Capítulo 9
ENOK.
Siento el sudor frío correrme por el centro de la espalda, me tiemblan ambas manos, mientras sujeto sus brazos para que me mire y me dé una respuesta clara de lo que quiere, en parte... la sujeto porque temo que sienta lo fuerte que me golpea el pecho mi corazón, está latiendo cómo loco desde hace unos minutos, debería ir al cardiólogo, dudo que esto sea algo normal, el corazón no se alborota de la nada.
Le preguntaré a Nilak, de seguro el sabe de estas cosas, mi cuerpo se comporta extraño y él siempre sabe interpretar las señales, consultaré con él antes de acordar una cita.
— ¿Te quedas o te vas? — presioné— No es una pregunta tan difícil.
Se está tomando su tiempo, demasiado tiempo y no entiendo por qué, es fácil, tiene que irse, claro que quiere irse ¿Por qué querría quedarse? Desterré a mis padres y ninguno hizo algún intento por quedarse ¿Por qué querrían hacerlo? Crearon un monstruo, un monstruo que no siente, uno que nunca pudo demostrar una misera migaja de amor hacia ellos.
— Haré los preparativos — dije al fin. El silencio fue su respuesta— Averiguaré dónde está tu padre y te llevaré con él sin que los demás se enteren, me echaré la culpa, todo será mi culpa, así que no te sientas culpable.
Yo soy el principal culpable de que odie aquí, la pisotee y pasé sobre ella más veces de las que puedo recordar, Nilak dijo que cómo yo no sé de emociones, debería intentar con gestos, él me recomendó lo de sacarla de las criadas y ponerla en una posición que le gustara más, pero cómo siempre, fallé, y la cagué.
— No — se sujetó a mi camisa con fuerza, arrugándola, y eso que estaba perfectamente planchada, tendré que cambiarme— No, espera, espera, no me lleves a otro lado, me quiero quedar, me quedaré — llorando más, mucho más que antes— ¿Qué si mi padre me quiere para usarme cómo mujer de vientre? Podría llevarme a una granja y hacerme parir hasta que muera, podría hacerlo, él me conoce desde que estuve encerrada en las granjas de cría ¿Por qué no me sacó antes? ¿Por qué me persigue tanto? Es extraño. Prefiero quedarme aquí, dónde me siento a gusto, estoy segura, contigo. Si estoy con el Capo, no me va a pasar nada, ni la nieve, ni los temblores fuertes, ni los rayos, ni nadie podrá lastimarme.
Parece... ¿Desesperada? ¿Está triste? Dijeron que si llora es porque está triste, pero me han dicho que la gente llora de felicidad en ocasiones, pero me aprieta la ropa y no se quiere separar... entonces ¿Sí está triste?
Joder... debí quedarme cerca de Nilak para que me dijera que pasa, no puedo sacar mis tarjetas frente a ella, es vergonzoso.
— No entiendo — le dije, negando— No entiendo... espera... ¿Estás triste? ¿Estás... estás feliz por quedarte? ¿Cómo? Entonces te quedas ¿Cierto?
Solté sus brazos lentamente, acomodándome el cabello por segunda vez en este rato, viendo con detenimiento su rostro, haciendo memoria, imaginando las tarjetas en mi cabeza.
— Estoy triste, Enok, estoy... triste, y desesperada, y mira esto — tomando mi mano, la apoyó en el centro de sus pechos, su corazón late como loco, quizá también deba llevarla al cardiólogo— Estoy muy nerviosa ¿Lo sientes? Mi cuerpo me delata — explicó— Estoy sudando frío, y mi corazón golpea tan fuerte que me cuesta respirar, tengo la boca seca, y tengo miedo de que me corras, porque aquí estoy segura, calentita, alimentada y libre, sin jaula, sin grilletes que me lastiman, tengo una cama, y mantas, y ropa, y puedo bañarme, y sé lo que es la menstruación y puedo usar esas cosas de mujeres y... y... y... no quiero que me quiten eso, quiero quedarme.
Sollozó.
Agradezco que me dijera explícitamente cómo se siente, eso hace que yo entienda lo que me pasa también, lo cual me desconcierta...
¿Estoy nervioso?
