Extra 4
ENOK.
2 años después...
—Loco. ¡Definitivamente todos ustedes van a volverme loco! ¡Dije que nos íbamos en cinco minutos, y eso fue hace quince! ¿Y dónde están todos?
Mirando cómo idiota hacia el cielo, las manos en las caderas, entrecerrando los ojos para que el sol veraniego no me jodiera la vista.
Luego del nacimiento de Nesta, mi mujer araña seguía con sus intentos de subirse a los arboles altos, según ella porque tenía mejor señal y veía todo el terreno, luego, cuando Charlie cumplió cinco, comenzó a imitarla y era una osadía bajar ambos sin que se partieran la cabeza, Nesta que también quería subir y sus dos añitos no se lo permiten, por lo cual lloraba desde abajo, y Melanka que odia que sus bebés estén tristes, bajaba y la subía con ella, así que tenía tres monos araña en el árbol más alto.
Y cómo moriré de un infarto cualquier día de estos por sus extravagantes pensamientos, decidí hacerles una casa en el árbol con todas las comodidades que podrían necesitar, incluso tienen un mini elevador, así, me aseguro que nadie se parta la cabeza, no pasan calor, tampoco frío, y pueden seguir haciendo eso de tiempo de Charlie y mamá... y Nesta ahora, los tres, cantando canciones tontas ahí arriba, bailando hasta que llega la noche y ponen luces de colores con formas de estrellas, lunas y flores que tanto les encantan.
Tengo una familia peculiar, feliz y sin cerebro, según lo que me han dicho, los amo tal cual son, pero ahora tenemos que salir, Nilak y Henry nos están esperando en el auto, y este trio de tontos no baja.
—¡No me hagan subir ahí!
Escuché risas arriba, lo hacen a propósito, intentan hacerme llegar al limite cómo siempre, y yo, que pocas veces les he dicho que no, por ejemplo, no se coman las galletas de Chispas, o no se suban arriba de los lobos para ir a correr, o Melanka no uses el champú del perro para lavar el cabello de los niños y así, cosas normales, y así, terminé subiendo por las escaleras, viendo cómo me alejo más y más del piso, escuchando sus risas más fuertes al escucharme subir, ya arriba, miré al trio de tontos parados en fila, Melanka en medio, Charlie a la derecha y Nesta a la izquierda, los tres con las manos en la espalda, riéndose por alguna travesura que deben estar haciendo.
—¿Y bien? vamos 20 minutos tarde gracias a ustedes, grupo de gente sin cerebro — guardándome las manos en los bolsillos—. ¿Bajar cuando se les pide es tan difícil? ¿Debería sólo bajarlos desde aquí con ayuda de una patada en el culo?
Charlie se cubrió la boca para que no notara que se está riendo, será tonto mi hijo, estoy viendo claramente cómo se burla de mí, y eso contagió a su hermana, ambos con la boca tapada mientras carcajean.
—Enok, cariño, eres aún más tonto que nosotros.
Dijo mi mujer, sonriendo amplia.
—Preciosa, sabes que te amo, pero vamos a ver a tu madre biológica ahora, por lo que, me gustaría irme rápido para volver aún más rápido, odio a esa zorra.
—Sí, yo sé que iremos a ver a esa mujer, no sé de ella hace años, y gracias a mamá y papá que la han visitado a menudo para que acceda a vernos, por fin Henry la conocerá, pero hay un asuntito más importante para nosotros en estos momentos, nos tomará cinco minutos.
—¿Qué podría ser ese asunto? —suspirando agotado. Ser un padre de familia y un esposo devoto es agotador—. Yo no olvido nada nunca, así que no debería ser algo important...
Los tres se movieron y dejaron ver un pastel horriblemente decorado con amarillo y rojo, los colores no combinan, está más que claro que metieron las manos porque la de nesta está muy bien dibujada en un borde, y se ve que le pasaron el dedo para robar un poco de crema pal colocada, el Feliz cumpleaños N°37 papá Enok estaba escrito cómo la mierda con manjar, es la torta más fea que he visto en mi vida, aquí arriba hicieron un desastre, pero al menos ellos van limpios.
—Está horrible, pero me encanta.
Sonriendo amplio, acuclillándome para atrapar a mis mini bestias que se acercaron rápidamente para abrazarme.
—¡Feliz cumpleaños papá!
Gritó Charlie con emoción, besándome la mejilla.
—¡Papi cumpaño feliz! ¡Ti amu!
