Capítulo 33

MELANKA.

Casi parece una escena común y corriente, recurrente, entre nosotros algo cómo esto, pasear por el pasillo, Charlie sobre sus hombros, él, sutilmente, cómo si no le importara o no fuera un gran gesto, estirando su mano hacia la mía para entrelazar nuestros dedos... lo hace de manera linda, o quizá sólo para que deje de girar a su alrededor, aún así, no dejé de dar saltitos por cada paso, riéndome cada tanto, me siento tan feliz, que estoy en un subidón de hiperactividad justo ahora.

— Además de cotorra, te pusieron un resorte en el culo, mujer, sigo pensando qué vi en ti, me mareas.

Solté una risita avergonzada, mirándolo de reojo, se resiste, se hace el duro, pero ahí está esa media sonrisa, mostrándome un bonito hoyuelo, le hace feliz mi felicidad, pero claro, no puede admitírselo a sí mismo.

— La lista es tan larga que te marearía antes de terminarla, soy increíble, irresistible, totalmente encantadora.

Solté un gritito cuando rodeó mi cintura con su brazo, levantándome del piso lo suficiente para plantar un beso sobre mi boca, sonriendo contra mis labios sin bajarme.

— Sí, muy encantadora con tus pelos de punta, la cara embarrada de chocolate, y sus instintos suicidas de subir por los árboles para meterte al castillo, adorable y encantadora, niña de la selva.

Charlie también carcajeó, abrazando por el cuello a Enok, mi hombre se sorprendió, pero lo dejó ser, tomándolo por la pierna, levantándolo en lo alto, haciéndolo a reír a carcajadas, llamándolo cucaracha, sanguijuela, garrapata y demás apodos a los que mi hijo comienza a acostumbrarse.

Y así, ambos siendo "tiernamente" cargados, llegamos hasta una habitación pintada de azul, con tonalidades en dorado, dignas de un príncipe, un cuarto repleto de estantes con juguetes a la altura de mi hijo, una cama baja con retazos de tela blanca cruzados en el techo, cuatro rectángulos de madera cruzándose en lo alto, simulando una tienda de campaña, una mesa de noche tallada para parecer un avión, con ventanas incluidas, es más, la luz sale disparada por estas, funcionando cómo lampara de noche, un closet pequeñito con un montón de ropa con etiqueta, zapatos bien organizados en estantes cuadrados formando una especie de panal, un montón de cojines en un rincón, sobre una alfombra gruesa y blandita a simple vista, junto a una repisa repleta de libros infantiles de muchos colores diferentes, sofás grises bajitos alineados contra otra de las paredes, cojines blancos y celestes pastel los adornan, cuerdas colgando del techo, con cómodos asientos de madera circulares, un riel de tren gigante que cruza media habitación, con un ch uchu lo suficientemente grande para que Charlie se subiera cómodamente, un escritorio con su sillita y muchos lápices, cuadernos, blocks de diujos y demás bien organizados en su estante, en fin... hay tanto para ver, tantas cosas nuevas, todo a su altura, todo para que él pueda llegar y tomar lo que desee.

Pero mi vista se quedó pegada en el regalo grande que hay en el centro, Enok siempre tan sutil, siempre tan... detallista.

— Dos puertas — señaló mi hombre— Un baño privado, y un closet más grande. Estuve investigando, estas cosas se llaman... ¿Cómo era? — rascándose la cabeza, mirando el lugar— ¿Montessori? Algo así, creo, una mierda sobre la estimulación temprana y qué se yo, dijeron que sería bueno para él.

— El cuarto de por sí ya es un... regalo grande, Enok, yo no... no sé qué decir...

Viéndolo bajar al niño, quien corrió con rapidez hacia su regalo grande, sujetándose los pelos, haciendo ruiditos de sorpresa cuando giró a mirarnos.

— Papi nuevo ¿Eso mío?

