Capítulo VI

—Hoy es una noche cálida ¿No lo crees Genos?

—Claro que sí su majestad, mientras estamos juntos todo me parece cálido.

—Quisiera que esto dure por siempre.

—Pero es imposible.

—No lo digas por favor...

—Usted me mato su majestad.

—¡G-Genos! Y-yo no quise lastimarte ¡Lo juro!

—Es un asesino, su majestad ¡Es un asesino!

Un Genos cubierto de sangre estaba frente a Saitama, la palabra "asesino" era lo único que pronunciaban sus labios, y entre mas lo miraba el alfa, más terror sentía.

Por un descuido había perdido a su destinado, no encontraría paz nunca, quizá su única manera de expiación seria las tormentosas pesadillas que lo perseguirían por la eternidad.

Lágrimas recorrían las mejillas del calvo, su corazón y mente estaban totalmente quebrantados.

Había huido como un cobarde luego de ver el rostro pálido del omega, y no tenia la voluntad de volver al palacio para saber cómo se encontraba.

Tenia miedo de que le confirmaran la muerte de Genos, porque su corazón aun albergaba esperanza de que un milagro hubiese ocurrido y el omega estuviera sano y salvo.

Los dioses no podían obligarlo a sufrir más.

De repente, el suave crujir de las hojas lo pusieron alerta en seguida. El lugar en el que se encontraba solo podían conocerlo dos personas, Genos y...

—Sabía que estaría aquí su majestad.

—Mumen.

—No quise venir aquí tan pronto porque quería darle un tiempo para que se calmara.

A pesar de sus palabras, Mumen se arrepentía de su decisión, basado en el semblante del calvo, era obvio qué más que calmarse, se había estado torturando mentalmente.

—Su majestad, el consorte Genos sigue vive y ya está fuera de peligro.

Una expresión de asombro y alivio asomo en el rostro de Saitama — ¿L-lo dices e-enserio Mumen? ¿C-como...?

—No fue gracias a usted, claro está.

El beta se sentó a lado de su lamentable rey recordando cuantas veces lo había visto visitar aquel lugar, siempre que se sentía inseguro o triste, Saitama terminaba allí.

—Aunque todos piensen que su majestad es el hombre mas fuerte del mundo, por dentro sigue siendo un cachorro asustado.

—¡Mumen!

—No he vivido tanto como usted, pero aun así puedo entender el sentimiento de perder a la persona a quien más amas.

—Tú no te has permitido amar, no mientas.

—Si lo hice su majestad, yo amo al joven Sonic.

El suave sonrojo en las mejillas del beta confirmaban que no estaba mintiendo. Ellos no tenían secretos, entonces ¿Por qué recién se estaba enterando de aquello?

—Su majestad solo piensa en el consorte Genos, por eso no lo había notado — dijo Mumen como si le estuviera leyendo la mente al calvo.

—Lo siento Mumen.

—No importa su majestad. Solo quiero decirle que en el momento que nos enteramos del incendio en la habitación de Genos, y supe que quizá Sonic estaba muerto también...Yo quise morir en ese instante.

Sonaba tan extraño decir aquello, parecía imposible de creer, pero era exactamente lo que había sentido Mumen en ese instante.

—Ni siquiera fui tan consciente de mis sentimientos hasta ese momento, solo recordarlo hace hervir mi sangre...Sentía impotencia por no haberlo podido salvar, sentía mi alma hecha pedazos y rogaba que el tiempo retrocediera para poder confesarle todo lo que sentía.

Los ojos decididos y firmes del beta se encontraron con los ojos confundidos y tristes del calvo.

—Por eso puedo entender lo que su majestad debió sentir cuando apuñaló al consorte Genos. Incluso quise golpearlo por cometer tal error.

—¡Entonces sabes qué lo que hice es imperdonable!

—Es imperdonable no haber estado en los momentos más críticos de Genos. Huir como un cobarde y pensar que su pareja murió sin siquiera comprobarlo ¡Eso es irremediable Saitama!

—Y-yo...no sabia que hacer. — Las lágrimas nuevamente recorrían las mejillas del alfa, todo lo que había dicho Mumen era cierto ¡El era un completo bastardo!

Un abrazo cálido lo cubrió por completo, había estado en el nacimiento de Mumen, lo había visto crecer para convertirse en un ayudante impecable. Pero, sobre todo, Mumen era su mejor amigo.