¿Estaba nervioso de que se quisiera ir? ¿Por qué? No es nada mío, no supone ningún beneficio para mí, es sólo molestias, incluso, tuve que detener las rotativas de sexo porque ella se metió en mi cama por sus absurdos miedos, entonces... ¿Por qué yo también tengo miedo que ella decida irse?
Tengo que hablar con Nilak.
— Entonces... ¿Te quedas?
Pregunté otra vez, sólo para confirmar.
— Si me lo permites, sí. Quiero quedarme, no dejes que el donador de esperma me lleve...
— Bien, entonces vas a ser mi sombra desde hoy, cómo lo habíamos acordado, no te me despegues.
— De acuerdo. No tengo que ir al puente siempre, puedo ir cuando sea seguro.
Dijo, apoyando su cabeza en mi pecho, sollozando, mojándome la camisa, arrugándola con sus manos en puño... supongo que tendré que retrasar todo mi trabajo por esto...
Cuando al fin se quedó dormida luego de lo que pareció una eternidad, tuve toda la intención de dejarla aquí en el cuarto dormida, nadie pensará que está acá, es mi esclava, las esclavas van a los lugares de servicio, pero supongo que tendré que cumplir mi palabra y protegerla, así que, cómo no hubo forma de hacer que me soltara, apoyé sus brazos en mi cuello y me levanté con la sorda a cuestas, apoyando mis manos en su culo para que se diera de bruces contra el piso, dejando el cuarto para ir hacia mi despacho, encontrándome con sirvientas y reclutados que intentaron con todas sus fuerzas mantener la mirada baja, abandonar sus labores e inclinar ligeramente la cabeza mientras paso por su lado, pero la curiosidad les gana, miran a Melanka, probablemente quieran saber qué demonios hace aquí conmigo, y por qué no lleva ropa de sirvienta... o por qué detuve las rotativas de sexo, por qué ella se mete a mi cuarto cuando quiere... deben tener muchas preguntas, pero conocen su lugar y no las dicen en voz alta.
Sin duda deberían enseñarle un poco a la mocosa sorda que tengo cómo koala.
¿En qué carajos me he metido?
Regresé a mi despacho, afortunadamente limpio y vacío, tomé asiento en mi escritorio y comencé a trabajar en mis pendientes, tengo un cargamento de coca para enviar a Estados Unidos, el barco está listo, yo debería estar enviando todo hacia allá, pero gracias a este imprevisto, tengo a toda mi gente moviéndose por mi propiedad para revisar cada rincón y asegurarse de que no tenemos visitantes indeseados.
Al anochecer, debo visitar mi casa de apuestas, soy famoso por la cantidad de casinos que tengo en Irlanda, debo ir a revisar que todo se haga según lo ordené, es mi trabajo, y cómo dije, la sorda debe ser mi sombra, por lo tanto, irá conmigo, tiene diecisiete, sí, y la edad legal para entrar es a los dieciocho, pero yo soy el dueño del lugar, de ella, y la ley la dicto yo, por lo tanto, ella va a entrar.
— Voy a marcarte hoy, sorda — quitándole el cabello de la cara— Te marcaré cómo parte de los Kinahan, entonces sí que vas a pertenecerme y aunque me lo pidas no te dejaré ir.
Con ella encima, me acerqué a los documentos y revisé las rutas de entrega, vigilé las cámaras, llamé a los sujetos del barco para notificarles el por qué de la tardanza, y envíe cuatro de mis hombres a la casa de compra y venta de dónde viene Melanka para vigilar si Elijah aparece, y si lo hace, ver si cumple con su palabra de hacer volar todo, no me gusta nada que esté en mi territorio, aquí su ley me la paso por el culo, no puede venir a atraparme en mis dominios, si quiere jugar, jugaremos, y realmente es un estúpido si cree que le entregaré a su tonta hija.
***
NILAK.
Me tomó cuatro horas limpiar de punta a punta el territorio, encendí un cigarrillo y lancé la cerilla hacia el montón de cuerpos con gasolina que hay frente a mí, sintiendo el calor del fuego acariciarme el rostro, miré a mis hermanos, jadeantes y heridos levemente luego de haber concluido con su gran hazaña, atrapar a todos, dirigir a los escuadrones y mantener el castillo a salvo es netamente logro suyo, yo me encargué de otras cosas y sólo los encendí, nada más.