Dijo mi pequeña princesa que cada día dice más palabras, ambos pegados cómo garrapatas a mí, mientras mi mujer acuna mi rostro y me da un beso casto en los labios, sonriendo.
—No sé cómo sigues olvidando tu cumpleaños, tontito, pero mientras nosotros sigamos aquí, siempre tendrás a alguien que te lo celebre — sonriéndome—. Tu regalo te lo daré en Chile, va en la maleta, spoiler, es ropa chiquita.
—Esos son mis regalos favoritos, mujer — levantándome con los niños en los brazos—. Gracias niños y esposa, mi vida sería una mierda sin su constante molestia en ella.
—¿Somos molestos?
Preguntó Charlie, ladeando la cabeza.
—Los más molestos de toda esta casa, sí — asentí—. Pero así los tolero, garrapata, y a ti también pulga.
Besando la mejilla de cada uno antes de inclinarme y besar a mi mujer otra vez.
—Te aconsejo que no te comas el pastel — dijo la rubia—. Demasiadas manos, poca sanidad, a Nesta se le cayó un pedazo y lo pisó, pero lo pusimos igual, así que evita la indigestión y agradece el gesto nada más.
—No pensaba comerlo aunque me pagaran, cariño, está horrible — caminando hacia el ascensor, entregándole la pulga a mi mujer—. Pero la intención es lo que cuesta, gracias por celebrarme el cumpleaños cuando nunca lo había hecho.
Carcajeó y negó con la sonrisa pegada a su rostro, bajando primero, luego lo hice yo, caminando juntos hacia los automóviles que esperan por nosotros, optamos por la limusina para ir todos juntos, Nilak y Henry no perdieron el tiempo, este último monta a mi amigo cómo si estuvieran en un cuarto privado, moviendo las caderas mientras lo besa, al menos los dos van vestidos, pero yo me apresuré a taparle los ojos a mi hijo, usándome cómo escudo para que mi hija no viera a estos indecentes, demasiado jóvenes para traumarlos.
—¿Puedes dejar de revisarle la garganta con tu lengua, Henry?
—Por supuesto amo cuñado, tus deseos son órdenes.
Mencionó el mellizo idiota de mi mujer, su mamá, la zorra, les dio una neurona joder, la mitad para cada uno.
De todas maneras, medio sonreí al ver cómo Henry le toca las pelotas a Nilak con el tema de ser mi esclavo, igual y no está equivocado, tanto él cómo Melanka fueron comprados por mí, bueno, al tonto de Henry me lo quise robar, salió mal, los estadounidenses mataron a todos sus dueños anteriores y me lo trajeron, eso hace que yo sea su nuevo amo, claro que no suelo recordárselos seguido, sólo cuando me cabrean... que es casi siempre.
—Eres mío, nada de que Enok es tu amo ¿Qué dices?
Le reprochó Nilak, poniendo cara de niño regañado.
—Te permito ser mi novio ¿Qué más quieres? —respondió el rubio con cara de niña de Henry—. Sabes que te amo, y tenemos obligaciones juntos, un montón de niños que cuidar en nuestra otra casa.
—Son esclavos —puntualizó Nilak—. Esclavos que odiabas y ahora mimas más que yo, incluso compraste un par más porque te dieron lastima.
—Bueno, yo estaba en contra de cualquier acto sexual con ellos, pero cuidarlos, hacer que cuiden la casa y alimentarlos son cosas diferentes.
Ahí van de nuevo ellos y sus esclavos/mascotas ¿Quién los entiende? Prefiero ignorarlos.
—¿Estás nerviosa por ver a tu mamá biológica? Tu mamá dijo que te prepararas psicológicamente.
Abril es una mamá en toda la palabra, es increíble, ella sí se merece ese título.
—Estoy nerviosa, sí, no la veo hace años y no quería saber de nosotros, supongo que vernos es retroceder y ella quiere olvidarse de sus días en la granja, es joven aún, podría hacer su vida, tener hijos propios...
—Con la cantidad de hijos que parió, dudo que le queden ganas de volver a pasar por eso otra vez, su cuerpo debe estar muy desgastado, a duras penas soportó el último parto. Supongo que, si te tratan peor que a un perro toda la vida, terminas siendo más resistente, de milagro no está muerta.
Ella asintió y con la niña en sus brazos, apoyó su cabeza en mi hombro, esperando pacientemente a llegar a nuestro avión, dónde las cosas fueron cargadas y rápidamente despegamos rumbo a Chile, específicamente la región de la Araucanía, dónde la mujer vive en una cabaña bien equipada a la orilla del lago Budi a unos 100 kilómetros de Temuco, la mujer quería vivir cerca de un lago, joder, debería asustarme las muchas similitudes que tiene con su hija a pesar de que nunca han convivido más de diez minutos.