Señaló el niño, tan sorprendido y feliz, que comencé a bailar en el mismo lugar dónde estaba, incapaz de quedarme quieto.

— Sí, garrapata, todo tuyo, porque con Chispas no creo que sea suficiente, quiero que tengas animales que te protejan en todo momento. No valen nada ahora, así que tendrás que cuidarlos y dormir con ellos, aquí, en tu cuarto... sólo si quieres, claro, pero, son tuyos, así que ponles nombre, nada que tenga que ver con arcoíris, unicornios, y mamadas cómo esas, por favor.

Enok chasqueó la lengua cuando Charlie no pudo quitarle la tapa a la caja con agujeros por su cuenta, muy pesada y alta, y mi bebé es muy pequeñito, así que se acercó y quitó la tapa por él, cargando a... dos cachorros, cachorros de lobos, uno rojizo y el otro blanco, colocándolos frente a él, lengüeteándole la cara a mi niño con insistencia, haciéndolo reír.

— ¡Chispas! ¡Amigos nuevos!

Dijo mi niño, llamando a su perro, quien animado comenzó a dar brincos de un lado hacia el otro, tocando a los cachorros con el hocico, feliz.

— A mí no me engañas, quieres sacarlos de la cama — riendo cuando vino hacia mí, observando cómo mi hijo está contentísimo con su regalo— ¿Ya no quieres que duerma encima de ti?

Rodeó mi cintura con un brazo, jalándome con fuerza hacia él, besándome en la boca otra vez, sonriéndome.

— Quiero estar dentro de ti, niña de la selva, así que hay que sacarlo de la cama, espero que todo esto sea suficiente o voy a tener que darme un tiro en las bolas, me duelen todo el día, esperando el momento de poder vaciar todo lo que tengan dentro de ti.

Suspirando cómo si esto fuese una gran tragedia, y creo que para él es exactamente así.

— Tan romántico siempre — riendo contra su cuello, sosteniéndome de sus hombros, soportando mi peso en la punta de mis pies, con sus manos apoyadas en mi cintura— Todo suena estúpidamente romántico viniendo de ti.

— Y eso que no me estoy esforzando ni un poco, de verdad quiero follarte, siempre, a toda hora. Eres mi primer y mi último pensamiento del día.

Y luego dice que no es romántico...

— ¡Papi nuevo! ¡Upa!

Dijo Charlie, corriendo hasta nosotros, estirándole los brazos a Enok con insistencia.

— Traducción, mi amor, por favor.

Pidió mi hombre, soltándome ligeramente, manteniendo una mano en mi espalda baja, dándole la atención a mi hijo.

— Quiere que lo cargues.

Informé derritiéndome por dentro por su apodo, viendo cómo Enok suspira y me suelta del todo, dándole en el gusto, cargándolo sin dificultad, dándole toda su atención.

— ¿Sí? Niño garrapata absorbente, estaba teniendo un momento con tu madre.

Beso de glasias, papá.

Mencionó mi niño, dándole un beso en la mejilla a Enok, tomándolo desprevenido, tan sorprendido, que no le dijo nada, sólo se dedicó a mirarlo.

— Si lo dejas caer, te mato.

Amenacé sólo por si las dudas al ver que no se mueve, quizá fue demasiado para él, parece en shock.

— ¿Melanka?

Preguntó de pronto.

— ¿Sí, Jefe?

Esperando la reprimenda por dejar que mi hijo lo llamara papá libremente y lo besara.

— Llama a un cardiologo.

— ¿Por qué? ¿Te sientes mal? ¿Hay algo mal contigo?

Preocupándome, mirándolo por todas partes en busca de que algo estuviese mal.

