Capítulo 34

MELANKA.

Las trece horas han pasado.

Descansé, dormí junto a mi hombre apenas unas horas para componer energía, en parte por él, no parecía querer descansar si yo no estaba a su lado, así que le di en el gusto y me tendí con él en la cama mientras Charlie duerme en su habitación con su sequito de mascotas, le encantó su nuevo cuarto y se cansó tanto jugando que terminó cayendo rendido en su nueva cama, por supuesto, el monitor descansó en mi mesa de noche, pendiente a cualquier movimiento de mi bebé, cosa que no ocurrió, todos estamos cansados, nos vino muy bien una breve pausa antes de lo que nos espera.

Me miré al espejo una ultima vez, no me molesté en planchar mi cabello, es más, respetando la tradición de esta casa, y de este país, para la guerra, las chicas solían trenzar su cabello, una trenza por cada victoria, y yo me merezco lucir cómo una puta reina ganadora si se atreven a invadir la tranquilidad de mi castillo, por lo cual, adorné mi cabello con todas las trenzas posibles, cuatro delgadas y pegadas al casco en ambos costados de la cabeza, levanté ligeramente el cabello del frente, utilizando horquillas para mantenerlas en su lugar seguido de un pequeño elástico, para trenzar hacia abajo, dejando suelto el cabello restante, ningún cabello en la cara, necesito verlo todo, percibir todo y matarlos a todos.

Por supuesto que el maquillaje no puede faltar, delinee mis ojos y enchiné mis pestañas, sin labial, no es necesario, me veo lo suficientemente bien, mis mejillas tienen color, no me veo de un pálido enfermizo cómo cada vez que estaba con Lucas, aquí me siento sana y feliz, y quiero que el idiota de mi marido vea eso, se dé cuenta de lo bien que estoy sin él aquí, del poder que tengo aquí.

Quiero que me conozca, a la verdadera Melanka, el desastre de los Kinahan, y la mujer de Enok.

Miré más abajo, mis pechos bien acomodados dentro de un top deportivo negro, volveremos a nuestros inicios de nada de color, gracias a este top, podría correr una maratón y no me rebotarían las tetas, voy bien parchada, así que no tendré accidentes con la leche.

Observé mi abdomen desnudo y plano, mirando las pantaletas gruesas que estoy ocupando, cubren hasta la mitad de mis muslos, comodidad ante todo, y para finalizar, botas de servicio negras, con punta de metal, bien atados los cordones, todo perfecto, todo listo, Lucas debería llegar en los próximos minutos, estoy impaciente por jugar mi papel, no volveré a bajar la cabeza ante él, tengo a mi familia de mi lado, tengo a Enok, y Charlie está seguro en su habitación que Enok blindó especialmente para él, nadie podrá entrar a ese cuarto a menos de que alguno de nosotros lo haga por fuera y con la debida contraseña, por lo que no debo preocuparme, todo está cubierto, todo dónde debe estar.

— Te falta lo más importante, mi amor.

Dijo Enok, observándome a través al espejo, caminando hacia mí con el arnés entre las manos, se ve deliciosamente sexy cuando viste ropa de trabajo, armado hasta los dientes, sus brazos bien apretados en esa camiseta oscura que se le pega cómo una segunda piel, la tinta le recorre los brazos, dejando el espacio libre suficiente para mostrar la quemadura de la organización con orgullo, se ve exquisito, y muero por terminar con esto para pasear la lengua por su cuerpo sin interrupciones, sin preocupación.

— Otra vez ese apodo — sonriendo de lado, girando hacia él— Y dices que no eres un romántico, Kavanagh.

— Eres mi amor, ese es un hecho innegable — arrodillándose frente a mí— No es ser romántico, es pronunciar los hechos en voz alta.

Rodé los ojos, sosteniéndome de sus hombros para levantar una pierna y meterla por la apertura del arnés, haciendo lo mismo con la otra para que lo ajustara en muslos y cadera.

— Eso es ser malditamente romántico, me dan cinco orgasmos cuando me llamas mi amor.

Bromeando con él para aligerar el ambiente.

— Tomo nota — asegurando las cintas hasta dejarlo cómodo y a mi altura— Para llamarte así mientras te follo en nuestra cama ahora sin garrapatas intensas y pegajosas, haber cuantas veces logro hacerte llegar.

Temblé de expectación, apretándole ligeramente los hombros, sintiendo sus pulgares acariciar mi cadera más tiempo del necesario antes de besarme junto al parche que cubre mi herida y ponerse de pie, mirándome desde lo alto.

— ¿Pensamientos indecentes en estos momentos? Sé que te pido seguido que sólo pienses en mí, pero ahora, creo que tenemos un problema entre manos que debería estar ocupando tu mente.

Tomando mi mano al ver que no respondo, acercandome a la cama, tomando asiento mientras organiza las armas en mi arnés.

— No me interesa este problema.

Admití.

— ¿No? Yo creí que lo de tu hermano te tenía lo bastante preocupada.

Rodé los ojos.

— Haber, eso sí que me preocupa, me preocupa mucho. Yo hablo de Lucas.

— Tu maridito estrella.

Refunfuñó.

Tres años mentales tiene, en ocasiones, dos. Se pone a la altura de Charlie más veces de las que se permitiría admitir.

— Hablando de marido... no voy a cambiarme el apellido a Andreeva.

— ¿Y eso por qué? Te hacía mucha ilusión.

