Capítulo 62
—En algo creo que tú y yo somos parecidos en este momento —dijo Izad—. Mi padre fue traicionado por el tuyo.
—¡Eso es mentira y lo sabes! —gritó Ibrahim—. Mi padre jamás haría algo así.
—¿Es que tu padre no renunció y cedió el trono y después siempre dijo que sí sería rey quitándole al mío la posibilidad? —preguntó.
—Mi abuelo habría rogado a mi padre que fuera rey pero jamás le daría al tuyo el trono —dijo Ibrahin avivando más el desprecio del hombre frente a sí—. Mi padre fue y seguirá siendo el rey hasta el último día de su vida, simplemente porque lo merece, porque ha sido bueno y porque aunque te duela siempre fue mejor que el tuyo, quien solo fue un hombre ambicioso y ávido de poder.
Recibió un golpe en la cara con la pistola.
Fue entonces cuando se vio rodeado por ocho hombres que apuntaba con el arma a él.
Los contó en total, nueve personas incluyendo a Ava y bien sabía que estaban casi a la par con ellos.
Izad le quitó la camisa a Ibrahim viendo el chaleco y supo que no había llegado solo.
Miró al frente buscando a los demás e intuyendo que estaban próximos a ser atacados.
Le quitaron el chaleco a tirones antes de que Izad sonriera.
Ava le apuntó con el arma y sonrió.
—Al fin tendremos justicia —dijo quitando el seguro.
—Traigan a los mocosos —dijo Ralph.
Un hombre fue por ellos, liberando a ambos niños y llevándolos del cuello de la ropa.
Miró a su hijo sollozar así que cuando lo tuvo intentó abrazarlo pero este solo se sujetaba a la niña que parecía atenta a todo.
Will no soltaba a Sam quien le dio una sonrisa para calmarlo.
—De la mocosa me encargo yo —dijo Ava con los ojos miel sobre Sam.
—Me importa un carajo la mocosa, solo quiero ver al mocoso morir —dijo su hermano—. El peligro es él.
Will miró todas las armas y en un ataque de pánico se soltó de Sam y echó a correr entorpeciendo los planes de todos.
Ibrahim vio a Izad levantar el arma por lo que corrió lanzándose sobre el niño al mismo tiempo que la bala impactada en su cuerpo y dejaba a su hijo debajo de él.
—No te muevas —dijo al ver que se revolvía.
La distracción sirvió para que Sam desarmara con facilidad a Ava al mismo tiempo que la sujetaba de la ropa y apuntaba a su cabeza mientras veía a su padre y el resto salir para hacerse cargo.
Melina fue por su hijo apartando con cuidado a Ibrahim que se desangraba.
—Sácalo de aquí —dijo Ibrahim viendo a su tío Sebastian hablar por y teléfono.
Will miraba a su padre con ojos muy abiertos y después a su madre que tenía los ojos llorosos.
—Vas a estar bien —dijo como única respuesta.
Chris se acercó a él y lo arrastró lejos para atenderlo.
—Ayúdame a llevarlo —dijo Chris a Sebastian quien también se llevó al niño.
Sam esperó apuntando a Ava y pronto la mujer se vio frente a un Parker furioso de que tocara a su hermana.
—Bien hecho cariño —deja a esta chica conmigo y ve con Will.
La adolescente obedeció de inmediato y soltó a Ava que solo cambió de manos y ahora estaba tomada por Parker.
Sam miró a todos en el sitio arrodillados y sometidos.
Pasó a un lado de Melina que miraba a Ibrahim siendo atendido por Chris.
—Voy a cuidar de Will —dijo mirándola—. El príncipe estará bien, las heridas en el hombro suelen ser escandalosas pero no sé ve moribundo.
—¿Cuándo creciste tanto? —preguntó al verla tan fuerte.
—Papá es fuerte —dijo como respuesta—. Will lo será si su madre lo es. No te apures por él, yo me encargo ahora de que no sé dé ni por enterado de nada.
