Capítulo 37: Cita parte 2
NERO.
Doblada sobre el brazo del sofá grande, mis brazos tiemblan bajo mi peso, sosteniéndome por los antebrazos, mientras Liam me coge por detrás, encajando su pene hasta la empuñadura sin darme descanso, sin duda, subestimé al ex soldadito, provocarlo fue mala idea, está tan cachondo que no se cansa.
Miré el reloj sobre la mesa ratona frente al sofá en el que estoy apoyada, 4:34 de la mañana, la noche es joven aún, y a mí me pesan los parpados, todos los músculos de mi cuerpo, incluso aquellos que nunca me habían dolido, ahora me duelen, y todo es culpa de la polla monstruosa de este Bennet.
Benditos sean los Bennet y sus constantes ganas de sexo, Melanka era una maquina sexual, ahora veo que esto es algo de familia.
— Despierta — dijo con voz grave, golpeándome con fuerza una nalga con su palma extendida— Aún no es hora de ir a dormir, guapa.
Recorriendo mi espalda con su mano hasta encontrar mi cabello, tomándolo en un puño hasta hacerme echar la cabeza hacia atrás, usándolo cómo rienda, mientras la otra se ajusta sobre mi hombro, penetrándome tan duro que terminé viendo estrellas, incapaz de cerrar la boca, gimiendo alto, sintiendo el sonido húmedo del chapoteo que produce mi vagina cada vez que es invadida por el pene de este sujeto, mis jugos recorren la cara interna de mis muslos, y caen hasta el piso, me he corrido más de una vez de forma escandalosa, y he resbalado con mi propia humedad no una, sino que, dos veces, estoy echa un desastre y todo gracias a este niño bonito que se ve todo fresco y sensual.
— ¿Vas a correrte de nuevo? — cargando su peso sobre mi cuerpo, moviéndose tan rudo en mi interior, que lloriquee por lo mucho que me está rozando por dentro, estoy sensible— Siento tus paredes apretarme tanto que bien y podrían cortarme la polla ¿Quieres eso? ¿Quedarte sin esto que parece gustarte tanto?
Lamiéndome el cuello en dirección a mi oreja, atrapando el lóbulo entre sus dientes, volviéndome loca, haciéndome temblar.
Si continua así, terminaré cómo estropajo para mañana y debo ir a trabajar, necesito mis piernas funcionales y no dos gelatinas.
— Respóndeme Nero. Creí que no te gustaban los caballeros, pues te estoy mostrando mi verdadera cara justo ahora ¿No es lo que querías?
Sin detener sus arremetidas, bien pegado a mi cuerpo, dándome tan duro que sus bolas me frotan el clítoris, estoy... estoy por correrme de nuevo, tengo el coño empapado y apenas logro sostenerme.
— Responde ¿O es que el sexo no te deja pensar?
Sujetándome por el mentón para que voltee a verlo, de seguro mis ojos vidriosos y la forma en la que atrapo mi labio inferior entre los dientes con la intención de mantener algo de dignidad y no gritar por lo bien que me estoy sintiendo le dice algo.
— Responde, o tendré que hacerte cosas aún más sucias para ver si sueltas esos bonitos labios, me gusta oírte gritar, bonita.
Gemí, incapaz de controlar mis impulsos, soltando mi labio con lentitud, sintiendo su pulgar aplastarme la lengua, manteniéndome la boca abierta, cómo él quería, para escuchar todos los obscenos sonidos que escapan de mi boca.
— Tan deliciosa... y tan apretada...
Jalándome por el cabello para acercarme a él, apoderándose de mi boca, gimiendo entre beso y beso, metiéndome la lengua para frotarla con la mía, apoderándose de cada rincón de mi boca, mientras aprieta uno de mis pechos con su otra mano, dándome tres profundas estocadas antes de correrse y llenar el látex, única barrera entre nosotros dos, sólo que en esta ocasión, pude sentir perfectamente bien cómo el líquido caliente me llena por completo, me derrite, y chorrea fuera de mi vagina, recorriéndome los muslos.
— Oh mierda... — dijo él, retirándose lentamente, llevándose parte de su esencia con él— Se rompió el condón, no me había pasado esto antes.
Quitándoselo y tirándolo al piso, viendo mi culo detenidamente.
