Capítulo 31

MELANKA.

Tengo que calmarme, primero tengo que calmarme, las cosas no son cómo en esa casa, no es Lucas, no tengo que aguantar, no tengo que dejarlo violentarme, ya no tengo que aguantar nada de eso, tengo que recordar quién soy, debo recordar quién era, lo que hacía.

Soy parte de los Kinahan.

Soy Melanka, pronto una Andreeva, pronto una Kavanagh.

Soy un desastre increíblemente violento.

Soy la niña de la selva de Enok.

Soy imparable.

— Bien, mierda, no voy a volver a llorar — descubriéndome los oídos, poniéndome de pie de un salto— No necesito que nadie me salve, no necesito llamar a nadie — yendo hacia las maletas de mi hombre, están repletas de armas, puedo encargarme por mi cuenta— Voy a hacer un escandalo de tal magnitud que no les quedarán ganas de joderme la existencia otra vez.

Tomando la Kashtan que parece estar haciéndome ojitos entre tanta arma, saboreando el peso, deleitándome con el peso de la metralleta entre mis manos, metiéndole balas, observando de reojo cómo el mueble chirrea provocado por el aporreo de la puerta, la abrirán en poco tiempo, y aquí voy a estar esperándolos.

— Adelante, perras — abriendo la ventana, tomando asiento en el marco— Tengo mi bonita Kashtan en modo ráfaga para hacerlos mierda, y un montón de balas con su nombre.

Preparando dos cartuchos de 30 a mi lado, no van a tomarme desprevenida, ni me voy a contener, esto lo aprovecharé para dar un mensaje a ese Boss que me mira cómo si yo fuera a ser su próxima perra, y yo no seré la perra de nadie nunca más.

Tres minutos después el mueble perdió dos patas y debido a la fuerza de arrastre, se partió en dos y terminó en el piso, destruido, pisoteado por siete sujetos que entraron al cuarto con el rostro rojo por el esfuerzo, repasando la habitación con la excitación escrita en cada uno de sus rostros.

— ¡Sorpresa!

Ni siquiera dudé en apretar el gatillo y mover la Kashtan con la intención de darle a cada uno de ellos, procurando apuntarle también a la fortaleza de cristal oscuro tras ellos, con la intención de hacer la mayor cantidad de ruido posible, cambiando el cartucho cuando se me acabaron las balas, viendo a dos de los siete que aún viven, con toda intención de arrancar y salvar sus patéticas existencias.

— No, hoy no me siento benevolente.

Saltando fuera del marco de la ventana hasta el piso, colocándome un cargador al hombro, abandonando el cuarto con rapidez hasta pillármelos en el pasillo, asegurándome de dispararles desde los pies hasta la cabeza, que sintieran dolor, que me temieran, y luego, eventualmente que murieran.

Ni siquiera tuve oportunidad de volver a la habitación, cuando los Kinahan aparecieron en mi visual, agitados y con sus armas en mano, buscando el peligro, mirando con asombro y con miedo el lugar dónde estoy de pie, sobre uno de los rusos que acabo de matar, quedo más alta y evito el charco de sangre que se hace más grande a medida que avanzan los minutos.

— ¿Qué pasó aquí? ¿Qué...mierda? — Enok empujó a un par y vino corriendo hacia mí, sosteniéndome por los brazos, buscando indicios de daño— ¿Estás bien? ¿Te hicieron algo? ¿Qué es todo esto?

Puse el seguro a la Kashtan para no dispararle por accidente y sonreí de lado, consciente de cómo el Boss me está mirando ahora, apreciando mi obra de arte con el ceño fruncido, la decepción le tiñe las facciones, esto lo planeó él.

— Cierto individuo los envió a mi habitación — pisando con el talón la cabeza del sujeto sobre el que estoy parada, clavándoselo en la nuca con fuerza— Trabé la puerta para ganar minutos y buscar un arma — señalando el mueble roto— Y luego los abrí a todos a balazos. Es un poco cobarde enviar a siete contra uno ¿Qué dices, Capo?

Afortunadamente volví a mi centro, estoy calmada, en control, no puedo sentir miedo, el miedo paraliza y yo no puedo darme ese lujo, no en el tipo de vida que elegí para mí.

— Andrei ¿Tienes algo que decir?

Gruñó Enok con una furia glaciar que me erizó todos los vellos del cuerpo, apretándome ligeramente, viendo al Boss por sobre su hombro.

— No tengo idea de lo que está diciendo ella, bien podría haber sido un ataque de pánico, ha estado un poco... saltona desde que llegó aquí. Bien podría acusarlos por derramar sangre de mi gente en mi propio territorio, esto traerá repercusiones ¿Qué clase de Boss sería si dejo que maten a mi gente frente a mis narices sólo porque una mujer tuvo un arranque de histeria? Controla a tu perra, Enok.