Sin mirarme, apresurándose en armarme con todo lo que dejó sobre la cama, mirando de reojo hacia la ventana, estamos contra el tiempo.

— Si, me hacía ilusión, pero mi familia demostró que están conmigo de forma incondicional, sería feo desechar su apellido, y también será feo si desecho el Andreeva por el Bennet, así que tenemos que casarnos pronto para tener tu apellido, y así, no habrá problema con ninguna de mis dos familias.

Esta vez sí que levantó la cabeza, dedicándome una media sonrisa.

— Esa idea me gusta más, mataré a tu maridito hoy mismo para casarme contigo.

— Nilak investigó — palmeándole el hombro— Tengo que esperar 300 días para casarme otra vez, presentar un test de embarazo negativo, y una dispensa judicial, sólo entonces...

— A la mierda con eso ¿Crees que alguien en este país se atrevería a decirme que no?

Volviendo su atención al arnés y las armas.

— Bueno, dudo que alguien valore tan poco su vida — colgándome dos cartuchos de 30 balas cruzadas en el pecho— Pero es la ley, entonces no sé si podamos casarnos.

— Deja eso en mis manos, matemos a tu esposo primero, y ya luego decidimos una fecha para casarnos, eso sí, nada de bodas religiosas o me pego un tiro ahí mismo.

Carcajee, negando, tomando la metralleta que ocupé la ultima vez, es bastante practica al momento de disparar, dependiendo de cuantas personas tenga en frente.

— No pensaba hacerte pisar una iglesia, Enok, no es tu estilo, pero sí quiero casarme de blanco.

— ¿Cómo fue tu boda con el imbécil? Nunca te pregunté — terminando su obra de arte, apoyando sus manos en mis caderas, observándome— Es que no me importa cómo fue, pero quiero que la de ahora sea mil veces mejor.

Suspiré, estirando mi mano libre para acariciarle la mejilla, apoyándola ahí, sintiendo su calor.

— Estaba a punto de parir, así que parecía una piñata. Fue una boda en la base, vestidos con uniforme de gala, luego de eso desfilaron un par de sujetos, luego pasearon a los perros — bufé— Ni siquiera parecía una boda, firmamos los malditos documentos y ya está, me ataron a él.

>>Fue todo muy rápido, mi familia no quería que yo pariera sin estar casada, era una deshonra para mí que Lucas no se hubiese propuesto cuando ya me tenía preñada, se lo exigieron, y tres días después de eso me casé. Cabe destacar que yo me la pasé en medio de una guerra casi todo el embarazo, lo ignoré la mayor parte del tiempo, no le di muchas oportunidades de hacer las cosas cómo mi familia demandaba y tampoco tenía los medios, vivíamos con las reservas que estaban en el campamento, así que hubiese sido una propuesta sin anillo, aunque ambos sabíamos que tarde o temprano iba a tener que pedírmelo, mi familia es tradicionalista.

Enok asintió, sin decir nada, acercándose para besarme el estómago.

— ¿Estás enojado por... recordar que estoy casada? Me perturba tu silencio.

Acariciándole el cabello perfectamente trenzado, un orgulloso líder luciendo sus trenzas de la victoria.

— Estoy pensando en cómo hacer una ceremonia en la que yo no quiera pegarme un tiro, equilibrándolo con los gustos de tu familia tradicionalista. Normalmente no me importa la aprobación ajena, me importa un culo, pero quiero que tú lo disfrutes, y la opinión de tu familia influirá en cómo lo pases en nuestro día.

Tengo que casarme con este hombre, joder ¿Cómo no se da cuenta qué es perfecto?

— Exactamente por esto hoy no tendré miedo y haré que te sientas orgulloso — jalándolo por el pelo para elevar su cabeza, y besarlo directo en la boca— Mientras nos guste a ti y a mí, todo lo demás será perfecto, no te preocupes, sólo...

El sonido de una gran explosión en el exterior hizo que ambos volteáramos la cabeza hacia la ventana, viendo la gran cantidad de personas, vehículos y tanques de guerra que están entrando a la distancia, están aquí, y contamos con unos cinco minutos antes de que lleguen.

— ¿Sólo qué? ¿Qué ibas a decir?

Sujetándome por la mano antes de que lograra emprender mi camino hacia la salida y reunirme con el resto abajo.

— Sólo sigue amándome, ámame cada día de tu vida y yo haré lo mismo, todo lo demás se resolverá en el camino.

Tirando de su mano que me mantiene sujeta para caminar con él por los pasillos, sintiendo sus pasos tomar seguridad a cada paso agigantado, entrelazando sus dedos con los míos, bajando hasta salir por la puerta principal, viendo a todos aquí, todos los Kinahan, nuestras armas, nuestros vehículos con los techos levantados y grandes metralletas brillantes y recién engrasadas apuntar hacia el enemigo, ellos no son los únicos con tanques de guerra y tecnología de ultima generación, tuvimos trece horas para prepararnos, y un coronel que nos dio detalles preciosos de la armería que se puede transportar en la milicia, estamos más que preparados.

— ¡¿Qué esperamos?! — se impacientó mamá— Yo quiero hacer volar a un par de personas, trae aquí, marica, tengo una puntería perfecta, vas a ver ya.

