Capítulo 28
MELANKA.
Intenté hacer que me soltara porque no quería que me tocara, no me sentía cómoda con la idea de que esta mujer creyera que podía tocarme o mirarme siquiera, debería darle vergüenza pedirme que me quede un poco más, pero sólo se retuerce e intenta controlar las contracciones, apretándome tan fuerte que bien podría culparla a ella por las manos dibujadas en mis muñecas, sí, de hecho, la culparé a ella, así me ahorraré las explicaciones incómodas con mi padre que de seguro va a preguntar cómo o cuando me las hice.
— No tienes derecho a pedirme nada, voy a irme.
Jalando otra vez, consciente de que no estaba usando la fuerza suficiente, y mi voz tampoco proyectaba muy bien el hecho de querer irme, más bien... sonaba cómo si quisiera que le rogaran un poco más antes de aceptar.
— Por favor... dame sólo unos minutos para que entiendas, para que me entiendas.
Suplicó la mujer, a mí, ya que el resto estaba sólo ahí, de pie, con los ojos muy abiertos, esperando alguna respuesta de mi parte, pero me siento paralizada, me siento... dividida.
— No te abandoné, ni a ti, ni a tu mellizo.
Voltee el rostro con violencia hacia ella, dejando de buscar algo en la mirada de Enok, cualquier cosa que me ayudara a decidir, no puedo pensar por mí misma ahora, no sé qué hacer, pero él no va a darme la respuesta, quiere que tome la decisión yo.
— ¿Mellizo?
— Soy altamente fértil, produzco dos óvulos en vez de uno, por eso me tienen aquí, por eso estoy atrapada aquí —Gritó, sosteniéndose la panza con mayor fuerza— Yo ni siquiera deseo vivir en esta mierda de lugar, no deseo hijos, mucho menos deseo que hagan lo que te hicieron a ti y a los otros.
Miré a mi papá en busca de respuestas, pero él está tan desconcertado cómo yo, no parecía conocer el hecho de que tiene otro hijo además de mí con esta mujer.
— Vamos dentro — jalándola por el brazo para que rodeara mis hombros, ayudándola a caminar— Cuando termines de parir, vas a contarme toda la maldita historia, porque a mí me buscaron y me ayudaron, y me violaron toda la puta vida, quizá mi mellizo tuvo la misma mala suerte, pero nadie lo rescató nunca, y quiero que seas consciente de que todo es tu culpa, tu maldita culpa.
— Lo sé... lo sé... yo lo siento... yo no quería hacerlo... nunca he querido hacerlo... nunca quise hijos...
Lloriqueó la mujer, dejándose ayudar, pidiendo perdón por cada paso que daba, el rostro contraído de dolor.
— A mí también me debes explicaciones — dijo papá con molestia, pasando por mi lado, cargando a la mujer entre sus brazos— Me mentiste, maldita sea, todos estos años me mentiste. Melanka, abre la puerta.
No me atreví a contradecirlo, papá estaba furioso con ella y con justa razón, por lo cual, me apresuré, más bien, corrí para abrir la puerta y mantenerla sujeta mientras pasa bajo el umbral y a regañadientes le pregunta por la habitación, siguiendo sus indicaciones.
— Iré por agua tibia, Nilak, busca toallas, y tú, Enok, tu influencia sería buena en momentos cómo estos, busca a ese niño.
Ordenó mamá Abril sin perder los estribos.
— Señora, con todo respeto, no hago magia — Respondió mi hombre, de brazos cruzados, siguiéndome cómo guardaespaldas, probablemente preocupado por mí— Necesito un par de datos primero.
— Deja que te ayude con los datos —mencionó Nilak, revisando todos los muebles a la velocidad de la luz, ayudado por mí— Tengo una amiga en la Bratva, hermana del Boss, tengo sexo con ella cada vez que vengo aquí, me ayudará a conseguir los expedientes de los niños que esa mujer a parido.
Enok señaló a su consejero, mirando a mi madre, Abril, con ironía.
— ¿Lo ves? Magia. Soy increíble — tomando asiento en el sofá— Avísenme cuando terminen, no me importa ni un poco ayudar a esa mujer, ojalá y se le quede un bastardo atorado y se muera pronto, sólo sabe causar sufrimiento.