Abrí los ojos de la sorpresa, y levanté las manos, rendida a las consecuencias, Andrei se va a arrepentir de esto, la furia de Enok es de temer, y acaban de llamarme perra frente a sus narices.

Nilak soltó a su promiscua acompañante rusa y dio un paso al costado, encogiéndose de hombros, la misma expresión de asombro en su rostro, sabe lo que va a pasar, y definitivamente no quiere estar en el fuego cruzado.

A paso decidido, avanzó por el pasillo en lo que Enok voltea y va hacia el Boss, quien se tensa y no logra frenar a tiempo el puñetazo que lo abordó, perdiendo el equilibrio, cayendo sobre un costoso jarrón gigante que se hizo añicos en el piso junto a él.

— Se te borró la sonrisa, querido.

Mencioné en voz alta, sonriendo con suficiencia al ver cómo Enok toma asiento sobre él, lo sujeta por el cuello de la camisa y levanta el puño, golpeándolo una y otra vez, una y otra vez, mientras el caos se siembra a su alrededor, rusos e irlandeses dándose de golpes, evitando que el otro bando llegara hasta su jefe.

— Esta mierda se hará una carnicería, yo creo que debemos irnos, encontraremos una manera de tomar ese expediente. Vámonos.

Dijo Nilak, tomando mi mano con seguridad.

— Ustedes, las maletas — señalando a quienes se quedaron cerca para protegernos— Retirada.

Asintieron con rapidez, desapareciendo en un parpadeo dentro de la habitación, otro grupo fue por las de Nilak, mientras yo observo con el ceño fruncido cómo Andrei voltea para pegarle a mi hombre, arremetiendo duro contra esa bonita quijada que tiene Enok, aturdiéndolo por unos segundos, acertando tres duros golpes antes de que mi no marido despabile y devuelva el golpe.

— Esto será una carnicería, tenemos que irnos.

Cargando mi Kashtan con toda intención de utilizarla para abrirme paso.

— Hay que robarle el móvil.

mencionó Nilak, sin perder de vista la pelea, buscando mi mano a tientas, parece estar ansioso, protegerme se hizo su prioridad.

— Tampoco confías en él ¿No es así? Está extraño, me mira de una manera que no me gusta, y que vinieran estos sujetos a por mí no presagia nada bueno, planean algo, Enok no se da cuenta, no ve lo que yo veo.

— Le cuesta entender a otras personas, se enfocó todo este tiempo en entenderte a ti, tus expresiones, tus emociones, tus posibles respuestas físicas, todo de ti, el resto le importa un carajo.

Dando dos pasos sin soltarme, haciéndome bajar del sujeto muerto a mis pies.

— Eso le está jugando en contra ahora — soltándolo para sujetar bien mi arma— Le romperé los brazos a balazos al Boss — Cambiando el modo de mi arma para hacer disparos únicos en vez de ráfagas, puedo herir a Enok y no deseo eso— No podrá evitar que le robemos el móvil.

— Joder... esperaba no enemistarme con otro país más — suspiró rendido— Pero no tenemos alternativa, aquí hay gato encerrado y no deseo quedarme más tiempo.

— Por mi está perfecto, no quiero volver a pisar Rusia en mi vida.

Avanzando entre el gentío, agachándome en el momento preciso para que no me llegara el golpe que Nilak lanzó con toda intención de derribar al imbécil que vino desde atrás a por mí, parezco ser el objetivo.

— Delante de mí, ahora, regalo vivo.

Jalándome hasta cubrirme con su cuerpo, mirando en todas direcciones los posibles peligros.

— ¡Reténganla! ¡No debe irse!

Ordenó el Boss, escupiendo sangre.

Lo mantienen bien ocupado, aún así, se las ingenia para poder ladrar ordenes, cómo pensé, algo quiere conmigo, mi sexto sentido no me falló.

— Te lo dije.

Mencioné a Enok cuando llegué a su lado, Nilak está abriéndole la cabeza a balazos a todo quien quiera acercarse a mí, cubriéndome la espalda, mientras yo aprovecho el aturdimiento de ambos y le piso la cara al ruso con todas mis fuerzas.

— ¡Sujétale los brazos! Rápido.

Ordené a Enok, consciente de mi falta de respeto hacia el capo, no debería hablarle así, pero no deseo respetar jerarquías ahora.

Afortunadamente no refutó e hizo lo que le pedí, sujetándolo por las muñecas, mientras yo lo golpeo en la cara de nuevo, disparándole cuatro veces en cada brazo, escuchando sus alaridos de dolor.