Abriéndose paso entre los Kinahan, metiéndose a uno de los autos, sacando medio cuerpo por el techo, sujetando la metralleta con ambas manos, observó por la mirilla, y sorprendiendo a todos, dio el pie para comenzar a atacar, luciendo orgullosa en el antebrazo la quemadura de la organización, ella decidió que, cómo sus hijos, ella también iba a grabárselo porque pensaba quedarse.

— Recuérdame no hacer enfadar a tu madre.

Dijo Enok antes de besarme en la boca y nalguearme el culo, cargando su arma.

— Recuérdame que yo tampoco la haga enfadar, por favor, y gracias —Imitando, viendo a la distancia la cabellera que tan bien recordaba— ¡Cuidado con dispararle al auto de Lucas! — grité dando órdenes, fui capitán, soy hija de un coronel, la pareja de Capo, dar órdenes está en mi ADN— Mi hermano debe estar con él.

Mis ordenes fueron bien recibidas y las balas dejaron de rebotar en el vehículo blindado en el que viaja, nuestros propios tanques y autos cargados avanzaron con toda intención de retener a nuestros intrusos, así, en poco tiempo, Lucas, su padre, y un grupo pequeño de hombres armados llegó a nosotros, fui capaz de ver el bulto de una persona escasamente vestida tirada en el asiento trasero del auto en el que mi esposo llegó, lo trajeron consigo.

— Vaya... que rápido cambian de bandos por aquí ¿Se les pegaron los piojos ya? — dijo Lucas a modo de saludo, viendo cómo visten mis hermanos y papá, mamá sigue muy entretenida volándolo todo— ¿Hacen esto por gusto o están bajo amenaza? Podría darles una mano, la familia pelea en ocasiones, olvidemos los rencores, vine por Melanka, hablaremos las cosas y tema solucionado ¿No es así, bebé?

Mirándome de pies a cabeza, deteniéndose en ciertas partes más que en otras, la lujuria y la furia brilla en su mirada.

— Sí, es cierto, hablé con él por teléfono y... decidimos retomarlo.

Enok se mantiene imperturbable a mi lado, neutro, no hay indicio de emociones en su rostro.

— ¿Qué estás diciendo? ¿Volver con él?

Preguntó papá, indignado, entrando completamente en su papel.

— Estás loca se crees que te dejaré acercarte a él.

Gruñó Liam, dando un paso hacia mí, dos, tres, hasta que levanté mi arma hacia él, apuntándole directamente.

— Acércate más y tendré que dispararte, hermano — manteniendo el rostro serio— Es una decisión que yo tomé y no quiero que nadie más interfiera, siempre tomando decisiones por mí, mierda, siempre lo mismo ¿No se cansan de ser un grupo de entrometidos? Métanse en sus propias vidas.

El rostro de papá se contrajo en señal de dolor, quizá fui un poco brusca y elegí mal mis palabras, en parte sí que le llegó mi discurso, sólo que yo... no... no lo culpo, ya no, él hizo lo que creyó era lo mejor para mí, me quiere, le intereso, así que ya no lo culpo.

— Eso es, Melanka, tan sabia cómo siempre — se mofó Lucas, carcajeando— Baja esa arma, me pones nervioso, usa esas manos para otras cosas, ven y dame un beso, es lo menos que merezco luego de lo que me hiciste pasar, maldita puta. Ya verás cuando lleguemos a casa, hablaremos seriamente los dos.

No pasa desapercibido el hecho de que su papá se quedó cerca de la puerta del auto, dónde Noah, mi mellizo, está, no debo actuar con imprudencia aún.

— S-sí, de acuerdo... creo que me lo merezco.

Soltando el arma en el piso, dispuesta a ir hacia él.

Terminaré con este teatro cuando tenga a mi hermano a salvo, antes de eso yo...

— ¿Dónde demonios crees que vas?

La voz de Enok me sorprendió lo siguiente para que me quedara de pie justo dónde estaba, apenas y logré caminar dos pasos.

— Yo tengo que ir hacia...

— No vas a ninguna parte, mujer ¿Olvidas quién te compró? Antes que su esposa, eres mi esclava, yo soy el único que puede disponer de tu tiempo y ordenarte cosas ¿Es que acaso olvidaste tu maldito lugar?

Su mano en mi nuca me sorprendió, rodea la mitad de mi cuello, incluso más, me arriesgo a decir, apretando con la fuerza suficiente para hacerme ver que está molesto porque yo iba a ir y besarlo a él frente a sus narices.

— Haber... mira... — comenzó a decir Lucas— No estás en posición de ponerte quisquilloso, estás rodeado — dando un paso hacia nosotros— Dame a esta zorra ya y terminemos con esto, si quieres, ve y tráeme al bastardo de Charlie, mocoso de mierda inservible ese, no servirá de nada que te lo quedes, ni de esclavo podrá cumplir alguna de tus exigencias, pero este que tengo aquí atrás, quizá le encuentres un buen uso — señalando el auto con la cabeza, sonriendo con malicia— Tiene la misma cara que esta de aquí.

Señalándome con desdén, casi con asco, avergonzándome ligeramente, sintiéndome... poca cosa de pronto, ese efecto tiene Lucas en mí, me hace sentir tan... nada, que termino dejándolo hacer lo que quiera conmigo.

— ¿Rodeado? — dijo mi hombre, frunciendo el ceño— Nilak ¿Te sientes rodeado?

Este se acercó ligeramente al padre de Lucas, negando lento, sonriendo con altanería hacia el general.