— Me cuido — expliqué jadeante, recuperándome— No importa si te vienes adentro, pero dime ¿Te cuidas cuando follas con otras? ¿Estás limpio? Nunca follo sin condón y me hago chequeos cada tres meses, yo sí estoy limpia.
— Lo estoy, totalmente limpio — apoyando su mano en mi espalda baja, impidiéndome cambiar de postura cuando intenté levantarme— Nunca follo sin condón tampoco, pero... ya que se rompió y ya me corrí dentro ¿Puedo... no usarlos? Quiero saber qué se siente follarte a pelo, Nero.
Sujetándome las nalgas con ambas manos, separándolas y apretándolas, hipnotizado.
— ¿Qué tanto miras, Bennet?
Sonrojándome.
— Miro cómo escurre mi semen de tu interior, es tan... estimulante que necesito llenarte cómo es debido para ver cómo escurre después.
Dándome una fuerte nalgada cuando intenté levantarme de nuevo, acariciando la zona después.
— ¿Puedo o no? Quiero follarte a pelo, Nero.
Casi con voz de súplica, sin perder detalle de mi centro y la forma en la que se escapa todo lo que puso dentro.
— Está bien, carajo, está bie... oh mierda...
Aplastando el rostro en los cojines al sentirlo penetrarme de golpe, haciendo estragos en mi vagina contrayendo sus músculos ante la intromisión, haciéndolo gruñir, eso me hizo sonreír, que le duela mientras muere estrujado por mi interior.
— Tan traviesa... debería corregir ese mal comportamiento, soy muy bueno con los castigos.
Besándome la espalda, apretándome las nalgas de nuevo, retirándose lo suficiente hasta dejar únicamente la cabeza dentro, empujando con fuerza otra vez hasta la empuñadura, llenándome, continuando con ese tortuoso juego lento y duro, jugando con la poca cordura que me queda, ni siquiera hemos llegado al cuarto y yo estoy echa líquido, estoy deshecha, y mi interés por este hombre, en las nubes.
***
LIAM.
No es suficiente, simplemente no obtengo suficiente de ella.
Debería sentir lástima de ser el causante de que su bonito maquillaje esté estropeado, el delineador le corre por las mejillas y poco queda de la perfecta línea que tenía, llora de placer mientras gime y me clava sus perfectas uñas hasta hacerme sangre, sabe lo que hace, sonríe cuando cree que no puedo verla, quiere controlarlo todo siempre, ya comienzo a entender cómo funciona esa cabeza suya.
Sujeté su culo, rojo y grabado por mis manos, separando sus nalgas mientras me retiro y veo cómo escurre mi semen de su interior, una completa obra de arte que recorre sus muslos hasta caer al piso, un... un maravilloso desastre.
— ¿Podemos cambiar de posición? — preguntó agotada, moviendo su cabeza hacia un lado para mirarme— Estoy segura de que mañana tendré las caderas moradas por lo duro que está el brazo del sofá.
— Oh carajo, lo siento — soltándola con rapidez— Vamos a la cama.
— Ah... ¡Por fin!
Celebró, estirando sus brazos para que la cargara, y claro que lo hice, con gusto, alzándola cómo princesa, sintiendo sus brazos rodearme el cuello, acariciando el nacimiento de mis cabellos, guiando su boca hacia la mía para darme un beso lento y sensual que me tocó cada fibra nerviosa mientras la deposito con delicadeza en la cama, apoyando mi rodilla entre sus piernas, acariciando su cintura y su cadera, dándole tiempo para componerse mientras me encargo de demostrarle que no es sólo un polvo, que quiero más, más citas, más risas, más intercambio de miradas... yo sólo... quiero más.
— Demuéstrame qué cosas puedes hacer en una cama.
Susurró en mi boca, sin ganas de separarse.
Aún así, separó las piernas y me permitió acomodarme entre estas, hundiéndome en su interior sin dejar de besar esos perfectos labios y tocarla, acariciarla, sentirla.
No dejé de besarla mientras exploro su interior, saboreando lo delicioso que es hacerlo con ella sin un maldito látex de por medio.
Me alegra haberme quedado en Irlanda, joder, Melanka tenía razón, aquí está el hogar y las buenas oportunidades.
¿Quién sabe dónde nos lleve esto? Sólo sé, que quiero continuar.
***
LUCAS.