— El móvil, róbaselo que nos vamos — levantando el arma para matar a dos de los sujetos que vienen por el pasillo para unirse a la carnicería— Te dije que algo pasaba, pero no quisiste escucharme.

Extendiendo mi mano hacia él para que se pusiera de pie luego de tomar el móvil del bolsillo del ruso, guardándoselo antes de mirarlo desde lo alto con todo el odio que su bonito rostro es capaz de expresar.

— Te dije que no intentaras nada apenas puso un pie aquí.

Dijo mi hombre, con dientes apretados.

— Te dejaré vivo porque me darías más problemas si te mato — mencioné— Lo que sea que quisieras hacer conmigo, mala suerte, no tengo deseos de abandonar a los Kinahan ni mi orgullo. Debiste hacer caso cuando te dijeron que no soy alguien con quién debas jugar, yo no soy el juguetito de nadie.

De reojo vi a la promiscua amiga de Nilak acercarse por la espalda de mi hombre, cuchillo en mano, en lo alto, la intención de lastimarlo brilló en su mirada, y sin pensarlo, la intercepté antes de que lograra su cometido, quebrándole el brazo en dos, utilizando mi rodilla, tomando su cuchillo para deslizárselo por la mejilla en profundidad.

— Quiero ver si pueden usarte cómo basurero de semen otra vez, ya no te verás tan atractiva, perra.

Clavando el cuchillo con fuerza en su brazo roto, atravesándolo, deleitándome con sus gritos antes de dar media vuelta y comenzar a caminar con Enok y Nilak pisándome los talones, matando a todo quién se acerca con intenciones sospechosas, cambiando nuevamente el tipo de disparo a modo ráfaga, eliminando el peligro hasta encontrarnos en el interior del auto, retirándonos de la propiedad, con nuestros hombres siguiéndonos el paso en sus propios vehículos, Enok llamando al piloto para que estuviese listo apenas pongamos un pie en el avión.

— Adiós rusia, no te voy a extrañar ni un poco.

Apoyando la espalda en el asiento, soltando el aire acumulado por fin, relajando los hombros, estoy increíblemente tensa, sentada entre dos mastodontes.

— Lo siento, debí escucharte, pensé que podía manejar la situación.

Mencionó mi hombre apenas cortó la llamada.

— Intentabas ayudarme, no voy a reprocharte lo sucedido, gracias de todas maneras por tener la intención de buscar a mi hermano.

Lo lamento por todos los otros hermanos míos que deben estar viviendo en la mierda ahora mismo, pero quería al menos encontrar al hermano con el que comparto sangre con mi papá, Elijah ha sido un hombre intachable, un padre cariñoso y atento que me dio todo lo que creyó que necesitaba, se equivocó con los métodos, pero se esforzó de todas maneras por hacerme feliz, creyó que yo era feliz porque así se lo pinté estos años, no le reprocho nada, ya solucionamos los malentendidos, así que... quiero encontrar a mi hermano y llevarlo a casa, por papá, por mí, por Noah.

— Vamos a encontrarlo, sólo tendré que buscar otro método — mencionó mi hombre, tomando mi mano, besándome la palma— Lamento que hayas pasado un mal rato.

Suspiré asintiendo, sé que lo lamenta.

— Tuve un ataque de pánico por al menos cinco minutos — me sinceré, viendo la preocupación en los mastodontes que me observan— No podía moverme, estaba aterrada, todo era igual a cuando me ocultaba de Lucas, quería llamar a alguien para que me socorriera, Liam siempre... siempre venía para ayudarme cuando eso pasaba, peo no podía moverme para llamar a alguien, pedir ayuda...

— Muñeca, yo...

— Espera — interrumpiendo a mi hombre antes de que continuara— Estaba aterrada, sí, pero entonces recordé que no era Lucas el que estaba al otro lado de la puerta, intentando tirarla, y yo no tenía por qué seguir aguantando, yo ya no tengo que reprimirme, puedo matar si deseo matar, puedo torturar si lo deseo, soy una Kinahan y tu pareja, eso me hizo darme cuenta de lo patética que debía verme echa un ovillo en el piso esperando a que alguien me rescatara, yo no necesito que nadie me rescate, y entonces, lo abrí a balazos a todos, espero que no estés molesto conmigo por enemistarnos con los rusos, no fue mi intención arruinar las relaciones, pero no podía quedarme de brazos cruzados y esperar que no tuvieran malas intenciones conmigo cuando echaran la puerta abajo.

Tiró de mí hasta apoyarme sobre sus piernas, quitándome el arma que sigo sosteniendo con fuerza, entregándosela a Nilak, sintiendo las manos cálidas de mi hombre rodearme con fuerza.