— ¿Rodeado, yo? — carcajeó sin gracia— Ni un poco.

— Es que tenemos un coronel muy bueno de nuestra parte — dijo Nero, caminando hacia el auto, tomando asiento sobre el capot, mirando al general— No tiene mucha alternativa, claro, es que tengo a su hijo con el collar bien apretado al cuello — tocándose los muslos con lentitud— Sabe cómo es, uno abre ligeramente las piernas y llegan cómo abejas a la miel ¿O usted nunca ha sentido esa electricidad casi magnética? — separando ligeramente las piernas, hablando lento— Porque yo la siento tan seguido... — guimoteó con lastima— ¿Cree usted que tengo un problema? Incluso en medio de esto me siento tan sola y vacía...

Nero se encargó de entretenerlo mientras yo le daba tres palmadas a Enok en su mano, asintiendo disimuladamente hacia él, un movimiento casi imperceptible para que confiara en mí y me dejara acercar, eso sólo hizo que su agarre en mi nuca se intensificara mientras apretaba la quijada, sus celos echarán a perder el plan, estamos perdiendo segundos valiosos.

— Mira, no vine aquí a jugar, Melanka, o te vienes por las buenas, o voy a matar a tu hermano, luego iré por Charlie y lo apalearé en el piso mientras te hago mirar. Tú elijes.

Perdiendo la paciencia.

— V-voy. Voy contigo — apartando la mano de Enok de un manotazo, viendo la sorpresa en su mirada— Ya vámonos, deja este lugar en paz y vámonos.

— Melanka.

Dijo Enok, sujetándome la mano, sigue serio, pero sus ojos... sus ojos me dicen que tiene... miedo.

No creerá que voy a dejarlo ¿O sí?

— Ya basta de esto — tirando para soltarme, dando un paso atrás cuando intentó tocarme de nuevo— Se terminó, me voy, que mis padres se hagan cargo de Charlie y mi hermano, mi familia no te molestará más.

— Melanka, no.

Dijo... más bien, suplicó, ahora sí que se ve aterrado.

Ay no... Ay no...

— Mi hermano, quiero ver que esté vivo primero, tú dijiste que me lo entregarías vivo, lo intercambiarías por mí.

Plantándome frente a Lucas, mirando de reojo a Nilak reteniendo a Enok, mientras... Neil lo golpea en el rostro una vez con fuerza para hacerlo reaccionar, el plan se nos está yendo a la mierda, incluso Nero, quien debe seducir al general para distraerlo de su entorno se comienza a preocupar.

— ¿Cuándo no he cumplido con mi palabra? — ironizó, rodeándome la cintura con el brazo— ¿Qué pasa, mujer? ¿Te duele?

Viendo que apreté los dientes en cuanto apoyó la mano en mi herida, esa demostración de debilidad, ese simple gesto, fue suficiente para sujetarme bien con el otro brazo, y hundirme los dedos en la herida hasta hacerme gritar, viendo cómo la sangre escurre por mi costado y le mancha la piel, arrancándome el parche para ver el daño que me provocó.

— Oh... sí, te duele... — hablando con fingida lastima— Me alegro, maldita zorra, me alegro de que sufras, mereces eso y más por manchar mi imagen y la de mi familia — sujetándome el mentón con sus dedos ensangrentados sin soltarme— Voy a hacerte la vida tan malditamente miserable, que me besarás los pies y rogarás por perdón a diario.

Apreté los dientes y los puños para no temblar, soportando el dolor y el miedo que me provocan sus promesas.

Lucas estuvo a punto de besarme cuando vi de reojo a mamá acercarse, el general está tan centrado en Nero que no se percató, todos sus hombres fueron reducidos gracias a los hermanos Bennet quienes tienen una mini competencia de quién la tiene más grande, centrándose sólo en lo que tienen en frente, matando a todo quien no lleva nuestro uniforme.

— Uy, no va a poder ser.

Dije yo, girando el rostro antes de que pudiera rozarme siquiera la boca, sonriendo maliciosa.

— No te hagas la chistosa ahora — apretándome más fuerte, lastimándome— No estoy de humor.

Mi pareja tampoco.

— Yo nunca estoy de humor cuando veo tu cara, que lastima.

Dijo mamá antes de dispararle en la cara anterior de la rodilla al general, haciéndolo gritar mientras cae al piso, maldiciéndola, y mi madre ni siquiera despegó la vista de Lucas, lo odia, lo odia a muerte.

Y con el general sin suponer una amenaza y mi hermano a salvo en el auto, tomé a Lucas por el brazo y lo lancé sobre mi cabeza, aprovechando su momento de aturdimiento para pisarle las bolas con mi pesada bota, sonriendo desde lo alto, con las manos en las caderas.

— ¿Creíste que con un par de amenazas y un poco de chantaje básico iba a correr a tus brazos otra vez? — chasquee la lengua— Creí que eras más inteligente que eso ¿Quién se conformaría contigo cuando tengo de pareja a un Capo furioso y exquisito que me ama, me respeta y me folla cómo si yo fuera su posesión más valiosa?

Necesitaba ser así de explicita, sólo así, Enok dejó de forcejear y me miró con sorpresa.

¿En serio es así de tonto? ¿Y yo soy la del cerebro de nuez?

— ¿P-pareja?

Tembló mi esposo en el piso, haciendo una mueca de dolor cuando lo pisé más fuerte, cualquier movimiento y le reventaré las bolas.

