Extra 2
NILAK.
Pedí a todos que volvieran a sus actividades, vestidos, y nos llevaran algo de alcohol y de comer al comedor para poder hablar con tranquilidad, Henry ni siquiera me mira, no deja que lo toque y camina dos pasos detrás de mí en todo momento, ignorándome todo lo posible, está furioso, yo sabía que sería así en cuanto le mostrara este lugar, lo suponía, pero... pero pensé que quizá me daría el beneficio de la duda.
O quizá el que siga aquí es su manera de darme su beneficio de la duda, debo ponerme en su lugar, hace menos de un año él era un esclavo, y yo lo traje aquí, dónde todos se me lanzan encima esperando que me los coja en el piso o contra la pared si es dónde se me da la gana, entiendo su miedo, pero... pero no podría acostarme con alguien más, ese chico es tan refrescante, tan alegre, tan... tan él que me tiene loco, por eso decidí hablarle sobre esto, sobre mi casa.
— Tú dirás.
Tomando asiento frente a mí, sin tocar lo que nos trajeron, no hay ni siquiera un atisbo de sonrisa en esa cara bonita suya que ganó color con el paso de los días, está bien de peso ahora, no se le notan las costillas ni los pómulos, sigue teniendo esas facciones delicadas que no dejan saber si es chico o chica, digo, es hombre, sé que es hombre, pero es tan malditamente hermoso, joder...
— Quería mostrarte porque son míos, no puedo dejarlos a la deriva. Tenía que traerte aquí tarde o temprano.
Comencé a excusarme en un intento de ser escuchado.
— Eso ya me lo dijiste.
Temo que esto se me salga de control, tiene los mismos descontroles que Melanka y esa mujer nunca escucha cuando está molesta.
— Es que no los puedo echar.
— Eso también lo dijiste.
Cada palabra que sale de mi boca lo enfurece más, su postura me dice que está a dos segundos de levantarse y marcharse por dónde llegó, dejándome atrás.
— ¿Qué puedo hacer para que ya no me odies tanto? Habla conmigo, por favor...
Sus habilidades sociales siguen siendo malas, se guarda todo para él, y no habla hasta que se ve acorralado, pero parece ser que mis palabras dieron en el clavo, se relame los labios, moviéndose inquieto en su asiento, sujetando el vaso con fuerza, bebiendo la mitad del contenido.
— Estoy celoso.
Admitió.
— ¿Celoso de qué? Estoy contigo, eres mi pareja.
— Sí, pero aquí todos se te lanzaron encima, quitándote el abrigo, a tus pies, llamándote amo en ropa interior, todos rogando para que te los follaras ¿Y yo debo quedarme al margen y ver todo eso? No hiciste ni siquiera un mínimo esfuerzo por apartarlos o poner límites, estás tan acostumbrado a que te besen el culo que ni siquiera me presentaste.
Ay carajo... tiene razón, tiene mucha razón al estar celoso, no le di su lugar para nada, es mi novio, debo presentarlo cómo mi novio y que lo traten con el mismo respeto que a mí.
— Henry yo... lo siento, yo... no me di cuenta, debí haber dejado las cosas claras, yo me equivoqué.
— ¿En qué pensabas tanto que ni siquiera recordaste que yo estaba aquí?
Definitivamente comparten carácter con la rubia, cuando explotan, no hay nada que los calme, incluso me siento pequeñito frente a él a pesar de sacarle unos buenos centímetros ¿Así se sentirá Enok siempre que Melanka se enoja con él?
— Pensaba en si han estado bien, si comen, si tienen suficientes cosas, si necesitan algo, si la casa se ve dañada o sucia, si necesito contratar personal de limpieza... esas cosas, no venía aquí hace demasiado, estaba repasando mentalmente si todo estaba cómo corresponde.
De un sorbo se acabó el trago, hice el ademán de tomar la botella para servirle más cuando me la quitó, le quitó la tapa de vidrio y se la empinó, bebiendo tres largos sorbos antes de volver a mirarme, siento que estoy en muchos problemas.
Bueno, este es uno de esos momentos en los que hay que utilizar el plan de cinco pasos del padre de Enok, y espero que dé resultado, al tonto de mi amigo le funcionó ¿Por qué a mí no?