Tomó a Will y lo alejó un poco mientras ella se giraba con un solo objetivo.
Nadie se movió y todos supieron qué era lo que venía incluso Ibrahim que la vio perdida de ira.
Se acercó decidida hacia donde Petrov apuntaba a Izad.
Se paró frente a él y le miró.
—Nos volvemos a encontrar —dijo con una sonrisa siniestra.
Izad le sonrió pero su sonrisa se borró cuando Melina le golpeó tan fuerte con la pistola que le abrió una herida en la cara.
—¡Déjalo, maldita! —gritó Ava.
Fue Petrov quien arrastró del cabello al sujeto dentro de la cabaña y Melina fue tras él.
Parker llevó a Ava jalándola del brazo.
Izad fue lanzado al piso por Petrov que miró a Melina.
Izad se dio cuenta de lo que ella buscaba, así que cuando la vio quitar el seguro y apuntarle se removió puesto que había creído que no sería capaz.
Disparó sin decir una sola palabra haciendo que Izad gritara y comenzará a desangrarse.
Melina se arrodilló frente a él y lo tomó del cabello.
—¿Duele que acaben con tu dignidad? ¿Qué se siente perder la hombría? —dijo mirándolo y después mirando la sangre en su entrepierna.
Se puso de pie al ver al hombre aullar de dolor hasta las lágrimas, aunque no sabía si por el dolor o por la humillación que acaba de recibir.
Lydia entró, miró y se acercó.
—Cariño, las damitas no nos ensuciamos las manos con estas escorias —dijo levantando la mano—. Para eso están estos hermosos caballeros que sabrán jugar bien al príncipe rescatando a la damisela.
Melina entendió lo que ella quiso decirle, más bien lo que quiso transmitir.
—Agradezco las buenas intenciones, pero soy una mujer que cree en las mujeres poderosas —dijo con una sonrisa cínica.
Miró a Parker que se acercó llevando a Ava.
—Nuestra querida Ava va a demostrar cuán leal es a su hermano —dijo colocando el arma en sus manos y sujetándola de las muñecas al mismo tiempo que Parker apuntaba a la cabeza de la chica.
Los hermanos se miraron.
—¿Pensabas matar a un niño pero te tiembla la mano con esta basura? —inquirió y la vio cerrar los ojos asustada a Parker presionar su sien.
De nuevo se vio mirando a su hermano y finalmente al verse presionada, tiró del gatillo.
—Adoro cuando la familia es tan unida como dos imanes acercándose por el mismo polo —dijo un divertido Petrov.
Ava miró los ojos de su hermano sin vida y después a Melina que le dio una sonrisa triunfal.
La mujer se dejó caer a lado de su hermano mientras escuchaban el sonido de las sirenas.
Melina salió de ahí seguida de Lydia quien solo atinó a recoger su cabello antes de que fuera abordada por Andrew y prácticamente arrastrada fuera de ahí.
Sonrió al verlos y fue hacia donde Ibrahim estaba siendo subido a la ambulancia.
Buscó a Sam que mantenía a su hijo algo lejos sobre una piedra y lo hacía saltar hacia ella.
Apenas la vieron el pequeño saltó y corrió hacia ella para abrazarla.
Pronto, se vieron envueltos en interrogatorios e incluso tuvieron que ir a poner la denuncia y hacer los trámites correspondientes.
Fue Petrov quien tomó el control dado que Parker fue en apoyo a su hermano.
Melina acudió e hizo absolutamente todo lo que debía hacer y aunque Ava gritaba que ella no había matado a su hermano seguramente la prueba diría lo contrario.
Finalmente fue con su hijo a casa en un taxi puesto que todos seguían en interrogatorios y solo ella y los niños estaban libres, el resto debía rendir su declaración.
—Estoy cansada —dijo Sam.
Justo cuando llegaban a casa de Parker.
Le dio una breve reseña a Perséfone quien estaba preocupada por lo de Amber y finalmente fue a la habitación con su hijo.
—¿Cómo saliste de casa? —preguntó.
