Capítulo III

—Entonces ¿Se puede saber qué haces aquí, Fubuki?

Una despampanante omega estaba cruzada de brazos frente al alfa, el cabello verde oscuro, los ojos de un tono más claro y el aura de elegancia, le resultaron familiar a Genos.

Pero eso era lo que menos le importaba, desde que habían llegado al palacio, ella no se había despegado de Saitama y no perdía oportunidad alguna para restregarle sus atributos.

— ¿Entonces?— el calvo ya se estaba hartando de la actitud infantil de ella ¿Acaso Dios estaba probando su paciencia?

La aludida decidió hablar finalmente, pero en lugar de mirar a Saitama, fijo su vista en Genos.

—Solo pasaba a saludar y de paso —Tomo de nuevo entro su pecho el brazo del calvo — recordar viejos tiempos.

Aquello termino por agotar la paciencia de Genos, dio un paso al frente y estuvo a punto de abofetear a esa omega por su falta de prudencia.

Avanzo hasta que estuvieron frente a frente, pero no pudo levantar su mano. No era un cobarde pero ¿Por qué sentía rabia por lo que veía? Él no tenía sentimientos por el rey, no había razón alguna para molestarse si ellos tenían algún romance.

Se sintió estúpido por sus acciones así que decidió mejor marcharse y dejar que la peliverde tuviera su tiempo a solas con el rey.

—Veo que ha recogido un perro callejero mi rey.

— ¿Perro callejero? ¡Tú! — Sonic saco su espada y apunto al cuello de la omega — ¿Quién te crees para insultar a mi amo?

Fubuki ni siquiera se inmuto, sonrió con malicia y en seguida se escondió detrás de Saitama mientras fingía temblar.

—Mi rey, ayúdeme por favor, están tratando de asesinarme. — abrazo la espalda del alfa y sollozo levemente.

Aunque no le había gustado el comentario de la peliverde, Mumen debía intervenir antes que la paciencia del rey se agotara y decidiera matar a alguien.

—Su excelencia Fubuki, me disculpo por la insolencia del joven Sonic— fulmino con la mirada al mencionado para que bajara su espada — Pero tampoco debería referirse así a su alteza Genos, él es el consorte del rey.

Realmente ella ya sabía que Genos era el renombrado consorte del rey, pero no podía aceptarlo. Desde la primera vez que conoció a Saitama, quedo perdidamente enamorada de él, incluso llego a pensar que era su destinado. Pero siempre recibió rechazo e indiferencia por parte del calvo.

Su hermana le había informado sobre la aparición del destinado del rey, y ella no dudo ni un segundo en emprender el viaje hacia el reino y hacer lo imposible para que Saitama recapacitara y se diera cuenta de su amor sincero.

Y ahora que tenía frente a frente al omega, se dio cuenta del poco valor que poseía el muchacho. Era apuesto, pero no tenía suficientes encantos como lo tenía ella. Al final, una omega mujer siempre sería superior a un omega varón.

— ¿Así que él es su consorte, mi rey?— le dirigió una sonrisa fingida a Genos — Tiene tan poca presencia que pensé que era parte de la servidumbre.

Genos sintió resurgir las ganas de abofetear a la omega, pero realmente no podía hacer nada. Al final, él había sido entregado como un esclavo para el rey. Agacho su cabeza y apretó los dientes, causando que Fubuki sonriera burlonamente.

Sonic entendía que Genos no pudiera hacer nada, aunque tenía el título de consorte, el rubio realmente no se consideraba como tal. Pero una cosa era Genos ¿Qué le sucedía al calvo que tenía como alfa? Parecía un tronco en medio del salón mirando como Genos era humillado.

Lo que sucedía era que Saitama no podía creer lo que estaba viendo ¿Genos estaba celoso? A él poco le importaban las insinuaciones de Fubuki, pero noto que eso puso de muy mal humor a su omega hasta el punto de querer golpearla.

¿Estaría mal si utilizara a la omega para obtener la atención de Genos?

La expresión de impotencia del rubio le hizo descartar la idea, prefería demostrarle que solo tenía ojos para el antes que provocarle celos y que el poco avance que tenia se perdiera.

