[06] "Hazte alguna perforación".
¡Antes de iniciar el capítulo!
Quería hacerles unas preguntas que nada tienen que ver xd no me odien.
¿Qué edad creen que tengo? Y ¿Qué edad tienen ustedes?.
¿Tienen alguna perforación? ¿En donde?.
Llegó la hora de la verdad xd.
Ahora sí, no los jodo más.
"Sí has sido suficientemente acosador, Jiminnie, que estoy seguro que lo has sido, te habrás dado cuenta que Yoongi tiene unas cuantas perforaciones en la oreja, lo que me lleva a la conclusión de que no le molestaría en absoluto que su pareja tenga aunque sea un piercing también. Y ésto no tiene nada que ver con que tu padre me viera como un mal ejemplo para ti, para nada. Tampoco tiene que ver con que quiera ver si reacción. Tú solo hazlo".
Cuadros con decenas de imágenes de partes corporales tatuadas, vitrinas con agujas de diferentes tamaños, argollas de todo tipo de colores y formas, guantes de látex por doquier, revistas de tatuajes, luces neón adentro y afuera del local y una carismática chica rubia con los brazos y hombros cubiertos de tatuajes, vestida con un jean holgado y una blusa corta atendiendo a los clientes detrás del mostrador.
Uno de los clientes que era atendido era nuestro dulce protagonista, quién esperaba sentado en uno de los sillones de cuero, los cuales tenían el único propósito de mantener con comodidad el trasero de los concurridos clientes.
El bonito trasero de Jimin se encontraba esperando en un sillón individual, meditando la locura que estaba por cometer.
No era su primera perforación. Ya había estado ahí varias veces, acompañando a su mejor amigo Tae, pero solo había podido hacerse una bonita perforación la oreja, para ese entonces tenía trece años, y claro que fue sin en el permiso de sus padres. Sin el permiso de su padre, de hecho.
No duró mucho, en realidad.
Justo al llegar a su casa, cuando su padre vio lo roja que estaba su orejita, y luego vio la argolla colgando de esta, no dudó en obligarlo a quitársela luego de un pequeño sermón, haciendo el la perforación en su oreja se terminara cerrando a los días.
Esa fue la historia de cómo el padre de Jimin le tenía un poco de rencor a TaeHyung, "por haberlo corrompido e inscitado a perforarse la oreja sin importar qué".
Pero eso era caso aparte.
Ahora, en el presente, el lindo pelirosado se encontraba ojeando un catálogo de piercings, buscando una buena opción para hacerse.
"En la oreja... Ya me lo hice.
En la nariz... He escuchado que dan ganas de estornudar y lloras inconscientemente.
En la ceja... A mi madre le daría un infarto.
En la el labio... No podré besar a Yoongi hasta que sane. O por lo menos no sé si podría besarlo en mis sueños.
En la lengua... Tendré que dejar de comer algunas cosas y no podré hablar bien.
En los pezones... Ni hablar. De solo pensarlo ya me duele".
Ninguna opción le parecía viable.
Si bien su madre tenía una mente mucho más liberal que su padre, un día ella sufrió un robo que la dejó en el hospital, y el detalle que nunca olvidaría de su asaltante sería la perforación en su ceja. Ahora su madre tenía el pequeño perjuicio de que todos los chicos con una perforación en la ceja eran malos.
Algo tonto, la verdad.
Pero si iba a hacer eso, tendría que asegurarse de que por lo menos a su madre no le pareciera mala la idea.
Cuando escucho su nombre ser pronunciado por la rubia, se puso de pie, dejando el catálogo de lado para acercarse a la chica, dispuesto a pedirle otra revista de perforación, a pesar de estar seguro de que no quedaba muchas opciones de su cuerpo para perforar, sin estar realmente consciente de que si lo habían llamado era porque ya había llegado su turno.
La agradable mujer le llevó por unos cortos pasillos del local, viendo algunas salas siendo ocupadas por trabajadores del lugar atendiendo a personas, tatuandolas o acercando una aguja a alguna parte de su cuerpo.
Terminó en una habitación rodeada de algunas cortinas, con una lámpara iluminadora, y una chica castaña sentada en el centro de esta, con una cómoda silla en donde se hacía la magia. Se acercó tímidamente y se sentó en dicho lugar, siguiendo las indicaciones de las chicas.