— ¿Crees que fui a buscar a una simple esclava? — dijo Enok, empujando a su amigo para abrirse paso hacia nosotros— Tengo que matarte hoy, porque me voy a casar con Melanka, y entre antes mueras, antes podré hacerla mía.

— ¿Hacerme tuya? Yo creo que tengo tu nombre por todas partes ya — respondí, viéndolo llegar— Me presento de nuevo, Lucas. Soy Melanka, la mujer del Capo, dueña de todo lo que ves y lo que estás ensuciando con tu mera presencia, así que cuidadito con tu tono, mira que no conoces ni el 5% de lo que soy en realidad, aquí tengo mucho más poder que allá, no soy una simple capitana de mierda, estoy a la altura de un general, y más.

Mi cobarde esposo palideció, intentando arrastrarse fuera de mí, le hice creer que podía lograrlo, levanté ligeramente el pie y lo dejé caer con fuerza en su entrepierna, viéndolo doblarse en dos y escupir un poco de saliva, llevando sus manos a mi bota para intentar que me detuviera en lo que muevo el pie de un lado hacia el otro, aplastándolo.

— Sigue con tus jugarretas y me llevaré a Charlie, me lo llevaré y...

Enok no le dio oportunidad de seguir hablando cuando lo pateó con tal fuerza, que dos dientes salieron disparados fuera de su boca, rebotando por el piso.

— Uy... se me escapó un tiro — dijo mamá, apuntándole en la pierna al general— Uy, se me fue otro, soy mujer, tan tonta... — ironizó sin una gota de culpa, disparándole de nuevo— Ay... creo que hay algo mal con esta pistola, se dispara sola — sonriendo, esta vez, apuntándole al brazo— Uy que mal... ¿Te está doliendo?

Aplastándole la cabeza contra el pasto cuando intentó levantarse de todas maneras, ahogándolo en esa posición.

Ella se divierte a su manera, no creo que quieran interrumpir su tortura, no hay seres tan valientes por aquí.

— Charlie es mi hijo ahora, pedazo de mierda, amenázalo en mi presencia, y te juro que buscaré un desenlace más doloroso del que ya planeé para ti.

Mencionó mi hombre, jalándolo por el pelo para ponerlo de pie, mirándome por breves segundos, señalando el auto con la cabeza, mis hermanos ya están reduciendo a los soldados que logran acercarse, los Andreeva nos cubren la espalda, mamá está entretenida y papá... papá está que se caga en los pantalones, pero ya se acostumbrará, tarde o temprano se va a acostumbrar.

Sin necesidad de que me dijera dos veces, di media vuelta y corrí hacia el auto, abriendo la puerta de un tirón, metiéndome dentro, levantando la cabeza del hombre desparramado por el asiento trasero, incapaz de mover el cuerpo, pero despierto, las lagrimas le caen por la comisura de los ojos, y se ve... perdido, el cabello recortado de forma irregular, pálido y golpeado, ni siquiera se ve cómo en el video que me mostraron, se ve... peor, y no me sorprendería si el general y su hijo le hicieron esto de camino aquí.

— No por... por favor... no más... no puedo más...

Susurró tan bajo, que tuve que prestarle mucha atención, está... suplicando que no le hagan nada más, no lleva más que una sabana atada a la cadera, va... desnudo.

— Noah, oye Noah —levantándolo a duras penas, apoyándolo contra mi cuerpo, está tan delgado... está hecho un montón de huesos... cómo yo, cuando llegué aquí— ¿No crees que tú y yo nos parecemos de algo? — sonriéndole temblorosa, tengo ganas de llorar— Tenemos el mismo color de ojos, pero podría apostar que tus pestañas son más largas que las mías, y la misma nariz, también, la misma forma de los labios, y... compartimos el mismo destino también, pero... tranquilo, que nadie volverá a tocarte nunca más, estás en Irlanda, y yo soy tu melliza, nos separaron en la granja de cría y créeme, no me fue mejor que a ti, pero aquí estamos a salvo, nadie nos volverá a tocar otra vez.

— No puedo más... por favor... ya no... no...

No parece escucharme.

— Tranquilo... — acariciando su cabello, sintiéndolo tensarse bajo mi cuerpo— Tranquilo Noah, no tendrás que suplicar más, no más, no te tocarán más.

— No quiero yo no... no quiero...

Aferrándose a mis brazos.

Lo sé, yo sé cómo te sientes — protegiéndolo con mis brazos— No te volverán a tocar.

Hablándole en hindi, quizá así me entienda.

— No... ¿No de nuevo?

Parece comenzar a entenderme, eso es bueno.

No de nuevo — repetí— Soy tu hermana, te encontré y te voy a proteger. Conmigo estás a salvo, conmigo y tu familia.

Familia.

Repitió, parece comprenderme por fin.

Sí, y sé que quizá no entiendas muchas cosas, y te costará adaptarte, pero tranquilo, sólo espérame aquí, en el auto, mataré a las personas malas y vendré a buscarte. Vas a tener un gran cuarto para ti sólo, en el que tú decidirás quien entra y quién no, con mucha ropa, estarás bien, te lo prometo.

Asintió tan levemente que apenas me percaté de ello, lo que sí noté, es que su cuerpo dejó de estar tan tenso, y cerró los ojos, probablemente ahora sí que podrá dormir, descansar cómo hace mucho no se permite.

