Cómo escribir correctamente

Si quieres ser escritor o escritora, es probable que a veces tengas dudas sobre cómo escribir correctamente. ¿Hasta qué punto necesitas dominar la gramática? Mucha gente que sabe leer y escribir puede juntar palabras para componer un texto, incluso una narración.

Muchas personas pueden distinguir a simple vista la madera de roble de la de pino. Pero no por diferenciar la madera se es carpintero, ni por saber juntar algunas palabras con gracia se es escritor.

Hoy queremos ofrecerte algunas claves prácticas para ayudarte a comprender mejor el uso de una pieza esencial para todo escritor: la oración.

Al final te darémos la solución definitiva para encontrar tu propio estilo literario pero, primero, un poquito de teoría siempre viene bien:

La Oración:

Una oración es el fragmento más pequeño de información hablada o escrita capaz de comunicar una idea.

Está formada por:

Sujeto: quién realiza una acción
Predicado: qué acción se realiza
La acción se expresa mediante un verbo. La condición básica de toda oración es que sujeto y predicado deben concordar en persona y número.

Hasta aquí es todo muy básico y damos por hecho que dominas esta parte del idioma castellano.

Según los verbos que forman una oración, las oraciones se dividen en dos grupos principales:

Oración simple: formada por un único verbo.

Oración compuesta: formada por varios verbos. Cada una de las oraciones que la componen se denomina proposición.

Hasta aquí todo bien ¿verdad? Pues ahora agárrate, que llegan curvas...

Según la relación entre sus proposiciones, las oraciones compuestas pueden ser:

Coordinadas: sus proposiciones son independientes aunque no pueden excluirse semánticamente una de otra.
Las oraciones coordinadas se distinguen como: Copulativas. Disyuntivas. Distributivas, Explicativas, Adversativas y Consecutivas.

Subordinadas: una de las proposiciones depende sintácticamente de la otra, a la que se llama principal.
Se distinguen en: Adverbiales, Sustantivas y Adjetivas.

Y todavía hay más clases de oraciones: según el tipo de verbo, según la actitud del hablante, según la forma del sujeto o su estructura... Seguro que te suena de algo si digo oración transitiva o intransitiva, oración copulativa, exclamativa, interrogativa, reflexiva...

Incluso hay oraciones que no contienen verbo y se denominan averbiales. Te sonarán de la escuela si tienes estudios básicos.

La pregunta del millón es: ¿Debe un escritor ser un erudito también como lingüista?

Nuestra opinión es que no.

Por supuesto es una opinión personal y sujeta a debate. Te recomendamos profundizar en cualquier tema de cultura general pero, si vas a escribir, concéntrate en los relacionados con gramática, ortografía y léxico .

Cómo escribir correctamente: claves para elegir siempre la mejor frase... y encontrar un estilo propio de escritura.
12 octubre, 2014 By Alejandro Quintana 29 comentarios

Cómo escribir correctamenteSi quieres ser escritor o escritora, es probable que a veces tengas dudas sobre cómo escribir correctamente. ¿Hasta qué punto necesitas dominar la gramática?

Mucha gente que sabe leer y escribir puede juntar palabras para componer un texto, incluso una narración.

Muchas personas pueden distinguir a simple vista la madera de roble de la de pino.

Pero no por diferenciar la madera se es carpintero, ni por saber juntar algunas palabras con gracia se es escritor.

Hoy quiero ofrecerte algunas claves prácticas para ayudarte a comprender mejor el uso de una pieza esencial para todo escritor: la oración.

Al final te daré la solución definitiva para encontrar tu propio estilo literario pero, primero, un poquito de teoría siempre viene bien.

Cuatro apuntes rápidos sobre la oración

Una oración es el fragmento más pequeño de información hablada o escrita capaz de comunicar una idea.

Está formada por:

Sujeto: quién realiza una acción
Predicado: qué acción se realiza
La acción se expresa mediante un verbo.

La condición básica de toda oración es que sujeto y predicado deben concordar en persona y número.

Hasta aquí es todo muy básico y doy por hecho que dominas esta parte del idioma castellano.

Según los verbos que forman una oración, las oraciones se dividen en dos grupos principales:

Oración simple: formada por un único verbo.
Oración compuesta: formada por varios verbos. Cada una de las oraciones que la componen se denomina proposición.
Hasta aquí todo bien ¿verdad? Pues ahora agárrate, que llegan curvas...

Según la relación entre sus proposiciones, las oraciones compuestas pueden ser:

Coordinadas: sus proposiciones son independientes aunque no pueden excluirse semánticamente una de otra.
Las oraciones coordinadas se distinguen como...