Sus palabras crudas me dolieron un poco, pero entiendo su rencor, Enok está preocupado por mis sentimientos, todos sabemos que no tiene filtro ni tacto a la hora de hablar, no se da cuenta de que hiere al resto cada vez que abre la boca para esparcir su veneno, pero, viniendo de él, ya es suficientemente amable el dejar que la ayudemos y no la abandonemos a su suerte.
— Estaré arriba con ella, si necesitas algo, avísame.
Le avisé, deteniéndome por unos segundos al pie de la escalera, sujetándome de la baranda para no perder estabilidad, me siento... ansiosa, y molesta, siento muchas cosas y no sé cómo procesarlas.
— Voy a irme pronto con Nilak para averiguar algo sobre tu hermano, pero dejaré un auto para que te movilices, no sueltes el móvil y no hagas nada tonto que te ponga en peligro.
Respondió, tomando el móvil, revisando algo en él, hablando sin mirarme, pero con un deje de preocupación tiñendo su grave voz.
— Voy a estar bien... y gracias, de nuevo, por ayudarme.
— Por ti, cualquier cosa, rubia.
Es un tosco, un bruto en todos los sentidos, pero su preocupación genuina, y su forma de demostrar con hechos lo que siente por mí, me hace desear quedarme a su lado, nadie va a amarme tanto cómo Enok, nunca.
Besé su mejilla de forma fugaz antes de subir las escaleras corriendo, viendo a la mujer en la cama, con las sábanas cubriéndole las piernas, sujetándole la mano a mi padre, apretándosela con fuerza, respirando trabajosamente, el rostro rojo y su cabello pegado a la cara por el sudor.
Me molesta que toque a papá con tanta familiaridad, esta mujer no se merece nada.
— Cambiemos, no la toques — pedí acercándome— Mamá está abajo y subirá pronto, no quiero que vea esto, ella no merece malos recuerdos.
Acercándome a la cama de brazos cruzados, con el ceño fruncido.
— ¿Mamá?
Preguntó la mujer, desviando su atención hacia mí, viendo de reojo, con decepción, cómo mi padre le suelta la mano y me deja reemplazarlo.
— Mi mamá es Abril, la esposa de mi papá. Ella me recibió en su casa y me cuidó cómo si fuese suya, así que es mi mamá ¿O esperabas ganarte ese derecho de la nada? No te mereces nada.
Creo que algo del veneno de Enok se quedó muy dentro de mí, soy consciente de lo grosera que me estoy mostrando con una mujer que está a punto de parir, pero es que me siento tan... mal cuando la veo, cuando veo que su cara es idéntica a la mía y no parece ser plenamente consciente de lo que me han hecho desde que me parió.
— Entonces te fue bien en la vida — sonrió débilmente, encogiéndose del dolor, recuerdo lo que se siente, las contracciones son terribles— Estás bien.
Ya sé de quién heredé la poca concentración que poseo, si esta mujer es igual de tonta, no entendió nada.
— ¿Bien? — carcajeé sin gracia, negando— Viví una mierda de vida hasta ahora, me casé por obligación, cuatro veces, maté a los tres primeros, el cuarto me violó hasta que parí un hijo suyo, tengo un hijo, sí — respondí al ver la sorpresa en su mirada— Está por cumplir dos años en tres semanas más, pero a diferencia tuya, yo me esforcé por quererlo, lo logré, mi hijo es mi mundo completo y yo soy el suyo.
Charlie fue mi pilar este ultimo año, por él continué, por él encontré fuerzas para sonreír y vivir para protegerlo.
— Pues que bien que tú tuviste esa oportunidad, ese tiempo para esforzarte en quererlo, a mí me los quitaron, a todos ustedes, todos me fueron arrebatados, no tenía permitido verlos, ni alimentarlos, ni arroparlos, nada ¿Crees que me pagaban algo por ustedes? ¿Qué yo disfrutaba entregándolos? — pujó, estrujándome la mano con fuerza— ¿Crees que yo ganaba algo?
Pestañee repetidas veces, desconcertada por la nueva información.
— Pero a ti te pagan por cada bebé entregado, a ti te...
