Extra 11 "Cori"
Se tallo los ojos y quiso darse una cachetada para despertarse. Le tocaba el turno de la noche en la recepción del hotel y estaba más que cansada.
Con quince años decidió buscar un trabajo para ayudar a sus padres con sus estudios, si, ellos tenían mucho dinero por todos los años de patinaje y el buen sueldo de su padre como medico, y el de su madre por entrenador de patinaje...pero, aún así se sentía con la obligación. El único problema es que no le había dicho a ninguno de sus progenitores y solía escabullirse para poder irse a trabajar, los castigos eran inevitables por salir sin permiso pero ella siempre terminaba por escapar de nuevo.
Si, era terca, su padre decía que era herencia de su madre, pero tenía dos buenas razones para trabajar ahí a escondidas. La primera, la paga era buena y había podido comprarse la computadora especial para videojuegos -aunque aún estuviera pagando a plazos con la ayuda de su abuelo Viktor-, y la segunda, era su hermana mayor.
Recién empezaba a trabajar ahí, hace un par de meses, olvidaba la cara de casi todos los clientes que iban a excepción de uno que parecía ser amigo de la dueña. Llegaba cada viernes, siempre en un carro diferente y con compañía distinta, a veces la repetía y a veces no la volvía a ver, pero parecía un alfa muy activo para ser casado.
El octavo viernes que llego para pedir su habitación de siempre, el señor que le acompañaba durante las noches le dijo que era la segunda vez que traía a esa omega y que sentía pena por ella, casi le dio un paro cuando la descripción de la omega fue exactamente igual a la de su hermana. Estuvo tentada a contarle a sus padres de lo que vio pero el temor de que hiciera algún berrinche por saberse expuesta, de que tendría que dejar ese trabajo y que no podría asegurarse de que saliera bien librada, todo eso comenzó a invadirla.
Estaba aterrada, conocía a ese hombre y la forma en que botaba a los omegas gracias a su jefa, y lo peor es que no podía decirle a su hermana porque ella buscaría la manera de no volver a ese hotel...estaba atada de manos...
El hombre volvió de su guardia por el estacionamiento y toco su hombro con curiosidad, preocupado de verla tan abstraída.
— ¿Pasa algo? —preguntó asustada, volteando a verlo, estaba a nada de ir a la suite a matar a ese tipo.
—Eso debería preguntarte yo a ti —se sentó a su lado—. Pareces preocupada, muchacha.
—Lo lamento...estoy pensativa, preocupada también —suspiro, tamborileando los dedos.
— ¿Problemas familiares?
—Mi hermana —susurró jugando con el lapicero en su mano.
— ¿Tu hermana? —preguntó y luego conecto las piezas, aunque esa omega y Cori no se parecieran mucho físicamente, era más claro porque su expresión—. Ah, entiendo... ¿has hablado con ella?
Negó, tallándose los ojos.
—Nadie de mi familia sabe que trabajo aquí, pero en cuanto ella lo sepa buscará la manera de que no vuelvan...y mis papás no me dejarán seguir trabajando.
—Bueno ella...tiene unos meses viniendo, debo decir que me sorprende por lo mucho que ha durado pero...necesitas decirle la verdad.
—Lo sé —suspiro y quiso estrellar la frente en el mostrador.
—Vamos, vamos, habla con ella hoy mismo en cuanto llegues a casa.
—Aprovechare que es mi día de descanso —dijo viendo la hora, en un rato más su compañero llegaría a cubrirla y tendría unas buenas doce horas de sueño.
—Eres buena hermana —se rió bajo, cansado como ella y se estiró.
—Eso espero.
Palmeo su espalda y se puso de pie de nuevo.
—Te traeré un café.
Asintió como agradecimiento y le vio caminar hasta el salón principal donde había una cafetera. Bajo la cabeza a sus libretas, continuando con su trabajo, debía dejar todo listo antes de que su compañero llegara.
-/-
— ¿Y? —preguntó la muchacha al mayor que volvía para guardar las llaves del auto en el cajón.
—No es tu hermana —aseguró buscando su linterna.
Ella suspiro, aliviada.
—No ha vuelto desde que hablaste con ella.
—Tampoco me habla, no llega a casa cuando mis papas están despiertos...mama está...triste.
—Es su hija, es horrible que tus hijos no te quieran ver.
—Es mi culpa —bajo la cabeza—. Le dije que si no lo dejaba le diría a mis papás, y ahora ellos también la pagan —. También le hable a mi hermano y se enojo, me dijo que la dejara hacer lo que quisiera.
El hombre sonrió y arqueo una ceja.
—Está celoso.
—No, está enfadado, mis papás y mis abuelos tuvieron...historias difíciles, se supone que nosotros íbamos a hacer las cosas mejor pero Evie está haciéndolo mal.
—Sean pacientes con ella, ustedes son alfas y es más fácil tomar decisiones, pero ella es omega y es más vulnerable.
—Eso intento...
El celular sonó, llamando su atención, se deslizó en su silla hasta donde se estaba cargando y lo desconecto para contestar.
— ¿Lu?
—Si, ¿trabajando?
Hizo un sonido como afirmación, era extraño como la comunicación con su hermano menor era así, pocas palabras pero bien entendida.