— Iré con Enok ahora — avisé— Si necesitan algo, me avisan, cualquier cosa, por más mínima que sea, llámenme.
— Por supuesto, hermano, ve tranquilo, nos encargamos.
Dijo Neil, encendiendo un cigarrillo también, acomodándose el cabello.
— Luego se curan eso, me pone nervioso verlos cubiertos de sangre.
Mirando a los tres de pies a cabeza, que se arriesguen siempre ha sido un problema para mí, preferiría tenerlos a salvo en casa, pero ni ellos lo prefieren así, ni se les permitiría, somos Andreeva, nosotros, nuestros hijos, nietos, y todos los que sigan están condenados a servir a la familia Kavanagh, y no es que me moleste, yo soy muy feliz con lo que hago, y Enok es mi amigo, alguien tiene que cuidarlo, sólo que preferiría que mis pequeños hermanos se mantuvieran lejos del peligro, algo que está totalmente fuera de mi alcance.
Entré a la casa sin molestarme en apagar el cigarrillo, subí escaleras y crucé pasillos, entrando al despacho, viendo a Enok trabajar diligentemente, cómo siempre, pero hay una cosa diferente... una rubia cosa diferente que está pegada a él cómo garrapata que de seguro hace más que chuparle la sangre.
— Vaya... sigue pegada a ti ¿Cómo te hace sentir eso?
Mencioné en tono divertido, acercándome al escritorio, no parece nada incómodo con la presencia de Melanka y eso me agrada, quizá esto es lo que le falta a Enok para motivarse a intentar entender a las personas a su alrededor, hacer que le interese la niña sería bueno para él, querrá sentir, me preguntará sobre cómo hacerlo, nuestra relación cómo amigos será mejor, todo será mejor.
Me conviene que la chiquilla se quede aquí, y amenazar a Enok con llevármela puede que lo vuelva sobreprotector, hablaré con mis hermanos, que le coqueteen a Melanka frente a él, así, mi plan tendrá éxito, se pondrá celoso y yo le enseñaré cómo llevarse mejor con ella, eventualmente, el interés nacerá, es humano al fin y al cabo, no sabrá sobre el amor cómo sentimiento, pero se le puede enseñar cómo su cuerpo lo interpreta, no quiero que se quede sólo por siempre, además, es el único hijo de los Kavanagh, Enok necesita hijos, puede tener concubinas, claro, pero sería mejor si le ayudo a conseguir esposa, aunque esa no tendría por qué ser Melanka, es joven y quiero que tenga una vida de ahora en adelante, que conozca, que aprenda, que se divierta, no quiero obligarla y ser cómo todos los otros hombres a los que conoció, los que tanto la lastimaron.
— Ja Ja Ja. Qué divertido eres. Es que no me suelta, intenté quitarla y no pude, así que la traje conmigo para terminar mis pendientes.
Rodó los ojos, sin detener su rítmico tecleo en la computadora, ni siquiera levantó la cabeza, mi presencia aquí no le hace ningún chiste, de seguro quiere seguir a solas con la chica rubia sentada a horcajadas sobre él.
— Bueno, dime cómo reacciona tu cuerpo ahora, yo te ayudo a interpretar.
Lo anime, tomando asiento frente a él.
— Ahora estoy más bien tranquilo —se sinceró, mirándome por fin, suspirando— Pero antes en la habitación, cuando estaba esperando que ella me diera una respuesta sobre algo importante, mi corazón latía cómo loco, sudaba frío por la espalda y me temblaban las manos, pienso que debo visitar un cardiólogo ¿Qué dices tú?
Su tono de voz era de confusión total, pero su rostro está relajado, Enok sólo hace expresión de enfado o sorpresa, nada más, y la gente lo juzga por eso sin saber cómo sufre al no entender lo que sucede a su alrededor si no se lo dicen directamente.
— Estabas nervioso por la respuesta de ella, eso te pasaba ¿Qué le preguntaste?
Dijo.