Respiré rápidamente, tosí y escupí luego de haber vomitado por tercera vez en la madrugada, el olor putrefacto me quema la nariz, hace que me lloren los ojos, y la imagen de mi padre en descomposición no hace más que darme pesadillas, sigo colgado desde el techo, no toco el piso y me duele tanto el cuerpo que vergonzosamente rezo todos los días para que Melanka me mate por fin, sólo espero eso, sólo... sólo quiero terminar con esta tortura, quiero descansar, estoy agotado y tengo miedo, miedo de la mujer que viene a visitarme dos o tres veces al día para herir mi orgullo e infringirme dolor, no conozco a esa chica que se para frente a mí con gente a su mando, yo no la... no la conozco, no sé con quién me casé, nadie me advirtió, yo no tenía idea.
Dormí, pero no tengo idea cuanto, no hay ventilación aquí abajo, lo que hace que el hedor sea mucho más fuerte y nauseabundo, las arcadas me persiguen, pero antes de poder vomitar, los pasos se escucharon a la distancia, esos son sus pasos bajando las escaleras, reconozco el sonido que hacen sus zapatillas, agudicé el oído los días que me ha mantenido encerrado aquí, debe venir a torturarme.
— Lucas —canturreo la muy perra— Cariño, vine a alimentarte.
Sonríe, vistiendo escaso, cómo una maldita zorra barata, sujetando un plato hondo entre sus manos, con una cuchara dentro.
— Deja de tratarme cómo tu juguete y mátame — casi se lo supliqué— Ya sólo... déjame.
Negó, sin borrar esa sonrisa.
— ¿Por qué me dices eso? Yo sólo estoy alimentando a mi esposo, es más, recogí esto de la basura sólo para ti. Bájenlo un poco que no alcanzo, y límpienlo también, el tontito se hizo encima de nuevo.
Apreté los dientes sintiendo los baldes de agua congelada caerme encima, luego me lanzaron agua hirviendo, duele más por la baja temperatura de mi cuerpo, a lo lejos, veo cómo calientan el hierro ardiente con el cual me ha marcado día tras día.
— Melanka, mátame.
Supliqué, tirando tontamente de las cadenas que mantienen mis lastimadas muñecas unidas, ya ni siquiera siendo las manos.
— Que quede a mi altura, o denme una escalera, lo que sea — me ignoró, hablando con los hombros que la siguen— ¿Alguien sabe si todavía tengo esperanzas de crecer? No estudié biología.
Bromeó y tonteó con todos, parece que, además de que aparentemente trabajan para ella ahora, se llevan bien, demasiado bien, y eso me molesta, ella me agradaba más cuando yo era todo lo que veía y con quién se relacionaba.
— Melanka, mátame.
Pedí de nuevo, viéndola subirse a una escalera para alcanzar mejor, ordenando que me sujetaran las piernas y otros el rostro para mantenerme la boca abierta.
— Melanka... por favor, Mátame.
Supliqué, intentando ser soltado, sólo conseguí que me sujetaran más fuerte.
— Abre la boquita, cariño, come, aliméntate, que eres demasiado joven para morir.
Sonrió ignorándome, haciendo que abrieran mi boca para meterme algo de eso asqueroso que recogió, sabe mal, muy mal, y no se detiene, ella simplemente no se... detiene y hace que mire a mi papá cada tanto sólo para que me den arcadas, ella es mala, es... es mala, muy mala.
— Oh, aquí estabas, desapareciste antes del almuerzo y tú jamás te saltas el almuerzo. Te estaba buscando.
Su maldito novio está aquí, viste de traje, impecable y se ve tan contento de tener a una maldita arpía cómo pareja.
— ¡Enok! Estaba por subir, sólo vine a divertirme un poquito, recogí comida de los caballos para Lucas.
Entregando el plato a uno de sus hombres antes de lanzarse hacia él y colgarse cómo mono, siendo bien recibida, conmigo nunca hizo eso, es más, evitaba tocarme a toda costa.
— ¿De los caballos? Podría comprarte cerdos y le das esa comida ¿Qué me dices? Sería educativo que Charlie, nuestro hijo, tenga una granja educativa a su disposición.
— Charlie es mi hijo.
Dije con los dientes apretados, asqueado por la cercanía de estos dos.
— ¿Tuyo? — carcajeó el Capo, apoyando sus manos en el culo de MI esposa— Es mío, al igual que esta mujer — besándola en la boca— Alimenten a nuestro amigo, no vaya a ser que muera pronto.