— No podría molestarme contigo, tonta —susurró sobre mi cuello— Te fallé hoy, no me di cuenta de lo que pasaba a mi alrededor, no suelo... preocuparme de otras personas, no vi las señales y te pido perdón por hacer que pasaras un mal momento, dije que te acompañaría en todo momento y falté a mi palabra, lo lamento.

— Andrei jugó muy bien sus cartas, comprendo tu confusión, además... sé que no se te da bien leer a otras personas, la próxima vez, al menos dame el beneficio de la duda.

— Te prometo que-

— ¿Dónde te hiciste esto?

Nilak, que se mantuvo al margen hasta ahora, interrumpió a mi hombre, apoyando su mano en mi costado, observando la cantidad de sangre que está escurriendo por la herida ¿Dónde o cómo exactamente me hice esto?

— No me duele — dije yo, viendo el horror en el rostro del medio asiático— No sé quién me lo hizo.

— Carajo — apretó la quijada mi asiento vivo— No me di cuenta ¡Carajo! — golpeando la puerta con su puño, furioso— No soy capaz de cuidarte, maldita sea, la adrenalina te mantiene sin dolor, pero en cuanto te relajes va a dolerte cómo la mierda. No tenemos un puto botiquín aquí.

Suspiré, viendo la preocupación en ambos, esto parece ser una herida de bala, tuvo que haberme llegado alguna en medio de nuestro escape.

— Tranquilos, soy fuerte, tolero bien el dolor — tocando mi costado, palpando la protuberancia— La bala sigue dentro, tengo que retirarla.

Tuve toda la intención de meter dos dedos y usarlos cómo pinza para buscar la bala y sacarla, pero Nilak no me lo permitió, deteniéndome a medio camino, observándome con pánico.

— ¿Qué crees que estás haciendo? Estás loca.

— No es la primera vez que lo hago — quitando mi mano de entre las suyas— Lo hice cuando era esclava de otros, y lo hice cuando fui a la guerra, sólo necesito algo con lo que hacer presión después, sangro demasiado y no quiero estar débil para la que nos caerá encima, no estamos a salvo ni un poco, alguien viene por mí, y yo necesito averiguar si Lucas sigue tras las rejas, estoy preocupada.

— Melanka, es una locura, te harás daño.

Mencionó Enok, impidiéndome buscar la bala, está pálido.

— Estaré bien, sólo... averigua eso por mí — apoyándome en su pecho— Necesito un poco de paz, al menos quiero saber eso.

Asintió soltándome a regañadientes, tomando su móvil sin apartar su vista de mí, llamando a su informante, mientras yo introduzco dos dedos en mi costado, aprieto los dientes y soporté el dolor, encontrando la maldita bala en mi interior, sintiendo la sangre caliente mancharme la mano completa y derramarse por mi costado, directo al asiento del auto, Nilak está pálido, mirándome con horror, con las manos en alto hacia mí, en caso de que lo necesitara, alerta.

— ¿Cómo que lo soltaron?

— ¡Mierda!

Maldije en voz alta, esa frase hizo que perdiera ligeramente el control, metiendo la bala un poco más adentro, provocándome más dolor, intentando no retorcerme mientras intento alcanzarla, procurando mantener la cabeza fría sin éxito, si Lucas está libre, va a venir por mí y por Charlie, nos hará la vida imposible.

— ¿Falsificación de pruebas? ¿Adulterio? Melanka no hizo nada de eso, carajo ¿Cómo pueden creerle a ese imbécil? Mi mujer es la víctima.

Alcancé la maldita bala, retirándola y lanzándola al piso, usando el pañuelo de Nilak para hacer intentar detener el sangrado, usando un poco de cinta para mantenerlo en su lugar, esperando que fuese suficiente hasta llegar al avión y poder curarme cómo la gente.

— Averigua dónde está y qué está haciendo, quiero un informe detallado para ayer.

Mencionó cortando la llamada, observándome preocupado, apoyando su mano sobre la mía en mi costado, ahora sí que está comenzando a doler, y bastante.

— Está libre.

Mencioné cómo afirmación más que cómo pregunta, estoy sudando frío y preocupada a morir.

— Sí — suspiró masajeándose el puente de la nariz— El hijo de puta está libre, no sé cómo lo hizo, pero los videos que presentaron en su contra, todos... se... consiguieron videos de ti haciendo ciertas cosas con exs vendedores, lo hicieron ver cómo que tú armaste un montaje para perjudicarlo, de hecho, te están buscando, aunque el hijo de puta quitó los cargos en tu contra, te quiere a ti, la milicia te busca para devolverte a él.

