[02] "Teñir tu cabello"

"Teñir tu cabello te hará parecer una persona más interesante y segura de ti misma, y por lo que he visto, a Yoongi hyung también le gusta cambiar su color de cabello constantemente. Además, algo como un rojo o un azul te haría ver super sexy".

Nunca.

Repito.

Park Jimin NUNCA habia sentido tanto nerviosismo como el de ese día. A excepción de las veces que entablada conversación con su hyung favorito.

En esos momentos, mientras sostenía el pequeño empaque de tinte de cabello y esperaba a la adorable chica que trabajaba en esa peluquería, podía sentir la duda recorrer cada uno de sus poros.

Días antes había ahorrado el dinero suficiente para llevar a cabo el segundo paso de su lista, reuniendo de la mesada que sus queridos padres le daban, y ahí lo tenían. En Rainbow Salón, admirando su cabello que, dentro de poco, sería de un color rojo cereza, como el del chico de las imágenes que TaeHyung le había enviado por KakaoTalk.

Había pensado en hacerse algunos "adornos" -como Jimin solía llamarle- en el pasado. Algunos reflejos, tal vez. Sin embargo, pintar todo su cabello a un color tan llamativo y extravagante le resultaba un tanto... Loco y hasta extremista.

Ah... Todo por el amor de su Yoongi Hyung.

Jo - der.

Lo más seguro es que debió despertar a la chica cuando la vio dormir plácidamente en los asientos de espera.

También debió empezar a alarmarse cuando escuchó el bajo volumen del pequeño reloj en la mesa donde se encontraban todos los productos para el cuidado del cabello. Pero le daba algo de penita despertar a la chica cuando vio las marcadas ojeras debajo de sus ojos y escuchar los leves ronquidos que ella soltaba.

En el momento, solo podía pensar:

"¿Cómo algo podría salir mal si espero unos minutos?".

¡Ja!.

Nada podía salir mal, ahora solo le tocaba adaptarse a su nuevo color de cabello rosado.

-S-Señor... - susurró la chica bastante avergonzada y asustada -El salón puede hacerle un reembolso.

Pero el tierno corazón de pollito de nuestro protagonista no le permitía recibir el dinero de vuelta, así que su última salvación paso por su mente como una estrella fugaz.

-¿Y si mejor volvemos a intentar? - propuso Jimin con las manos temblorosas.

-U-Uhm... Lo siento mucho, señor, pero no puede volver a teñir su cabello durante varias semanas, o incluso unos pocos meses - dijo la chica incomoda de darle la noticia -Debería esperar un tiempo para volver a cambiar el color.

Genial.

O se quedaba con ese color de cabello, o corría el riesgo de quedarse calvo. ¿Qué podría ser peor?.

No le quedó más remedio que salir corriendo a esconderse y encerrarse en su cuarto. Así lo hizo.

Llegó a su casa con las amenazantes ganas de llorar, ignorando cualquier pregunta de sus progenitores, subió a su habitación y se lanzó a su cama, derramando todas las lágrimas retenidas.

Como ya se dijo antes, Jimin tiene un corazón de pollito. Tan inocente y puro como el de un ángel, pero también lleno de muchas inseguridades, mismas que se estaban encargando de atacarlo.

El miedo de nunca llamar la atención de Yoongi lo carcomía, pero no encontró más remedio que rezar para que al menos fuera del agrado del pálido.

Así, entre ruegos hacia cualquier divinidad que se encontrará en el cielo lo ayudara, se quedó dormido entre sollozos y pañuelos de lágrimas.

Y bien, los estragos de esa noche de llanto los vivió más tarde, en la mañana, justo cuando tuvo que levantarse para ir a la preparatoria.

El orgullo de sus padres no se ganaría solo.

El pequeño Park Jimin vestía con unas bermudas beige hasta dos dedos arriba de las rodillas, mostrando y resaltando sus espectaculares piernas, con un suéter dos o tres tallas más grandes de color negro con decoraciones de múltiples colores.

Celeste...
Lila...
Blanco...
Verde...
Amarillo...

Rosado.

Okey... No es como si hubiese desarrollado algún tipo de odio hacia ese color. Para nada.

Pero cada vez que se disponía a jugar con las mangas de su suéter, veía ese vibrante color, adornandolo y recordándole el gran fallo que dio su primer pintada de cabello.