Camino hacia el menor y lo atrapo en un repentino abrazo, haciendo que todos los presentes se sorprendieran. Soltó sus feromonas para que se calmara un poco y así pudo sentirlo menos tenso.

Aun dándole la espalda, comenzó a regañar a la omega —Fubuki, nunca te invite al palacio — Estaba usando su voz de alfa, provocando que la mencionada sintiera un gran terror — Pero si vas a estar de intrusa, al menos debes respetar al otro dueño de este reino, no tolerare otra falta de respeto hacia Genos.

Aunque se sentía reconfortado por el aroma del alfa, Genos se sorprendió aún más por las palabras dichas ¿No era más importante Fubuki? Utilizar la voz de alfa seguro fue un gran impacto para la omega.

No pudo seguir cuestionando las acciones del alfa porque enseguida sintió unas grandes pero suaves manos sobre su rostro, obligándolo a mirar al calvo.

—Y tú Genos, no deberías dejar que te menosprecien —junto aún más sus rostros, provocando que sus frentes chocaran — Ese no es el omega que yo deseo.

Podía sonar algo cruel, pero realmente deseaba que Genos superara su pasado. La mirada furiosa que le dedico a Fubuki cuando estaba intentando coquetearle, le demostró que realmente el rubio no era un omega frágil que se dejaba dominar por cualquiera.

Sin duda Genos debía ser un omega difícil de conquistar, un omega que no necesitaba nada ni nadie para ser feliz, que rechazaría a cualquier alfa que intentara imponérsele.

Él quería domar a ese salvaje y fuerte omega que debía ser realmente Genos.

—Nos veremos en la cena, descansa hasta entonces Genos.

Con esas últimas palabras el alfa despareció de la vista de todos, quienes aún estaban un poco desorientado por todo lo sucedido.

"Ese no es el omega que yo deseo" Eso era lo único en que podía pensar Genos ¿Podía ser que Saitama supiera algo de su pasado? Aunque lo dudaba un poco, si el alfa le estaba pidiendo indirectamente que volviera a ser el mismo que antes, tendría que intuir algo.

No quiso seguir atormentándose más con sus pensamientos y tomo a Sonic por el brazo para así dirigirse a su habitación y tratar de descansar un poco, aunque dudaba que sucediera.

Los únicos que quedaron en aquel gran salón fueron Fubuki y Mumen, el uno porque debía hacer algo con la invitada inesperada y la otra porque aún no salía del impacto de la situación.

Había sido rechazada, humillada y desechada por un insignificante omega ¡Eso no podía ser posible!

No aguanto ni un minuto más estar en ese castillo y salió rápidamente de allí ignorando los gritos de Mumen, enseguida se dirigió a donde su hermana se estaba quedando.

Quizá hubiese perdido por ahora, pero ella aún no se daba por vencida. Saitama seria suyo aunque eso significara mancharse un poco las manos.

Y ella conocía a la persona perfecta para sus planes.

Luego de que Fubuki huyera, se le informo a Genos sobre la situación. El omega rubio se sintió un poco nervioso por ello, no temía lo que planearía la omega, sino que no quería compartir una cena a solas con el rey.

Hace unas horas estaba dispuesto a hacerlo, pero luego de su supuesta escena de celos, no se sentía capaz de mirar los ojos del alfa.

—Creo que debería ponerse un atuendo más atractivo — comento Sonic mientras le extendía un traje negro con toques dorado.

Al final, Genos decidió ir y pensaba ponerse su usual traje negro que le quedaba algo holgado, pero Sonic le estaba sugiriendo usar aquel traje apretado.

Sin duda resaltaría cada una de sus curvas, especialmente la de su trasero.

—Si lo uso, sería como darle un premio a Saitama.

— ¿No quería agradecerle por lo de hoy? Ponte el traje y quizá mañana ya estés marcado.

Sin duda Sonic hacia los peores comentarios, aunque algo muy en el fondo de Genos deseaba que sus palabras se cumplieran, no se dejaría seducir tan fácil por el alfa.

—No cambiare mi traje, prefiero que Saitama no me coma con la mirada a mí.

—Lo deseas tanto como yo deseo patearle la entrepierna.