Me interesa esta conversación, puede ser un indicio de que Enok está intentando conectar con ella.
— Yo le dije a Melanka que tengo problemas para comprender emociones, y ella... luego de que se lo contara, fue explicándome cómo se sentía ella a medida que la conversación fluía, así que fue mucho más fácil de lo que pensé, estaba abrumado al comienzo porque no entendía qué le pasaba, afortunadamente la sorda no se burló y me ayudó a entender.
Sonaba emocionado, hasta me arriesgo a decir que se siente feliz de que Melanka hubiese sido considerada con él y le contara cómo se estaba sintiendo, estoy contento, pero sigo sintiendo curiosidad, Enok no me está diciendo de qué hablaban y es sospechoso, él siempre me dice todo.
— ¿Hay algo más que quieras compartir conmigo? Mi sexto sentido me dice que falta algo en la información que me estás dando.
Rodó los ojos, frunciendo el ceño, ahí está su expresión de enfado.
— ¿Por qué eres tan entrometido?
— Soy tu traductor emocional, se supone que debo ser entrometido.
Dije mientras toco mi pecho, fingiendo estar ofendido, pero claro, él no lo comprendió y tomó mis palabras al pie de la letra, no entendió mi ironía, se ve más molesto que antes.
— No te pago para ser entrometido, te pago para sacarme trabajo de encima, mejor dime cómo van con la limpieza.
Suspiré.
— Todo listo, no queda nadie más, pero por si las dudas, quédate con Melanka un par de noches más, tenla dónde tus ojos puedan verla, estamos hablando de un coronel, no le será difícil tomarla a la fuerza y tu plan se desmoronará si eso ocurre ¿O hubo alguna modificación de ultima hora? Recuerda que tengo que saberlo o puedo meter la pata, cómo tomar a Melanka en cuanto sepa dónde se oculta el coronel y llevársela — presioné— Arriesgándola a que le vuelen la cabeza en medio del fuego cruzado. Yo no quisiera hacerlo, pero es el plan ¿No?
Soy muy bueno con la intuición y algo me dice que por ahí va el tema ¿Qué más tendría que hablar con ella? Enok no la conoce para nada, no se ha dado el tiempo de conocerla, y si lo fuerzo ligeramente a que pasen tiempo juntos, puede que se ablande un poco y se fracture esa coraza que tiene puesta desde que es un niño.
— Está bien, carajo, está bien, te lo diré — soy un maldito genio, carajo— Hablé con ella, cambio de planes, se va a quedar. No me importa si el mismísimo papa viene a buscarla con una puta orden del vaticano, Melanka se queda aquí, conmigo, porque yo la compré, es mía y no voy a regalar 3.5 billones por 5 minutos de diversión. Hay que deshacerse del coronel o hacer que se vaya pronto, está loco si cree que le haré las cosas fáciles para que se lleve a Melanka.
Sonreí ampliamente, poniéndome de pie.
— Perfecto entonces, le contaré a mis hermanos para que tampoco estén buscando instancias de entregar a Melanka, es importante que todos manejemos la misma información, si hay algún cambio, infórmame y entonces haré las modificaciones correspondientes con nuestra gente.
— Sí, sí, cómo digas — mirando a la rubia— Ha pasado un buen rato y ya me dio hambre, informa a la cocina que voy a comer, y que le tengan algo a Melanka también, ni siquiera ha desayunado.
— Tú tampoco.
Le informé sólo para molestarlo.
— Sí, pero yo no soy el desnutrido aquí. Sólo mírala, casi es un esqueleto andante, uno con tetas y culo muy buenos, pero sigue siendo un esqueleto, se le notan las costillas ¿Es que no come nunca?
Me encogí de hombros.
— La verdad es que desconozco su horario, la ha pasado mal aquí, no tengo idea qué ha hecho cuando no la están forzando a hacer cosas que no le gustan, quizá le han negado la comida y nosotros ni enterados...
Levantó la cabeza y me miró mal, de seguro se siente culpable, me juzga con la mirada, no debe gustarle nada lo que le estoy diciendo.
— Bueno, entonces, desde hoy, mis comidas serán servidas junto con las de Melanka, infórmalo, voy a engordar a esta descerebrada, ya verás, dejará de tener los huesos a la vista y no podrás quejarte por nada más, hijo de puta molesto, ya vete de aquí.