Y ya no había más que hacer más ya esperar alguna señal de misericordia divina.

Él aún tenía la esperanza de que el color de su cabello fuera una alucinación.

Tenía la esperanza de que durante los cinco minutos que le quedaban de camino a su edificio de estudio, alguien le saludara y le dijera que el rojo le quedaba bien.

O al menos no encontrarse con Yoongi hasta que pudiera comprar algún bonito gorro de Pororó* para esconder su cabello.

Pero una parte del pequeño Jiminnie deseaba con todas sus fuerzas que Yoongi llegara en ese preciso instante y lo saludara con esa linda sonrisa. Esa que -en secreto- le regalaba al adorable pelirosado de baja estatura.

Jimin deseaba con todas sus fuerzas que lo mirase con esos hermosos ojos gatunos que seguro estarían adormilados.

¿Conocen la historia de la "atracción universal"?

La teoría dice, que cuando deseas con todas sus fuerzas a algo o a alguien, este llegará a ti con la intensidad en la que tu alma lo anhele.

Bien... Parecía que la leyenda estaba en contra de los deseos de Jimin. O a su favor, tal vez.

-¡Hey! ¡Jimin! - fue el grito que lo hizo detenerse; Jeon Jungkook corría hacia el a toda velocidad, acompañado de alguien que seguía caminando a paso lento.

-Kook... - susurró Jimin mientas se detenía y hacia una reverencia como se le había costumbre. Mera educación.

Fue envuelto en un fuerte abrazo por parte del menor, solo por unos segundos hasta que ambos notaron que el chico que venía con el menor ya estaba a su lado.

-Yoongi hyung se ofreció a acompañarme en el camino a la preparatoria - dijo el menor de los tres con su característica sonrisa de conejo mientras miraba al mayor con agradecimiento.

-Estoy empezando a creer que solo usas honoríficos cuando se te da la jodida gana, Jungkook - empezó el de tez pálida, dejando escuchar su voz ronca mientras frota sus ojos por el sueño de despertar en la mañana. Sí, Yoongi estaba hablando con Jungkook, pero su mirada estaba irremediablemente perdida en Park Jimin.

Y esa era la debilidad del pequeño.

Joder, el amor de su vida estaba mirándolo fijamente, analizandolo y poniéndolo nervioso.

¿Cómo alguien podía verse tan bien vistiendo unos simples jeans y una camiseta holgada?.

No era una vestimenta muy llamativa ni mucho menos extravagante, pero al pelinegro le quedaba malditamente bien, hasta el punto de dejar en un pequeño trance al pequeño Park.

-Yoongi, ¿Jimin tiene monos en la cara o por qué lo miras tanto?, ¡Lo incómodas! - interrumpió.

-Callate, mocoso... - respondió el de ojos gatunos -Hey, Jimin... Es un lindo cambio, definitivamente el rosa es tu color - agregó mientras alzaba su mano contra todo pronóstico y acariciara los suaves cabellos del más bajo de los tres.

Y... ¿Qué creen?.

Ahora lo rosado no solo era el cabello de Jimin, sino también sus mejillas. Aún así no paraba de jugar con sus propias manos, sin atreverse a alzar la mirada.

-U-uhm... Jajaja.... - aquello fue una risa nerviosa más que nada. Una muy leve - S-si... Yo también pienso que parezco un tonto algodón de azúcar.

-No te miento. Yo diría que un algodón de azúcar muy lindo y apachurrable, más bien - dijo en un tono despreocupado el mayor. De un momento a otro ya habían empezado a caminar y les faltaba algo de una cuadra y media para llegar a la preparatoria.

El corazón de Jimin latía desenfrenado y sin parar, golpeando suavemente su pecho una y otra vez, haciendo una pequeña revuelta.

Pororó: Un pequeño pingüino, vive en una isla muy lejana cubierta de nieve. Junto a sus amigos Crong, un dinosaurio bebé, Poby, un osito polar, Eddy, un zorro, Loopy, una castor, Patty, una alegre pingüina, y Harry, un colibrí, aprende y se divierte. Pororó, es un pingüino y es el protagonista del dibujo animado del mismo nombre, no sólo es famoso en el país sino que ha traspasado las fronteras y se ha convertido en una estrella internacional. (Andá, que creo que son unas caricaturas, en resumen xd)

Gracias por leer 🌺

DiMo/Godi.

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