Prólogo

Cuando era una niña, nunca imaginé que tomaría la decisión de estudiar en un país extraño, con un idioma extraño, lejos de mi familia. Sonaba a algo que no podría lograr, menos sola.

El alemán sonaba como un idioma que no podría aprender ni en mil millones de años luz, pero, al final, tan solo me había tomado un año manejar lo suficiente como para hablar con nativos y vivir en Alemania sin dificultades.

La verdad era que jamás hubiera querido volver a mi país, ya con diez años viviendo en Berlín, sentía que ese era mi hogar, pero por mi madre, tendría que regresar.

Tan solo unos días atrás, mi madre se había sometido a un reemplazo de cadera, lo que le impedía llevar a cabo muchas cosas cotidianas como vestirse de pie o agacharse.

Mi madre era una persona muy activa, cuando joven había practicado natación y hockey, y en ese momento era entrenadora de una escuela de natación, incluso había llevado chicos a los juegos olímpicos. Por todo esto, cuando un hombre en estado de ebriedad la había atropellado, rompiéndole varios huesos, no solo había quedado imposibilitada para trabajar, si no que había entrado en una depresión.

Yo había ido de visita unos días cuando la habían hospitalizado, pero el trabajo no me permitía estar tanto tiempo fuera y no tenía el suficiente dinero para estar viajando tan seguido.

Lamentablemente, mi padre y hermanos estaban un tanto preocupados. Mi hermano tenía un trabajo bastante demandante y mi hermana no tenía mucho tiempo a causa de la universidad. Por otro lado, mi papá ya era mayor y suficiente tenía con su trabajo, y aunque él decía que podía ayudar a mi madre y trabajar, mis hermanos y yo sabíamos que era demasiada carga para él.

Cuando mi avión aterrizó en Toronto, no pude evitar sentir un dolor en el estómago, el cual, definitivamente, no era producto del cambio de presión y altura.

Era extraño volver a vivir ahí. El clima, los edificios, el idioma y las personas... todo era muy distinto, aunque era lo normal considerando que Alemania estaba en otro continente.

Una vez que me encontré con mi familia en la salida del aeropuerto, no pude evitar recordar la razón por la que me había marchado y esperaba que todo ese lugar no me trajera de vuelta más de esos malos recuerdos, porque, en ese momento, era lo que menos necesitaba.

¡Holis!

Les traigo la sinopsis y el prefacio de esta nueva historia. La comenzaré muy probablemente esta semana (aun debo revisar unos detalles) y las actualizaciones serán los martes, jueves y sábados.

Espero que le den una oportunidad y que les guste.

Tengan un lindo día, noche o tarde. ¡Besitos!

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