Me fui a negro por un par de segundos, Nilak me golpeó la mejilla con suavidad para traerme de regreso, los escucho a lo lejos llamarme, preocupados, mi cuerpo cómo gelatina, el miedo apoderándose de cada uno de mis pensamientos.

— ¡Melanka, joder! ¡Reacciona!

— Joder... Tenemos que volver pronto, Charlie no puede quedarse sin vigilancia.

Eso.

Exactamente eso me hizo volver, el que Enok esté preocupado por mi hijo, mi propia preocupación por mi bebé, eso me hizo volver, débil, dolorida.

— Charlie...

Formulé a cómo pude, el sabor metálico de la sangre llenándome la boca, el dolor creciendo...

— Iremos a casa, estamos llegando ya al avión — aseguró mi hombre— Nadie lo va a tocar, nadie te tocará a ti, prometí que te protegería y es justo lo que voy a hacer.

Asentí y lloré, porque odio no estar con mi bebé ahora, odio que Lucas nuevamente se saliera con la suya, odio lo sucedido en rusia, odio al Boss, odio toda esta maldita mierda.

El dolor y la preocupación provocó que me desmayara de nuevo, para cuando logré abrir los ojos, Enok me tenía sobre sus piernas, bien abrazada, mientras ladra ordenes a sus hombres, estamos montados en el avión, Nilak dice algo sobre el expediente, los vendajes me aprietan de la cintura, se ocuparon de mis heridas mientras perdí el conocimiento, me hubiese gustado averiguar mucho más, pero el cansancio me botó de nuevo, cerré los ojos y no supe más, sólo espero llegar a tiempo, quiero llegar con mi bebé.

***

Para cuando desperté de nuevo, el cielo nocturno me recibió fuera en la ventana, llevo puesta una camiseta de Enok, estoy en su cama, tapada hasta el cuello, con... mi bebé descansando a mi lado, Chispas ocupando el lado vacío de la cama, roncando de lo profundo que duerme, estoy en casa, a salvo, y mis dos seres vivos que me preocupaban a morir están aquí.

Solté el aire acumulado y la tensión, acomodándome en la cama de costado, ignorando el dolor de mi herida, acariciando el cabello de mi bebé con delicadeza para no despertarlo, respirando su olor, saboreando la paz momentánea, él está bien, y si Charlie está bien, entonces yo puedo con todo.

— No estoy sola — susurré para mí— Tengo a los Kinahan de mi lado, Enok y los Andreeva me respaldarán, Lucas no volverá a tocarme — autoconvenciéndome— No podrá hacernos daño nunca más — besando la frente de mi bebé— Mami te va a proteger, mi amor.

Acercándolo a mí, sintiendo sus manos buscarme a tientas, susurrando "Mami" entre sueños.

— Ya regreso cielo, dulces sueños.

Besé su frente una ultima vez, acaricié a mi perrito y abandoné la cama, arropando bien a ambos antes de salir de la habitación tan escasamente vestida cómo estaba, recorriendo los lúgubres pasillos oscuros del castillo hasta el despacho de Enok, la luz brilla bajo la rendija y escucho voces detrás de la puerta, no soy capaz de entender las palabras, pero aquí debe estar mi hombre y yo necesito saber qué ocurrió en mi ausencia.

Empujé las puertas dobles, encontrándome con una imagen de lo más cómica, mi padre y mi hombre, hablando sobre la seguridad del castillo y puntos a defender, armando toda una estrategia de batalla en conjunto, recibiendo consejo de los Andreeva y mis hermanos, incluso mamá participa, nunca creí que los vería trabajando así.

— ¡Estás despierta! ¡Mamá, está despierta!

Gritó Oliver en cuanto se percató de mi presencia, trotando hasta mí, abrazándome con delicadeza.

— Nos preocupaste cariño ¿Cómo te sientes? ¿Tienes hambre? ¿Te duele algo? Oliver, suelta a tu hermana, está lastimada, tiene que cuidarse.

Lo reprendió mamá, moviéndolo única y exclusivamente para poder rodearme ella con sus cálidos brazos maternales, pasando de brazos en brazos, regaños y palabras preocupadas, hasta que por fin fui libre para hablar.

— Me siento... bien, preocupada por Charlie, temo que Lucas venga aquí y quiera llevárselo, es todo en lo que puedo pensar.

— Toma asiento, hay algo de lo que debemos hablar —Dijo Enok, señalando la silla frente al escritorio— No comiste durante todo el día, así que pediré que te traigan algo, perdiste mucha sangre y nunca en la vida te vi tan pálida, por favor, come algo, Melanka, necesitarás fuerza.

Suspiré y asentí, tomando asiento, esta breve caminata me agotó.