— Sí, es que... mi corazón latió raro, cómo... muy fuerte, tres veces, luego se detuvo por unos dos segundos, latió fuerte unas tres veces de nuevo, tanto, que me dolió el pecho, y ahora sigue latiendo rápido, pero no me duele, y tengo calor, me duele la cara, cómo que estos músculos de aquí tiran hacia arriba — señalándose la sonrisa— Y se me hacen agujeros en las mejillas, entonces es extraño, creo que necesito ir al cardiólogo, y a un médico general también, me están pasando cosas extrañas en el cuerpo.

Frunciendo el ceño, mirando extrañado a Charlie.

Oh carajo... Enok no es consciente de que sonríe, no se da cuenta cuando está sonriendo.

Lentamente, estiré mi mano hacia él, empinándome para tocarle la mejilla con mi palma, ganándome su atención, Charlie hizo lo mismo con la suya, sorprendiendo a mi hombre, mirándonos a ambos.

— Todo lo que te está pasando, es tu cuerpo reaccionando a la felicidad.

— ¿Felicidad?

— ¡Papi feliz!

Dijo Charlie, dándole otro beso en la mejilla.

— ¡Oh! ¡Ahí está de nuevo! — se sorprendió mi hombre— Mi corazón hizo eso de nuevo.

— Es porque estás feliz, mi hijo te hace feliz, aunque no quieras admitirlo en voz alta.

Riendo al ver su sorpresa, mirando a Charlie cómo si tuviera tres ojos.

— Bueno... sí, creo que leí algo cómo eso, pero había olvidado cómo se sentía la felicidad, es que... no me sentía así seguido desde que te fuiste.

Ahora yo fui quien lo besó en la mejilla, sonriéndole.

— No voy a irme de nuevo ¿Sí? Voy a pelear con uñas y dientes para quedarme justo dónde estoy ahora, con mis dos hombres favoritos en todo el mundo.

Estirando mi mano para abrazar a Charlie, mi mano libre sobre el pecho de Enok.

Enok suspiró y sonrió de nuevo, besándome en la boca a mí, un beso rápido, y luego le besó la frente a Charlie, haciéndolo reír.

— Bueno, si así se siente la felicidad, aprovéchenme, porque me dará un paro y moriré joven, dejándolos solos, pero con una gran fortuna.

— Que bueno eres estropeando momentos — carcajee— Eres un tonto.

— Papá nuevo tonto.

Carcajeó Charlie.

Y así. Tuvimos nuestro momento, los tres, en este cuarto, nuestras mascotas nuevas jugando con Chispas, sólo nosotros, ignorando todo lo que se nos vendría encima por unos minutos, sólo por unos minutos.

***

LIAM.

Tomamos asiento los tres frente a mamá, esta sabía que se trata de una importante decisión, adoptó su postura seria, espalda recta, manos entrelazadas sobre su rodilla, piernas cruzadas, fría, inexpresiva, una mujer que no le teme a nada ni nadie, ella siempre lo sabe todo, sabe incluso mucho antes de que nosotros lo sepamos, y de seguro sabe lo que queremos decir.

— Me quiero quedar aquí.

Soltó Olive sin más, dejándome con la boca abierta.

— Joder, preparé todo un discurso, y ya la cagaste.

Haciendo una mini pataleta, escuchando a Nero reírse con disimulo a espaldas nuestras, ella y sus hermanos se quedaron para ver esta masacre.

— Groserías, Liam.

Dijo sin más mamá, manteniendo el mismo semblante calmado.

— Lo siento... es que... yo tenía todo un discurso preparado.

— Oliver ya me dijo lo que quería, te escucho, y luego escucharé a Noah.

Tragué grueso.

— Bueno... Quiero dejar la milicia — nada, ni siquiera parpadeó— Me siento decepcionado, siempre pensé que hacía un bien permaneciendo en ella, que estaba en el lugar correcto de la calle, me sentía orgulloso cada vez que portaba el uniforme, quería ser cómo papá, ser coronel, General algún día, a eso aspiraba.

— Aspirabas — asintió mamá— ¿Cuándo cambió tu visión?