Paso 1: Arrodillarse patéticamente y arrastrarse cómo un gusano.
Tomé una larga respiración y me levanté de la silla, rodeando la mesa bajo su atenta mirada, frunce el ceño cada vez más al ver que me acerco, su expresión hizo un cambio radical al ver que me arrodillo a su lado, es más, quiso levantarse, todo lo que conseguí fue empujarlo de regreso a la silla, colarme entre sus piernas y sujetarme del respaldo para acorralarlo.
En situaciones cómo estas uno debe abandonar el orgullo.
— Perdóname bebé, por favor, no lo pensé, accederé a todo lo que quieras menos a echarlos, no podría, la mayoría son mujeres, cositas frágiles que lastimarían apenas poner un pie fuera de esta casa.
— Yo viví lo mismo que ellas antes que las compraras y no soy mujer, no generalices, no todas son frágiles, y no todos los violados tienen vagina.
Está firme en su postura, tendré que ir más allá si quiero que me mire con rostro de amor otra vez.
Paso 2: Alagarlo.
Apoyé mi mejilla en su muslo, restregándome cómo un animal en busca de cariño, colocando mi mejor rostro de cachorro abandonado, debo tocarle el nervio.
— Lo sé bebé, y perdón por eso, perdón por ser un bruto, dime qué quieres que haga, ya sé, haré cambios cómo sugeriste. Nada de desnudarse desde ahora, nada de arrodillarse a mis pies ni sacarme la ropa ¿Qué me dices? No me llamarán amo otra vez, señor es suficiente, les designaré tareas para que puedan subsistir por su cuenta, y por supuesto sabrán que además de servirme a mí, te servirán a ti también, esta es tanto tu casa cómo la mía, eres mi novio, el único, te quiero y odio pelearme contigo — restregando la mejilla en su muslo—. ¿Qué te parece? ¿Podría ser perdonado? Lo que sea para que dejes de verme así, haré cualquier cosa.
Relajó ligeramente la expresión de su rostro se lo está pensando, pero cómo es duro cómo una mula, estiró el brazo y bebió un poco más de alcohol.
No me sorprendería si Melanka le advirtió del plan de los cinco pasos para ser perdonado, los mellizos se cuentan todo, y cuando digo todo, es todo, incluido los detalles morbosos para innovar en la cama.
— ¿Qué más podrías hacer? — Con un deje de coquetería bien oculta entre sus palabras—. Ofrece algo más.
Papá de Enok, usted es un puto genio, su plan no falla.
Paso 3: Si los dos anteriores no funcionan, hacerse la víctima.
— Bueno... el amo recibe siempre los afectos ¿No? Bien podría cederte el control, que todos vean a quién le pertenezco, que vean quién es mi chico y por el que pierdo el control.
El brillo de la lujuria se instaló en esos preciosos ojos del azul más claro que he visto, entreabriendo los labios al verme restregar la mejilla un poco más cerca de su pene.
No pasó desapercibido el cambio en su respiración, ni la manera en la que se acomodó en el asiento, separando ligeramente las piernas, por el bulto en su pantalón intuyo que comienza a ponerse duro.
— Te lo mamaré tan bien, que no te quedarán dudas de mis intenciones contigo, llámalos a todos si quieres, que vean que soy sólo tuyo.
Depositando un beso justo sobre su erección, viéndome en la obligación de cerrar los ojos para calmarme, sus gemidos siempre han sido la cosa más sexy que he oído.
— Los llamarás tú — acordó, sin quitarme la vista—. Y te quedarás justo cómo estás, si sueltas el respaldo de la silla, si te quitas, me levantaré, volveré a la casa de mi amo, Enok, buscaré otra habitación dónde dormir.
Menciona a Enok cómo su amo sólo para cabrearme, y cuando dice "Buscar otra habitación" en ningún momento especificó si estará vacía o buscará compañía, me está probando, quiere saber hasta dónde soy capaz de llegar.
— Acepto tus términos, quítate el polo, voy a demostrarte que sólo cedo el control contigo.