—Bien... ¿En donde quieres la perforación?. Tienes que ser específico, porque Lisa tiene que traerme el número correcto de catéter - empezó la chica castaña de forma agradable.
—Él estaba viendo una revista de perforaciones, pero no parecía convencido por ninguna idea. Podrías enseñarle tu industrial de la oreja para ver si le gusta, Jennie. - comentó la rubia mientras se recostaba en la entrada de la habitación, mirando de forma especial a la chica sentada.
La mencionada movió un poco su cabello, exponiendo su oreja. Un pequeño "tubo" de metal atravesaba su oreja, pasando de un extremo del cartílago a otro. Era lindo, pero tampoco lograba convencerlo.
—¿Qué les parece si mejor me tatuo un "perdedor" en toda la frente?... Nada logra convencerme.
—Un tatuaje tiene un costo adicional, y no creo que en realidad sea eso lo que quieras.
Lisa se había aproximado a ellos, quedándose de pie justo frente a Jimin, mirándolo atentamente, pero la mirada de él iba directo a su plano abdomen descubierto, prestándole excesiva atención a la linda argolla color celeste que descansaba en su ombligo.
Una bombilla parecía haberse encendido sobre la pelirosada cabellera del chico.
—Me gusta ese. Que sea en el ombligo si no es mucha molestia - pidió Jimin con algo de vergüenza, pues no conocía a las chicas.
—Buena elección. Yo misma le hice esa perforación a Lisa. Pero tengo que saber de qué color lo quieres, ya sabes, para tener preparada la joya.
—P-pues... Todos los colores me gustan mucho, pero el color rojo en especial. Me encanta - confesó.
—¿En serio? - intervino la rubia, Lisa —Yo habría jurado que tu color favorito era el rosado... Ya sabes, tu cabello.
—Eso es una larga historia... Cuando venga por otro piercing supongo que se las contaré - respondió con una linda sonrisa.
Tenía prisa, pues había salido del colegio para ir corriendo directamente a ese lugar. Su madre ya debía estarse preguntando donde estaba, así que tenía que apresurarse.
Vio como Lisa se iba y al cabo de unos dos minutos regresaba con una aguja de considerable tamaño.
Todo iría genial, ¿Verdad?.
Sí, bueno...
¿Recuerdan el miedo a las agujas de Jimin?.
El pobre empezó a hiperventilarse, mientras cruzaba y descruzaba sus pies en un vago intento de relajarse. Sus pequeñas manos se aferraban a su camiseta, esperando que de esta forma no fuera alzada.
Jennie, ajena a lo que pasaba, se ponía los guantes de látex y una mascarilla, y se acercaba a él con un algodón mojado en alcohol y un bolígrafo.
—¿P-para que el bolígrafo?.
La mente de Jimin ya había empezado a maquinar mil escenarios en donde era el bolígrafo el que perforaba su piel, lenta y dolorosamente. Quiso gritar cuando la mano de la chica se puso en su camiseta, intentando alzarla, pero recordó que ya no era un niño, y que hacía eso por el futuro padre de sus hijos.
"Imbécil, no puedes tener hijos con otro hombre".
Se reprendió a sí mismo.
—Tengo que marcar el lugar de entrada y el de salida de la aguja. No voy a hacerte daño - indicó Jennie con una sonrisa amable, pues casi siempre habían clientes indecisos —Alza tu camiseta si quieres continuar con esto, chico.
Prefirió mantenerse concentrado en qué trámites tendrían que hacer Yoongi (alias, su futuro esposo) y él, en la hipótesis de querer adoptar a un bebé.
Estaba volando mucho en sus expectativas e ilusiones. Sintió un suave pinchazo en su ombligo, y pensó que, justo como decían aquellas personas adictas a las perforaciones, no se sentía casi dolor y que era extremadamente rápido.
Así que, contento, bajo su mirada a donde las habilidosas manos de la chica hacían su trabajo, esperando ver por fin la el lindo "adorno" en su pequeño y tiento ombligo.
Resultó ser que aquel suave pinchazo que sintió, fueron las uñas de la chica, las cuales intentaban confirmar el ingreso y egreso de la aguja, prácticamente verificando que el camino que este tomaría no fuera malo, para que la perforación no se viera torcida.