El joven que alguna vez gateaba por el castillo por diversión, ahora lo consolaba en sus momentos más lastimeros.

—Yo entiendo completamente a su majestad. Lo que hizo fue un error, pero nadie es perfecto. Ahora debe animarse y pedirle perdón a quien corresponde.

—¿Crees q-que Genos m-me perdone?

—Él lo perdonaría, aunque usted no se lo pidiera, porque el joven Genos lo ama sinceramente.

—Gracias Mumen.

—¿Qué haría usted sin mi, su majestad? — dijo entre risas el beta. Seguro Saitama estaría perdido sin él.

—Probablemente el reino ya no existiría.

Una vez el alfa estuvo completamente recuperado, ambos se dirigieron al interior del castillo.

Mientras tanto, un Sonic ojeroso, se encontraba junto a un durmiente Genos. Pese a que ya estaba fuera de peligro, no podía descansar tranquilo.

Le preocupaba que el omega no despertara ¿Y si producto de la gran conmoción Genos quedaba en coma? No quería ni imaginarlo.

El sonido de la puerta abriéndose llamo su atención, en seguida vio a Mumen entrando y se alegró, pero luego entro Saitama tras de él y quiso saltar a golpearlo.

—¿Qué hace ese alfa bastardo aquí, Mumen?

—Ya te he dicho que cuides tus palabras, Sonic. Y es obvio que su majestad está aquí para ver a su omega.

—¿Recién quiere saber como esta Genos cuando casi se muere POR SU CULPA y ni siquiera hizo nada?

—Se que se equivoco Sonic, por eso está aquí para disculparse.

—¡Me importa una mierda! Una vez se despierte Genos nos largaremos de aquí.

—¡Sonic!

—Puedes venir con nosotros si quieres Mumen, pero no dejare que ese alfa se vuelva a acercar a Genos.

Acto seguido, el beta pelinegro se interpuso entre ambos hombres y Genos, quizá era un poco más débil que ambos, pero usaría toda su fuerza con tal de impedir que se acercaran.

Mumen iba a regañarlo nuevamente cuando ambos terminaron sorprendidos por la acción del alfa.

Se había arrodillado.

Así es, el rey se había arrodillado ante un humilde sirviente solo para pedirle que le permitiera ver a su omega.

—Pido disculpas por mi acción Sonic, pero por favor déjame hacer lo mismo con Genos. Quiero que sepa cuan arrepentido estoy.

El rostro compungido del alfa hizo retorcer el estomago del beta, no podía negarse.

Sabía que Saitama era fuerte y quien mandaba en el lugar, además de que podía usar su voz de alfa para hacerlo apartarse, pero en su lugar había dicho unas disculpas sinceras y le pidió permiso para hacer lo mismo con Genos.

Aun no aceptaba por completo al alfa, pero su odio hacia él se había reducido un poco, pero muy poco.

—Si te apartas un solo segundo de su lado te castrare. Y espero que mínimo te arrodilles por cien días y le regales todo el reino para que te perdone.

Tomando la mano de Mumen, ambos betas salieron de la habitación, quizá ellos también deberían hablar para aclarar sus sentimientos.

Un vez estuvo solo, Saitama vio el rostro tranquilo y durmiente de Genos. Como si todo lo que había pasado fuera un mal sueño.

Solo esperaba que hubiese algo que pudiera hacer para que su amado omega lo perdonara, así tuviera que estar un año sin comer, o tuvieran que castrarlo, no le importaría mientras Genos aun lo amara.

Soltó un poco de sus feromonas para hacerle saber que estaba seguro y podía despertar cuando quisiera.

Y como si Genos estuviera sincronizado con el alfa, abrió los ojos.

Saitama en seguida se sintió asustado y feliz ¿Qué debía decir? ¿Lo siento? ¿Disculpa por atravesarte con mi espada? Por mas que quería, las palabras no salían de su boca.

—Si te quedas mirándome por tanto tiempo vas a hacer que me desmaye nuevamente.

—G-Genos y-yo...

—Lo siento por actuar de manera tan imprudente. No debí interponerme.

—¡No fue tu culpa! Fui yo quien te apuñalo. S-Si m-me h-hubiese d-dado c-cuenta y-yo...

—Su majestad no tiene la culpa de nada. Yo fui el que se atravesó en su camino.

—¡Pero yo pude haber evitado que pasara! ¡Y luego de haberte apuñalado solo hui como un cobarde! ¡No te merezco Genos!