— Por supuesto Capo, me iré, la comida será servida en veinte minutos — fingí una reverencia más bien burlona y le sonreí— Si no bajas, vendré a buscarte y seré muy, muy molesto.
— Sí, sí, como digas. Sal de aquí.
Carcajee por lo bajo, guardé mis manos en los bolsillos y salí del despacho, bajando las escaleras y recorriendo los pasillos, yendo directo a la cocina, por supuesto ya tienen todo listo, por lo que sólo queda que acomoden la mesa, mis hermanos y yo acompañaremos a esos dos para que no sea tan incómodo.
— ¿Dónde estarán esos tres?
Tomé mi móvil y revisé sus rastreadores, Enok está seguro de que es el único que posee la capacidad de ver dónde están, por lo que siempre se siente muy presionado a vigilarlos cuando salen, no tiene idea de que yo los vigilo también, soy el principal interesado en su seguridad, son mis hermanos después de todo, aunque es adorable de parte de mi amigo querer cuidarlos también, de hecho, esa noche que salieron los tres con Melanka, Enok no pegó un ojo, tenía miedo de que la rubia les hiciera daño, le contaron atrocidades sobre ella, un animal no domesticado y agresivo, así la definieron...
— Pobre, ella sólo necesita convivir con personas que se interesen por ella.
Dije para mí, saliendo al exterior, siguiendo los rastreadores hasta dar con mis hermanos, parando frente a ellos.
— En quince minutos vamos a comer, así que estén listos — informé— Y, quiero que uno de ustedes le proponga sexo a Melanka cuando estemos en la mesa, Enok cambió el plan y dijo que la rubia se quedará en el castillo pase lo que pase, por lo tanto, hay que hacer que se interese mucho más en ella, que se ponga celoso.
— ¡Me ofrezco voluntaria! — se apresuró a decir Nero— Melanka hace unos orales que me hacen tocar las puertas del infierno, tengo que repetir la experiencia.
Suspiré negando.
Los he educado pesimamente, esa información no debería decírsela a su hermano mayor por respeto, pero he sido un pésimo ejemplo al parecer.
Me gustaría culpar a mi padre por el comportamiento de mis hermanos, pero él está hundido en la depresión desde la muerte de mamá, fue duro para ambos, pero más para mí, que tuve que hacerme cargo de tres pequeños desde su nacimiento, mi padre no tenía ni las fuerzas ni las ganas de criarlos, por eso me preocupo tanto de los trillizos, los veo cómo si fueran mis hijos.
— Bien entonces, Nero lo hará.
Mirando la decepción en la cara de Neil y Nash, quienes quedaron con las palabras atoradas en la garganta y la mano levantada, también querían ofrecerse, a los tres les gusta Melanka, eso no es secreto para nadie.
— Ok, los veo para comer, no se tarden o el plan no va a funcionar, tenemos que lograr que la rubia se quede.
— ¡Sí señor!
Respondieron al unísono, dedicándome un saludo militar antes de seguir en lo suyo y yo me marche para ir en busca de un polvo rápido, soy hombre y tengo mis necesidades, yo también quiero una hermosa señorita en mi regazo, iré en busca de cumplir mi fantasía.
***
ENOK.
Desperté a Melanka y mencioné que ya era hora de comer, se bajó sin chistar y me dijo que iría por ahí mientras yo comía y luego me buscaría, eso no hizo más que incrementar mis cuestionamientos ¿Estará comiendo? ¿Le darán comida en la cocina? ¿Se la negarán? ¿Cuántas veces come? ¿Cuándo? ¿Dónde? Porque, desde que llegó aquí la he visto una sola vez comiendo, con Neil, un sándwich, ni siquiera comida real.
— No, tú comerás conmigo desde hoy, todas las veces que me siente a comer, comerás conmigo, te dije que serías mi sombra ¿O ya lo olvidaste? ¿Tienes cerebro acaso? ¿Crees que lo que digo es un chiste?