Copulativas. Disyuntivas. Distributivas. Explicativas. Adversativas. Consecutivas.

Subordinadas: una de las proposiciones depende sintácticamente de la otra, a la que se llama principal.
Se distinguen en...

Adverbiales. Sustantivas. Adjetivas.

Y todavía hay más clases de oraciones: según el tipo de verbo, según la actitud del hablante, según la forma del sujeto o su estructura...

Seguro que te suena de algo si digo oración transitiva o intransitiva, oración copulativa, exclamativa, interrogativa, reflexiva...

Incluso hay oraciones que no contienen verbo y se denominan averbiales.

Te sonarán de la escuela si tienes estudios básicos.

Si no, o por si quieres refrescar la memoria, en este enlace encontrarás buena información sobre gramática española.

La pregunta del millón es:

¿Debe un escritor ser un erudito también como lingüista?

Mi opinión es que no.

Por supuesto es una opinión personal y sujeta a debate, como todo en esta web.

Te recomiendo profundizar en cualquier tema de cultura general pero, si vas a escribir, concéntrate en los relacionados con gramática, ortografía y léxico .

¡Faltaría más! Porque: Igual que un carpintero está obligado a conocer la madera, un escritor está obligado a dominar a fondo su idioma.

Es obligatorio que un corrector conozca a fondo las normas lingüísticas. Pero no es imprescindible para un narrador conocer esto con todo detalle. Porque aquí de lo que se trata es de explicar historias.

La narrativa consiste en transmitir una idea utilizando personajes y situaciones. Punto.

Puede ser una idea muy simple introducida en una historia complicada, o una idea compleja expresada en una historia sencilla. Pero ambas estructuras tienen algo en común: las oraciones que comuniquen ese mensaje deben ser entendidas e interpretadas por el receptor del mensaje.

Con esto queremos decir que si necesitas explicar que...

«Caperucita camina por el atajo del bosque para llegar antes a casa de su abuelita».

No es necesario decir...

«Caperucita deambula por el camino más ligero, bosque a través, con el excelso fin de arribar presta y solícita a la morada de su dulce abuelita».

Basta con decir...

«Caperucita camina por el atajo del bosque para llegar antes a casa de su abuelita».

Ten en cuenta que cuantas menos florituras utilices para expresar acciones sencillas, más sencillas resultarán de comprender. Y cuantas menos florituras e ingenios utilices para expresar ideas complejas ¡más sencillas resultarán de comprender!

Siempre que puedas —y si no puedes deberías buscar la manera de poder—, sigue esta máxima:

Una idea sencilla = una oración sencilla.
Una idea compleja = ¡una oración sencilla!

¿Cómo elegir, pues, la frase idónea?

No existe el tipo de oración ideal para cada ocasión.

Dependerá en todo momento de la historia que estés contando y de otros muchos factores: el punto de vista, el tono, el estilo, la situación...

Lo que sí podemos hacer es ofrecerte algunos consejos básicos sobre cómo escribir correctamente y construir tus frases de la manera más coherente posible. Aparte de buscar siempre la forma más sencilla de decir algo, te recomendamos:

Utilizar oraciones activas antes que oraciones pasivas.

Es decir, en lugar de...

«El coche fue conducido a toda velocidad por Beatriz».

Di:

«Beatriz condujo el coche a toda velocidad».

Procura que el sujeto de la oración sea el que lleve el peso de la acción: no le trates como un mero complemento.

¿Ves la diferencia?

En un caso el personaje está. En el otro, hace. La narrativa es acción, verbo. Por tanto, que los personajes actúen y tengan siempre un papel activo en la historia.

Un párrafo largo y repleto de frases subordinadas, mezclando conceptos diferentes y en la cual suceden muchas cosas a la vez, con profusión de conjunciones y comas, puede imprimir un ritmo trepidante o dar una imagen atropellada y caótica de una situación, como por ejemplo como hablan los niños, sin freno, o las señoras mayores que se sienten solas y no tienen con quien hablar y cuando te paran en el rellano de la escalera hablan y hablan y hablan hasta que llega un momento que ya ni las oyes... pero a la historia le puede convenir, porque lo que digas y cómo lo digas siempre está al servicio de la narración, nunca a la inversa.

Un párrafo corto con frases cortas será distante. Seco. Cortante.