El pelinegro lo obligo a desvestirse y colocarse aquel sensual traje, realmente se veía muy bien en él. Los toques dorados que tenía resaltaban aún más su apariencia.

Debía admitir que Sonic tenía buen gusto, pero aun así quería desquitarse por haberle hecho poner aquel traje.

— ¿No crees que deberías usarlo tu e ir a hacerle una visita nocturna a Mumen?

Enseguida el mencionado se volvió totalmente rojo, Genos pudo notar que aquello lo tomo desprevenido y no sabía que contestar.

— ¿Qué es-está diciendo? Entre Mumen y yo no hay nada. — dijo mientras se tapaba su rostro con un brazo para ocultar su vergüenza, aunque a Genos eso le parecía tierno.

— ¿Crees que no he notado como lo miras? — se acercó y señalo su nariz con un dedo — Parece que alguien logro derretir tu corazón de hielo.

Soltó una leve risa y vio como el rostro del pelinegro se volvía aún más rojo, si eso era posible, realmente se sentía feliz de ver a su amigo enamorado.

—Yo no puedo estar con Mumen — su mirada se tornó melancólica al decirlo, aquello le preocupo a Genos

— ¿Por qué eres beta? Mumen también lo es, si te gusta deberías decírselo.

¿Qué más podría preocuparle a Sonic por querer salir con Mumen? ¿Estatus social? Aunque Sonic también había sido tomado como esclavo, Saitama les había dado la libertad, y el no creía que a Mumen le molestara que el beta no poseyera un título noble.

—Creo que Mumen es alfa — dijo mientras apretaba sus puños — Él también debe tener un compañero destinado.

Aquello sorprendió al rubio ¿Mumen alfa? Pero el asesor del rey no lucia ni olía como uno ¿Por qué creía Sonic aquello?

— ¿Qué te hace pensar que es alfa?

—Huele a alfa, creo que tiene una condición que le hace liberar pocas feromonas, pero estoy casi seguro que lo es.

— ¿Quizá sea el olor de alguien más? Yo no he percibido nada de él, puede...

— ¡Ese olor es de él! —grito Sonic— Y-yo ya he comprobado, y nadie más huele así...Un ligero olor a eucalipto siempre lo acompaña, y no creo que sea algún perfume Genos.

El omega no sabía que responder para consolar a su amigo, el creía que Mumen y Sonic serian la pareja perfecta, pero ahora no sabía que pensar.

No quería darle falsas esperanzas a Sonic ¿Qué pasaría si un día Mumen encontrara a su destinado y decidía dejarlo? No deseaba que el pelinegro sufriera tan amargo final.

Abrazo a Sonic quien tenía una mirada desolada —El destino puede ser cruel — tomo entre sus manos el rostro del contrario — Pero debes aclarar tus dudas con Mumen, aún existe la posibilidad de que estés equivocado.

Sonic iba a refutarlo, cuando unos golpes en la puerta les indico que ya era hora de que Genos se dirigiera a su cena con el rey.

De nuevo el omega se comenzó a sentir nervioso, tendría que ir con aquel apretado traje y como había mencionado Sonic, existía la posibilidad que él terminara siendo el postre.

No, Saitama respetaría sus decisiones, así que no debía sentir miedo alguno.

Inhalo profundamente y empujo la puerta que lo conducía al gran salón donde lo esperaba pacientemente el alfa, enseguida pudo percibir aquel olor a menta que le hacía perder la consciencia.

Su omega se sintió complacido cuando percibió la excitación de Saitama al notar como aquel traje resaltaba perfectamente su delicado cuerpo.

Saitama casi rompe el asiento donde se encontraba apoyada su mano, al ver entrar a Genos al salón ¿Estaba vengándose por lo sucedido con Fubuki?

No solo aquel tono dorado del traje resaltaba sus hermosos ojos, sino que al verlo caminar por el salón sus contorneadas piernas lucían totalmente sensuales, para él era como ver un hada del bosque.

Y cuando estuvo a su lado, el olor a flores de Genos casi le hizo querer devorarlo a él en lugar de la comida, pero no podía hacerle aquello.

Se sintió totalmente rígido durante todo la cena, ni siquiera se percató cuáles eran los platillos que habían preparado, su mirada no podía despegarse de aquel rubio omega.