— Comeré algo, pero primero, necesito ponerme al día ¿Qué está pasando?

Nilak besó mi coronilla, apretando ligeramente mi hombro.

— Malas noticias, así que iré a traerte algo dulce mientras tanto, pero descuida, nos estamos encargando.

Giré el rostro con rapidez hacia mi hombre en espera de respuestas.

— Tengo buenas y malas noticias ¿Cuál quieres oír primero?

Tomando asiento frente a mí, cruzando los dedos sobre el escritorio, papá no tiene buena cara y dudo que sea por la compañía de mi hombre, está a su lado, parecen estar... tolerándose bien.

— La buena, estoy cansada de las cosas malas — suspirando— ¿Qué hay de bueno para mí?

— La buena noticia es que encontramos a tu hermano, el expediente fue enviado al padre de Lucas, han estado en comunicación todo este tiempo, pretendían tendernos una trampa, Lucas iba a llegar por ti a Rusia.

— Ese hijo de puta no volverá a ponerle las manos encima a mi hija.

Gruñó papá, apretando los puños, se ve furioso.

— Te dije que no me daba buena espina el ambiente del lugar, ni el Boss — señalé— Dónde está mi hermano.

Exigí saber, ansiosa.

— En la india, fue vendido a los siete años, lo compró un hombre rico con gustos un poco... especiales, nunca salió de esa mansión.

Palidecí.

Tengo horribles recuerdos de ese lugar, es más, las nauseas me persiguieron, quería vomitar, Nero me acercó el papelero más cercano, y Neil sujetó mi cabello, no tuve nada más que bilis para devolver, no tengo nada en el estómago, no como hace... bastantes horas, más de un día completo sin comer.

— Lo sé, muñeca, sé que tienes malos recuerdos de ese lugar, puse al día a tu padre, lo que lo tiene... más furioso todavía, no tuvo acceso a esos expedientes, yo se los facilité.

Miré de reojo a mi padre, los ojos brillantes de la rabia y la pena, debe estar sintiéndose tan culpable...

— ¿Y la mala noticia?

Me las arreglé para decir, agradeciendo a Nash, quien me entregó un pañuelo para que me limpiara la boca, Noah se acercó por detrás y cambió con Neil, atándome el cabello en caso de que quisiera vomitar otra vez.

Tengo que hacerme un test de embarazo, joder...

— La mala es que... Lucas y su padre llegaron a la India primero, pensamos que usarán a tu hermano para chantajearte, y necesitamos que te mantengas firme y confíes en nosotros, ya envíe gente para allá, de hecho, ya están allá, es cuestión de tiempo para invadir esa mansión, tomar a tu hermano y traerlo acá.

Dormí demasiado, joder, dormí demasiado tiempo, podría haber ido yo misma para allá, podría haber participado en esa misión, pero... eso habría hecho que toparme con mi maldito esposo fuese un hecho inminente.

— ¿Está confirmado? ¿Él está... vivo?

Por favor que esté vivo, por favor... que esté vivo... por favor...

— Lo está — Confirmó Enok— Pero... no en las mejores condiciones según el reporte, yo no... sé si quieres saberlo.

— Cuéntamelo todo, no guardes secretos conmigo, necesito saber.

Apretando las manos en puño, inclinándome hacia él.

— Neil, muéstrale.

Dijo mi hombre, sujetándose el puente de la nariz, apoyando la espalda en el respaldo de su silla, se ve cansado, no parece haber dormido nada y no tengo idea desde cuándo, su ropa sigue manchada de sangre y puedo suponer que es la mía.

Neil se acercó con la tableta, un poco inseguro, tecleando hasta pararse frente a mí, sin mostrarme la pantalla todavía.

— Es... emm... un poco fuerte de ver, digamos que tu hermano tiene la misma fuerza de voluntad tuya, un desastre con patas que cuesta domar, por lo que... lo mantienen drogado todo el tiempo, no está en buenas condiciones.

— Muéstrame.

Gruñí, sintiendo las náuseas otra vez, pero tengo que aguantar, tengo que ver lo que está pasando.

Neil asintió y me mostró, un sujeto idéntico a mí, rasgos tanto femeninos cómo masculinos en su rostro, el cabello corto a los costados y largo arriba, los mismos ojos, la misma nariz, la misma forma de la boca, sus clavículas tan marcadas... tan delgado joder... y lo están... lo están...

— Apágalo, apaga eso, apágalo maldita sea.

Retrocediendo en la silla, cubriéndome los oídos para no escuchar lo que le están haciendo, no escuchar sus suplicas ni su dolor.