Puede ralentizar el tiempo. Marcar pausas. Imprimir misterio. Miedo. Frialdad. Como latidos de un corazón que se acelera poco a poco. Acelerándose hasta convertirse en una loca carrera para escapar de la muerte, desesperada, dinámica, cargada de tensión.

¿Te das cuenta de lo que hemos hecho?

La puntuación, las conjunciones, la elección de las palabras, la construcción coordinada o subordinada dan mucho juego.

Al principio y mientras no tengas una gran práctica con la escritura, es mejor escribir frases cortas y precisas que frases subordinadas largas y complejas. Entiéndenos: no hay una manera mejor que otra de construir las frases. Pero sí es aconsejable que respetes una coherencia, para que tus textos transmitan unidad.

De lo contrario puede parecer una mezcla de conceptos más o menos relacionados entre sí, que ora se cuentan de una manera, ora de otra. Evitarás esto con relativa facilidad cuando seas capaz de encontrar tu propio estilo literario. Ya queda menos para conocer la solución definitiva, quiero mostrarte primero...

Cómo escribir correctamente: ideas prácticas

Aprende mucho vocabulario, pero utiliza el léxico que conoces, dominas y empleas a diario: no quieras parecer más culto de lo que eres en verdad.
Recuerda que escribir bien no siempre es escribir bonito, sino escribir de forma precisa para expresar lo que deseas expresar.

Deja fluir tus ideas y escribe sobre la marcha, sin detenerte a corregir. Fluye con tu escritura cuando estés creando, ya cambiarás los errores a la hora de la revisión.

Busca lo sencillo, lo que ayude a expresar tus ideas de la forma más clara y precisa sin recargar demasiado las frases.

Reinventa la gramática para expresarte si es necesario: conoce sus normas para poder romperlas.

Sé fiel a tu estilo cuando lo encuentres y cíñete a él. No pares hasta dar con la manera de decir algo como tú quieres decirlo.

Lee mucho y fíjate en la manera de escribir de los autores que resuenan en ti: escribe textos imitando su estilo al tiempo que buscas decirlo a tu manera. La mezcla te sorprenderá.

Escribe mucho y a todas horas. Toma notas de todo aquello que te llame la atención y remueva emociones en ti. Allí está el germen de las grandes ideas, haz que fructifique.

Y no te canses de corregir. Por mucho que fluyas a la hora de crear, tu texto siempre necesitará una corrección más, nunca lo dudes.

Con todos estos consejos, esperamos ayudarte a conseguir un estilo más propio y depurado.

Que no te condicione el tener una cultura pobre, una mala ortografía o poco dominio de la gramática a la hora de escribir. Ese es trabajo para los correctores. El trabajo del escritor es contar historias. Si bien es bueno dominar a fondo la expresión escrita, su misión es que dichas historias funcionen y transmitan algo.

Y para eso, uno tiene que conectar con su propia esencia narrativa. El resultado de esta profunda conexión será descubrir el propio estilo literario.

Ahora sí, vas a conocer la solución definitiva para lograrlo.

¿Qué es el estilo literario y cómo encontrarlo?

La definición de estilo literario es muy sencilla: es la manera personal y exclusiva que tiene cada escritor de plasmar sus ideas. Es decir, la forma de narrar y escribir de cada uno.

Los lectores avezados pueden distinguir textos de sus autores favoritos solo por la manera en que están escritos. Las palabras que eligen, la forma en cómo estructuran sus historias, los temas de los que hablan, los mensajes que transmiten...

Tampoco es complicado saber cómo encontrar ese estilo propio, que es único para cada escritor. El método es tan simple como escribir mucho y hacerlo siendo honesto con uno mismo, con lo que uno desea expresar, sin condicionantes externos o limitaciones autoimpuestas.

Ahora bien, es sencillo de llevar a la práctica... pero no tanto de lograr.

¿Por qué?

Pues porque somos seres humanos y estamos condicionados por multitud de factores, algunos conscientes y otros inconscientes. Ser honesto con uno mismo —verdaderamente honesto, con todas las consecuencias— es cuestión de enfrentarse a los propios temores y fantasmas personales.

Conocerse uno mismo a fondo, a menudo significa descubrir que tenemos al enemigo en casa. Pero esa es la solución definitiva: conócete a ti mismo, a ti misma. Es la única forma de conectar con la propia esencia literaria y dar con un estilo único y personal.

Es decir, si no te conoces en profundidad ¿cómo esperas expresar lo que eres y tu visión del mundo? ¿Tiene sentido?

¡Esperamos que te haya servido el artículo!

Encuentra el artículo original no editado para Wattpad en:
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