✨estrella fugaz

La alarma del teléfono de Hoseok sonó a las seis de la mañana en punto y él fue el primero en despertar. Apagó el molestoso ruido y soltó un bajo quejido, queriendo quedarse en la misma posición, entre los brazos de Yoongi, por el resto de su vida. Para su sorpresa, sintió una mano acariciando su corto cabello, indicándole de esa manera que Yoongi estaba despierto también.

—Buenos días —habló, su voz había escapado ronca de su boca. Yoongi lo saludó con un prolongado beso en la frente que lo hizo sonreír— ¿Pudiste descansar bien?

Se frotó los ojos y cuando alzó la cabeza para mirarlo, se dio cuenta que Yoongi tenía los ojos hinchados y un poco enrojecidos, pronunciadas ojeras se marcaban bajo sus ojos, su rostro pálido estaba un poco inflamado por culpa del llanto, demostrándole así que no había podido conciliar el sueño en toda la noche.

En esos momentos de tristeza y ansiedad, su mente era su peor enemigo.

—Estoy bien —Yoongi habló, interrumpiendo a Hoseok.

Se apartó con cuidado, arrastrando su cuerpo a la orilla de la cama para sentarse. No pasó mucho tiempo para que volviera a sentir los brazos de Hoseok a su alrededor. Miró hacia el lado, encontrándose con los encantadores ojos de su novio.

—¿Te parece si vamos a desayunar y luego tomamos una ducha? Juntos, como en los viejos tiempos.

Yoongi intentó mantenerse serio, pero no lo consiguió. Sus labios se estiraron en una sonrisa y terminó asintiendo. Le costaba mucho decirle que no a Hoseok.

Hobi le dio un sonoro beso en la mejilla y se colocó de pie, ofreciéndole una mano, la cual Yoongi no dudó en tomar. Ambos salieron de la habitación en completo silencio, encontrando el departamento completamente vacío y si no fuera por algunas botellas vacías sobre la mesa y los muebles ellos habrían pensado que la fiesta de despedida había sido algo producto de su imaginación.

Cocinaron y comieron juntos. Parecía como si una burbuja estuviera envolviéndolos, permitiéndoles disfrutar de aquel último desayuno que compartirían juntos. Ese momento, Yoongi lo sentía como algo irreal, una especie de momento donde la vida se sentía diferente. Estaba muy sensible y eso mismo hacía que cualquier gesto o cosa que hiciera Hoseok tuviera un mayor efecto en él.

Por su parte, Hoseok se dedicó a atesorar aquel instante dentro de su corazón. Estaba triste y no precisamente por irse, ya que, sabía que realizar su servicio militar era su deber como ciudadano; más bien, lo llenaba de tristeza dejar a Yoongi. Estaba tan unido a él que el hecho de apartarse era inmensamente doloroso.

Después de desayunar, ordenaron un poco el desastre que había quedado la noche anterior y después fueron al baño. Mientras el agua se entibiaba, se despojaron de su ropa y se metieron a la ducha. Hoseok aplicó un poco de champú sobre el cabello de Yoongi y lo lavó con cuidado, procurando que la espuma no cayera sobre sus ojos.

Y en medio de esa espesa nube de vapor, disfrutaron de aquel ultimo momento a solas, repitiéndose una y otra vez lo mucho que se querían y se echarían de menos.








Min Yoongi se cruzó de brazos mientras que sus dientes mordían con insistencia el interior de su mejilla observando la emotiva escena que se desarrollaba frente a sus ojos.

Hoseok y él habían llegado al centro entrenamiento y a las afueras del recinto, fueron recibidos por un sinfín de personas que habían ido a despedir a sus hermanos, sobrinos, hijos y/o novios antes de hacer oficial su ingreso al servicio. Por supuesto, los padres de su novio junto a su hermana mayor estaban ahí también, queriendo transmitirle la confianza y seguridad que él necesitaba en ese momento. Yoongi había preferido darles su espacio y de esa manera prepararse emocionalmente para lo que se avecinaba.

Cuando cruzó miradas con Jiwoo, trató de esbozar una sonrisa más no lo consiguió. La chica les dijo algo a sus padres y se acercó a Min Yoongi quien se aclaró la garganta, sintiendo un dolor que le arañaba todo su interior.

—Hola, Yoongi —la chica lo saludó—, ¿estás bien?

El chico asintió, observando sus zapatos como si eso fuera lo más interesante del mundo. Por su parte, los labios de Jiwoo se curvaron en una pequeña mueca, sintiéndose bastante triste por como estaba sobrellevando aquella situación el novio de su hermano.

Con cuidado, apoyó su mano en el hombro del pelinegro y le dio un apretón tan suave que pareció inexistente.

—Tranquilo, ¿sí? Él estará bien, no te preocupes por eso. Hobi es más fuerte de lo que aparenta y aunque no te lo haya dicho, sé que está triste por verte así.