Dulces sueños, Noah, tranquilo, te protegeremos.

Besando su coronilla antes de recostarlo con mucho cuidado en los asientos y abandonar el auto, viendo la escena frente a mí.

Lucas estuvo muy equivocado al pensar que con un puñado de idiotas iba a poder reducirnos, estamos en mi país, con mis reglas, me avisó con antelación, lo cual es una completa estupidez de su parte ¿Quién le avisa al enemigo que va en camino? Lucas me subestimó, sé que le mostré una cara sumisa y tranquila de mí, pero ni siquiera se atrevió a pensar en quién yo era antes de ser atrapada por él, no conoce a la verdadera yo, me subestimó, ese fue su error.

— ¿Y bien? ¿Qué van a hacer con este saco de mierda?

Empujando la cara de mi esposo con el pie, está inconsciente, una mancha grande le moja el frente del pantalón, probablemente se desmayó y se orinó de miedo, tiene la cara llena de sangre.

— Claramente no voy a darle un desenlace limpio — explicó Enok— Llévenlo dentro — señalando hacia la casa— Al sótano, vamos a divertirnos tanto con él, que ni el diablo va a reconocerlo cuando este hijo de puta toque a su puerta.

— Sí, Capo.

Respondieron dos de nuestros hombres, arrastrando al sujeto inconsciente hasta sacarlo de nuestra vista.

— ¿Quieres divertirte un poco? Aún hay mucha mierda que limpiar.

Sonrió de lado, mirando a lo lejos, los estadounidenses ni siquiera han podido acercarse, quedan pocos de ellos, los que acompañaron a Lucas y a su padre ya están todos muertos, reducidos en el piso, mis hermanos celebrando su pequeña victoria, subiendo a uno de los autos para ir directo a la diversión que parece estar por acabar.

— ¿Divertirme? Llegaré allá y estarán todos muertos — chasquee la lengua— No eran demasiados, no sé qué tenía Lucas en la cabeza, vino directo a su muerte.

Suspiró, rodeándome los hombros con su brazo, besándome la sien.

— Cuando la ira y los celos te superan, pierdes la cabeza y cometes locuras, Lucas parece estar obsesionado contigo, el hecho de no tenerte lo hizo perder la cabeza, y en parte lo entiendo, casi me lo creí cuando dijiste que te ibas con él, yo mismo perdí la cabeza, iba a mandar el plan a la mierda.

Hablando sin mirarme, observando hacia la pelea que se libra sin nosotros.

— Era parte del plan y lo sabías, casi lo estropeas, es cierto ¿Por qué me iría con él? Tengo todo lo que quiero y necesito justo contigo, pedazo de animal sin cerebro.

Carcajeó bajo, negando.

— Debo estar enfermo, mi corazón hace cosas extrañas cuando me insultas.

Sonreí amplia, ahora soy yo la que niega.

— Tienes serios problemas en esa cabeza tuya, jefe.

Me soltó y estiró su cuerpo antes de mirar con desaprobación la herida que Lucas abrió, y suspiró.

— Cura eso, por favor, me tiene de los nervios que sigas sangrando.

— Lo haré.

Dije sin más.

— Iré a detener a tu madre, el plan era dejarlo vivo para torturarlo, si lo mata, no quedaré satisfecho.

— Suerte con no recibir un tiro, se ve... entretenida.

Mirando junto a él a mi mamá, ahogándolo contra el pasto otra vez, aplastándole la cabeza con fuerza.

— Si me dispara, viviré, tú tranquila — guiñándome un ojo, comenzando a caminar— Nilak, lleva a un cuarto al hermano de Melanka.

— Por supuesto, mi amigo, lo pondré cerca para que la ansiosa de mi pequeña hermana no crezca.

Caminando a paso rápido hacia mí, tomándome por el cuello antes de comenzar a caminar hacia el auto.

— Mi pequeña niña se hizo mujer hoy — hablando mimado— ¿Cómo se siente hacer llorar a tu esposo de dolor y miedo?

Sonreí, abrazándolo por la cintura.

— Se siente bien no ser yo la que llora, estaba que se cagaba en los pantalones — carcajee— Y no temblé ni titubee, aguanté bien, me siento poderosa.

— Corrección, querida, tú eres poderosa — abriendo la puerta del auto, soltándome— Sólo que él te hizo creer lo contrario para manipularte, así funciona la mente de los hombres mediocres, quieren que seas aún más mediocre que ellos para sentirse superiores.

Tomando a mi hermano sin mucho esfuerzo, procurando tapar todo lo importante con la sabana.

— Gracias Nilak, por detener a Enok y seguir el plan.

Siguiéndolo hacia el interior de la casa, feliz, por fin tengo todo lo que quería.

— Yo quería que tú fueras la protagonista el día de hoy, que te sintieras poderosa, dejaras de temerle a Lucas, y lo hiciste. Estoy orgulloso de ti, Mel.

Sonreí tanto que me dolieron las mejillas, y cómo estaba contenta, no pude evitar dar tres saltitos en lo que caminábamos, haciéndolo carcajear.

— Entonces... ¿Qué vas a hacer con tu hermano?

Preguntó, subiendo los escalones hacia los cuartos.

— Cuidarlo, curarlo, enseñarle lo que se ha perdido, y darle a elegir. Es libre de hacer lo que quiera, yo deseo que él haga todo lo que quiera a partir de ahora.