Entonces miré la casa dónde estábamos, humilde, pequeña, desgastada, pobre...
Luego vi sus ropas, es una cría de granja, pero crecida, no se diferencia de ninguna manera del resto del ganado, se ve delgada y desgarbada, oscuras ojeras bajo sus ojos, así no se vería una mujer que gana grandes cantidades de dinero, es más, nadie en su sano juicio se quedaría tanto tiempo, yo ya tengo veinte años, entonces...
— Yo nací en esta granja, me llegó mi primer periodo aquí, antes de ser vendida, y fui fértil, muy fértil, tú fuiste la primera junto con Nathan. Él nació primero, su nombre significa dar, el tuyo, Morte, es muerte. Dar. Muerte. Deseaba que murieran ambos, lo desee con todas mis fuerzas, porque si vivían iban a terminar cómo yo, una maldita perra obligada a follar y parir, follar y parir toda la vida ¡Toda la vida!
El llanto cortó la tensión del momento, Abril y Nilak suben las escaleras con premura, todo pasó demasiado rápido, ni siquiera tuvieron la oportunidad de entrar al cuarto cuando el bebé ya había nacido y yo lo tenía entre los brazos, un bebé rosado de tan blanco que era, pequeño, rubio, y se mueve... está vivo...
— Todos los hijos que he parido tienen la misma marca de nacimiento, una mancha tras la oreja derecha —se ve agotada, sudada, y me aterra ver las sabanas manchadas de sangre— Ya viene el otro — jadeó, apretando la ropa de cama con fuerza— Corta el cordón pronto, ya... ya no puedo aguantar, quiero pujar...
Dos niños.
Dos bebés más que estarán destinados a vivir en este sistema de mierda de las granjas.
— ¿Cómo conociste a mi papá?
Pregunté a la mujer, cortando el cordón con las tijeras que mamá me entregó, viendo de reojo a Nilak abandonar el cuarto, dándonos privacidad, probablemente se irá con Enok ahora.
— Yo tengo la obligación de encontrar... hombres... — quejándose de dolor, llorando— Hombres que cumplan ciertas características, deben ser atractivos a simple vista, si los niños no son atractivos, los sacrifican, entonces... ¡Ah! —echando la cabeza hacia atrás— Joder... joder... ya no quiero hacer esto más... —lloró— Ya no quiero hacerlo más...
Abril cargó al bebé al ver que realmente no sabía qué hacer con él y comenzó a limpiarlo en silencio, dedicándole breves miradas que no supe descifrar a papá, ella debe estar tan incómoda...
— Concéntrate, maldita sea — tomándole la mano otra vez— Termina de hablar.
Ansiosa por respuestas, consciente de que estoy siendo insensible con la mujer, por lo que sólo me digné a entregarle mi mano manchada de sangre para que la apretara otra vez, una pequeña muestra de humanidad.
— Yo lo... lo drogué, lo obligué a tener sexo conmigo, necesitaba tener un hijo o iban a castigarme.
Miré de reojo a mi progenitor, frunciendo el ceño.
— Me dijiste que fue tu amante.
Otro más que no sabe qué hacer, sólo está de pie, junto a la cama, sin hacer nada, se ve tenso y molesto, pero sorprendido ahora con esta nueva información que la mujer escupió sin arrugarse.
— Fue una forma amable de decirlo, no quería que la odiaras demasiado, por si alguna vez querías conocerla.
Tan noble...
Por eso no me gusta el lado de los buenos, siempre preocupándose de los sentimientos ajenos antes que de los propios.
— ¿Conocer a la mujer que te drogó? Abusó de ti ¿Y tú intentaste decirlo de manera linda? ¿Por eso mamá no se molesta con el tema? Nunca la engañaste, tú no querías hacerlo.
No entiendo nada de esto, carajo, mamá está totalmente ajena a la situación, limpiando al bebé en silencio, sin mirar a nadie en esta habitación, papá no dice nada, esta mujer... no está en condiciones de decir más.
Mi cabeza no está siendo capaz de procesar tanta información de golpe.
— Sólo... sólo concéntrate en parir, ya luego... hablaremos.