—Lo siento, vi a Ibrahim y me dio miedo. Corrí hasta los cestos de basura y trepé para salir a la casetas de afuera —dijo y ella lo abrazó.
—No te preocupes, todo está bien, solo no te alejes jamás.
Lo abrazó un largo rato hasta que se durmió y finalmente lo dejó en la cama antes de ir al hospital donde Alfred estaba con Parker.
Al llegar supo que todo estaba mal.
Parker se mantenía en silencio a un costado de su hermano que solo miraba un punto fijo.
Se acercó y se sentó al otro lado recibiendo una mirada de Alfred.
—Seguro estará bien —dijo y él asintió pero no se veía muy seguro.
El teléfono de Parker no dejaba de sonar y él finalmente respondió.
—Ve a hacer lo que tengas que hacer —dijo Alfred—. Estaré aquí, Melina estará aquí.
A regañadientes se fue seguramente, pensó Melina, a rendir su declaración.
Ella permaneció ahí hasta que el doctor salió y miró a quienes eran los padres y familia de Amber ponerse de pie.
Alfred saltó como resorte y un silencio cayó entre todos cuando el doctor negó e informó que no había más que hacer.
La madre de Amber comenzó a llorar y a decir que su hija no estaba muerta mientras Melina la veía actuar como loca y la comprendía.
La mujer lloraba desconsolada mientras su esposo la abrazaba y sollozaba tanto como ella.
—Es mi deber informar que ella era donante de órganos; sin embargo, debo preguntar si desean respetar su decisión —dijo el médico que solo provocó más llanto en la mujer.
Alfred tenía los ojos llorosos pero se mantenía en silencio, solo derramando las lágrimas sin decir nada.
Melina se acercó y lo abrazó tan fuerte que solo entonces lo escuchó sollozar sacando su dolor y maldiciendo.
—Si esa fue la voluntad de mi hija, adelante —dijo su madre.
En el lugar solo se escuchaba el llanto de una madre, las condolencias de todo mundo a los padres y varias horas después, casi al amanecer, se fueron sumando todos.
Lydia abrazó a su tía quien de nuevo soltó a llorar y al amanecer el cuerpo fue entregado con Richard Wendell a cargo de los servicios sabiendo que los padres no tenían cabeza para ello.
Parker se acercó a Alfred apenas llegó y solo entonces Melina se acercó a dar el pésame a Angeline Vulkova.
Los ojos de la mujer se posaron sobre ella.
—Yo sé que tal vez no es momento, pero voy a vivir eternamente agradecida con su hija porque intentó proteger a mi hijo —dijo haciendo que Angeline esbozara una sonrisa.
—Mi hija tenía sus defectos como todos pero era un alma buena —dijo limpiando su rostro—. Estoy segura de que se siente bien donde quiera que esté sabiendo que ayudó en algo y si fue para ayudar en cualquier cosa a tu hijo, se debe sentir orgullosa.
—Así es —dijo Melina—. Ustedes deben sentirse más que orgullosos de ella porque sin duda el corazón de su hija aún vivirá en alguien más.
Angeline soltó a llorar de nuevo y se abrazó a Melina con fuerza hasta que su gemela llegó para ocupar un lugar.
Solo entonces se acercó al padre de Amber que no dejaba de llorar abrazado a su otra hija.
Dio el pésame a toda la familia y después partió a casa cuando vio que todos se iban.
Alfred seguía ido y Parker ya no sabía cómo hacerlo reaccionar.
—Estaremos en casa —dijo Angeline tomando la mano de Alfred—. Ella estará ahí.
Alfred no respondió solo limpió sus lágrimas y se puso de pie saliendo del hospital.
Parker pensaba ir tras él pero Melina lo detuvo.
—Dale espacio.
Vieron a toda la familia irse y solo entonces partieron a casa.
Al llegar Parker dio la noticia a su esposa que lamentó aquello, el resto solo guardó silencio.
Cada quien se fue a casa para vestirse y acompañar a Alfred al velorio de su novia...
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