Sonrió malicioso, quitándose el polo tal y cómo le pedí, dejándolo sobre la mesa, luego, alcé la voz y llamé a todos al comedor, no tardaron en venir y reunirse a nuestro alrededor, curiosos y ansiosos por ser llamados, quieren saber el por qué.
— Desde hoy, no volveré a cogerme a ninguno de ustedes — mencioné con voz calma, soltando la silla para desabrocharle el pantalón a mi chico—. Sujeta esto, cariño — Entregándole el dobladillo de la camiseta para que la mantuviera entre los dientes—. Este hombre de aquí es mi pareja, mantengo una relación romántica con él y monógama, por lo tanto, le servirán a él tal y cómo lo hacen conmigo.
No pasó desapercibido el montón de gritos ahogados y los chillidos de alguna al verme repartiendo besos por el pecho de mi hombre, descendiendo por su abdomen, usando las manos para bajarle el pantalón y la ropa interior justo lo suficiente para liberar su pene duro y húmedo en la punta, deseoso de que lo pruebe.
— Sin las manos, lo sabes — demandó Henry—. Quiero que vean quién tiene el control ahora, que vean que eres todo mío.
El que gime ahora soy yo, cachondo por sus palabras, excitado a más no poder mientras sujeto el respaldo de manera tras su espalda, limitando mis movimientos, besando la punta de su pene antes de sacar la lengua y lamerlo desde la base hasta la punta, metiéndome el glande a la boca, chupando apenas un poco, escuchándolo gemir, alzando las caderas por la sensación arrasadora.
— ¿Puedes chuparlo cómo corresponde? Por favor.
Estirando su mano para acariciarme el cabello lacio.
— Estoy recibiendo un castigo, bebé, no se pide por favor, y tienes que exigirme, llévame al límite para que no olvide estas cosas nunca más.
Jadeo de nuevo y asintió, enredando sus dedos en mi cabello, guiándome hacia su pene, comienza a entender cómo se hace esto de los castigos, yo merezco ser castigado así que debe ser un poco más rudo.
Esperó pacientemente a que yo lograra acostumbrarme a tener un pene en la garganta, no me presionó mientras tragaba sus centímetros y me dejaba respirar cuando me ahogaba, tirando de mi cabeza hacia arriba, dejándome toser y recuperarme antes de volver a la acción otra vez, consciente de que están cuchicheando a nuestro alrededor, algunos de ellos se están tocando, excitados por lo que están viendo, pero a Henry no parece importarle, todo lo que ve soy yo.
Sentí el cambio cuando logré meterme todo su pene a la boca, sus dedos se enredaron con fuerza en mi cabello, aplastándome la cabeza contra su pelvis, me ahogué, pero evitó que subiera a buscar aire, y para aumentarle al morbo, movió sus caderas, cruzando sus dedos en mi nuca, no respiro, siento los oídos abombados, el rostro caliente, me ahogo, pero no dejo de mover la lengua para acariciar la piel sensible de su pene.
No quería perderme detalle de sus facciones, por lo que levanté la cabeza sin dejar de hacer lo que estoy haciéndome, viéndolo perdido en el placer, soltando los gemidos más deliciosos que he escuchado en mi vida, esforzándose al máximo por no soltar la camiseta y yo hago un esfuerzo sobrehumano por no soltar el respaldo de la silla, temiendo que cumpla su promesa y se mande a cambiar.
Cuando casi ya no podía más y comencé a ver luces de colores, sólo entonces me soltó, jalando de mi cabeza hacia arriba, observando con satisfacción el desastre que hizo de mí, el hilillo de saliva uniéndome a su pene.
— Estoy por acabar — avisó—. ¿Cómo vas a hacer que me corra?
Abrí la boca y engullí su pene otra vez, subí y bajé, chupando con fuerza en la punta, viendo levantar el culo de la silla, temblando de pies a cabeza, gemidos a coro llenan el ambiente, no es el único por correrse.
Su pene tembló en mi garganta, y sin querer derramar ni una sola gota, me mantuve así, permitiendo que él tomara el control, moviendo las caderas a su antojo, sin soltarme del cabello, recibiendo sus espesas descargas, alzando la vista para que vea cuanto disfruto yo al ver cómo se deshace por mis atenciones.