El clima es templado lluvioso, la temperatura media anual es de 11°, por lo que tuvimos que elegir con pinzas la ropa que llevaríamos, no pienso quedarnos tanto tiempo, pero tampoco quiero que se me enfermen los niños, y por niños, incluyo también a la infantil de mi esposa, ella podrá cuidar de maravilla a los mocosos, pero se le olvida que también tiene que cuidarse de ella y para esos casos, existo yo.
***
MELANKA.
Desperté con mis niños encima, los tres bien acomodados en el asiento reclinable y amplio, Enok nos tenía cubiertos a los tres con una manta, el viaje es largo, por lo que hemos jugado, comido, leído y dormido aquí, fuera es de noche todavía, y mi flamante esposo está revisando los expedientes médicos de sus peleadores, en tres días debe elegir a quién representará Irlanda en los mundiales y cómo el boxeo es su deporte favorito, concentra el 50% de su tiempo libre en eso, el otro 50% es para nosotros.
—Despertaste, sorda ¿Tienes hambre?
—Llevamos años casados y sigues diciéndome así ¿Nunca vas a superarlo, cierto?
—Diste una increíble primera impresión ¿Cómo olvidarlo?
Sonriéndome amplio sin dejar de mirar sus documentos.
— ¿Falta mucho para llegar?
Estirándome a cómo pude, sin moverme demasiado para no despertar a mis mini bestias, los ojos me pesan, podría seguir durmiendo.
—Tres horas, si estás cansada de estos chupasangre, puedo acostarlos en otro asiento.
Negué sonriéndole, ahora sí tengo su atención. Estiró su mano y quitó los cabellos de mi rostro, viéndolo subir las mantas, procurando que estemos todos bien tapados.
—Me gusta dormir con los niños, estoy bien — bostecé—. ¿Tú has dormido?
—No mucho, quiero adelantar esto, al regreso debo volver al gimnasio y luego voy a viajar por cuatro días, recuerda que te quedas a cargo, hermosa, concéntrate y nada de ir a jugar por ahí.
—Hice un itinerario para esos días, sé perfectamente a cuantas personas debo ver, cuantos son basura y puedo matar, a cuantos debo seguir porque son malos devolviendo lo que prestamos, el miércoles debo llevar un grupo a la ciudad, viene un grupo de militares para investigar la desaparición de mi ex esposo, el caso sigue abierto porque el general también desapareció, así que eliminaré cuerpos y pruebas. Liam me ayudará a entrar de manera ilegal al sistema para borrar cualquier tipo de prueba que pueda incriminarnos, y bueno, tengo muchas cosas que hacer, pero me hice una lista, estaremos bien sin ti por unos pocos días. Pero que sean pocos.
—Sí, cariño, serán sólo cuatro, tranquila, dejo todo en tus manos entonces, me llevo a Nilak, por lo que serás la dueña de la perrera.
—Y estoy muy emocionada por eso, me gusta ser la dueña de la perrera.
Acarició mi cabello hasta que me dormí otra vez, sentí su beso y susurró un "Te amo" antes de probablemente seguir en lo suyo.
¿Cómo no voy a estar enamorada de este sujeto?
***
Para cuando desperté otra vez, Nesta estaba succionándome una teta, Enok debió abrirme el top para que la niña se alimente, Charlie bebe leche en caja a su lado, viendo todo lo que su papá hace, preguntándole por todo, y este, con toda la paciencia del mundo, le cuenta qué hace, para qué, cuantos días se irán, las reglas del boxeo y todo lo que a él tanto le apasiona, sé que quiere llevar a Charlie con él, pero yo sigo un poco aprensiva con el asunto, el niño es muy pequeño y Enok adora salir a beber luego de que sus chicos suban a la arena, con Charlie no podrá hacerlo, para otra será.
—Buenos días princesa de mamá, somos tú y yo por ahora — sentándome en el asiento para acomodarla mejor—. Mira ese pelito tan bonito —viendo dos colas mal hechas, una más arriba que la otra, tiene pelos sueltos y huevos entremedio, Enok no ha dominado el arte de peinar niños, pero lo intenta—. ¿Esos rulitos tan lindos le dieron pelea a papi?
Sonrió aún con mi pezón en la boca y asintió.