Las lágrimas nuevamente cubrían las mejillas del calvo ¿Cuántas veces había llorado ya en ese día?

El amor era algo tan increíble, que lo hacia transformarse de el ser mas fuerte del mundo, a un cachorrito abandonado como había mencionado Mumen.

—Por favor no llores mas Saitama. Me hace sentir peor.

—Por mi culpa casi mueres Genos.

—¿Pero sigo vivo no? Ambos cometimos un error, así que esta bien. No te culpo de nada, no deseo que te tortures mas por eso.

—Eres tan bondadoso Genos, soy muy afortunado por tenerte como destinado. Te amo.

Un suave beso en las mejillas del omega fue depositado por el alfa. Se sentía muy dichoso de tener un omega con un corazón tan puro como Genos.

—Nunca pensé que serías tan rápido Genos.

—B-Bueno y-yo fui criado para ser un gran caballero.

—¿Pertenecías a una familia de caballeros?

—No exactamente su majestad. Y-yo...

—Esta bien si no quieres decírmelo aun Genos. Yo esperare a que estés listo, por ahora lo mejor será que descanses.

—Gracias. ¿podrías acostarte y dormir conmigo?

A pesar de ser una sala médica, las camas eran lo suficientemente grandes para que durmieran dos personas juntas.

La verdad era que Saitama no se sentiría cómodo durmiendo junto a su omega, no porque no le gustara la idea, solo temía lastimar sus heridas.

—No creo que se una buena idea. Podría lastimarte.

—Por favor, tu olor me hace sentir mejor.

La mirada de cachorrito que le puso Genos termino por convencerlo. Dejaría que el omega durmiera cómodamente y el vigilaría su sueño.

Ambos se acomodaron uno junto al otro, la cabeza de Genos se coloco en el pecho del alfa para poder percibir mejor su olor.

Por su parte, Saitama coloco su brazo alrededor de la fina cintura del rubio y lo apego mas a él.

En esa posición, pronto el omega se quedo dormido y por su parte el alfa se dedico a verlo.

Las finas y largas pestañas rubias del muchacho, sus delicadas cejas, una nariz respingada y una piel de porcelana. Sin duda todo era perfecto para el alfa.

Con cada día que pasaba junto a su amado, lamentaba menos el regalo de los dioses ¿Qué hubiese pasado si no llegaba a conocer a su omega? ¿Se hubiese enamorado de alguien más?

No quería saber la respuestas a esas preguntas, lo importante es que ahora estaban juntos.

Y aunque muchas cosas hubiesen pasado, ya nada podría separarlos.

Por otro lado, Mumen y Sonic se encontraban en uno de los jardines del palacio. La luna llena en el cielo indicaba que ya pasaba la media noche, por lo que ambos tiritaban de frio.

—¿Por qué terminamos aquí Sonic?

—No lo sé, solo caminé, pensé que tú me estabas guiando.

—Se suponía que tu guiabas el camino. Estabas adelante.

—¡Bueno, estar cerca de ti no me deja pensar bien!

—¿Significa eso que te gusto?

—¡Sí! Pero eso que importa.

Un segundo después, Sonic se percato de lo que había confesado y termino sonrojandose por completo.

¡Había cometido un grave error! Su plan no era confesarse en ese momento, sino mas adelante, cuando aclarara su duda si Mumen era alfa o no.

—Tú también me gustas Sonic.

Un suave sonrojo cubría también el rostro del beta peli café, estaba contento por ser correspondido.

—¡Maldición, no se suponía que debías corresponderme!

—¿Querías que te rechazara?

—¡Sí! Digo ¡No! Solo quiero saber si eres alfa o no.

—¿Eso es mas importante que saber si me gustas o no? — una mirada triste asomo en el rostro del beta.

—No lo es, pero si eres alfa yo no pensaba confesarme.

—Por qué?

—Porque entonces eso significaría que un día tú me dejarías por tu omega destinado.

Aquello entristeció mas a Mumen. Él estaba mas que seguro que ni un omega, alfo o beta le harían cambiar sus sentimientos por Sonic.

No le importaban cosas como el género, solo quería encontrar una persona que lo complementara completamente.

Y justamente eso era Sonic para él, aunque tenían personalidades algo opuestas, estas congeniaban en su totalidad.

Todo el tiempo que habían pasado juntos, le confirmaban que serían una pareja perfecta. Pero él quería asegurar primero la felicidad de su rey antes que la suya.