— Te dije que era fuerte de ver, él no lo... no lo pasa bien en esa casa, Enok ordenó una negociación primero, intentar sacarlo limpiamente, meterse con la trata de personas es un dolor en el culo, pero si no resulta, si no deciden venderlo, van a sacarlo a la mala, pero sí o sí lo traerán aquí.

— Es andrógino, puede confundirse cómo mujer, pero posee genitales masculinos — narró Nash— Es un.... Hombre muy guapo, cotizado por sus servicios sexuales, pero cómo mencionaron, es... igual que tú, violento y desconfiado, por lo que siempre está drogado, no sé que tan bien funcione su mente a estas alturas, lo traeremos, pero quizá ya sea demasiado tarde para él, su cerebro puede esta podrido a estas alturas.

Tuve una arcada, cubrí mi boca con la mano para evitarlo, Nero acercó el basurero otra vez, y Liam tomó posición tras de mí, frotándome la espalda.

Joder... no me siento bien, y debería estar con toda la energía posible para ser de ayuda en esto, mi hermano lo está pasando mal, muy mal, me necesita y no estoy siendo de ayuda.

— Estoy bien... estoy... — otra arcada— Joder...

Doblándome frente al basurero otra vez, intentando vomitar, pero ya no tengo nada en el estómago, nada para devolver, y las arcadas no se detienen.

— Bonita... Enok nos contó de la... posibilidad de que estés embarazada — dijo mamá lentamente, cómo si se lo dijera a un cachorro herido, acercándose— Compró test de embarazo por si... quieres saber.

Todos me estaban mirando, lastima y molestia.

— Traje muchos dulces que podrían... gustarte — dijo Nilak, bajando el volumen de voz y la efusividad al leer el ambiente— ¿No me esperaron? Creí que la haríamos comer primero.

— ¿Dónde está el test? Quiero saber ya si tendré otro hijo de ese hijo de puta, de ser así, mañana mismo pido una hora para abortarlo, no quiero tener nada que ver con ese hombre.

Poniéndome de pie con piernas temblorosas, Liam me sujetó cuando se me doblaron las rodillas.

— ¡Joder! — me desesperé, empujándolo ligeramente, molesta conmigo misma por ser tan inútil en estos momentos— Soy una maldita inútil ¿Los test? ¿Dónde?

Enok suspiró, colocándose de pie.

— En el baño de nuestro cuarto, te acompañó — caminando hacia mí, sujetándome por la cintura— Elijah, te encargo la seguridad, ya regresamos.

— No me des órdenes. Mierda.

Caminando de todas maneras tras el escritorio para seguir con lo del mapa.

— Y no te sientes en mi silla.

Señaló mi hombre con diversión, ganándose un gesto obsceno de parte de mi progenitor.

Se están llevando mejor al parecer.

— Vamos, sorda, a la habitación.

Cargándome cómo princesa, Nash ya tenía la puerta abierta para nosotros.

— ¡No insultes a mi hija!

Reprochó papá.

— Jubílate ya, Elijah, creo que estás escuchando cosas.

Lo molestó Enok de regreso, saliendo del despacho a paso tranquilo, mirando sobre su hombro en cuanto escuchó el chasquido de las puertas al ser cerradas.

— Oye, quiero que sepas que... embarazada o no, si quieres conservarlo, estás en todo tu derecho, yo estaré bien con ello, no es que te hayas revolcado con ese hijo de puta porque así lo deseaste, así que... bueno, estoy un poco sorprendido, sí, me siento... triste, pero no estoy enojado contigo, no estoy decepcionado, yo no... no te culpo de nada, sólo por si esa cabecita tuya va por esos caminos, necesitaba decirlo.

Apoyé mi cabeza en su pecho, y respiré profundo, apretando su camisa entre mis manos.

— Si estoy embarazada, no quiero tenerlo, no quiero nada de él. Charlie... me costó un año amarlo, y no quiero que otro hijo mío se sienta desplazado, triste, abandonado a su suerte porque yo no soy capaz de sentir nada más que repulsión por él. Lucas me da asco, así que si... el test es positivo, quiero que me ayudes a abortar, una clínica, lo que sea, pero no quiero tenerlo, con Charlie lo intenté todo y no logré abortarlo, así que... por favor, no me dejes tenerlo...

Besó mi coronilla y asintió, entrando al cuarto conmigo, cerrando la puerta con el pie silenciosamente para no despertar a quienes ocupan nuestra cama.

— Si el test sale positivo — llevándome al baño— Yo mismo agendaré la hora y te llevaré a la clínica abortiva. No estás sola — bajándome al piso sin soltar mi cintura— Todos estamos contigo.

Asentí no muy convencida, señalando la puerta con la cabeza.

— Me esperas afuera ¿Por favor?