Se estruja los dedos y mira en otra dirección mientras se le sonrojan las mejillas, no me responde, pero su cuerpo parece querer decirme algo, sólo que el mensaje no me llega, me frustra tener alexitimia, tengo tanto dinero, pero no puedo arreglar ese maldito problema.
— ¿Qué te pasa? ¿Por qué pones esa expresión?
Pregunté, dando un paso hacia ella, sujetando su mentón, buscando indicios de sus expresiones en mis tarjetas, intentando adivinar.
— Estoy avergonzada — dijo— Y agradecida, por dejarme comer contigo. Te diré cómo me siento desde ahora para que puedas entenderme.
Dijo.
Y eso hizo que mi corazón golpeara con fuerza en mi pecho ¿Seguro que no necesito ir al cardiólogo? Esto comienza a asustarme, debo tener arritmia.
— Sólo... vamos a comer — soltándola de golpe— Tengo hambre, tú también debes tenerla.
Dejando el despacho, poniendo atención al sonido que hacen sus zapatillas en el piso, así sé que me está siguiendo.
Fruncí el ceño al sentir el pequeño tirón en la comisura de mi labio, se levantó ligeramente y luego regresó a su posición.
Una parálisis facial es lo único que me falta para que mi día termine de ser una mierda.
Llegué al comedor, viendo a los Andreeva ubicados en sus respectivos lugares, hacen tanto ruido que me marean, por fortuna, hay un lugar vacío junto a mi puesto, se lo señalo a Melanka y esta lentamente, toma asiento sin dejar de mirar a nuestros acompañantes.
— Sigo avergonzada.
Me dice para que entienda su comportamiento.
— Yo que yo digo es ley, no tienes por qué avergonzarte, sólo vas a comer.
Dije un poco molesto por su tonta vergüenza ¿Vergüenza de qué? No entiendo.
— Mel, te tengo una propuesta indecente.
Le dice Nero, apoyando los codos en la mesa, sujetándose el rostro con las manos, bate las pestañas rápidamente y las comisuras de sus labios se elevan, así como lo hizo una de las mías casi recién ¿Tendrá una parálisis facial también? Lo suyo sería peor, en ambos lados, que terrible caso, debería pedirle una cita para el médico.
— ¿Qué propuesta sería esa?
Le dijo la rubia a mi lado, inclinándose hacia la semi asiática.
— ¡Sexo! — celebró Nero— Es una noche perfecta para el sexo, hagamos una pijamada para chicas, bebamos alcohol rosa, comamos cosas deliciosas y luego hacemos eso que se nos da tan bien.
— Pero tengo la menstruación — dijo Melanka— La ama de llaves dijo que cuando estoy con la menstruación, no se folla.
Nero movió su mano frente al rostro, encogiéndose de hombros.
— Que le den por el culo a sus consejos del siglo pasado, uno folla cuando le dan ganas y yo tengo ganas de ti ¿Tu no tienes ganas? Porque si no tienes ganas, no pasa nada, puedes decírmelo con confianza, recuerda que nadie te obliga a nada.
Le recordó.
Melanka suele hacer cosas porque como esclava, estaba obligada a hacerlo, ahora tiene el poder de elegir al menos a quién se lleva a la cama.
— ¿Bromeas? Yo siempre tengo ganas — dijo Melanka— Se la lamí a Enok hasta que me rompí la boca, y sigue sin ser suficiente, hagamos eso, sexo sucio y pijamada, sea lo que sea eso.
Respondió con entusiasmo.
Casi se me salieron los ojos cuando mencionó lo de lamerme hasta que se le rompió la boca, Nilak se partió de la risa por las palabras de la rubia, mirándome con una expresión que no supe interpretar, no está en mis tarjetas.
Afortunadamente, la llegada de la comida nos salvó de más propuestas sexuales, debo admitir que huele exquisito, las sirvientas prepararon un puré de patata con pollo y verduras que se ve delicioso, colocaron en el centro de la mesa unos platos gigantes con mariscos y pescado perfectamente ordenado sin una sola espina, el plato hondo pequeño con la crema de verduras a mi derecha y de seguro hay un postre exquisito por venir, son casi las cuatro de la tarde y no he comido nada desde ayer, muero de hambre.