Luego cambio de idea cuando casi pierde a su persona especial, por lo que no le pareció correcto seguir guardando sus sentimientos por mas tiempo.

Aun así, a Sonic le importaban otras cosas. Como siempre, ambos pensaban diferente.

—Sonic, aun si fuera omega, querría que tu fueras mi pareja.

—¿Q-Que estás diciendo? ¡sufrirías mucho estando con un beta como yo!

—¡¿Acaso cosas como ser alfa o beta importan cuando estas enamorado?! ¡Tu felicidad es lo más importante!

—Mumen, y-yo...

—¡No sabes cuanto sufrí cuando me enteré de que podrías estar muerto! ¡No me importa si eres beta y yo soy un alfa o incluso si te convirtieras en un sapo! Yo deseo compartir mi vida contigo, Sonic.

Los fornidos brazos del beta terminaron por acorralar al pelinegro contra una de las paredes del castillo. Y viéndolo fijamente, lo beso.

Fue un beso salvaje, en un principio solo se produjo un roce de sus bocas, pero luego la lengua traviesa de Mumen pidió entrada a la cavidad oral del otro beta.

Sus lenguas jugaban desesperadamente en la cavidad oral del contario. Se separaron por falta de aire por un par de segundos y volvieron a unirse en otro beso fugaz.

Las piernas de Sonic rápidamente se envolvieron en la cintura del beta para poder profundizar mas el beso, luego sintió unos labios besar su cuello.

Un par de chupetones fueron dejados en su fino cuello, para luego volver a sentir otro voraz beso.

Mumen continúo besando a Sonic de diferente formas hasta grabarlo en su mente, para que de esa manera, ya no pudiera vivir sin ellos.

Al final ambos terminaron con una evidente erección, pero esperaron un rato hasta que sus corazones se calmaran para poder continuar hablando.

—Creo que ahora comprendes mejor mis sentimiento Sonic.

—Si, ahora se que eres un completo pervertido igual que tu rey.

—¡Eso no era lo que quería demostrar!

—No me importa que seas un pervertido Mumen, pero si quieres que entienda completamente lo que sientes, será mejor que vengas a mi habitación y me lo muestres bien.

Otro sonrojo cubrió las mejillas de beta antes de seguir a Sonic que ya se había marchado a su habitación.

Uno de los dos tendría un evidente dolor en sus caderas mañana.

A la mañana siguiente, ya todo en el palacio se había calmado, solo faltaba de aclaran unos cuantos asuntos.

—Genos.

—¿Uhm?

—Debemos ir a desayunar, o si prefieres puedo pedir que lo traigan aquí, pero debes irte a lavar.

—¿Me bañaras tu?

Aquello tomo por sorpresa al alfa ¿De verdad podía bañar al omega? No estaba seguro de su fuerza de voluntad, pero si eso era lo que quería....

—Quita esa cara de pervertido tan temprano, calvo de mierda.

—¡Sonic! — gritaron al unísono Genos y Mumen.

—Si sí, como sea. Me alegra que estés despierto Genos.

—Gracias por cuidarme Sonic.

—Bueno, no hice la gran cosa. Solo llorar y rogar que un rayo matara a tu alfa.

—Gracias por quererme tanto, Sonic — menciono el alfa mientras recibía una risita de su omega.

—De nada, aunque te permití quedarte con Genos, no pensé que aprovecharías tanto y dormirías con él.

—Yo se lo pedí.

—Oh unos cuantos meses en este palacio y Genos dejo de ser una mojigata.

—¡Sonic! — esta vez fueron Saitama y Mumen quienes gritaron su nombre.

—Parece que esta mañana solo escucho como gritan mi nombre, aunque anoche lo escuchaba entre gemi.... — la mano de Mumen le impidió continuar hablando.

—Parece que hay un asunto de suma urgencia que debe arreglar su majestad — dijo el beta para cambiar de tema.

—No estoy de humor para asuntos políticos, tomare un descanso hasta que Genos se recupere.

—Esta relacionado con el incendio de hace poco su majestad.

Aquello dejo desconcertado a todos los presentes. En especial a Genos ¿Acaso había aparecido el verdadero culpable de tal desastre?

Por su parte Saitama sintió una extrema amargura, aun cuando quería disfrutar de su reconciliación con Genos, no podía tener un segundo de paz.

—Entonces iré en seguida. Te encargo a Genos, Sonic.