Asintió agradecida, apretando mi mano con fuerza, soltando un alarido que me estrujó las tripas, le está doliendo, le está doliendo mucho, y ella no quiere bebés, no quiere parir más bebés, morirá un día de estos haciendo lo que tanto odia.
***
Mamá tiene habilidades sorprendentes para hacer dormir bebés, ambas, dos niñas idénticas duermen plácidamente en dos canastas de mimbre que encontró y acomodó con mantas para arroparlas luego de limpiarlas y darles algo de leche que yo me saqué, ya que la mujer arriba quedó tan agotada que se durmió y no fuimos capaces de terminar la conversación.
— ¿A qué hora se va a despertar?
Perdiendo la paciencia, haciendo una pataleta mientras me deslizo por el sofá directo al piso.
— Creo que estás un poco grande para hacer pataletas de este tipo, cariño.
Se burló papá, riéndose de todas maneras, mirándome tranquilo, sentado en el brazo del sofá, con los dedos entrelazados y las piernas estiradas.
— Deja a la niña, que haga todas las pataletas que quiera, está en su derecho, no pudo hacerlas de pequeña, que queme etapas en desorden si eso desea.
Me defendió mi no progenitora, pero quién se ganó todo el derecho de serlo.
— Gracias mamá — señalándola desde el piso— Ahora entiendo por qué es bueno tener dos padres, uno siempre es más sabio que el otro.
— Ay Melanka, cómo si yo no te dejara arrastrarte por el piso ¿Recuerdas lo que pasó hace un año? ¿Cuándo te tiraste al piso en el parque porque me equivoqué y te compré un helado de un sabor y no de dos?
Se me calentaron las mejillas en segundos ante el recuerdo.
— Pero es que papá, el de dos sabores venía en vaso, con un cono gigante encima y salsas de chocolate, el de un sabor era muy aburrido, sólo el cono y ya, tú sabes que me gustan las cosas en abundancia.
Excusándome desde mi lugar en el piso.
— Literalmente hiciste una pataleta en el piso, mientras tu hijo te miraba desde el coche.
Carcajeando ante el recuerdo, negando mientras me mira.
— Bueno, en mi defensa, esos helados son particularmente deliciosos, díselo mamá.
— Esos helados son particularmente deliciosos, Elijah, deja a la niña en paz.
— Aah... mamá — suspiré— Por eso te amo.
Arrastrándome por el piso para abrazarle la pierna, disfrutando de sus caricias en mi cabello, desviando la mirada sólo un momento para ver a esas niñas, de seguro, si veo fotos mías de bebé, serían muy parecidas. Lastima que no hay fotos mías por ninguna parte, me hubiese gustado sentar a Enok con mis padres y que mamá le muestre mis fotos de bebé para avergonzarme, señalándole justo las más vergonzosas y contándole la historia detrás de cada una, de seguro así abría sido si yo hubiese sido su hija biológica.
— ¿Qué vamos a hacer con ellas? No podemos dejarlas aquí, me da miedo que la historia se repita.
Murmuré más para mí que para el resto, estirando una mano para delinear la nariz de una de las pequeñas.
— Pues yo siempre quise niñas, y ahora que mis hijos están todos grandes, me aburriré cómo ostra en casa, Elijah, comprémoslas, si las llevamos sin más, nos meteremos en problemas con la Bratva y las granjas, sólo comprémoslas y ya está.
— ¿Tú crees que es tan fácil cómo eso? — dijo papá— Hay una red de trata blanca en la que se comercian estos niños, no se le venden a cualquiera por miedo a ser delatados, no van a vendernos a esas niñas, lo intenté con Melanka por años, llevármela por todos los medios posibles, pero nunca lo conseguí.
— Enok puede ayudarnos — dije yo, mirando a las niñas— Si se trata de algo ilegal, Enok es el sujeto que necesitamos, él pagará, de seguro comprar niños no es nada barato, le pediré ayuda.
Buscando mi móvil en el bolsillo.
— ¿Crees que quiera ayudarnos con esto? — preguntó mamá— No es que seamos sus personas favoritas en el mundo.
— Si yo se lo pido, no me lo negará, Enok siempre cumple mis caprichos, es un hombre bueno al menos conmigo.