— Quieres darle las oportunidades que no te dieron ¿No? Elegir... eso sólo lo estás haciendo ahora. Pasaste veinte años de tu vida haciendo lo que otros querían, también es tu hora de vivir.

Parando una puerta después de mi habitación, abriéndola para Nilak, dejándolo pasar hasta la cama que las sirvientas prepararon con antelación, abrí las mantas para él y lo ayudé a recostarse, viendo cómo se acomoda ligeramente bajo las mantas que ahora cubren su cuerpo completo.

— Los dejaré a solas — informó— Iré a supervisar las cosas allá fuera, me preocuparé de que todo esté limpio, y luego iré por el pequeño príncipe, así que tranquila, yo lo cuidaré mientras estás con tu hermano.

— Gracias, Nilak, por todo.

Sonrió, inclinándose hasta besarme en la mejilla, acariciándome el cabello.

— Aunque no compartamos apellido, eres y siempre serás mi pequeña hermana, revoltosa.

Dedicándome una ultima sonrisa antes de salir, dejándome completamente sonrojada... y feliz, este hombre es... es cómo siempre imaginé una familia antes de que la mía decidiera comportarse cómo una. Tengo dos increíbles familias ahora.

Suspirando, ahora sola, tranquila, y segura de que no va a llegarme una bala en la cabeza, me senté en el borde de la cama, junto a mi hermano, y acaricié su cabello con cortes disparejos, su rostro comienza a tornarse de colores por los golpes y de vez en cuando, siguen cayéndole lágrimas por la comisura de los ojos, parece estar teniendo una pesadilla.

Soy tu hermana, tu familia, y te voy a proteger.

Acariciándole el cabello, hablándole en hindi que parece ser lo único que comprende, quedándome con él hasta que abrió los ojos, y el miedo le llenó la mirada, apartándose de mí a duras penas, mueve el cuerpo, pero torpemente, el efecto de lo que sea que le hayan dado se le está pasando.

Tranquilo, tranquilo Noah, estás bien aquí, conmigo, nadie te tocará de nuevo, nadie...

Henry.

Dijo con voz torpe, mirándome, lamiendo sus labios, parece tener sed.

¿Henry...?

Mi nombre, el que me dieron.

Asentí comprendiendo, a él también le cambiaron el nombre con los años.

Henry entonces, bonito nombre — sonreí— ¿Quieres agua?

Asintió ligeramente, me puse de pie para ir, pero no logré llegar muy lejos, su mano estaba firmemente sujeta a mi mejilla.

No me dejes sólo, por favor...

Suplicó.

Y me vi reflejada en sus miedos.

Tranquilo, estaré aquí mismo, en esta casa todos son seguros, está papá aquí y nuestros hermanos, buenas personas, están mis otros hermanos, uno de ellos te trajo aquí conmigo, está también mamá, no la de la granja de cría, otra, una que es buena y se preocupa, y también está mi prometido, tengo un hijo por cierto, te presentaré a Charlie, y también, un montón de hombres que nos protegerán de quien sea que quiera jodernos la existencia, los Kinahan — señalándose la quemadura en mi antebrazo— Esto es familia y lealtad, nos cuidamos la espalda entre todos — besando su mejilla— Iré por tu agua, no tardo, espérame aquí, Henry.

Asintió no muy convencido, pero me soltó, apretando las sabanas a su alrededor, esperando por mí, mientras pedía a las sirvientas un jarro con agua fría y un vaso, también unos refrigerios, que afortunadamente no se demoraron en traer.

Ayudé a Noa... a Henry a tomar asiento en la cama, y acomodé la bandeja de desayuno sobre sus pies, viéndolo comer cómo yo solía hacerlo, sin cuidado alguno, llenándose la boca a más no poder, utilizando las manos para las tartas, quedando completamente sucio, ahora Enok tiene dos niños de la selva, ya quiero ver la cara de todos cuando nos sentemos ambos a la mesa.

Quieres que... em... te prepare un baño, está aquí mismo, en esa puerta — señalé— Puedes tomar todo el tiempo que quieras.

Asintió, un poco más enérgico, más vivo, con más color en su rostro, ya no tiene la mirada tan perdida, comer algo y descansar le sentó bien.

— Está bien, ya regreso, termina de comer tranquilo.

Me levanté de su lado y fui hasta el baño, preparándole la bañera con las mejores sales que encontré, espumas, agua rosa, todo, todos los lujos que se puedan esperar de un baño, llenándola de agua y regresando al cuarto para verlo con las manos levantadas, repletas de chocolate, y la boca sucia, mirando en todas direcciones, parece no querer ensuciar nada, se queda tan quieto cómo una momia.

— ¿Qué estás haciendo? — carcajee— ¿Terminaste ya de comer?

— Sí, terminé, pero no sé cómo limpiar esto ahora, soy un desastre, y si viene mi nuevo amo y me ve así me va a pegar ¿Quién es nuestro amo?

Se ve preocupado, su voz está un poco más grave que antes, suena buen, no se le traban las palabras, cada vez está mejor.

Emm... técnicamente nuestro amo, porque el mío también, él me compró, es mi prometido, resulta que me enamoré de él, él se enamoró de mí, e hizo tooodo este escandalo para hacerme feliz, yo no sabía que tenía un mellizo, me enteré hace unos días y él movió cielo, mar y tierra para poder traerte aquí, a salvo, con nuestra familia.