— Cambió cuando Lucas salió libre a pesar de lo que le ha estado haciendo a Melanka todos estos años — apreté los puños con rabia y vergüenza, pasó justo frente a mis narices— No hicimos nada, yo no hice nada, debí pegarle un tiro ahí mismo, todo el sufrimiento de mi pequeña hermana se hubiese detenido en ese preciso momento, pero fui cobarde y tomé una decisión equivocada, la justicia no llega para la gente cómo nosotros, y quiero matarlo mamá.

— Puedes matarlo sin necesidad de quedarte aquí, de seguro Enok se asegurará de que nadie se entere que tú acabaste con la patética existencia del hijo de puta de Lucas.

Nilak.

— Si no estuviese casada... ¡Ah!

— Cállate, imbécil. Yo no querría ser tu cuñada y tu hermana a la vez.

Mencionó Nero, clavándole el puño en el estómago.

— Liam y Nero se fueron a follar.

Canturreo Nash.

— Nero le dijo que sí sin dudar.

Canturreó Neil.

Ganándose un golpe directo en la nuca, propinado por la medio asiática, golpeándolos tan fuerte que el sonido rebotó por las paredes.

— Cállense joder, están en un momento importante.

— Gracias.

Le respondí yo, guiñándole un ojo, viéndola sonrojarse hasta las orejas, enseñándome el dedo medio antes de cruzarse los brazos y hacerse la dura.

— Cómo decía — continuó mamá, mirándonos a los tres— Puedes matarlo sin la necesidad de quedarte aquí.

— Lo sé — respondí, encogiéndome de hombros— Sé que Enok me dejaría darle al menos un tiro que le ayude a mi mente a calmarse, a sentirme menos culpable, pero ¿Y luego? — suspire frustrado— Mamá, si regreso a casa ¿Qué más voy a hacer? Sólo sé seguir ordenes, dar órdenes, disparar, matar, ir a la guerra, y... y bueno, lo mío no eran las colectas solidarias, ni ir a reconstruir pueblos, siempre me enlisté en cada lugar donde pudiera descargar mi ira y matar a quienes se lo merecían, me gusta cómo se siente el peso de un arma en mi mano, me gusta el poder que eso me da, así que... quiero quedarme, saborear el tomar justicia por mi mano y dejar de reprimirme.

Mamá no dijo nada, sólo, lentamente, miró a Noah y esperó.

— Yo odio la milicia — admitió mi hermano, suspirando cómo si se hubiese sacado un peso de encima— Pero era el negocio familiar, así que entré, y cómo Liam, sólo me he postulado a misiones potencialmente peligrosas, porque la adrenalina es lo que me mueve, los retos, el dolor, la violencia... eso es lo mío, y las reglas de la milicia me asfixian, y aquí soy libre de hacer lo que se me dé la gana.

Mamá nuevamente no dijo nada, y miró a Oliver.

— Razones contundentes, ahora.

— Me gusta más lo que hace Enok, que lo que hace papá ¿Alguna vez he seguido reglas? No te desgastes, madre, yo te respondo — poniendo voz de negocios— nunca, y me han amonestado más veces de las que recuerdo, y este es mi primer año, eso no es para mí, aquí hice un desastre también, estoy seguro de que le toqué las pelotas al cuñado más veces de las que se pueden contar con ambas manos, y apenas estuvimos treinta minutos juntos, pero al terminar de... torturar a unos tipos que querían hacerle daño a Melanka, Enok se acercó, me desordenó el cabello y me dijo "Bien hecho, soldadito de la selva, tú estás hecho para esto" y habló cómo si estuviese orgulloso mamá, me sentí tan... tan bien... por eso, quiero quedarme, aquí... aquí encajo, no más apaleadas en el barro, literal, por no estar a la altura del capitán y sus exigencias — sacándose la camiseta— Ya no doy más con los dolores de espalda — mostrándole la cantidad de moretones gigantes que recorren su piel— No quiero volver allí, a eso, y tampoco sé a qué más dedicarme, es... es todo lo que conozco.

