinados y solo cometí un error, como siempre los he cometido en mi vida. Un error aquí y otro allá, todo lo que hacía era un error tras otro... tal vez... tal vez también soy un error.
(...)
—Entonces el rubio sigue deprimido... me imagino, me hablaba cosas muy hermosas de Liam.—respondió la castaña mientras hablaba con los hermanos y Chris.—¿Tienen algún plan para sacarlo de la cama? ¡Vamos! Tenemos que sacar a nuestro sonriente Kend, ¡No podemos quedarnos con las manos cruzadas!—les dijo pero el animo de todos parecía muerto.—¡No pueden hacerle esto! Sabemos que él nos ha ayudado de alguna u otra forma en nuestras vidas ¡Y yo no lo conozco de mucho tiempo como ustedes! A ver... ¡Chris! Tú eres su mejor amigo ¿Qué ha hecho por ti?—le preguntó y el otro solo se quedo callado.
—Creo qué hay que darle un tiempo... debe ser muy duro para él.—respondió evadiendo la pregunta.
—¡Esa no era la respuesta! ¡Solo dilo! Di lo que Kend ha hecho por ti.—la castaña, a pesar de no tener mucho tiempo en la familia ya tenía un gran sentimiento con ellos.—Solo... dilo...—dijo ahora careciendo de su carácter.
Un incómodo silencio se hizo presente y las ilusiones de Scarlett por motivar a los demás se morían junto a la alegría característica de la familia.
—Kend...—inquirió Chris tímidamente. Cerró los ojos y los volvió a abrir con decisión.—Kend fue mi único amigo en preparatoria cuando se cambió al colegio, en ese tiempo era muy antisocial y llevaba pésimas notas. Gracias a él creo que soy lo que ahora ven.—los demás lo miraron y Scarlett sonrío.
—¡Kend me escucho como ninguna otra persona lo había hecho! Creo que jamás había podido hablar con alguien más de temas como los que hable con él.—dijo la castaña emocionada.—Y le agradezco por ello.
—Kend siempre ha sido un gran hermano y amigo para mí, me ayuda en todo lo que puede y me da su apoyo incondicional cuando más lo necesito... no podría estar más agradecido con él.—dijo Clarck.
Solo faltaba un integrante allí que diera su historia con el rubio y era el menor. Todos le miraron y bufo para después hablar.
—Kend es mi mejor amigo... me ha apoyado en los momentos en los que papá o mamá no podían. Siempre al pendiente de mí y cuidándome... le agradezco muchas cosas.—concluyó. Clarck estaba sorprendido por lo sentimental que había demostrado ser Dylan en ese momento ya que nunca le había visto hablar así.
—¡Eso es todo chicos! ¿Ven? Ricitos a hecho mucho por nosotros, pero ¿Qué hemos hecho nosotros por él?—todos pensaron en las palabras de Scarlett.—¡Es el momento de hacerle un favor y apoyarle! Tenemos que hacer que retome la fuerza para que siga peleando por lo que quiere...—todos asintieron.—tenemos que regresar a nuestro antiguo Kend...—todos dijeron "si" al mismo tiempo.—¡Tenemos que ayudar al destino para que se queden juntos, como debe de ser!
—¡¡¡SIIII!!!—gritaron todos al unísono, si algo sabía hacer bien la castaña era armar un alboroto. Juntos subieron al cuarto del rubio para entrar y encontrarlo en la misma posición de antes y el desayuno seguía en la mesa de noche, no lo había tocado.
—Kend... debes levantarte.—dijo Scarlett pero este no respondía.—Debes hacerlo por Liam, sabemos que él aún te quiere, solo está confundido...—el silencio de parte del rubio seguía.—por favor Kend ¡Tienes que aclarar las cosas! Acostado en esa cama no lograrás nada... ¡Yo quiero esa boda y la tendré!—dijo por último he hizo pensar al rubio en lo hermoso que hubiera sido una boda.
—Amigo...—escucho la voz de Chris y puso atención.—yo no conseguí aquel número para nada.—Kend sintió cosquillas en el estomago gracias al recuerdo de hace años.—Lo conseguí por qué sabía una cosa... ¡Tú y Liam están destinados a estar juntos! Es su destino y lo presentía... por eso te ayude aunque no estuviera seguro de hacerlo.—todos vieron cómo se acomodaba mejor en la cama pero sin destaparse.
—Tienen razón, hermano.—empezó a decir Clarck.—Liam debe ser mi cuñado por qué es el único al que has amado así de intenso y hasta donde sé... tu primer novio.—Kend sabía que su hermano tenía razón, lo conocía muy bien.—No puedes dejar ir así de fácil a alguien con quien has compartido muchas de tus cosas y todo por un mal entendido. ¿No lo crees?—le preguntó.
—No... lo sé.—respondió por primera vez después de ayer.
—¡Como que no lo sabes!—inquirió el menor entrando en la charla, sorprendiendo a Kend.—Tú siempre me enseñaste a luchar hasta el final... pero sigues aquí acostado, rendido ¿Acaso quieres que aprenda eso?—el rubio negó para sí mismo.—Tú siempre dijiste que los Wolf nunca nos rendíamos y es momento de comprobarlo.—concluyó Dylan.