—Bien, linda, mami se encarga, tú tranquila.
Solté esos dos moños feos y con los dedos hice maravillas para hacerle dos coletas como la gente, viéndola sonriente continuar alimentándose, apenas terminó la interrumpí para cambiarla de ropa y también a Charlie, luego de que estuvieron listos y se fueron a molestar a sus tíos, me cambié de ropa yo y obligué a que Enok también lo hiciera o se le congelarán los huevos, está lloviendo ahora y según el piloto, estamos a veinte minutos de aterrizar, los autos ya deben estar esperándonos para llevarnos con mi madre biológica para que conozca a Henry y... a mis hijos, por alguna razón, quiero que los conozca, que sepa que yo tuve hijos y que los amo con mi vida.
Me preparé tres días para este viaje, ver a esa mujer es... es algo que sigue poniéndome nerviosa, pero estoy con mis personas favoritas así que puedo con esto.
El auto que nos llevó al lugar dónde esa mujer vive resultó ser un monstruo de camioneta debido a los caminos de tierra que ahora se convirtió en barro por la lluvia que nos cayó encima, tardamos cerca de una hora en llegar a ese maldito lugar alejado de todo, al parecer, mi madre biológica le gustaba mucho la naturaleza, tiene sus animales en un establo, desde aquí escucho caballos, vacas y ovejas, unas gallinas por allá, todos sus animales-hijos bajo techo para protegerlos de la lluvia, su cabaña se ve bien, es grande, pintoresca y bonita.
Detuvimos el monstruo de camioneta frente a la casa, Enok y Nilak bajaron primero para golpear la puerta, mientras Henry se queda conmigo a abrigar a los niños, colocándoles los gorros de sus impermeables, él bajó primero apenas la puerta fue abierta, y yo, que no quise soltar a los niños, los cargué a ambos y me apresuré a entrar, limpiándome los pies antes de ensuciarme, viendo a la mujer a los ojos, la misma cara que yo, pero con un poco más de edad, ella... es tan parecida a Henry y a mí que me duele.
—Estás mucho más linda que la ultima vez, Melanka — sonrió la mujer, mirandome a mí a los niños y a Henry—. Y tú, tú debes ser Henry, no tienes idea de cuanto he querido conocerte, los Bennet siempre hablan de ustedes y de... de los niños...
Bajé lentamente a Charlie y Nesta, observando a la mujer pálida frente a mí, delgada, tanto, que es casi huesos, el cabello lo lleva corto, sus ojos tienen vida en ellos, pero se ve tan... tan...
—Antes de hacer preguntas — dando un paso hacia ella—. Tu nombre ¿Cuál es tu nombre? Nunca me lo dijiste y ahora que te lo cambiaron, necesito saber.
Asintió dando un paso más cerca de mí, los ojos humedecidos, mirando a Henry y a mí, hombro con hombro, mientras los chicos se quedan con Nilak y Enok.
—Mi nombre es Emilia Rojas, esa es mi nueva identidad.
—¿Qué te pasó? ¿Por qué no querías vernos? Yo tenía... muchas ganas de conocer a la mujer que me dio a luz.
Henry se ve dolido, pasaron más de dos años antes de que ella nos permitiera venir.
—Si es que yo... no quería que me vieran así, pero recibí una buena noticia y pensé que era un milagro, así que... quería compartirlo con ustedes, sé que no soy parte de su familia, ustedes son Bennet en toda la regla, pero... de todas maneras quería que lo supieran.
—¿Qué ocurre? ¿Por qué no nos dejaste venir hasta hoy?
—Tuve cáncer de útero. Sus... sus padres estuvieron ayudándome un tiempo porque querían darme la oportunidad de tener algún tipo de relación con ustedes, yo... yo... estuve en quimios, y fui hospitalizada, perdí el cabello, adelgacé demasiado, pero... pero recibí una llamada ayer, sacaron todo de aquí, todo lo que hace bebés —señalándose a la altura del útero—. No volveré a tener el periodo nunca, eso es magnífico, pero casi morí y no lo hice, entonces llamaron y yo estoy bien, estoy curada, creo que se me está otorgando una segunda oportunidad para conocerlos y pedirles perdón, son los únicos hijos que sé dónde están y yo... yo quiero que me perdonen por lo que les hice, viviré pidiendo perdón por...
Malditos seamos Henry yo y nuestros corazones blandos.