— Chaito, esposo — movió los dedos sin dejar de sonreír, sujetándose de ese hombre por el cuello— Nunca es un placer venir a verte. Muérete pronto para casarme con quién si quiero.
Ese idiota le mordisqueó el cuello, haciéndola reír mientras la muy perra me mira con esos ojos muertos y sonrisa letal, sabe muy bien lo que hace, lo manipula, juega con él para quedarse con todo esto, siempre le gustó el poder, es una trepadora.
— Abre la boca, cielito, si no te alimentamos, Melanka nos cortará los huevos a todos, es... peligrosa, buena esposa te buscaste.
Se burló quien tiene el plato ahora.
No tiene idea de cuanta razón tiene, yo no tenía ni puta idea de con quién me casé.
***
MELANKA.
Enok me bajó únicamente cuando llegamos al comedor, Henry me sonrió cálido, viste ropa de su talla y ahora sus mejillas tienen color, tiene mejor cara desde que llegó aquí, incluso a ganado un poco de peso, eso es bueno, es bueno que se adapte, y juntos practicamos el idioma, así pronto podrá comunicarse con el resto sin necesitarme.
— ¿Estabas torturando al mal esposo otra vez?
Preguntó mi mellizo, esperando ansioso a que sirvieran la comida.
— Sí, no se muere nunca, es duro de matar, quiero que sea lento y agónico, pero me estoy cansando.
— ¿Y si le cortas un poco el cuello y lo dejas de cabeza? Morirá ahogado, lento y agónico, pero pronto.
Recomendó, levantando la cabeza para preguntar con la mirada si estaba tomando el tenedor y cuchillo correcto, los modales en esta casa son tema serio, me costó horrores saber con qué debía comer, y sí, efectivamente eran los correctos, por lo que asentí y sonreí hacia él, levantando ambos pulgares en su dirección.
— Eres un genio, haré eso hoy, quiero casarme pronto.
Enok me empujó con el codo, pinchando un poco de pollo en su plato, uno pequeño, dándoselo a Charlie que tenía un poco de problemas para comer por su cuenta, lo cual me pareció... adorable, Enok es adorable a su manera.
— ¿Qué tanto cuchichean ustedes dos? Debería aprender ese maldito idioma para que no hablen de mí a mis espadas.
Rodé los ojos, devolviéndole el golpe con el codo, señalándolo con el tenedor.
— No todo es sobre ti siempre, egocéntrico.
— ¿Y por qué no están hablando sobre mí? Soy increíble, todo el mundo debería hablar de mí al menos una vez en cada comida.
Carcajeé y negué, porque este hombre no tiene remedio, mientras él se mantiene serio, manteniendo su postura.
— Estamos... hablando de que acabaré con ya tu sabes quién hoy, me perturba que siga respirando del mismo aire que yo.
Evitando pronunciar su nombre para no poner en alerta a mi bebé.
— ¿Y Henry te dio la idea?
Dándole otro trozo de pollo a mi bebé, quien abandonó su misión de comer por su cuenta, esperando a que Enok lo alimentara.
— Sí. Cortarle el cuello y dejarlo de cabeza ¿Qué opinas tú?
Mirando de reojo cómo Charlie está prácticamente trepando por Enok sólo para sentarse con él.
— Me agrada la idea, entre antes, mejor, para poder deshacerme de ambos, demasiado tiempo invertido en dos escorias de mierda que no valen la pena.
Suspirando rendido, cargando a Charlie y sentándolo sobre su pierna, mirando a mi hijo con la comisura de su boca levantada, parece divertido.
— ¿Qué, garrapata? ¿Soy tan genial que no puedes evitar llamar mi atención para que te la preste?
Don egocéntrico y sus cosas, pero mientras le agrade Charlie, por mí está bien.
— Papi nuevo, hamble.
Le dijo mi pequeño con notable complejo, frotándose la panza, colocando esa cara de lastima que compra a todo el mundo, es inteligente.
— Mi amor, yo puedo darte de comer, deja a Enok en paz que también está comiendo, ven aquí, vamos.
Tenía toda la intención de cargarlo, avergonzada de que mi hijo le pida cosas abiertamente, cosas que harán que Enok pierda tiempo y se le enfríe la comida, sé muy bien que Charlie no es su responsabilidad, pero mi hijo parece encantado con él y temo que mi hombre se aburra pronto si se siente abrumado, Enok es... especial, y no quiero que se abrume y lo aparte más adelante.