Entonces mamá reaccionó, llevándose las manos a la boca, alarmada por lo que Oliver le está mostrando, incluso Noah y yo nos sorprendimos, no sabíamos de esto y compartimos la misma base.

— Más razones para no volver ahí — dijo mamá, tocando la espalda de su hijo menor con delicadeza— Ah no, yo sí que voy a volver — poniéndose de pie en un rápido movimiento, golpeando la mesa con ambas manos, asustándonos a todos— Voy a hacer volar esa maldita base ¿Dónde está Enok? Voy a hacer volar ese lugar, nadie toca a mis niños hermosos ¿Quién demonios vio al Capo? — preguntándole a la gente de Enok, haciéndolos sobresaltar— Díganle que voy a quedarme aquí, que me prepare un cuarto, y necesito unas putas granadas para volar la base de Los Ángeles.

Miré a mis hermanos con sorpresa, de hecho, me puse de pie para ayudar a Oliver a vestirse, mientras los Andreeva se nos acercan, y Nilak me toma por el cuello antes de poder pasar el segundo brazo de Oliv, riéndose mientras dobla mi cuerpo en dos sin soltarme, y Noah termina la tarea de vestir al menor de nosotros.

— ¡Fuiste todo un hombre, hijo de puta! Me agradan, vamos a divertirnos mucho. Y tú, tú cabrón — señalando a Oliver— Aguantar en silencio y asumir, eso es muy de Melanka, eres igual de tonto que ella.

— Gracias, es un don que viene en la sangre — sonrió, es que... no se da cuenta que no es cumplido— Así que cuento contigo para que me enseñes cosas, cuento con todos ustedes.

— Ay, nos vamos a llevar tan bien —Celebró Nash, rodeándole los hombros con delicadeza— Vamos a ponerte una pomada ahí atrás, se ve feo, y si no lo tratas, te seguirá doliendo.

— Parte de ser de los Kinahan es cuidarnos la espalda entre todos — aclaró Nero, con ambas manos en la espalda— Y si estás lastimado, o sientes dolor, tienes que decirnos, así, alguien te cubrirá, siempre te cubrirá alguien, somos una gran familia feliz. Vamos.

Todo el mundo comenzó a caminar hacia la salida, de papá no me preocupo, mamá le cantará tres cosas y él accederá, mamá no va a poner un pie en Los Ángeles de nuevo sabiendo que lastimaron a Melanka y a Oliver, así que doy por sentado que este será mi nuevo hogar.

Entonces...

— Oye, espera.

Tomando la mano de la pelinegra antes de que se escapara con el resto, dejando a nuestros hermanos dejar el comedor para quedarnos a solas.

— ¿Sí? ¿Qué ocurre?

Mirándome con esa cara inocente de no saber por qué quiero que se quede, igual de lenta que Melanka y Oliver.

— Bueno... voy a quedarme.

— Sí, me enteré, escuché todo, estaba aquí.

Di un paso hacia ella sin soltar su mano.

— Eso quiere decir que no me voy a ir.

Aclaré.

— Sí, exactamente eso significa quedarse, genio.

Dando un paso más hacia ella.

— Eso quiere decir... listilla — tomándola por la cintura, viendo la sorpresa adornar su rostro— Que podemos tener más que un misero polvo ¿No crees? Una cita al menos, dime que sí a una cita cuando esto acabe, es todo lo que pido, quiero conocerte mejor.

Ya está. Lo dije.

— ¿Una cita? ¿C-con... vestido y tacones y eso? Es que yo no sé andar sobre tacones, visto así a diario y no quiero hacer el papelón.

Señalándose con pánico.

— No tiene que ser una cita de etiqueta, puedes em... recomendarme un lugar, dónde te guste comer, vestimos informal, y me ayudas a practicar el idioma ¿Qué dices?