—Lamento molestarte a está hora, pero mamá me pidió que te buscara porque Yuri no puede encontrar a ninguna de las dos.
Bastaron unos segundos para comprender.
—Eva está allá, ¿cierto?
—Si, mejor pide permiso unos días, vendrán aquí por la tarde.
—Está bien... —hizo una mueca—. ¿Podrías...podrías llamar a mamá y decirle que volveré a casa a las ocho?
—Deja de aplazarlo, Corine, solo lastimas a Yuri y a Otabek.
Se quejó y cubrió sus ojos, haciendo una mueca.
—Les diré en el avión... ¿y desde cuando son Yuri y Otabek?
—Adiós —corto Niko antes de que pudiera terminar la pregunta.
Cori frunció el ceño y negó con la cabeza.
-/-
La ventaja de la casa de Astrid y Luka era su lejanía con el resto, los gritos de su madre -con suerte- apenas llegaban a la siguiente casa. Evie se cubría el rostro con ambas manos mientras sollozaba y su padre parecía contener las ganas de lo que sea que estaba pasando por su mente...se sentía culpable.
—No puedo creerlo, de verdad —la voz de su madre ya sonaba ronca de tanto que había hablado y gritado.
—Mamá... —la voz temblorosa de Eva aún buscaba justificarse.
— ¡No! —le detuvo, decir que estaba furioso era poco—. No hay excusas para esto, Marie, ya no eres una niña, sabías bien en lo que te estabas metiendo y aún así no tuviste precaución.
Marie...su madre había usado el segundo nombre de su hermana, era obvio que no le arrancaba la cabeza porque era su hija. Cori quiso correr a la arena y enterrarse.
Yuri parecía apuntó de seguir cuando el llanto se desbordó de sus ojos y sus hijas no supieron si era el enfado o decepción.
—Te marcó, ¿no es cierto? —preguntó su padre con la expresión más seria que le habían visto.
—Si...por eso no quería que... —respondió en voz baja, con la mirada fija en el suelo.
—Apestar la casa y tu habitación a cigarro para cubrir tu aroma, solo te hace daño a ti —su padre parecía haber unido las piezas de su raro comportamiento los últimos meses en cinco minutos—. ¿Creíste qué haciendo eso no nos íbamos a preocupar? Era obvio que estabas escondiendo algo pero en lugar de enfrentarlo decidiste huir, ¿que planeabas hacer? ¿Que es lo qué pasó por tu mente?
—No lo sé...
— ¿Crees que por irte de Berlín tus problemas iban a desaparecer? —el tono de su padre estaba moderado, Cori deseaba saber cómo es que lograba contenerse aún regañándolas, sin gritar ni alzar la voz, solo dolía porque era directo.
—No...
— ¿Que pretendes hacer ahora?
Eva se limpió los ojos y sorbió la nariz, está vez no había nadie de su lado, había jodido todo por descuidada y no se sentía capaz de decirles lo que quería hacer.
—P-pensé en...quedarme aquí un tiempo para que sus amigos y...bueno, no quiero ponerlos en vergüenza.
— ¿De quienes hablas? —preguntó su madre, perdiendo el control de nuevo y con el rostro enmarcado en lágrimas—. ¡Estamos preocupados por ti! El resto se puede ir al diablo.
—Yura, tranquilo —le pidió Otabek haciendo que se sentará, viéndolo a los ojos.
Una mirada basto para que el cuerpo entero del rubio se relajara y cayera en el pecho de su esposo, volviendo a llorar.
—Lo lamento —dijo de nuevo, deseando poder desaparecer, jamás creyó que podría hacer llorar así a su madre.
— ¿Que es lo que vas a hacer? —preguntó Cori, por primera vez en todo el rato.
—M-me lo quedaré...espero que eso no les moleste.
— ¿Estás segura que puedes afrontar todo lo que eso conlleva?
—N-no —admitió, limpiándose los ojos—. Pero creo que es lo correcto, ¿está...bien?
—Si, si es lo que quieres hacer —Otabek suspiro y tomó a Yuri—. Mañana iremos al doctor y hablaras con tu madre cuando esté más tranquilo.
Asintió apenada, viéndolos alejarse, ahora su madre le iba a aplicar la ley de hielo...ya lo veía venir.
—Lo lamento, Cori —murmuró a su hermana, viendo por los ventanales la escena que se montaban dentro de la casa con sus abuelos y sus tíos—. Me lo advertiste antes de que me marcara y no quise creerte.
Se encogió de hombros restándole importancia y se meció despacio.
—El abuelo nos dijo que el amor llega solo —le dijo poniendo una mano en su hombro—. No debiste apresurarte.
Se disculpó de nuevo y cerró los ojos, poniendo una mano en su vientre. No sería fácil conseguir el perdón de sus padres, eso lo sabía bien...
Extra~ espero les guste xD
Ya vieron quien le dijo a Eva que andaba con un hombre casado y no le quiso creer, se equivocó xD y Yuri, le va a dar un ataque del enojo xD pobre mi gata
Gracias por leer, comentar y votar :) les mando todo mi lof *smooches* y waffles, aún xD
Rave, la que durmió doce horas(?)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top