Antes de poder elegir el tenedor correcto para probar la comida, Melanka metió las manos a su plato, tomó un puñado de puré y también picó el pollo, llenándose la boca cómo si nunca hubiese comido en su vida, y no fui el único que notó sus nulos modales al comer, todos se le quedaron mirando en silencio, incluso el personal.
— Melanka... hay cubiertos, no puedes comer con las manos.
Le dije, viéndola sonrojarse hasta las orejas, bajando las manos lentamente, mirando la cantidad de cubiertos junto a su plato principal, mirándose las manos después.
— Oye bonita ¿En la cocina no te enseñaron cómo se usan?
Le preguntó Nilak, siempre usando palabras amables para ganarse a las mujeres.
Bastardo adulador.
— No... es que... no había comido así nunca, entonces yo...
El volumen de su voz fue bajando hasta que se apagó por completo, y Melanka dejó de mirarlo.
— ¿Qué no habías comido así antes? Entonces ¿Qué comías? ¿Qué comes desde que estás aquí?
Pregunté observándola.
— Emm... fruta, o un sándwich.
— ¿Sólo eso?
No puedo creerlo...
¿Cómo es que nadie le dijo que la servidumbre tiene su propio comedor y horarios?
— Sí. No sabía si podía comer otras cosas, así que tomaba algo fácil para no estorbar y me marchaba.
— Pero los postres... yo te dije que podías tomar todos los que quisieras, fue el trato que hicimos esa vez.
Le recordé.
— Bueno, en la cocina no les agrada mucho que pida postres, lo hice una vez y luego dejé de hacerlo, dijeron que los postres están reservados para el amo y los Andreeva.
— ¿Cuántas veces comes al día?
Consulté, perdiendo la paciencia.
Es que las malditas sirvientas me van a escuchar.
— Emm... una vez al día si es que logro entrar a la cocina sin que me noten.
Ahora entiendo por qué está tan flaca, apenas como, y lo que ingiere no la alimenta para nada.
— ¿Y si te notan?
— Pues no como nada y ya. No sería primera vez que no como nada en unos días.
Negué con molestia, tomando la maldita servilleta para limpiarle las manos, viendo cómo le arde la cara, ella es tan pálida que se le nota demasiado lo roja que se puso.
— Vergüenza — dijo ella, explicándose al ver que la miro demasiado— Es que ni siquiera sé comer, te pongo en vergüenza, lo siento.
Se disculpó.
Y ahí estaba de nuevo mi tonto corazón moviéndose con violencia.
— No tienes de qué disculparte, si no sabes, tienes que preguntar, te lo dije. Y Nilak, necesito una hora con el cardiólogo.
— Que no tienes nada malo, carajo — me dijo este— Es ella — levanté dos segundos la cabeza para verlo señalar a la rubia a la que estoy limpiando— Ella hace que tu corazón se ponga un poco loco ¿O me dirás que te ocurre también cuando ella no está?
Bueno, en eso tiene razón, mi corazón se pone loco cuando Melanka está cerca.
— ¿Qué me haces? ¿Por qué me siento raro contigo?
Pregunté a la mocosa frente a mí, tomando su otra mano para limpiársela también.
— Pero si yo no hago nada — se defendió— Es problema tuyo.
— No es problema mío, me pasa cuando estoy contigo nada más, algo debes de hacer — soltándola al terminar— Ten, este cuchillo es para el pollo, y este tenedor es el que corresponde — eligiendo los cubiertos por ella— Este tenedor es para comer mariscos si te apetecen — señalando— Y esta cuchara es la de la crema, esta para el postre, y este cuchillo es para el postre, este...
— Espera, espera, espera — me interrumpió— Es demasiada información de golpe ¿Puedo preguntar a medida que estoy comiendo? Son demasiados cubiertos, no los conozco.
Nilak gesticuló "Paciencia" señalando a la rubia con la cabeza, así que seguí su consejo y suspiré.
— Bien, estos son para que comas el puré y el pollo — señalando cada uno, tomando los cubiertos, entregándoselos— Esta cuchara para la crema — tomándola y dejándola dentro de su plato— Si te apetece algo más, avísame y te digo con cual cubierto comer ¿Mejor así?