No se la he chupado muchas veces y eso tiene que cambiar, él lo hace cada vez que puede, y sé que no soy muy bueno dando mamadas aún, pero por él, aprenderé, tomaré nota de lo que le gusta y me juro a mi mismo que lo haré mejor la próxima vez.
— ¿Estás bien?
Preguntó en lo que yo asiento luego de levantar la cabeza, viéndolo limpiarme la comisura de la boca con su pulgar, aplastándome la lengua con este, no resistí el impulso, cerrando los labios a su alrededor, chupándolo con fuerza, robándole hasta la ultima gota de su esencia.
— Tuyo — le recordé jadeante—. Perdón por hoy, fui un estúpido.
Levantó la cabeza, mirando a su alrededor con la victoria escrita en el rostro.
— Estás perdonado.
Respondió desbordando seguridad otra vez, agradezco no haber tenido que llegar al paso cuatro, no tenía nada a la mano para obligarme a llorar y continuar arrastrándome.
— ¿Qué me dices si vamos ya a casa? Las cosas seguirán bien aquí, me encargaré de...
— Nos encargaremos — puntualizó colocándose de pie, arreglándose la ropa—. Mío también, tú lo dijiste.
— Sí bebé, todo tuyo.
Levantándome con piernas temblorosas por el tiempo que estuve arrodillado, jalándome el pantalón para acomodarme la erección que me palpita sin descanso, verlo derretirse de placer siempre resultará estimulante para mí.
El sonido del cierre de su pantalón me hizo alzar la cabeza, viéndolo bajarse la ropa otra vez hasta los tobillos, liberándose de las prendas en una sola de sus piernas, apoyando la rodilla sobre la silla, mostrándome ese bonito culo que se gasta.
— ¿Qué esperas? Mételo ya, siempre está suave y blando para ti.
Sin pensarlo dos veces, liberé mi pene y embestí con fuerza, apoyando la cabeza en su hombro para intentar calmarme y darle el tiempo suficiente para que se acostumbrara, no quiero hacerle daño, pero siempre está tan apretado y delicioso...
— Creo que ya es hora de que todos se vayan.
Murmuré entre dientes, hablando a mis esclavos, quienes no dudaron en acatar mi orden y abandonar el lugar con rapidez, dándome la privacidad que necesito para dejar su cálido interior, cargarlo y apoyarlo sobre la mesa para embestirlo mejor mientras le como la boca.
Dudo tener algún día suficiente de él...
***
MELANKA.
Nuestros padres se harán cargo mientras tanto, en lo que intentan ubicar a Nilak, él no contesta y ya que se fue con Henry sólo hay dos posibles razones:
1. Henry está furioso y están discutiendo.
2. Lograron llegar a un acuerdo y están follando.
Bien podría ser cualquiera de las dos, no pienso inclinarme por ninguna respuesta, Henry es bastante impredecible.
Nosotros en cambio, Enok y mis hermanos de ambas familias, vamos ya en el avión, me forzaron a usar una camiseta de manga completa para esta ocasión, está hecha de fibra de carbono, antibalas, para proteger a la pequeña Nesta en mi interior.
— Juro bebé, que mami no dejará que le toquen un solo pelo ni por pena — acariciándome la panza—. Pero ya sabes cómo es esto, si te buscan, te encuentran y mami debe dar un mensaje claro a esos hijos de puta.
Me hubiese gustado que el embarazo de Charlie fuera cómo este, me siento... muy conectada con lo que me está pasando, me gusta sentirla moverse a pesar de que las patadas duelan en ocasiones, me gusta saber que está creciendo ahí a pesar de que me provoque dolor de espalda, se me hinchen las piernas o mis hormonas me jueguen chueco, subiéndome a una montaña rusa de emociones que le causa problemas al resto en ocasiones, sé que el tema de los antojos es complicado, intento controlarme, pero es que no puedo, hay cosas que se me escapan de las manos.
Hay una cosa de lo que sí estoy segura, no cambiaría nada si puedo estar embarazada y feliz ahora, es... es mi manera de redimirme también por lo mal que lo hice con Charlie, quiero hacerlo bien ahora para... compensar lo mala madre que fui antes, y quiero hacerlo bien con mi bebé mayor también, que siempre se sienta amado e incluido.