—Hay veces en las cuales debemos parar...—concluyó la platica para volverse a acurrucar de nuevo pero la puerta se abrió para sorpresa de todos dejando ver a alguien que nadie espera ver. Todos quedaron asombrados.
—Hijo...—inquirió he hizo que Kend se destapara al reconocer aquella voz.
—¿Madre?—dijo al reconocerla.—Pensé que estabas de viaje.
—Lo estaba, pero cuando vi lo que sucedió en la TV tome el primer avión para volver...—dijo tranquilamente mientras se ponía frente a la cama.—tu padre no estaría tan contento al ver como rompes la frase de la familia así.—le dijo y Kend se sintió mal.—Hijo, sé que estás pasando por un momento muy difícil, pero es la prueba del amor para ver si son lo suficientemente fuertes como para quedarse juntos a pesar de lo que suceda.—Y mamá había entrado en acción para convencer a nuestro rubio. ¿Quién más mejor que ella para hacerlo?—Tú padre no se rindió nunca, ni cuando parecería que jamás terminaríamos juntos por mis padres que no lo querían, pero nuestro amor fue más fuerte de lo que ellos pensaban y salimos adelante. Lo de ustedes es solo un mal entendido y debería ser fácil de arreglar, tienes todo nuestro apoyo, hijo.—le dijo haciendo que el rubio pensara bien en aquellas palabras... "Un Wolf jamás se rinde" era el dicho de mi padre, ¿Era hora de ponerlo aprueba?—Pensó.
—Kend...—llamó su atención sacándolo de sus pensamientos.—tú padre como yo estaríamos muy felices de que trajeras a ese muchacho y lo volvieras parte de la familia.—le dijo y una sonrisa se dibujó nuevamente en el rostro del rubio haciendo que los demás festejarán, Kend estaba de vuelta.
Liam.
El castaño había llegando a su departamento en los suburbios, abrió la puerta y entró para contemplar la soledad en la que vivía y en la que nunca había pensado. Su teléfono empezó a sonar y sabía quién era pero no quería hablar con nadie, se sentía mal, se sentía solo... sentía que podía dañar a las personas de su alrededor... sentía que era "peligroso" para los demás.
Puso a reproducir su buzón de voz para escuchar a Jordan.
—Hey, ¿Estás bien? Solo quería saber cómo estabas, igual saliendo del hospital iré a verte. Llevaré algo de comida así que no te preocupes por lavar platos...—rió un poco.—oye... te quiero.
Ahí terminó la grabación, también tenía mensajes de Emil pero no los quería ver en ese momento, tal vez necesitaba descansar, Jordan tenía llaves del lugar así que no se preocuparía.
(...)
—¡Hey!—dijo Jordan sacudiéndolo.—Despierta bello durmiente, es hora de cenar.—se levantó de la cama para irse al comedor dejando a Liam somnoliento en la cama. Se paro y se dirigió al comedor dónde está su mejor amigo sirviendo unas hamburguesas de Mc Donald.—Genial, ¿Tienes hambre?—le preguntó, al ser sincero no había almorzado y desayunado bien pero tampoco tenía hambre, aunque como doctor sabía que debía de comer, por su bien.
—Sí, claro.—dijo para sentarse y tomar su hamburguesa.
Terminaron de comer y Jordan hablaba de todo lo que había pasado hoy en el hospital en su ausencia pero veía que Liam no tenía mucho interés, más bien, no se veía bien.
—¿Estás bien, Liam? Te ves muy mal. ¿Pasó algo más?—le preguntó y el castaño miro hacia otra parte.
—Termine a Emil.—dijo.—Descuida, no tienes que golpearlo, lo termine por mi cuenta. Siento que debería seguir soltero por un tiempo, las relaciones me hacen daño y me vuelvo peligroso para los demás haciéndoles daño también.—Jordan le tomó de la mano, intentando darle un poco de confianza para que se desahogará con él pero Liam quito su mano del agarre rápidamente.—Por eso te pediré que me des un tiempo a solas, Jordan... creo que necesito estar solo para pensar y meditar algunas cosas.—le soltó, haciendo que Jordan se entristeciera.
—No tienes por qué alejar a los demás, Liam... sabes perfectamente que esa no es la solución, SABEMOS que así no se arregla nada y tú me lo enseñaste.—le dijo agarrándole la mano nuevamente.—Esas son las palabras que yo utilizaba cuando estaba hundido en los vicios por qué pensaba que lastimaría a los demás, pero tú te quedaste allí, alumbrando mi camino, tú fuiste el único foco que no se apago y no me dejo solo. Así que yo tampoco te dejaré.—le apretó las manos.
—Solo lárgate, Jordan... déjame solo.—le pidió más como una súplica.
—No te abandonaré, Liam.—le dijo parándose de la mesa y botando la basura que quedaba.—Vendré todos los días sin falta a verte y traeré mis cosas para quedarme un tiempo aquí y cuidarte.—decía mientras se lavaba las manos y volvía para despedirse.—Buenas noches...—le beso en la frente para salir del departamento, dejando a Liam solo.
CONTINUARÁ...
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