Marcando y apoyando el aparato en mi oreja, viendo a papá rodar los ojos, cruzándose de brazos.
— Papá... sé que no te agrada, pero me hace feliz, es bueno.
— No querida, no es bueno, no te engañes, pero sí admito que se comporta bien contigo, eso no puedo negarlo — bufó— Bastardo arrogante, no entiendo cómo te atrapó tan bien.
— Bueno... es que soy tan carismática — bromeando con él, sonriéndole— Mi déficit de atención lo enamoró, o quizá mi falta de modales, o...
— ¿Qué sucede, rubia? ¿Todo bien?
Y se me olvidó lo que estaba diciendo hace cinco segundos.
— Enok, quiero comprar a las niñas.
Solté de pronto.
— ¿Comprarlas para ti? ¿Y qué vamos a hacer con tres críos? La garrapata intensa sí, ya me encariñé con ese, pero ¿Tener dos bastardas que parió esa perra que te lanzó a la vida sin mirar atrás? Creo que es demasiado, es ser bondadosos con ella y yo no quiero tener nada que ver con esa mujer.
Me lo esperaba. Le guarda rencor por lo que me hizo.
— No son para mí, con Charlie me basta y me sobra, son para mamá Abril, ella las quiere, desea criarlas.
— Podría comprarle un perro si tiene complejo de mamá. Puedo comprarle tres perros si lo desea.
Es tan tonto cuando quiere.
— Es que ella quiere a las niñas, no tres perros ¿Se las podemos comprar? Porfis...
Agudizando mi voz en un intento de tocar su fibra amable que tiene muy, muy escondida en el interior de su pecho.
— Aagh... ¿Segura que eso quiere? ¿Esas dos bastardas? Puedo comprarle cuatro perros. Perras si quiere.
— Sí, quiere a las niñas, no cuatro perras.
Mamá se cubrió la boca para no carcajear, mientras papá rueda los ojos y bufa, tampoco le gusta pedir favores.
— Bien, dile que se las voy a comprar hoy mismo para que nos larguemos de esa casa de mierda lo antes posible, llámame si se arrepiente y prefiere los perros.
— ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! Mamá se pondrá feliz con la noticia.
— Espero que sólo ella las quiera, porque si son para tu papá, dile que vaya a comerse la mierda de las vacas porque no le voy a hacer ningún favor.
Me costará horrores que estos dos hombres se toleren en algún momento.
— Sí, sólo mamá las quiere, no tengo idea de dónde está mi papá —mentí, mirando a mi progenitor de reojos— Entonces te esperamos aquí, la mujer todavía no despierta, así que no he conseguido todas las respuestas que deseo.
— Yo compraré a las niñas, pero te avisaré cuando esté listo todo, vete de ahí con tus padres sin mí, tardaré un tiempo en ubicar a tu hermano, parte de los Kinahan están volando hasta acá, haré una redada junto con la Bratva, Nilak se fue a follar con su contacto para que nos ayude, así que... vuelve a Irlanda sin mí, me sentiré mejor si estás segura en casa que en estas granjas de mierda.
— ¿Sin ti? — fruncí el ceño— Pero si yo vine fue porque me sentía segura contigo, quiero quedarme contigo, también soy parte de los Kinahan, quiero participar, será divertido aterrorizar a los idiotas de la granja.
— ¿Mandarás a tus padres de vuelta solos? Si quieres quedarte conmigo, pues bien, mandaré un auto por ti, es tu decisión.
— Sí, se devolverán a la mansión en el avión que nos trajo, yo me quedo contigo.
— Bien entonces, hablemos más tarde de los detalles.
— Espero tu llamada.
— Cuídate, rubia. Nos vemos más tarde.
— Nos vemos, Enok.
Cuando corté la llamada, ambos me estaban mirando con el ceño fruncido.
— ¿Qué?
Dejando el móvil en el piso, abrazándome a la pierna de mamá otra vez.
— ¿Vas a quedarte aquí con él? ¿Qué van a hacer?
Preguntó papá.
— Cosas malas, claramente — encogiéndome de hombros— Cosas que no deseas saber. Se devolverán hoy en cuanto Enok compre a las bebés, quédense en el castillo mientras solucionamos el tema con Lucas ¿De acuerdo?