Nos movimos cómo uno, rodeando el cuerpo de la mujer que ahora está llorando, tardó cinco segundos en reaccionar y envolvernos con un brazo a cada uno, apretando el rostro en nuestros cuerpos, sus hombros suben y bajan mientras no deja de sollozar, está bastante sensible, supongo que una caricia de la muerte nos asusta a todos.
—¿Por eso no dejaste que viniéramos? Yo creí que con tu nueva vida no querías saber más de nosotros, yo lo... lo entendía, pero Henry merecía verte, aunque sea una vez, quería entenderte, pero también quería venir.
—No quería que me vieran en esa situación tan deplorable, odiaría que se quedaran cerca por lastima, yo sólo quería estar bien para que eligieran si querían seguir viéndome o no, pero quería que fueran sus deseos, no lastima. Sé que no merezco nada por todo lo que les hice sufrir, pero... pero de todas maneras quería verlos y no sabía si lo lograría, perdón...
—Y ahora tenemos que perdonar a la zorra porque estaba enferma, claro.
Giré la cabeza y miré mal a Enok, su cara de hastío total me dice que odia estar aquí tanto cómo cuando planeamos el viaje.
—Oye, idiota, que tengas boca, no quiere decir que puedas hablar cuando quieras — le reprochó Nilak—. Aprende a tener filtro.
—Aún la odio, ella lo sabe, tú lo sabes, todos en esta habitación lo saben.
Lo echaría fuera de la casa, pero está lloviendo y si se enferma me sentiría culpable, por lo que opté por llevar a la mujer con ayuda de mi hermano a la salita frente a la chimenea, tomando asiento en el piso, mientras los otros tontos se acomodan por ahí con los niños, a la espera de que pueda presentarlos.
—Él tiene sus razones para odiarme, hice que vivieras una pesadilla, igual que tú, Henry.
Tomando la mano de cada uno, mirándonos con esos ojos iguales a los nuestros anegados en lágrimas.
—Es que yo ya te... perdoné — me arden las mejillas de la vergüenza—. Entendí que al igual que yo, fuiste una victima de las granjas, te odié demasiados años pensando que lo hacías por gusto y por dinero, luego lo pensé mejor y recibí ayuda... nadie tendría tantos hijos por decisión propia, y entonces me enteré de que eras una reproductora más y... y tuviste que haber sufrido tanto... — mis propios ojos están aguados ahora—. Así que no te culpo, no te culpo porque yo no sé si hubiese podido soportar eso.
—Perdón Melanka, yo... yo tardé demasiado en conectarme con esos sentimientos de la maternidad, nunca sentí apego por ninguna de mis crías, pero tú, ustedes — tocando la mejilla de cada uno—. Es diferente, porque han estado llamando constantemente, enviando mensajes, queriendo venir... yo tardé demasiado en sentirme cómo una madre y jamás me lo voy a perdonar.
De reojo miré a Charlie, yo... entiendo a esta mujer porque lo viví, me costó sentir apego, pero después...
—Quiero que sepas que tienes una familia con nosotros —le aclaró Henry por si aún no está muy explicito en nuestra visita aquí—. Queremos que seas parte de nuestras vidas, yo quiero que seas parte de mi vida. Melanka me comentó que te ves exactamente igual a nosotros, pero ahora que te veo es... sorprendente lo mucho que nos parecemos, eres nuestra madre biológica por dónde se mire.
—Es que no quisiera pasar a llevar a Abril, ella es su madre.
—Alguien que lo entiende joder, Abril sí que es una madre.
De reojo miré a Enok, otra vez no puede ponerle filtro a sus palabras, me enojaría, pero es caso perdido, él simplemente suelta todo lo que piensa sin preocuparse en los sentimientos ajenos, ya es parte de él.
—Abril lo entiende y quiere que también participes en nuestra vida —dije yo—. Es nuestra madre, sí, y la amo, pero también eres nuestra madre y mereces una segunda oportunidad, nadie tiene por qué quedarse solo.
—Por eso estamos aquí, queremos hacerte saber que te perdonamos y que... queremos venir a verte —complementó Henry—. Es... es bueno conocerte.
Ella sonrió y lloró más, aferrándose a nosotros, supongo que saber que vivirá por más tiempo y en compañía es algo bueno, algo para celebrar.
—Emilia... —Se siente raro el sabor de su nombre en mi boca, sobre todo porque una de las gemelas, sus ultimas hijas, se llama igual—. Yo emm... quería presentarte a alguien también, vine con mis hijos hoy.