La confusión tuvo tanto lugar en él, que nisiquiera tuvo tiempo de pensar, cuando la aguja ya se estaba enterrando en su sensible piel, dejándola algo enrojecida, pero al fin y al cabo, con la perforación hecha.
Vaya que había dolido.
Logró sacarle unas cuantas lágrimas, pero no dejó de sonreír aún con los ojos algo rojitos por el llanto y las mejillas húmedas por este mismo.
Sinceramente, fue un dolor por el que no quería pasar nunca más, a pesar de no ser tan fuerte como para dejarte desmayado.
—Bien... Lo logramos, Jiminnie - hablo la chica a través del tapabocas mientras enrrozcaba la parte superior de la joya, notando que ésta se veía perfectamente bien en su lindo ombligo —Tienes que cuidarlo bien, intenta no lastimarte para que no llegue a infectarse. Por precaución, no puedes comer picante por lo que resta del día. Puedes venir cuando haya sanado si quieres comprar otra joyería, tenemos bastante variedad, pero intenta no mover el que tienes puesto por ahora, no lo toques con las manos sucias. Es más, no lo toques a menos que sea para bañarte. Puedes tomar algún antibiótico o antinflamatorio si te duele o tienes hinchazón.
Luego de una pequeña charla sobre los cuidados de la perforación, y de pagar por el trabajo de las chicas, salió corriendo hasta su casa con una gran sonrisa, la cual no pasó desapercibida para su madre y le exigió que le contara que había sucedido.
Su señora madre había terminado hasta tomándole una foto para enviársela a la tía de Jimin, y quizás al resto de la familia. Ya estaba hecho, y si su padre le intentaba obligar a quitárselo, ya el agujero estaba hecho, y simplemente podía comprarse otra argolla para ponérsela haciendo un poco de presión.
Tal y como Jimin lo esperaba, su padre había armado un drama, insinuando que estaba más que descarrilado y que estaba tomando un mal camino, pero al final del día, el señor Park fue a disculparse con su hijo unigénito.
Nadie podía estar molesto con el chico por mucho tiempo, era casi como una maldición.
El día había estado algo difícil, pues tenía que hacer tres largos trabajos de diferentes áreas escolares en solo un fin de semana.
Ts... Y los estudiantes pensaban que podrían descansar.
No es como si Jimin tuviera algo más importante que hacer que lanzarse a dormir durante todo el día, o algo más importante que ponerse a buscar nombres para sus futuros hijos.
Ahora caminaba fuera del instituto, con una gran mueca al tener que volver a encontrarse con Kai en la entrada, pues éste había generado la rara maña de querer mantener una conversación cada que se cruzaban por los pasillos. El ver a su querido amigo Jungkook le cayó como un milagro del cielo, pues no esperó nada para correr hacia el y esconderse a sus espaldas, notando como el chico de piel morena bufaba y regresaba con sus amigos, dejando de seguirlo.
—¿Jimin hyung? ¿Qué sucede? - preguntó Jeon.
—Ah... Jungkook, todo bien. Un tonto quería hablarme y simplemente no estoy de humor. ¿Esperas a alguien?.
—Uh... Estoy esperando a Yoongi. Ya sabes, que sea mi vecino ayuda a que mi mamá me deje ir a fiestas si voy con él. Justo tengo una este fin de semana.
—No voy a fiestas, Jungkook... - comentó despreocupadamente el pelirosado.
—Yo iba a invitarte a ir también, pero no pareces interesado.
—Rechazaré tu invitación, pero te avisaré si cambio de opinión - soltó una risita mientras tapaba su boca, alejándose un poco inconscientemente, al ver que la mano del menor rozó accidentalmente su estómago al voltear, pues un nuevo grupo de alumnos acababa de salir de la institución —T-ten cuidado...
Al escuchar aquello, Jungkook volvió toda su atención al chico de cabellos rosados, mirandolo de forma extrañada.
—¿Cuidado por qué?. ¡Hombre, apenas y te toqué!. ¿Tienes alguna herida? - sin pensarlo mucho, el chico más alto alzó la camiseta de Jimin, esperando encontrar alguna herida, o un vendaje que cubriera una cortada, un raspon o un moretón, pero sis ojos se abrieron de par en par la ver la realidad.