— Bueno... ambos sabíamos que, si Melanka se quedaba con el Capo Irlandés, pasaría esto tarde o temprano, sólo... sólo seamos sus padres ¿Bien? nada de cargos, nada de bandos, sólo sus padres.
Sin duda, amo a mamá Abril.
— Sólo sus padres, bien, pero no quiero saber detalles, por favor.
— Bien, no detalles — sonriendo— Y felicidades por los dos nuevos bebés, de seguro los chicos se ponen felices.
— Vivimos sólo con Oliver, un poco de ruido infantil nos vendrá bien.
Sonrió mamá, sentándose en el piso a mi lado, abrazándome por los hombros, mirando con amor a las bebés en las canastas.
***
La mujer se despertó dos horas después, sedienta y cansada, confundida al ver a los bebés siendo amamantados por mí, de algo que sirva tener leche a montones, ya me dolían las tetas por no haberme sacado nada durante todo el día.
— ¿Qué hacen aquí aún? ¿Por qué no se los han llevado?
Preguntó apoyada en la pared, bajando el ultimo escalón que le quedaba, pálida cómo el papel, mirándonos a todos.
— Porque las compró mi prometido — expliqué— Nos las llevamos.
— ¿Qué hace tu prometido? ¿Por qué pudo comprarlas? Elijah nunca pudo comprarte por más intentos que hizo, hasta intentó robarte en un par de ocasiones. Él lo intentó todo, hasta que te llevaron.
Caminando a duras penas hasta la cocina, sirviéndose un vaso de agua que bebió de un sorbo.
— Mi pronto esposo es mafioso. Capo de los Kinahan en Irlanda, temido, odiado, y buscado en muchos países, es poderoso, me compró a mí hace unos años, y compró a estas niñas ahora.
— ¿Un nuevo comprador? ¿Este sería el cuarto o el quinto esposo para ti?
— El quinto — no sentía reproche o ironía en su voz, sólo preguntaba porque deseaba saber— Y espero que el último.
— Entonces... es tu final feliz, él.
Caminando lentamente hacia nosotros, tomando asiento en el sofá individual, mirándome.
— Sí, es mi final feliz, me quiere, aceptó al hijo que tuve con otro hombre, me ama, me consciente y me trata cómo una reina, incluso vivo en un castillo, por fin la vida me está sonriendo, luego de veinte años.
Se estrujó los dedos con nerviosismo, mirando a las niñas en la canasta antes de observar a mi mamá, y luego a papá, tardándose su tiempo antes de mirarme a mí.
— Yo no recibo nada por parir niños — narró— Me dan un mes para componerme luego de un embarazo, y luego debo buscar un hombre que encaje con el perfil de la granja, si no consigo tener sexo con él en un plazo menor a dos semanas, me encierran en el granero, me amarran a una viga de pies y manos, y... obligan a los... niños mayores a... a... — apretó los ojos y formó puños con las manos— Yo no gané nada entregándote a la granja, ni a ti, ni a tu hermano, ni a todos los otros, tengo treinta y tres años, nunca he salido de los terrenos de la granja, nací aquí, y en cuanto mi útero deje de servirles, moriré aquí. No quise hacerle lo que le hice a tu padre, pero era eso, o... o los niños... yo no... no puedo hacer eso, algo de moral me queda, estoy arrepentida de lo que le hice, Elijah es un buen hombre, pero entiéndanme ustedes también, no tuve alternativa, los castigos por desobedecer son horribles, y yo no soy más que una cría de granja que ya creció.
Las nauseas me golpearon con fuerza, tanto, que me vi en la obligación de salir corriendo hacia el exterior y vomitar entre las vacas, vaciando mi estómago, devolviendo lo poco que comí en el desayuno, sintiendo una mano fría acariciarme la espalda, sujetándome el cabello.
— No me toques...
Pedí, moviendo mi hombro para apartarla, pero no se apartó, siguió sujetándome el cabello, mientras devolvía un poco más, acariciándome la espalda.
