1. Quedada estelar
Todas las chicas iban a quedar para ver las estrellas, algo que les fascinaba a todas.
Cada una había convencido a sus padres, salvo Andrea. Esta lo había intentado de todas formas y maneras posibles en el universo estelar pero nada, al final decidió que prefería escaparse. No podrían hacerle nada peor que lo de la última vez, un puñetazo en un ojo y encerrarla sin comer durante un fin de semana entero.
Todas estaban muy contentas salvo Ester que era responsabilidad suya todas sus amigas por "ser la mayor".
- Por fin una escapada... - dijo Nira, le encantaba la naturaleza - ¿Creéis que nos pasará algo?
- Tú tranquila que a ti nunca te pasa nada "Pegaso" - le dijo Zoe.
- Bueno, tampoco es algo que nos guste a mi y a Nora,¿ no prima?
- Bueno, ya está - dijo Fiona - Venga, ya estamos llegando a la cima de la colina.
Todas se callaron y terminaron de subir. Las vistas desde la cuna eran maravillosas, se podía ver todo el cielo porque por esa zona no había nada de luz artificial, solo la de los móviles de Ester y Cloe.
- Chicas, apagad los móviles que ya van a pasar las estrellas fugaces.
Era verdad, de repente el cielo se llenó de pequeños puntos brillantes que iban de aquí para allá a toda velocidad.
- ¡A pedir deseos! - dijo Yoyo.
Todas pensaron sus deseos: Andrea quería librarse de sus padres y ser libre; Ester quería dejar de tener tantas responsabilidades; Yoyo quería que todos dejarán de tratarla como "la pequeña del grupo"; Nira pidió hacerse daño alguna vez para que no la llamasen más Pegaso; Nora pidió no tener que renacer más y tener más suerte en su vida; Zoe y Cloe pidieron poder hacer las cosas por separado, sin tener que ser un pack; y Fiona pidió dejar de ser el Sirio de su familia y que también le echarán cuenta a sus cuatro hermanos.
Una vez todos los deseos pedidos las chicas se quedaron un rato observando las constelaciones.
De repente, las constelaciones Andrómeda, la Osa Mayor, la Osa Menor, Pegaso, Fénix, Géminis y la estrella Sirio empezaron a brillar de una manera peculiar y extraña, parecían que iban a explotar.
- Esto... Chicas, ¿no están parpadeando un poco raro? - dijo Yoyo con su voz de pito.
- Chicas, esto no me gusts, volvamos a casa...
- Buena idea Ester, ¡vamos! - dijo Fiona, y todas empezaron a correr asustadas.
Cuando estaban terminando de bajar la colina del cielo se fueron cayendo las estrellas que formaban las constelaciones y se introdujeron en las chicas una a una.
- ¡Chicas! - grito Nira - ¿Qué pasa?
- No lo sé prima - dijo Nora bastante asustada.
Entonces los ojos de las chicas se volvieron del mismo tono que el cielo de esa noche y las chicas cayeron inconscientes en la fría y húmeda hierba
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