Abandonó la expresión preocupada y sonrió en su lugar, asintiendo.

— Eso me gustaría mucho, conocernos y comer en un lugar normal, conozco un carrito en el parque dónde hacen los mejores tacos que he comido en la vida, no podrás comerte menos de tres.

— Bueno, espero con ansias probarlos entonces — inclinándome ligeramente hacia ella— Y espero con ansias poder conocerte mejor, Andreeva.

— Si yo... yo también deseo conocerte mejor, Bennet.

Sujetándose a mis brazos, alzándose ligeramente para acercarse, pegando su pecho al mío, puedo sentir su aliento caliente chocar con mi rostro, estamos tan cerca...

— Yo... em... ¿Puedo... besarte?

Pregunté, armándome de valor, apretándola ligeramente de la cintura, deleitándome con la suavidad de su piel.

Adoro la escasa ropa que usan por estos lados.

— ¿Ahora lo preguntas? ¿Te criaron como caballero? — acercándose ligeramente, apenas rozándome los labios con su boca— Una lastima a mí me gustan más... animales y poco controlados.

— Habérmelo dicho antes, entonces, puedo dejar de darle rodeo a esto.

Enredando mis dedos en su cabello, pegándola por completo a mi cuerpo con la otra mano, apoyando mi boca sobre la suya, abriéndola hasta deslizar mi lengua por sus labios, gruñendo de gusto cuando me recibió, devolviendo el beso con la misma intensidad, deslizando su mano bajo mi camiseta, tocándome los abdominales, sujetándome por la nuca con la otra, abriendo las piernas lo suficiente para encajar la mía entre estas, haciéndola retroceder hasta la pared más cercana, inspirando su olor, bajando mi mano hasta su trasero, madreándoselo mientras meso su centro sobre mi rodilla, escuchándola jadear.

— ¡Perros en celo, hay noticias! — gritó Noah— Nuestro medio hermano, el otro Noah, Lucas llegó primero.

Maldije por lo bajo, apoyando el antebrazo en la pared junto a la cabeza de la pelinegra.

— ¡Vamos enseguida! — respondí— Necesito un minuto.

— Sí, sí — respondió mi hermano con aburrimiento— Bájate la puta erección pronto, entre mamá, que quiere hacer volar Los Ángeles, y Melanka, que quiere volar a La India, terminarán volando esta casa y a todos dentro.

Gruñí.

— Voy enseguida, ya voy, ya vamos.

— Bien.

— Bien.

De reojo lo vi trotar hacia el interior de nuevo, todo lo que pude hacer fue separar mi cuerpo de la medio asiática y arreglarme la dolorosa erección, tomando una larga respiración, empujando las ventanas para ventilar un poco el ambiente, pensando en cosas asquerosas para bajarme el subidón.

— Entonces... resolvemos el caos primero, y cita después.

Mencionó Nero, arreglándose el cabello para luego abanicarse el rostro. Sus labios rojos e hinchados ni hacen más que tentarme a que la bese otra vez.

— Sí, resolución de daños y cita luego, así que... ¿Vamos?

Estirando mi mano hacia ella, viendo que temblorosa se estiró hasta tomarla, dedicándome una medio sonrisa tímida.

— Vamos.

Recorrimos los pasillos tomados de la mano, subiendo las escaleras hasta el despacho, una de las sirvientas de la mansión cargando a Charlie con Chispas siguiéndole el paso y dos... ¿Cachorros de lobo?

La pelinegra y yo intercambiamos miradas, confundidos por los nuevos animales, pero no dijimos nada, sólo empujamos las puertas dobles para ver el caos, todos hablan, todos hablan al mismo tiempo, Enok se ve... abrumado, jalándose por los pelos, paseándose de un lugar a otro con el arma en la mano, Melanka grita, Oliver grita, mamá grita, todos gritan, es... es un caos, es...