—¡Yo también deseo ir Saitama!

—Estas recuperándote de tus heridas, así que no.

—Aunque me digas que no, iré. Esta vez no hare nada imprudente, solo deseo saber cómo están Bad y su hermana.

Sin duda, Genos era un omega difícil de manejar, pero eso le gustaba al alfa. El verdadero Genos era alguien terco y astuto, no una flor de loto blanca como le había hecho creer en un principio.

—Esta bien, pero primero iremos a desayunar.

Un suave beso fue depositado en los labios del alfa antes de que Genos se fuera a lavarse junto a Sonic.

Pasaron un par de minutos desde que el omega se había ido de la habitación, pero el alfa aun no reaccionaba.

—¿Su majestad?

—¿No es el amor algo muy lindo?

—Por supuesto.

—¿Entonces que paso entre tú y Sonic anoche?

Otra vez habían hecho sonrojar de manera furiosa al beta peli café, aunque Saitama solo lo dijo para fastidiarlo, no podía evitar sentir vergüenza.

Después de eso, el desayuno transcurrió con total normalidad. Debido a su cirugía, Genos no podía comer nada pesado, así que solo tuvo un poco de frutas y agua.

Finalmente se dirigieron a un gran salón donde los estaban esperando King, Bang y un extraño alfa de cabello plateado.

—Me alegra que ya este mejor Genos.

—Lamento haberlo hecho preocupar Señor Bang.

—Eso no tiene importancia, lo importante aquí es descubrir quien es este alfa y porque quiso asesinarte.

Ahora la atención de todos estaba sobre el mencionado.

Para Garou, a diferencia del resto, la noche había sido una total tortura. Mas allá de todos los golpes que había recibido, le preocupaba no saber nada aun sobre Bad y Zenko.

Se abstuvo a confesar algo hasta tener presente al dichoso consorte del rey. Sabia que nadie le creería, solamente él.

—¿Acaso te cortaron la lengua anoche? Habla. — La voz de alfa hizo sentir un escalofrió a Garou.

Sin duda, ya no podía ocultar nada.

—Yo no fui quien ocasiono el incendio, todo es un malentendido.

—¡¿Y esperas que te crea?! ¿Me tomas por tonto?

Saitama tomo con furia el cuello de Garou, no tenia mucha paciencia para escuchar excusas baratas. Solo quería acabar con él rápido para que Genos pudiese descansar.

No obstante, una suave mano le toco la espalda.

De nuevo, su querido omega cambiaba sus planes.

—Yo le creo Saitama, no lo lastimes por favor.

—¡Genos, ese hombre fue quien trato de asesinarte! — Grito desesperado Bang, aun sin creer cuan piadoso podría llegar a ser el omega.

—No lo estoy defendiendo por piedad, hay otra razón.

Ahora nadie entendía nada — ¿Qué tratas de decir cariño? — preguntó el calvo.

—Él fue quien nos salvó a Sonic, Bad y a mí aquel día del incendio. Es el alfa de Bad.

Todos se quedaron en un total silencio. Sus mentes no podían asimilar nada de lo que había confesado el omega.

¿Cómo es que el omega estaba tan seguro de aquello? Ni siquiera estaba Bad presente para confirmarlo.

—Quedamos inconscientes antes de que llegaran a rescatarnos ¿Cómo es que estas seguro Genos?

—Yo pude percibir el olor de este alfa antes de desmayarme. Además, es justo como Bad describía a su esposo. Se que fue el quien nos salvó aquel día, Sonic.

Aunque sonaba creíble, Saitama y el resto se mantenían reacios a creerlo por completo. Necesitaban que Bad confirmara aquello.

—Lo cierto es que si me contrataron para asesinar al consorte Genos. — hablo nuevamente Garou.

—¡Entonces admites tu pecado! ¿Creíste que engañando a Genos podías salvarte? — dijo furioso Saitama.

—Déjame continuar maldito calvo, si me interrumpes tanto no puedo contar la versión completa.

—Saitama, por favor déjalo hablar.

Acto seguido, el calvo soltó a Garou y le permitió respirar con normalidad. Aunque sus feromonas de furia inundaban la habitación y no le permitían estar tranquilo realmente.

—Tanto Bad como yo éramos mercenarios, pero Bad se retiro luego de que nos enlazáramos y yo solo trabajaba en misiones poco peligrosas. Acepte asesinar al consorte del reino del este por la fuerte cantidad de dinero que ofrecían, quería darle una vida tranquila y cómoda a Bad...