— Oye, mujer, estamos en una platica de hombres aquí — dijo mi pronto marido (espero) Apoyando su mano en mi rostro para hacer que retrocediera— Yo puedo darle de comer, no soy tonto, ni voy a hacer que se ahogue.
Quité su mano de mi cara, parpadeando rápido para verlo a la cara, la indignación cubre sus facciones y yo estoy muy aliviada al saber que puede hacer otro tipo de expresiones además de molestarse o sorprenderse.
— Yo no lo... decía por eso — viendo de reojo cómo todos se esfuerzan en enfocarse en sus platos y no sonreír y romper la burbuja de Charlie y Enok— Es que... — suspiré— Nada.
Bufó, pinchando un trozo de pollo nuevo, alimentando al pequeño.
— Comunicación, Melanka, no leo mentes y soy un bruto, no entiendo lo que te pasa, necesito que me lo digas para entender.
Me derrite cuando dice cosas cómo esas, siempre quiere saberlo todo por mi bien.
— Es que... me da miedo que si Charlie es demasiado demandante contigo, te termines aburriendo — admití, bajando los cubiertos— Sé que no es tu hijo y no tienes ninguna obligación con él, entonces yo... no quiero que te abrumes y te aburras de que pulule a tu alrededor.
Abrió los ojos con sorpresa, miró al niño, me miró a mí, e hizo un repaso rápido por la mesa, viendo que todos están concentrados en sus propias cosas... supuestamente, para volver a mirarme a los ojos.
— Creo haber sido claro cuando le dije al bastardo ahí abajo que este mocoso era mío ahora.
Señalando a Charlie, recogiendo su plato para alimentarlo con las mini porciones.
— Una cosa es decírselo a él, y otra muy diferente es...
— Melanka, creo que tú no me estás entendiendo ahora, definitivamente tu cerebro es más deficiente que el mío —suspiró— Charlie es mío y va a llevar mi apellido, no importa quién pregunte, o en qué momento sea, o si estoy enojado, o abrumado, o lo que sea, es mío y eso le diremos a todo el mundo, punto, fin de la discusión, nunca existió otro bastardo, el mocoso tiene mi sangre y ya.
La que está sorprendida ahora soy yo, nunca me lo había dicho con esta convicción, nunca creí que hablara en serio sobre el tema de Charlie, yo no... no sabía que esperar de esto, todos los días, cuando los veía juntos, me ponía nerviosa de lo que pudiera pasar a futuro, pero... pero...
— ¿Qué hice ahora? — se quejó Enok, mirándome bien— Nilak ¿Qué hice ahora? ¿Por qué está llorando? ¿Hablé mal otra vez? Mal habito de mierda, tengo que cambiarlo — apoyando una mano en mi hombro— Perdón, muñeca... si fui muy bruto yo... estoy intentando corregir ese mal hábito mío, intentaré decirlo mejor — lamiéndose los labios, nervioso— Lo que quiero decir... haber... ¿Cómo lo digo...?
Carcajeé aún en medio del llanto, secándome las lágrimas sin conseguir que se detuvieran, viéndolo tan confundido que me esforcé por tragar el nudo de emociones que se me atoró en la garganta para explicarle.
— Bruto, está feliz — le explicó Nilak por mí al ver que se me está haciendo difícil— Llora porque está feliz, te lo expliqué, la gente no sólo llora porque está triste.
De reojo vi a mi suegra y a mamá llorando también, ambas felices de ver que ambos estamos avanzando, apoyándonos en el otro.
— ¿Estás... contenta? ¿No fui demasiado brusco?
Preguntó Enok, aún enfocado en mí, acariciando mi brazo, mirándome preocupado.
— Es que yo... — hipé— Yo nunca pensé... que lo dijeras en serio. Que Charlie... que él... te tenga cómo... cómo papá.
Oh carajo, soy aún peor que él para explicarme.
— No bromeo, es mío, mi hijo ¿No es así, garrapata?
Mirando al niño.
— Sí. Papá nuevo da beso de benas noches. No pega.