— ¡Cállense, maldita sea! ¡Cállense, ya me cansé! — gritó Enok, disparando al techo tres veces, provocando que el bonito candelabro con un montón de gotas de cristal se hiciera añicos en el piso— Aquí el que tiene la ultima palabra soy yo, y van a callarse todos para dejarme pensar — tomando asiento en su escritorio— Un minuto de paz, es todo lo que pido, maldita sea, no acostumbro a tener tanta gente aquí, los voy a desterrar a todos, todos, en diferentes lugares del mundo para que se demoren en devolverse, cabrones ruidos y sin cerebro, al menos mis padres sí respetan las reglas y no se me acercan si no les digo que se me acerquen.

Mirando mal a todos en la habitación.

Uuf... tiene un humor de los mil demonios hoy, sigue sin cambiarse de ropa, se ve... cansado, pálido y ojeroso, pero no da su brazo a torcer, no piensa irse a descansar sin darle un poco de paz a Melanka.

En parte por eso me agrada, es dolorosamente sincero, no nos mentirá nunca, y sin duda, es la mejor opción, el mejor candidato a marido para Melanka, él jamás le haría daño, es más, haría todo por ella, justo cómo mi hermana se lo merece.

— Me está llamando.

Dijo Melanka, palideciendo de pronto, mostrando la pantalla de su móvil, el nombre de Luca brilla en él.

— Contéstale — pidió Enok, llamándola— Contéstale y tranquila, que yo no voy a dejar que te ponga ni una puta mano encima, y a Charlie tampoco.

— Mi hermano...

— Voy a recuperarlo, siempre cumplo mis promesas, así que ven aquí y deja que piense, contéstale a ese cabrón y ni se te ocurra sonar débil frente a él, eres mi mujer y eres poderosa, créetelo.

Melanka asintió, tomando asiento sobre sus piernas antes de contestar en altavoz, dejando el móvil en el escritorio.

— Lucas.

Respondió con voz pareja, sin temblores, sin miedo, sin emoción.

— Mi bella esposa al teléfono otra vez, no tienes idea cuanto extraño ese coño tuyo.

Melanka se sonrojo, apretando los dientes, furiosa.

— No te extraño ni un poco, créetelo.

Respondió con aburrimiento.

— Uy... una pena, cielo, voy directo para allá, así que prepara a Charlie y a Chispas, porque nos devolveremos a casa.

— No pienso ir a ningún lugar contigo, menos con mi familia.

Apretando los puños con fuerza, temblando ligeramente.

— Sí... — chasqueó la lengua— Amor, no te estoy preguntando, te llevo un regalito, medio escuálido, drogado hasta el culo, la misma cara que la tuya, un poco más alto, sin tetas, pero bonito, muy bonito, de seguro pagarían mucho por hacerle lo que te hicieron a ti por diecisiete años ¿Qué piensas tú?

Melanka tuvo una arcada. Cubrió su boca con ambas manos y respiró profundo, no quiere sonar débil ante él.

Enok en cambio le acarició la espalda en todo momento, haciéndole saber que está con ella, que puede hacer esto porque no está sola.

— Te espero aquí entonces, un intercambio justo, pero Charlie no se mueve de aquí.

Todos giramos para verla como si estuviese loca.

— Es mi hijo, va a estar dónde yo esté.

Demandó Lucas.

— ¿Para qué? ¿Para que le pegues de nuevo? Es mi hijo, no voy a dejar que esté cerca de un enfermo de mierda cómo tú.

Melanka está entrando en su juego, se está enojando, Lucas sabrá justo dónde apretar si conoce sus puntos débiles.

— ¿Ahora es tu hijo? ¿Qué hacías en su primer año de vida entonces? Ni lo mirabas, ni lo tocabas, te daba igual lo que yo hiciera con él, entonces... ¿Ahora sí eres madre? — aplaudió— Siempre la víctima, mujer, siempre, cuando sigues siendo la misma puta barata que recogí, así que ahora vas a hacer las malditas maletas, vas a esperar pacientemente a que yo llegue, te portarás bien y subirás al puto avión para devolvernos a casa, y entonces, vas a ver la que te va a caer por meterme en todos estos problemas.