¿Cómo aquella elegante y hermosa figura frente a él se había convertido en un esclavo? Realmente no le importaba aquello, pero aun podía sentir la tristeza de Genos sobre su pasado.

Seguiría aguardando el día en que él le contara todo y al fin pudiera marcarlo como suyo, quería sentir su cuerpo debajo del suyo.

— ¿Su majestad? — el movimiento de aquellos labios carnosos logro poner aún más dura cierta parte de su anatomía.

— ¿Qué sucede Genos?

—Está babeando ¿Aun tiene hambre?

Saitama enseguida se limpió la saliva con un pañuelo, había estado tan concentrado en cada movimiento de Genos que no se percató de aquello.

Una suave risa llego a sus oídos y no pudo evitar volver a perder sus sentidos, la mirada sonriente del omega y como intentaba ocultar su sonrisa con una mano, realmente le hizo querer tener un pintor allí para poder retratarlo.

Hubiese aguardado los siglos que fueron necesarios con tal de que Genos fuera su destinado, todo lo que espero no le resultaba molesto por tener a alguien como el rubio junto a él.

Se levantó y tomo la mano del contrario para depositar un casto beso — ¿Quieres caminar un rato? —un leve sonrojo apareció en las mejillas del rubio mientras asentía.

Tomados de las manos, ambos se dirigieron al jardín. Aunque Genos había dicho que no dejaría seducir tan fácil por el alfa, no pudo evitar dejarse llevar por las acciones de este.

El jardín lucia magnifico en la noche, iluminadas por la luz de la luna, las rosas que florecían se veían como si estuviesen encantadas. No tardaron el llegar a la entrada de un laberinto, y solo cuando estaban en medio camino Genos se percató de la situación en la que se encontraba.

Las paredes de aquel laberinto eran altas, y el no conocía como salir de aquel lugar, no habían guardias tampoco ¿Aquella situación no gritaba peligro?

Aunque ya había comenzado a memorizar el camino que estaban tomando, se había dado cuenta de su situación demasiado tarde.

Llegaron al centro de aquel lugar, donde había una fuente y varios árboles que le daban un aspecto romántico, pero él no podía bajar su guardia ahora. El alfa podría atacarlo en cualquier momento.

Cuando Saitama volteo a mirarlo, pensó que se toparía con una mirada lujuriosa, pero en su lugar obtuvo una sonrisa sincera.

—Este es mi lugar favorito desde mi niñez, quería mostrártelo Genos.

¿Su lugar favorito? ¿No lo había traído allí para violarlo? Quizá debía confiar un poco más en el alfa.

— ¿Por qué me trajo aquí en la noche? ¿No se vería mejor durante el día?

—Tienes razón, pero para mí luce mejor bajo las estrellas— tomo nuevamente la mano de Genos y lo llevo a uno de los asientos cerca de la fuente — Cuando no puedo dormir me gusta venir aquí.

El omega se detuvo a contemplar al alfa, el frio semblante que mostraba cuando trabajaba y daba órdenes contrastaba con la gentil mirada que le dedicaba a aquel lugar, se notaba que le gustaba bastante.

Se relajó un poco y decidió también contemplar la magnífica vista que se formaba en aquel lugar, el suave sonido del viento y la brisa fresca le recordaron aquellos días en su reino junto a su familia.

A Saitama le agrado ver como la mirada de Genos se fue suavizando poco a poco y dejo de estar a la defensiva, seguro el rubio pensó que le haría algo en aquel lugar.

Miro el cielo nocturno y sintió la nostalgia embargarlo — Seguro sabes que fui bendecido por los dioses — dijo llamando la atención del omega.

—Es una leyenda que se narra en todos los reinos.

—Bueno, fue en este lugar que sucedió aquello — cerro sus ojos y sintió una dolor en su pecho — También fue aquí donde murieron mis padres.

Aquello si tomo por sorpresa a Genos ¿Ese era el motivo por el que le gustaba aquel lugar? Cuando él pensaba en su reino, y el lugar donde murieron sus padres, solo podía sentir un inmenso dolor.

— ¿No se siente triste por estar aquí? — susurro sin querer.

Saitama abrió sus ojos y noto la nostalgia en la mirada de Genos, al final era normal pensar así.