Una vez mas, Saitama estuvo a punto de golpear al peliplata, pero Genos lo detuvo. Realmente su alfa tenia mal temperamento.

—Cuando llegue aquí una omega me dio la mitad del dinero y prometió pagarme la otra parte cuando estuviera muerto Genos. Yo me infiltre en el palacio como sirviente y analice la rutina de mi víctima, que es muy sencilla si se me permite mencionar.

Aquel comentario hizo reír un poco al omega, así que su acosador de cabellos plateados había terminado siendo el esposo de Bad.

—Tenia una cuartada planeada para asesinarlo, pero...Bad me siguió y se hizo amigo de Genos, yo no podía continuar y lastimar a alguien especial para mi omega. Así que devolví el dinero que me habían pagado y rechacé el trabajo. Lastimosamente la contratista me encarcelo y torturo por varios días para tratar de convencerme. Finalmente se rindió y contrato a otros mercenarios, apenas me entere de que la vida de Bad peligraba, me escape de la prisión y termine por rescatarlos a todos.

Ahora ya todos sabían la verdad, solo esperaba que le creyeran y le dijeran pronto donde estaba Bad y su hermana, no podía aguantar mas tiempo si saber de ellos.

—Aun no me dices la parte mas importante — dijo con un tono molesto el rey.

—¿Acaso olvide mencionar algo? — respondió contrariado Garou.

—¿QUIÉN FUE LA PERRA QUE TE CONTRATO?

Oh así que si había olvidado mencionar algo. —Se llama Fubuki, es una omega peliverde —confeso finalmente.

De inmediato la furia de Saitama llego a su límite, si es que eso era posible.

No aguanto ni un segundo mas en la habitación, sino que salió como un rayo en busca de la omega, dejando a todos desconcertados.

—Espero que esta vez si haga sufrir a esa Zorra. — dijo Sonic interrumpiendo el silencio en la habitación.

—Siempre supe que todo era obra de Fubuki, realmente no entiendo porque me odia tanto.

—Fubuki siempre amo a Saitama, desde niña, quizá su amor se transformó en obsesión. — reveló Bang.

—Solo espero que Saitama no termine lastimando a Tatsumaki también — dijo preocupado King.

—Espero que con este nadie mas intente hacerte daño Genos.

—Yo también espero lo mismo, Sonic.

El ambiente se había calmado finalmente, aunque se habían olvidado de un pequeño detalle.

—¿Ahora pueden decirme donde están Bad y Zenko? — dijo con impaciencia el peliplata.

Aunque Genos hubiese querido decirle de inmediato donde estaban, la verdad es que no los había visto desde que había despertado, y eso era extraño.

—No los hemos visto desde ayer, señor Garou — respondió Mumen.

—¿C-Cómo que no saben? ¡¿Dónde diablos esta mi omega y su hermana?! — exploto finalmente Garou.

—¡Tienes que calmarte, aun sigues dentro del castillo del rey! –– dijo Bang.

—Por favor Mumen, manda a buscar de inmediato a Bad y Zenko. Yo también necesito saber donde están.

En seguida el beta fue en busca de los guardias para que comenzaran con la búsqueda, solo esperaban que nada malo les hubiese sucedido.

Por su parte, Genos le pidió a Sonic que liberara a Garou para que este también ayudara con la búsqueda. Seguro seria más rápido que los guardias del palacio.

Una vez estuvo liberado, Garou corrió en busca de su omega con ayuda de su agudo olfato. No obstante, fue detenido en la puerta por la presencia de un niño.

—Lamente aparecer tan tarde, es solo que todo el estrés de ayer me termino cansando.

—¿Ahora que quieres maldito niño? Debo ir a buscar a mi omega.

—Lo entiendo simio plateado, por eso vine. Yo se donde está tu omega.

Otra vez, Isamu estaba en el momento perfecto para ayudar a Garou.

—Síganme, creo que esto es de interés de todos.

De esta manera, todos los presentes terminaron siguiendo al pequeño alfa que caminaba lo mas rápido que podía al percibir las feromonas molestas de Garou.

A Isamu le gustaba tener tanta suerte, pero siempre terminaba involucrado en situaciones demasiado estresantes para un niño de su edad.

—¿Por que estás tan seguro de que sabes dónde está Bad?— preguntó con impaciencia Garou.