Y estallé en llanto otra vez, pero esta vez con mayor intensidad, porque sí, es cierto, Charlie estará mucho mejor cuidado con Enok cómo papá, es más, dudo que alguna vez algo le haga daño estando al cuidado de este hombre, no pudimos haber caído en mejores manos.
— ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?
Preguntó Henry, preocupado, acercándose.
— Enok adoptará a Charlie — le expliqué— Dice que no importa quién se lo critique, el niño tiene su sangre, que es su hijo ya y llevará su apellido, entonces... me emocioné.
Contándole a grandes rasgos lo sucedido para que entendiera el contexto de la situación.
— Es un buen hombre, Melanka — sonrió, besando mi coronilla— Me alegro mucho por ti.
— Ya están de nuevo con sus secretitos — entrecerró los ojos mi hombre, señalándonos— Nilak, voy a hacer un curso de hindi en línea, cómpralo.
— Por supuesto, mi amigo.
Enok estiró uno de sus brazos y me abrazó, acercándome a él, sujetando a Charlie con la otra, dándole de comer, haciendo unas maniobras dignas de un papá experimentado, este hombre no deja de sorprenderme.
— Nunca dudes de mi amor y mi compromiso contigo, Melanka — hablando en volumen bajo— Hay mucho que debo aprender aún, por lo general, no sé hablar, soy brusco y torpe, y puede que te lastime en ocasiones sin querer hacerlo, pero ahora... justo ahora, te juro que siempre estaré para ustedes dos, te dije cuando fui por ti y me lo confesaste, que te aceptaba con Charlie y todo, es un paquete de dos por uno, y lo acepté porque vino de ti, además, el mocoso se da a querer ¿Cómo voy a odiarlo?
— Melanka, Enok compró libros de paternidad, los compró él solito, pero los recibimos nosotros — se burló Neil, riendo— Quiere ser papá de Charlie con honores, dale en el gusto.
De reojo lo miré y carcajeé con él, escuchando al resto reírse a coro también, Enok no estaba hablando tan bajo al parecer, eso, o todos estaban misteriosamente callados.
— No, muñeca, me cansé — dijo Enok, suspirando— Demasiada gente en esta casa, nos iremos a una cita, toda la tarde — poniéndose de pie, entregándome al niño—Iré a acabar con el asunto ahí abajo, y la garrapata viene también. Ya regreso.
Besándonos en la frente a cada uno antes de irse por el pasillo, mientras mi niño se cubre la boca, emocionado, mirándome.
— ¡Papi beso mí! ¡Me quele!
Suena tan emocionado que terminó haciéndome llorar mucho más, sonriéndole amplia, acariciando su cabello, llenándole la cara de besos.
— Si, mi amor, papi te quiere mucho.
— A ti también te quiere mucho — dijo mi padre, llamando la atención de todos— Yo lo... entiendo, lo entiendo por fin. Haces bien en quedarte aquí, no hay otro lugar dónde estarás mejor.
Sonriéndome cálido.
Y bueno... eso me hizo llorar más. Hoy estoy muy sensible.
Creo que hoy terminé de comprenderlo, comprendí que Enok no me va a dejar sola, venga con lo que venga, tenga lo que tenga, Enok... Enok siempre va a estar para mí.
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BUENAS BUENAS BBCITAS!
AYER ME QUEDÉ DORMIDA JAJAJAJAJA PERO HOY SÍ QUE LES TRAJE CAPÍTULO NUEVO
Y SE ME ESTRUJÓ MI CORAZONCITO DE POLLO QUE TENGO AL ESCUCHAR A ENOK
ES QUE ESTE HOMBRE SERÁ BRUTO Y TODO, PERO ES UN AMOR
NO PUEDO EVITAR AMARLO
ENTIENDO A MELANKA AL HABERSE ENAMORADO DE ÉL
HASTA HENRY YA SE ENAMORÓ DEL CUÑADO
¡¿QUIEN NO, HENRY?!
Y NILAK.... BUENO JAJAJAJA NILAK SIENDO NILAK CON SUS COMENTARIOS AMO
NERO Y LIAM TUVIERON SU NOCHE DE AMOR
FELIZ DE HABER VISTO EL CRECIMIENTO DE TODOS
AÚN TENEMOS HISTORIA PARA CONTAR
BESITOS EN LA COLA, MIS AMORES
200 COMENTARIOS Y VOLVEMOS, GRACIAS POR TODOS SUS COMENTARIOS, SON LAS MEJORES
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