—Mi tío y mi padre pelearon por el trono durante años, mi abuelo decidió dárselo a aquel que tuviera primero un primogénito alfa.

Volvió a mirar al cielo antes de proseguir, aquellos recuerdos resultaban amargos aun después de tantos siglos.

—Mi padre fue quien al final gano, podría decirse que fui su trofeo. Pero no lo malinterpretes, mis padres nunca me trataron como un objeto, me amaron profundamente. Éramos una familia feliz, pero...—Miro a Genos — Las desgracias siempre ocurren.

El omega recordó como su reino había sido destruido por el egoísmo de su tío ¿Había sucedido lo mismo con Saitama?

Sin pensarlo tomo la mano del calvo y soltó sus feromonas para que se sintiera más calmado. Aquella acción realmente reconforto a Saitama.

—Mi tío nunca le guardo rencor a mi padre por heredar el trono, había sido una lucha justa...Pero su esposa nunca se sintió feliz por ello, siempre había codiciado ser la reina. Intento seducir a mi padre, pero fallo y fue condenada al exilio, sin embargo la locura la consumió y ofreciendo su vida en sacrificio invoco un demonio en este jardín.

— ¿Invoco un demonio? ¿Es eso posible? — Genos nunca había escuchado algo así, ni siquiera del Dr. Kuseno quien era un erudito.

—Es magia prohibida, aquella mujer había estado buscando otros métodos para quedarse con el trono y desafortunadamente encontró un libro de hechizos peligrosos...El demonio invocado asesino a todos en el palacio, mis padres fueron los últimos en morir mientras me protegían, yo estuve a punto de morir en las manos de aquel demonio pero algo sucedió...

— ¿Los dioses te ayudaron?

—Encontraron un corazón puro y valiente en mí, aun no lo entiendo bien, pero dijeron que merecía su bendición por todo el daño que recibí...Hubiese preferido que revivieron a mi familia, pero...—Tomo las manos de Genos y deposito un suave beso — Gracias a mi larga vida pude conocerte Genos, vale la pena si es por ti.

Un nudo se formó en la garganta de Genos ¿Por qué había sido bendecido con un alfa tan noble? ¿Esa era su regalo de los dioses? No lo entendía, pero aunque quería luchar contra sus instintos, no podía evitar sentirse encantado con cada acción del alfa.

Las orejas de Genos se volvieron rojas y Saitama no pudo evitar querer tocarlas, Genos levanto su vista y aquellos ojos dorados le hicieron querer tocar un poco más.

Su mano fue bajando poco a poco hasta toparse con aquellos carnosos labios, la yema de sus dedos los rozaba suavemente. Aunque había dicho que esperaría hasta que el omega estuviera listo, no pudo aguantar más y rompió su promesa.

Lentamente se fue acercando al rostro del contrario, pudo percibir temor por parte de Genos, pero cuando sus labios se rozaron entre sí, no fue rechazado en lo absoluto.

Era el primer beso para ambos, pero no fue nada torpe. Saitama tomo el rostro de Genos con una mano y profundizo un poco más el beso, le mordió levemente el labio inferior permitiéndose así introducir su lengua.

Torpemente Genos le correspondía el beso al alfa, sentía un calor inmenso en la parte baja de su cuerpo, y la tibia lengua del contrario en su cavidad bucal lo hizo sentirse aún más excitado.

Una guerra entra ambas lenguas se estuvo deliberando hasta que la falta de oxígeno se hizo presente y tuvieron que separarse, el rostro sonrojado de Genos hizo que la parte baja de Saitama se despertara de nuevo.

Tomo el cuello del omega y respiro aquel olor embriagante, lamió aquella pálida piel y sintió como el menor se estremecía ante su contacto.

Se perdió de nuevo en sus instintos y volvió a besar de manera demandante a Genos, quien también estaba aturdido por las feromonas excitantes del alfa.

Las manos de Saitama fueron bajando lentamente hasta toparse con el redondeado trasero del omega, no demoro en apretarlo sutilmente provocando que el contrario soltara un suave gemido.

Había estado deseando tocar aquel lugar desde que lo vio con aquel magnifico traje, volvió a apretarlo y comenzó a lamer las orejas y cuello del rubio, provocando diversos gemidos que sonaban como música para sus oídos.