— Mejor — sonriéndome amplia— Gracias, Enok.
Sentí mi cara arder y nuevamente me temblaron las manos, mi corazón late tanto que me cuesta respirar, pero no quiero preguntar en voz alta qué me ocurre, demasiados oídos cómo para ponerme en evidencia, ya lo averiguaré más tarde.
— Nero, iré al casino hoy por la noche, me llevo a Melanka, así que tendrás que posponer tu estúpida pijamada. Has que se vea presentable, maquíllala un poco para que no parezca muerta, y nada de sexo rápido, no quiero atrasarme.
— Pero es temprano, puedo adelantar mi pijamada, follamos, nos bañamos y luego la arreglo para que te la lleves.
Propuso la maldita asiática de mierda que sabe muy bien que me está jodiendo con su comentario.
— Voto sí a esa idea — dijo Melanka— Quiero revolcarme un poco, necesito un polvo, hombre, que yo también tengo necesidades — me dijo— Aunque debería cobrar, tener sexo gratis no me está saliendo conveniente, el dinero no cae de los arboles ¿Sabes?
— Dinero, dinero, dinero — rodó los ojos Nash— Melanka adora el dinero.
— El dinero es la base de todo — respondió la rubia— Sin dinero no comes, ni duermes en un lugar cómodo, no pagas cuentas, no haces nada.
— Puedo darte todo eso sin que me des nada —comenté— No necesitas dinero, despreocúpate.
¿Para qué querría su dinero yo? Es una estupidez.
— Te pagaré mil euros por el polvo de hoy, Mel ¿Qué dices?
Propuso Nero, y vi cómo le brillaron los ojos a la rubia a mi lado.
— Genial — rodé los ojos— Al imbécil que le sonará la alarma del rastreador toda la tarde seré yo, no tienen ni una pizca de decencia.
Me quejé.
— No, la verdad es que la decencia se me va cuando quiero sexo morboso, y Melanka hace unos orales que alucinas, aunque eso ya debes saberlo.
Dijo Nero sin dejar de mirarme.
— Se está burlando de ti, por si tienes dudas.
Me aclaró Nilak, incapaz de aguantarse la risa.
Claro, todos ríanse de Enok ahora.
— Termina de comer pronto — dijo Melanka a la maldita asiática— Tengo mucha energía y muchas ganas de follar, sobre todo con esos mil euros.
— Come tranquila tenemos toda la tarde para nosotras, te aseguro que te divertirás.
Apreté el tenedor, doblándolo ligeramente por el comentario ese de Nero, Nilak no deja de reírse, y de seguro él tiene que ver con todo este asunto del sexo y el dinero, él siempre está involucrado en todo.
Hijo de puta entrometido, él, y todos sus malditos hermanos.
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BUENAS BUENAS BBCITAS!
HE VUELTOOOOOO
Y ESTA VEZ PODEMOS VER CÓMO ENOK SE ESTÁ ESFORZANDO POR ENTENDERLA MEJOR
LE CREO A SUS INTENCIONES CARAJOOO
LE CUESTA, SIGUE SIENDO MEDIO HIJO DE PUTA EN OCASIONES, LO TRAICIONA EL CEREBRO Y LA BOCA, PERO LO INTENTA
Y MELANKA PARECE QUE TAMBIÉN SE ESFUERZA POR COMUNICARSE, DICIENDOLE EXACTAMENTE CÓMO SE ESTÁ SINTIENDO PARA QUE ÉL PUEDA ENTENDERLA
NILAK ES UN PUTO GENIO, ARMA PLANES Y EMPUJA A ENOK HACIA MELANKA SIN QUE ESTE SE DE CUENTA
ENOK TERMINA CONTANDOLE TODO SIEMPRE, PORQUE NILAK LO CONOCE Y SABE DÓNDE PRESIONAR
QUIERO UN NILAK EN LA VIDA
¿Y NERO? NO DESAPROVECHA OPORTUNIDADES
CHISMESITO SEXUAL EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO
NOS LEEMOS EL PROXIMO CAPÍTULO BBCITAS
200 COMENTARIOS Y REGRESAMOS
BESITOS EN LAS NALGAS
FELIZ LUNES
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