La hinchazón ya había bajado un poco, pero su piel estaba algo abultada en la parte en donde el semi aro de metal salía. Algo normal, según las indicaciones de la chica.
—¡Carajo! ¿Cuándo te lo hiciste? ¿Te dolió? - preguntó el más alto con una sonrisa y desbordante curiosidad, manteniendo la camiseta del pelirosado alzada mientras intentaba tocar el piercing.
—Ayer... Quise hacer algo nuevo con mi cuerpo. No dolió nada - mintió descaradamente, con una sonrisa.
Pero, misma sonrisa se borró al notar la presencia de su hyung favorito detrás de su dongsaeng.
—Suéltalo, Kook. ¿Acaso no sabes lo infecciosas que son las perforaciones?. Además, puedes lastimarlo, la piel se pone sensible - espetó el mayor de los tres mientras pasaba una de sus manos por las caderas del más bajo, atrayéndolo de forma sutil y disimulada.
El pálido lo miraba con con ceño fruncido y una divertida pero sería mueca.
—Tranquilo, Romeo. Solo quería verlo de cerca. Estoy pensando en perforarme la nariz.
Mientras ambos pelinegros siguieron conversando, Jimin intentaba controlar su mente y corazón al sentir como las manos del amor de su vida parecían no querer soltarlo, hasta que sin darse cuenta, empezaron a caminar.
JungKook, que no se dio cuenta de que los otros chicos se miraban con una sonrisa, aunque claro, la del mayor era una más avergonzada que otra cosa.
¿SU pastelito quería matarlo, acaso?.
Ese piercing se veía tan tierno en su acaramelada y tierna piel, pero a la vez tan sensual con ese color tan llamativo, que sus hormonas empezaban a alterarse de nuevo.
Las malditas hormonas alborotadas hasta el alma.
"Mi querido y dulce Jiminnie... ¿Lo haces con todas las intensiones del mundo o no sabes lo que causas en mí?".
—Pastelito, Jungkook me contó que tu padre era algo estricto... ¿Aún así te dejo perforarte el ombligo? - preguntó con curiosidad el mayor, mirándolo en busca de una respuesta, analizando las hermosas facciones del contrario.
—Uhm... Lo hice sin permiso, pero a mí madre no parece molestarle, así que no tuve tantos problemas.
—Ahora nuestro Jiminnie es todo un chico malo - comentó el menor mientras reía, buscando avergonzar al pelirosado mientras caminaban, hasta que reparó en un detalle —Aguarda... Yoongi, ¿Le dijiste "pastelito"?.
Y así transcurrió la caminata. Jungkook intentando molestarlos a ambos, pero ganándose "amorosos" golpes de parte de Yoongi, y pucheros y quejidos de Jimin. Este último, al llegar a casa, corrió a la cocina a abrazar y besar la mejilla de su madre con efusividad, como nunca lo había hecho.
—No te doy permiso, no tengo dinero, no vas, no te compro, no firmo nada. ¿Que sucede, Jimin? - ah, su madre tan sutil como siempre.
—Ush... Nada. Ahora ni un abrazo te puedo dar porque quiero algo... - luego de dejar otro besito en la mejilla regordeta de su madre, subió a su habitación, gritando eufóricamente mientras lanzaba sus almohadas contra las paredes, aún sabiendo que tendría que recogerlas después.
La jodida lista estaba funcionandooo.
.
.
.
K onda, caramelitos. ¿Cómo les va?.
Yo estoy hasta el culo de tareas, para que mentirles. Ahora atiendo 11 cursos de estudio por día, más o menos xd. Pero aquí les traigo su capítulo jsjs siento que quedó algo simple, pero es necesario.
A partir del capítulo 7 (osea el próximo), "conquistándote" entrará en su etapa final. No, no serán capítulos finales, pero el fic empezará a ser mucho más directo con el YoonMin. Primer aviso, ahre.
No sean fallas y respóndanme las preguntas jsjs
(La perforación de la oreja de Jennie)
(La perforación de Jimin)
Para que tengan una idea uwu
Espero que les haya gustado❤
Gracias por leer 🌺
–DiMo/Godi.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top