Cómo si no se hubiese percatado de su presencia hasta ahora, giró el rostro y miró a los pequeños que están de pie en el sofá ahora, molestando a Enok, mientras este los rodea por la cintura a cada uno con rostro de "Qué hice para merecer esto" y Nilak se ríe de sus desgracias.
—¿Son tuyos? ¿Ambos? Abril y Elijah me comentaron algo, pero pasaron tantas cosas que no sabía si era realidad o uno de los tantos sueños que tuve.
—Son muy reales — sonreí—. Son mi mayor tesoro — mirando a mis bebés—. Vengan aquí, niños, para que conozcan a su otra abuela.
—¿Otra más? ¡Wow! Papá suéltame.
Dijo Charlie, mirando mal a su papá que no los dejó bajarse del sofá, está reacio a que nuestros hijos creen algún vinculo con esta mujer, pero tiene que aprender a perdonar, ella fue una víctima, cómo mi mellizo y yo.
—Enok...
—Pero Melanka...
—Por favor...
Pedí extendiendo los brazos, y él, tardo poco más de cinco segundos en rodar los ojos y aligerar su agarre, permitiendo que los niños bajaran del sofá y vinieran hasta mí, abrazándome con fuerza.
—Emilia, te presento a Charlie y Nesta Kavanagh, mis hijos.
—Es como mami — mencionó Nesta, señalando a la mujer frente a mí—. Y tío Henly.
—Mamá ¿Seguro que no eres tú?
Preguntó Charlie, acercándose ligeramente a la mujer, lo que la hizo sollozar más, riendo mientras los mira.
—Sí mi amor, seguro que no soy yo — respondí contenta—. Es la mamá que me tuvo en su pancita, mamá Abril llamó a la cigüeña por mí, pero ella —señalando a Emilia—. Fue quien me tuvo en su pancita, así que tengo dos mamás.
—¡Eso es genial! — se emocionó, acercándose del todo a la mujer—. ¿Puedo llamarla abuela? Porque es mi abuela.
De reojo vi a Nilak cubrirle la boca a Enok, no le hace gracia a mi marido la situación.
—Si tus padres lo permiten, claro que sí, Charlie será todo un placer.
—¡Abela!
Nesta fue la primera en ir hacia ella y rodearle el cuello con sus bracitos en un abrazo, Charlie no tardó en hacer lo mismo, mis niños felices por conocer a esta nueva persona tan parecida a Henry y a mí.
—Creo que hicimos bien en venir — mencionó mi mellizo, abrazándome por la cintura—. Creo que teníamos que cerrar ese circulo vicioso de odio, ella también merece tener a alguien, nosotros nos sentimos solos mucho tiempo, imagina cómo lo tuvo ella, años y años en la misma puta granja de mierda...
Asentí, viendo a mis niños parlotear felices con la mujer, hablándoles del lago que tienen en casa, sus mascotas, la casa en el árbol que mi marido construyó con sus propias manos para nosotros, del invernadero y su castillo...
—Invitémosla para navidad, cumpleaños, año nuevo, y esas fiestas que solemos pasar en familia ¿Qué me dices? Somos los únicos hijos de los que tiene conocimiento, casi murió, podríamos hacer que funcione, tarde o temprano mi esposo dejará de odiarla.
—Me gusta eso, que sepa que siempre tiene un lugar al cual llegar, nos tiene a nosotros.
Esa tarde el clima no nos dio tregua, llovió todo el día, mientras nosotros nos apiñamos frente a la chimenea con galletas recién horneadas y leche, Nilak se encargó de que mi marido no hiciera comentarios hirientes, pero al cabo de unas buenas horas, no fue necesario taparle la boca, porque comprendió que esa mujer sí quería ser parte de nuestras vidas, con el tiempo aprenderá a querernos siempre que le demos la oportunidad, y con Henry queríamos dársela.
Ya está bien del odio injustificado, conozco su pasado, conozco su presente, y quiero que sea parte de mi futuro.
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BUENAS BUENAAAS!
EN MI MENTE SEGUÍA FALTANDO ALGO! YO QUERÍA SABER MÁS DE LA MAMÁ Y BUENO, AQUÍ ESTÁ LA RESPUESTA
DESPUÉS DE DOS AÑOS
ENOK SIGUE SIENDO ENOK
MELANKA SIGUE SIENDO MELANKA
SON UNA TERNURITA
Y LOS NIÑOS LO SON AÚN MÁS
ENAMORADA DE ESTA FAMILIA
USTEDES SON LAS MEJORES
GRACIAS POR TODOS SUS MENSAJITOS
BESITOS EN LA COLA
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