—Por mi suerte, de casualidad vi como un encapuchado se llevo a un omega pelinegro que estaba cerca de la enfermería, y le pedí a Zomb que lo siguiera. 

—Realmente eres muy extraño niño.

—¿Quiénes son ellos Sonic? — preguntó susurrando Genos.

—El niño es el alfa del omega que donó su sangre ayer para salvarte la vida. 

—Entiendo. 

Era una pareja bastante inusual para Genos, pero estaba agradecido con su ayuda.

Luego de un par de minutos caminando, o corriendo prácticamente, llegaron a un lado "oculto" del palacio.

En aquel lugar se podía oler la furia de otro alfa: Saitama.

Apenas vieron la cabeza calva del alfa, también se percataron que estaba sosteniendo el cuello de la omega peliverde y a un lado estaban Fubuki, un encapuchado, Bad y Zenko.

—¡Bad! — Garou no aguanto ni un segundo más y corrió en busca de su omega.

El mencionado sintió las lágrimas correr por su mejillas cuando percibió el aroma de café fresco envolverlo completamente.

Ahora estaba a salvo, al fin estaba junto a su alfa.

Así mismo, el olor de canela con miel de Bad hizo sentir calma a Garou. Lo había extrañado demasiado, en ese momento se prometió no volver a cometer más estupideces.

—Me alegra que estén bien, lamento haberme separado de ustedes.

Un suave beso fue depositado en la mejilla de Bad y en la frente de Zenko. La pequeña familia estaba junta de nuevo.

—Sé que es un momento cursi de reencuentro ¡Pero alguien haga algo, ese calvo quiere matar a mi hermana!

—¡Tatsu, fue Fubuki quien ha estado intentando asesinar a Genos! — grito King sin saber que hacer.

Por un lado, quería ayudar a la persona que le gustaba, pero por otro, no podía desafiar a su mejor amigo.

—¡Claro que lo se King! Por eso vine a convencer a esta cabeza hueca de que pida perdón, pero este tonto alfa no la quiere soltar.

—¿Crees que con una simple disculpa se arreglará todo Tatsumaki? — intervino esta vez Bang.

—¡Se que no, pero...! ¡No quiero que maten a mi hermana!

Nadie se movía de su lugar, todos observaban como lentamente la piel de la omega se tornaba a un tono mas azulado. Sus labios querían articular palabras, pero su falta de aire no se lo permitían.

Genos se cuestiono si eso estaba correcto, claro que Fubuki se había comportado de la peor manera, pero él no quería que su alfa se manchara las manos de esa manera.

Entonces....

Al final cedió, y corrió a abrazar por la espalda a Saitama para impedir que continuara ahorcando a Fubuki.

—Yo también deseo su muerte Saitama, pero creo que existen peores torturas que esta. Permítele vivir y búscale un castigo más adecuado.

Lentamente el agarre del alfa se fue saltando y le permitió respirar a la omega, en seguida Tatsumaki corrió a auxiliarla.

—Mumen, encárgate de llevarla a la peor celda hasta que decida que hacer con ella.

El alfa tomo en sus brazos a Genos y se marcho dejando a todos aun confundidos.

Por su parte Mumen llamo a los guardias y separo a Fubuki de Tatsumaki para llevarla a la prisión.

El encapuchado que había estado observando todo, quién no era nadie más que el mercenario Amai, también fue arrestado.

—No se porque me arrestan, yo solo fui contrato para atrapar a Garou y luego secuestre a su omega.

—¿Crees que eso no es un delito, idiota? — dijo de manera hilarante Sonic

—No lo suficiente para ser puesto en el mismo lugar que Fubuki.

—Una vez que se compruebe su inocencia será puesto en libertad señor.

De esta manera, solo terminaron quedando en el apartado lugar Zombieman e Isamu, ya que Garou, Bad y Zenko se dirigieron al ala medica del castillo para que los revisaran y curaran.

—Me alegra no ser parte de la familia real, Zomb.

—¿Aun debemos quedarnos aquí?

—Quedémonos hasta el almuerzo, la comida de aquí es espectacular.

Ambos se dirigieron al interior del castillo esperando que no sucediera un intento de envenenamiento en el almuerzo, con la familia real, cualquier cosa podía ocurrir. 


NOTA:

Mumen debe ser alfa o beta, lo dejo a su elección. 

Se termino el drama, de aquí todo será amor con hojuelas de azúcar.

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