—S-saitama..ah...no—Genos quería negarse al contacto del alfa, pero se sentía tan bien que no podía evitar querer más, quería también poder tocar al alfa.

Comenzó a desabrochar la camisa del calvo y cuando logro despojarlo de la prenda sintió que se iba a desmayar.

Saitama tenía un abdomen bien marcado y sus músculos lucían como si hubiesen sido esculpidos por los dioses. Muy despacio acerco sus manos hacia aquel cuerpo y cuando pudo sentir la piel del contrario, escucho un suave gruñido cerca de su oreja.

Volvió a ser besado con furia, y sintió como ahora era el a quien le estaban quitando la camisa. Saitama lo recostó en aquel asiento, y bajo la luz de luna pudo ver claramente la gran erección que tenía el alfa.

Al verlo así, volvió a recobrar sus sentidos y percatarse que ese no era el momento para hacer aquello. Pero ambos tenían un problema en sus pantalones que debían solucionar.

—Saitama, no podemos seguir...— Esperaba que el alfa aun tuviera un poco de consciencia y escuchara su petición.

—No haré nada que no te guste Genos— Se acercó a su rostro y lo volvió a besar — Pero debemos hacer algo con esto.

Saitama llevo la mano del rubio a su erección y coloco la suya en la de Genos, ambos necesitaban aliviar aquello.

El calvo bajo el cierre de su pantalón liberando su enorme miembro, al ver el tamaño del alfa, Genos trago grueso. Eso sin duda no entraría en él.

El alfa también libero la erección de Genos, y recostándose un poco sobre el rubio, hizo que ambos miembros se tocaron entre si provocando un gemido de ambos.

Continuo frotando ambos penes mientras comenzaba a besar suavemente a Genos, sus lenguas se entrelazaban en la cavidad bucal del rubio y las manos del alfa se encontraban ocupadas complaciendo a ambos.

La velocidad de las manos de Saitama fue aumentado acercándolos poco a poco al clímax, los gemidos de Genos se hacían cada vez más fuertes y el alfa no podía evitar gruñir en respuesta de su omega.

Uniendo sus labios nuevamente, ambos se vinieron sobre el otro. Los jadeos de satisfacción no tardaron en escucharse, mientras Saitama se contenía de querer morder a Genos.

Bajo la luz de la luna, en aquel imponente jardín, Genos lucia como un hada y las curvas de su cuerpo lo hicieron sentir de nuevo excitado. Pero debía calmarse o terminaría asustando al omega.

El rubio no sabía cómo sentirse luego de aquello ¿Había sido por su instinto o realmente sentía algo por el alfa? Aunque su pasado era similar al suyo, aún era muy pronto para decir que estaba enamorado de él.

El camino de regreso al palacio fue silencioso, aunque de nuevo se habían tomado de la mano, se sentía diferente esta vez.

Esa noche ninguno de los dos pudo conciliar el sueño recordando lo sucedido, Saitama tuvo que tomar varias duchas frías para poder trabajar normalmente al día siguiente.

Mientras ellos dos debatían sobre lo sucedido aquella noche, cierto alfa recibía una carta en las montañas limitantes al reino.

—¿De qué se trata esta vez? —hablo un pelinegro mientras se cruzaba de brazos al ver a su alfa con aquella carta.

No podía significar nada bueno.

—Parece que quieren que mate a cierto consorte— respondió indiferente el alfa.

—No pensaras hacerlo ¿Verdad?

—Necesitamos el dinero — No tenían otra opción, el deseaba darle una vida mejor a su omega y aquello era una oportunidad perfecta.

—Terminaras muriendo si lo haces — el enfado fue notorio en voz— Prefiero vivir en la miseria, que perderte...

El alfa tomo entre sus manos el rostro del omega y pego sus narices —Pero yo quiero que vivas mejor, con esto podremos formar una familia.

No le importaba en absoluto el dinero, el solo quería una vida tranquila en aquella montaña junto a su alfa, su hermana y sus futuros hijos.

—No lo hagas, por favor, Garou.

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No soy buena escribiendo lemon, espero les haya gustado ?) 

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