Melanka tembló.

— Jódete, Lucas, vete a la mierda.

— Yo también te amo, esposa ¿Juntos hasta la muerte, recuerdas?

Carcajeó con malicia antes de cortar la llamada, y sólo entonces, Enok la sujetó por el mentón, levantándole el rostro para que lo mirara, la furia bien proyectada en esos ojos.

— ¿Intercambio? ¿En serio? Estás loca si crees que te dejaré hacer algo cómo eso.

— ¿Y tú crees que lo decía en serio? — respondió Melanka casi ofendida— Yo voy a patearle el culo a ese hijo de puta, voy a proteger a mi hijo, y luego tú y yo tendremos muchos bebés, nos casaremos y le patearemos el culo a Liam para que se digne a invitar a salir a Nero, tenemos planes, así que... no me dejes caer y planeemos, porque tenemos aproximadamente trece horas para prepararnos. A trabajar.

— Eres una puta loca, mujer — dijo Enok, besándola en la boca, sonriendo— Esto es lo que necesitaba escuchar — animándose— Nilak, moviliza a los escuadrones, Nero, Neil, Nash, muéstrenle el almacén de explosivos a Abril, de seguro querrá hacer explotar muchas cosas, denle en el gusto a la mujer, Liam, Noah, Oliver, acompáñenme abajo, si van a quedarse aquí, serán parte de los Kinahan, los voy a marcar.

Papá nos miró con sorpresa, estuvo por negarse cuando mamá lo interceptó y negó, pidiéndole que la siguiera para explicarle el porqué todos nos quedaremos aquí, y que es decisión suya si quedarse o marcharse.

Muchas cosas están pasando, y no puedo esperar para formar parte. 





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BUENAS BUENAS BBCITAAS

CÓMO PROMETÍ, ESTAMOS DE VUELTAAA

MUCHAS COSAS ESTÁN PASANDO

ME COME LA ANSIEDAD, ASÍ QUE YO TAMBIÉN TENÍA QUE SABER QUÉ CARAJO VA A PASARR

CÓMO SABEN, ESTAMOS EN UN PUNTO DÓNDE LOS PERSONAJES SE ESCRIBEN SOLOS, ASÍ QUE YO TAMPOCO SÉ QUÉ PASARÁ EN EL PROXIMO CAPÍTULO, POR LO QUE NO PUEDO DARLES SPOILERS JAJAJAJAJA 

ENOK ES TODO LO QUE ESTÁ BIEN EN ESTA VIDA

A SU MANERA, ES ROMANTICO, Y TIERNO

ME ENCANTÓ EL MOMENTO QUE TUVO CON CHARLIE, ES QUE ESE NIÑO ES IMPOSIBLE DE ODIAR, ES UN AMOR

ELLOS TRES SERÁN FELICES JUNTOS, SE LO MERECEN

LIAM PARECE QUE TENDRÁ SU FINAL FELIZ CON NERO, AMBOS SE TIENEN GANAS, PERO QUIEREN HACERLO BIEN, ME ALEGRO POR ELLOS

OLIVER SE ESTUVO GUARDANDO MUCHAS COSAS, ASÍ QUE ESPERO AQUÍ, CON LOS KINAHAN LE VAYA MEJOR

ABRIL? ESTA MUJER ES MI FAVORITA, JODER, ES INCREIBLE, YA DENLE SUS EXPLOSIVOS

LUCAS... TÚ TIENES LOS DÍAS CONTADOS

NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO BBS

200 COMENTARIOS Y VOLVEMOS

BESITOS EN LA COLAAA

DISFRUTEN SU VIERNES




🫠🫠🫠🫠🫠🫠

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