Yoongi asintió y obligó a que sus labios se curvaran en una sonrisa. Lo que menos quería en ese momento es que le volvieran a decir que dos años pasaban más rápido de lo que pensaba porque para él, todo ese tiempo, sería una agonía. Era bastante sencillo decirlo cuando no era la persona que amabas, ¿no?

—Sí, noona. Tiene razón. —mintió y aquellas palabras dejaron un sabor ácido en su boca.

Se mantuvo en silencio, observando al chico que estaba a un par de metros de distancia sonriendo y asintió, como si estuviera aburrido de escuchar las mismas recomendaciones de su madre.

La preocupación removía el pecho de Yoongi, inquieto por el pensamiento de que no lograra adaptarse o que sus compañeros fueran demasiado duros con él. Sabía que Hoseok era sensible y que muchas veces, las personas se aprovechaban de eso. También, sabía que Hobi era muy cuidadoso con sus pertenencias y que le costaba dormir en una cama que no era la suya. ¿Y si no podía descansar lo suficiente y eso hacía que no pudiera rendir como esperaba?

Yoongi agitó la cabeza, intentando desaparecer esos pensamientos.

Poco tiempo después, Jung Hoseok se despidió de sus padres dándoles el último abrazo antes de poder acercarse a Yoongi quien estaba siendo acompañado por su hermana.

—Cuida mucho de mamá y papá, noona —le pidió a su hermana mayor, agachándose para poder abrazarla.

—Por supuesto que sí, Hobi —Jiwoo le acarició el cabello corto con cariño cuando se apartaron—. Procura volver sano y salvo, ¿está bien?

El chico asintió, observando a la chica hasta que se alejó lo suficiente. Cuando estuvo a solas con su novio, soltó un suspiro sintiendo su corazón pequeño al ver la expresión de Yoongi.

—Ven aquí, cariño —abrió los brazos, indicándole que lo abrazara. Estaba batallando enormemente contra las ganas de llorar.

Sin dudarlo, Yoongi acortó la distancia que los separaba y abrazó a su novio, escondiendo el rostro en la curva de su cuello. Respiró profundo, queriendo guardar el aroma de Hoseok en su memoria.

Estuvieron un par de minutos así, en silencio, envueltos en su propia burbuja donde nada ni nadie podía separarlos. Se besaron, se repitieron una y otra vez cuánto se amaban y se echarían de menos y se volvieron a abrazar, sus almas más unidas que nunca se rehusaban a separarse.

—No quiero que te preocupes por mí, ¿está bien? —pidió Hoseok, sintiendo como el nudo que se estaba formando en su garganta crecía conforme pasaban los segundos. Acarició el rostro de Yoongi con suavidad, la constelación en los ojos de su novio brillaba más que nunca y él se sentía afortunado de poder observarla siempre— Los días pasarán más rápido de lo que esperas y antes de que puedas darte cuenta, estaremos juntos otra vez.

Min Yoongi se mordió el labio y asintió.

—Cuídate mucho, ¿está bien? —pidió Yoongi, apretando la chaqueta de Hoseok entre sus puños— Aquí estaré esperándote cuando regreses.

Hoseok sonrió. Acunó el rostro del contrario entre sus manos y lo besó con lentitud e intensidad, tratando de esconder el temor que sentía en ese momento. No quería preocupar más a Yoongi porque desde que se había enterado de su alistamiento había sido doloroso para él. No quería hablar en voz alta sobre el miedo que sentía por no lograr adaptarse o del temor que le producía pensar que no tendría una buena convivencia con sus compañeros o el pánico que le generaba la mera idea de que un conflicto se desarrollara justo cuando él estuviera en la estación. ¿Qué debía hacer si algo así ocurría? Hobi cerró los ojos con fuerza y cuando apartó sus labios de los de su novio, dejó un beso en la frente de Yoongi cargado de sentimientos.

—Te amo, Yoongi. Por favor, no lo olvides.

El fantasma de una sonrisa curvó los labios del pelinegro y acarició el rostro de Hobi con suavidad. Ver los ojos humedecidos de su novio le removió el corazón.

—¿Cómo podría olvidarlo? Eres mi hermosa estrella fugaz.

Una preciosa sonrisa decorazón adornó el rostro de Hoseok, muy enternecido por la forma en la que lohabía llamado. Se besaron por última vez y después de recordarle una vez máscuánto lo amaba, Hoseok caminó en dirección al recinto, esperando que los díaspasaran realmente rápido para volver a estar en su lugar seguro.


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hoy desperté en la mañana y lo primero que vi fue la notificación de tw donde los chicos subieron la foto, despidiéndose de hobi :( el día estaba nublado y escuché también que había llovido, realmente el cielo no quería que hobi ingresara jaja extrañaré tanto a mi rayito de luz 🥺


18042023

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