Familia... — sonrió de lado con nostalgia— Yo no... sé, no entiendo el significado. No aprendí esa palabra.

La familia son un conjunto de personas que comparten lazos sanguíneos... o no, pero conviven juntos, se quieren, se cuidan, y hacen de todo con tal de que los integrantes de dicha familia cumplan sus metas y se sientan felices.

Le expliqué, sacando la mesa del desayuno, corriendo las mantas para que se pudiera poner de pie, claro que me di vuelta casi de inmediato al ver que se le desató la sabana que llevaba y ahora está de pie, desnudo.

¿Qué pasa?

Preguntó confundido.

Em... la gente no suele ir desnudo por ahí, Henry.

¿No? ¿Y por qué? Todos tienen cuerpo ¿Es que acaso lo cubren todo el tiempo? ¿Estoy haciendo algo malo otra vez? ¿El amo va a enojarse si me ve?

Creo que me llegó el karma. Henry es exacto cómo era yo... cómo suelo ser, aún.

El amo... el amo es mi casi esposo, así que dile Enok, estará bien con eso, y puede que se enoje porque no le gusta que andemos desnudos por ahí, me costó horrores comprenderlo, así que no te sientas presionado, tiempo al tiempo, ahora, al baño.

Al baño, sí, al baño.

Despareciendo por la puerta aún con sus manos en alto, temiendo tocar algo y ensuciarlo, sólo pude escuchar su gritito de sorpresa al ver la bañera, le limpié las manos y la cara con toallitas húmedas, y lo dejé ahí dentro para que se relajara, debe ser su primer baño tranquilo en años.

Abandoné el cuarto de baño, dándole privacidad, sintiendo tres toques en la puerta principal que da al pasillo, caminé hasta esta, abriéndola ligeramente, viendo a papá balancearse sobre sus pies, nervioso, estrujándose los dedos.

— ¿Está aquí contigo? ¿Noah?

— Es Henry ahora, le cambiaron el nombre, cómo a mí — suspiré— Tiene varios traumas parecidos a los míos, le teme a todos, teme a que le peguen si se equivoca, no sabe comer y no tiene idea de que la gente suele vestirse, hay mucho que explicarle, hay que acompañarlo, él está... asustado, fue un prostituto todo este tiempo, y no sólo de un hombre, así que... paciencia, paciencia, terapia y amor es todo lo que necesita.

— ¿Puedo verlo? — la ansiedad brilla en esa mirada— Necesito verlo, pedirle perdón por no saber de su existencia, yo no... no sabía, de haber sabido también lo habría buscado a él.

— Puedes, claro que sí — abriendo más la puerta para dejarlo pasar— Pero sólo habla hindi, o es lo que me ha demostrado hasta el momento, es muy temeroso, ve lento, no lo presiones si no quiere hablar contigo.

— Claro, claro, lo que él necesite, yo entenderé — frotándose las palmas contra el pantalón— ¿Puedes ser nuestra traductora?

— Por supuesto, papá —sonriéndole, estirando mi mano hacia él— Vamos juntos, no te dejaré sólo, podemos con esto.

— Gracias hija, y... cúrate eso — señalando mi herida con la cabeza— Me tienes de los nervios, tienes manchas de sangre por todo el piso.

Siguiéndome de todas maneras por la habitación.

— Tiempo al tiempo, hombre, tengo prioridades, y curarme la herida no es una de ellas.

— Tus prioridades están muy desequilibradas, querida, te falla el cerebro.

— Así es, padre, tardaste en darte cuenta.

Sonriendo.

— Ese no era un cumplido.

— A mi me sonó a que sí.

Abriendo la puerta del baño, viendo a Henry girar el rostro con rapidez, la sorpresa y el miedo llenándole la mirada al ver a papá.

— No por favor... dijiste que no más, tú dijiste...

— Y no más, nunca más — le aseguré— Henry, te presento a nuestro padre.





~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

BUENAS BUENAS PECADORAAAS

 HEMOS REGRESADOOOO!!

TARDÉ DOS DÍAS DE MÁS, LO SÉ, Y ES QUE PRIMERO ME ENFERMÉ, ME SENTÍA MUY MAL, Y AL DÍA SIGUIENTE ME FUI DE FIESTA CON FINAL FELIZ, ASÍ QUE... BUENO, NO PODÍA ESCRIBIR, PERO YA ESTOY DE REGRESOOOO

200 COMENTARIOS Y VOLVEMOS

AHORA, YO QUIERO SABER QUÉ VA A PASAR CON LUCAS, RECORDEMOS QUE ESTÁ EN CALIDAD DE SECUESTRADO Y PRISIONERO, A MERCED DE ENOK, ESTO SERÁ DIVERTIDO

Y ESPEREMOS QUE EL GENERAL VIVA LO SUFICIENTE PARA TOLERAR SU CASTIGO, QUE LO QUE LE HIZO ABRIL ES SÓLO EL COMIENZO

HENRY/NOAH ESPERO QUE SANE POCO A POCO, LO MERECE, ESTÁ MUY ASUSTADO Y NO SABE NADA DEL MUNDO

SPOILER: ENOK TIENE MÁS SORPRESAS

NILAK: TE AMO PAPI

ESPEREMOS A VER QUÉ SUCEDE BBCITAS. NOS LEEMOS EL SIGUIENTE CAPÍTULO

BESOS EN LA COLA 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top