Capítulo 2. Ryoma
—Chibizuke —la voz irritante de mi hermano me llamo haciendo que la pelota se me escapara justo cuando iba a darle.
La pelota paso de mi raqueta y salio disparada hacía quien sabe donde. Irritado me di la vuelta y le fulmine con la mirada por a verme hecho perder el golpe, y la pelota.
—¿Se puede saber qué quieres ahora? —dije.
Ryoga levantó las manos en son de paz con una sonrisa triunfante en los labios.
«Paz ninguna. Por su culpa tuve que venirme a Estados Unidos y alejarme de Sakuno, bueno, ya estaba alejado pero por lo menos estaba cerca de donde se había ido»
—Tengo buenas noticias —anuncio ya al frente mía.
Dejé la raqueta en mi hombro y la mano libre en mi cintura, obtuve una clara pose de "me importa bien poco lo que me digas". Ryoga se cruzó de brazos.
En sus manos había una especie de sobre que claramente se podía ver qué era de Japón.
¿De quién? Hay la duda.
«espero que sea de Sakuno», pensé.
Una sonrisa se me formó en los labios cuando lo pensé y Ryoga se dio cuenta.
—No es de tu chica, Chibisuke —recalco, haciendo que perdiera la sonrisa inicial. Continúo, con su "buena noticia" — bueno, a lo que venía era a decirte que te necesitamos uno tiempo en la agencia.
—Con "necesitamos" te refieres a que te sustituya mientras tú te vas a no se donde como siempre.
Siempre hacía lo mismo. Desde que los dos tomamos mando de algunas agencias de papá él siempre me ha puesto el peso en cima cuando quería irse.
—Exacto.
Esta vez no le iba a dejar salirse con la suya.
—No.
—Oh, vamos, no he salido en meses y necesito respirar —extendió la carta con súplica.
—No en mi culpa que papá te quiera al mando —recalqué pasando por su lado y metiéndome en la casa.
Ryoga claramente me siguió.
—Estos días no hay casi nada de trabajo —siguió insistiendo —además, hay una cosas que estoy seguro que te gustara.
Su sonrisa picara me sacaba de quicio, y más cuando sabía que la única cosa que me haría cambiar de opinión no esta conmigo en este momento, y al parecer no lo estará nunca.
Odio no estar con ella. Me he acostumbrado a levantarme con ella desde que salimos de la secundaría. Desde antes de los 18 estábamos juntos, y ahora que tenemos 23 los dos nos separamos. Justo cuando me decidí a pedirle lo más importante en la vida de una pareja, pero el trabajo y la distancia nos reclamaba.
Cada beso de ella era tocar el cielo. Recorrer su cuerpo delicado como la porcelana era el paraíso. Y por no hablar de...
—Tierra llamando a Ryoma —chasqueo los dedos delante mía.
Deje la hermosa imagen de Sakuno solo para mi y volví al pesado de mi hermano.
—Te estaba diciendo, que tendremos que volver a Japón para unas reuniones de una nueva app.
¿Una nueva app? Y esta vez de que se trata, ¿de un tablón donde conocer gente?
—Y consistirá en un tablón donde la gente espezará a escribir y habla con la gente, también habrá chat privados para los que quieran más intimidad, carpetas para guardar conversaciones...
Desconecte. Mientas el seguía hablando del proyecto yo me quedaba en las nubes más lejanas para no tener que contribuir por sus absurdas ideas.
¡Esperen! ¿Una app para escribir? Eso era lo que más le gustaba a Sakuno. Recuerdo que cada vez que estábamos juntos en mi casa si en la suya siempre escribía en una app. Creo que se llamaba Wattpad. No lo recuerdo muy bien.
Lo único que si recuerdo era ver la ilusión que ponía al escribir y al responder comentarios de ánimo que la gente le ponía.
Siempre usaba el mismo nombre en todos sus usuarios. Y si ella descubría la app de Ryoga es posible que se ponga ese nombre.
Ángel Carmesí
Era una posibilidad. No sabía si Sakuno seguía escribiendo, esperaba que si, ya que sus historias tenían algo que atrapaba a la primera palabra. Pones amor, drama y comedia en una misma palabra.
Era hermosa. Ella y sus palabras.
Ya lo tenía decidido. Ayudaría al pesado de mi hermano en la app y así podré volver a ver a Sakuno aunque no sepa que soy yo.
Solo deseo volverla a ver y besarla como nunca la he besado.
—¿Y, me ayudas? —preguntó, con una clara afirmación en su estúpida sonrisa.
Él sabía que no me importaba que precio pagará si volvía a estar con Sakuno.
Asentí, a lo que Ryoga aplaudió eufórico.
—Pues prepara las maletas hermano, por qué nos vamos de nuevo para Japón.
Sakuno, espera por mi aun que sea tan solo esta vez y dejáme arreglar lo ocurrido.
Espero que no sea demasiado tarde para recuperarla.
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top