Sólo... sólo quiero hacerlo bien.
— ¿Estás bien? ¿Nada de mareos? ¿Dolor? ¿Algo? Ya tienes varios meses y me preocupa que llegues a parir aquí arriba.
Enok está blanco cómo el papel, pálido a más no poder, mirándome cada cinco minutos en vez de concentrarse en lo que vamos a hacer, y un hombre distraído en este rubro es un hombre muerto.
— Estoy de lo mejor, te lo dije, soy todo terreno y mis bebés inmortales, un poco de altura no me hará nada, así que centrémonos, jefe ¿Cómo lo vamos a hacer? Quiero cortarle la mano izquierda.
— Tú déjame todo a mí, muñeca, vas a tener tu mano cómo regalo por todas las veces que ha venido a joderte.
Extendiendo el plano sobre la mesa en la que nos encontrábamos, tanto Andreeva cómo Bennet atentos a los puntos que vamos a presionar y las defensas que van a derrumbarse, dónde montan guardia, cuando hacen cambio de horario, todo, Enok sabía todo eso porque la Bratva era una aliada... hasta ahora.
Casi seis horas de vuelo después, aterrizamos en suelo ruso, será cuestión de minutos para que Andrei sepa que estamos aquí, por lo que debemos movernos rápido.
— No iremos en el mismo auto porque te distraerás — cargando mi arma, mirando a mi marido—. No cometas imprudencias y yo no haré locuras ¿Tenemos un trato?
— Trato — cargando su propia arma—. Nos vemos al terminar.
— Nos vemos al terminar, Enok.
Me dio un sonoro beso en la boca y nos dividimos con la intención de no hacer estupideces para salvarle el culo al otro, Nero vino conmigo, mirando de reojo a Liam subirse a otro auto con Nash, Noah subió con Neil, Oliver se fue con Enok porque le gusta su modo de trabajo y sé que con él mi pequeño hermanito estará a salvo, así que ya todos en función...
No tardamos mucho en arrollar la reja que delimita la propiedad del ruso, no tardaron en responder con violencia disparando contra los vehículos blindados que nos cargamos, y a cinco metros, el precioso precioso hombre por el que vine a pisar este país que tanto odio por el daño que me hizo.
Bajé el vidrio luego de gritarles que me cubrieran la espalda, sacando medio cuerpo por la ventana, carcajeando mientras muevo los brazos en alto con la intención de llamar su atención.
— ¡Hola cabrón! ¿Me extrañaste?
La cara de terror que puso me dice que no está feliz de verme ¿Por qué será?
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BUENAS BUENAS BBCITAS!
LO PROMETIDO ES DEUDA, TRAJE NUEVO CAPÍTULO
CÓMO SIEMPRE 200 COMENTARIOS Y REGRESAMOS
TAMBIÉN SUBÍ EL TERCER CAPÍTULO DE "A 3 NOTAS DEL PELIGRO" PARA QUE PASEN A ECHARLE UN OJITO
REGRESANDO AL CAPÍTULO
NILAK NO FUE TONTO JAJAJAJAJA
OCUPÓ EL PLAN DE CINCO PASOS PARA QUE HENRY LO PERDONARA
Y LO SORPRENDENTE ES QUE SIGUE FUNCIONANDO ESE PLAN TAN TONTOO
AUNQUE HENRY LO HIZO RE BIEN DOMINANDO LA SITUACIÓN, DEMOSTRÓ BIEN DE QUIÉN ES ESE HOMBRE
AHORA ES DUEÑO Y SEÑOR DE SU PROPIA CASA TAMBIÉN
NILAK ESTÁ BABEANDO POR ESE HOMBRE
MELANKA Y ENOK SE FUERON A SU LUNA DE MIEL ENTRE BALAS Y POLVORA
ANDREI SE ARREPENTIRÁ DE HABER MOLESTADO A MELANKA, ELLA NO TIENE PACIENCIA
Y DEFINITIVAMENTE SE IRÁ CON ESA MANO DE REGRESO A CASA
NOS LEEMOS EN LA SIGUIENTE PARTE
BESITOS EN LA COLA
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