Viendo tres test de embarazo en su caja sobre el mueble del baño.

— ¿Segura quieres hacer esto sola?

— No, pero tampoco quiero que me veas orinar, así que... fuera, por favor.

Suspiró resignado, dando tres pasos atrás, hasta abandonar el baño.

— Estaré justo aquí, por si me necesitas.

Sujeté el pomo de la puerta, y asentí.

— Gracias Enok, por todo, por estar aquí.

— No voy a estar en ningún otro lugar nunca, confía en que vas a estar bien conmigo.

Agradecí nuevamente y cerré la puerta, confiando en que se quedará fuera, tomando los test y bajándome las bragas para orinarle a las malditas pruebas que definirán mis próximas horas.

— Que sea negativo, por favor... que sea negativo...

Tres toques en la puerta me recordaron que no estoy sola en esto, abrí y lo vi, preocupado, mirándome de pies a cabeza, de nuevo, buscando algo que estuviese mal.

— Hay que esperar, cinco minutos.

Tomando asiento en la tapa del inodoro, sujetándome la cabeza.

— Tranquila, superaremos esto, estaremos bien.

Acuclillándose frente a mí, apoyando sus manos en mi cintura.

— Tengo miedo, y estoy cansada de tener miedo, yo no era así.

Me sinceré.

— Es valido tener miedo, estás pasando por muchas cosas ahora, pero confía en mí, en todos nosotros. A la garrapata no le pondrán ni una sola mano encima, nos prepararemos bien, si quieren guerra, guerra tendrán, nos adelantaremos.

Asentí, tomando las manos que me ofreció.

— ¿Me darías mi cepillo y la pasta de dientes? Tengo ganas de besarte, pero acabo de vomitar, así que...

— Sí, no es que quiera besarte justo ahora, preciosa, sin ofender.

Incorporándose para ir por mi cepillo y ponerle un buen montón de pasta encima. Exagerado.

— No me ofendo — recibiendo el cepillo, metiéndomelo en la boca— Por si tienes las dudas, hijos tuyos sí quiero tener.

— ¿Míos sí? ¿Seguro?

Asentí.

— Tuyos sí, así que... más adelante, cuando me dejen en paz y sea una mujer libre, libre al fin, quizá entonces.

— Quizá entonces — asintió, guardando sus manos en los bolsillos— Practicaremos cuando llegue el momento, preocupémonos del presente mientras tanto.

Enjuagué mi boca y esperé con impaciencia los minutos restantes.

Enok me llamó cuando las líneas estaban bien definidas en los test, y las nauseas me abrumaron de nuevo.





~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

BUENAS BUENAS PRECIOSAAS

¿CÓMO LAS TRATA LA COCHINA VIDA? 

AHORA QUE ESTOY SIN TRABAJO ME ABURRO COMO OSTRA, NO SIRVO PARA LA VAGANCIA, ME GUSTA EL DINERO Y TRABAJAR ASÍ QUE... ESPERO ENCONTRAR ALGO PRONTO 

ME TARDÉ MÁS DE LO NORMAL EN EL CAPÍTULO, TERMINÉ DISTRAYENDOME MUCHAS VECES CON UN PAR DE PELICULAS QUE PUSE DE FONDO

NO PUEDO ESCRIBIR SIN DISTRACCIÓN PARA NO DISTRAERME

NO LES PASA QUE LAS MOSCAS, EL RUIDO, LOS PASOS, LOS PERROS, TODO LAS DISTRAE? PORQUE LITERAL, TODO ME DISTRAE

EN FIN, REGRESANDO AL CAPÍTULO

MELANKA LOGRÓ CENTRARSE AL COMIENZO DEL CAPÍTULO, RECORDAR QUIÉN ERA Y QUIENES LA RESPALDAN

EL BOSS DUDARÁ EN VOLVER A METERSE CON ELLA

AFORTUNADAMENTE LUCAS NO LOGRÓ LLEGAR A ELLA, ENOK SE LA LLEVÓ EN CUANTO SE DIO CUENTA DE QUE YA NO IBAN A SALIR BIEN LAS COSAS

Y NOAH, EL MELLIZO DE  MELANKA ESTÁ EN LA INDIA... POBRE CHICO, DEBE ESTAR VIVIENDO UN INFIERNO

ESPERO QUE LOS KINAHAN LLEGUEN A ÉL PRIMERO 

Y ESPERO VER ESOS TEST DE EMBARAZO QUE ME MUERO POR SABEEER

TENGO MIEDO GENTEE

NOS LEEMOS EL PROXIMO CAPÍTULO

200 COMENTARIOS Y VOLVEMOS 

BESITOS EN LA COLA 


🫠🫠🫠🫠👌🥲

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top