— Lo siento... Melanka, sé que viviste momentos duros por mi culpa, pero no podía hacer nada, y... matar a un bebé... no puedo hacer eso, lo pensé muchas veces como un favor a todos ustedes para que no tuvieran que vivir la experiencia de la granja, pero... no pude, lo siento...
Una muerte limpia hubiese sido piadoso de su parte, de seguro todos hemos vivido horrores, pero... tiene razón, no fue su culpa, es una esclava más, y a mí pudo haberme ocurrido cómo a ella si no me enviaban a la India.
— No puedo ayudarte —le dije cuando por fin me recuperé un poco— No debes estar a la venta, eres fértil, le sirves a la granja.
Incorporándome con lentitud, me tiemblan las piernas.
— Yo estoy resignada a mi destino, sé que moriré aquí, no necesitas compadecerte ¿Con qué cara podría pedirte algo si nunca te ayudé?
Acomodándome el cabello...
Y yo... la dejé.
Debo estar muy falta de cariño para permitir que acciones simples cómo estas me ablanden el corazón.
— Le preguntaré a Enok si puede hacer algo de todas maneras, te odia, pero quizá, si se lo pido, pueda hacer algo.
— Enok ¿Tu prometido?
— Sí, él — asentí lento— Bueno... nosotros nos vamos, yo ya no quiero estar aquí, me enferma ver la granja, me... enferma verte a ti.
Asintió triste, dando un paso atrás.
— Lo lamento. Perdóname por la vida que tuviste.
— Yo tuve un desenlace feliz, mejor compadécete por todos los demás, no entiendo cómo has podido parir tantos hijos y todavía no te mueres.
Se encogió de hombros, los ojos brillándole por las lágrimas que están a punto de caer.
— Supongo que no he tenido suerte, la vida no me ha sonreído todavía — las lagrimas le recorren las mejillas con insistencia, pero no se esforzó por borrarlas— No quiero seguir haciendo esto... quiero que acabe...
Retrocedí dos pasos y... la evité, caminando a paso rápido hasta la casa porque no tengo idea de cómo se consuela a alguien, y siendo sincera, no me siento preparada para consolarla, no puedo.
— Bien, vámonos — acuclillándome para tomar a una de las bebés— Los autos llevan horas esperándonos.
— ¿Tan pronto? — preguntó mamá, tomando a la otra bebé— Pero quizá... Elijah — mirando a papá— Debes querer preguntarle algo.
— Pero Abril, tú...
— Yo estaré bien — sonriéndole— Esperaremos en el auto para darles privacidad, vamos Melanka.
Empujándome sutilmente con la cadera para que comenzara a caminar, y bueno, yo no debería meterme en medio de conversaciones de adultos, digo, más adultos, bueno, de mis padres, así que la seguí hasta el auto, y por la ventana miré cómo parecían discutir a la distancia mientras ella lloraba, luego de unos minutos, papá subió al auto y arrancamos.
Nadie preguntó nada, y él no mencionó nada tampoco.
Sinceramente, no quiero saber, no es información que necesite.
***
Luego de dejarlos en el avión y esperar a que este partiera, sola, me subí al auto y fui llevada a la dirección enviada por Enok con anterioridad, una fortaleza de cristal oscuro enorme y fría, llena de guardias vestidos de negro, armados hasta los dientes, y no parecen estar muy a gusto con mi presencia, me están apuntando.
— Las putas de la granja no son solicitadas hoy.
Dijo uno de ellos con el ceño fruncido.
Aagh... debí cambiarme de ropa primero...
— Llama a Enok, mi esposo estará muy contento de oír que me llamaste puta.
Tirando del pañuelo que me cubre parte del cabello, buscando el cierre del vestido, deslizándolo lentamente hacia abajo, saqué los brazos de las aberturas y dejé caer la tela a mis pies, consciente de que todos estos tontos bajaron las armas y me miraban en ropa interior, recibiendo el top y el short que me ofreció el chofer, acuclillándose en el piso para ayudarme con las zapatillas.
— ¿Qué? ¿Nunca han visto a una mujer semi desnuda?
Arreglándome el cabello con los dedos, tomando el labial y el espejo para maquillarme un poco, me veo demasiado pálida, y ya hice gárgaras con enjuague bucal, así que no tengo sabor a vómito en la boca.
Me siento renovada luego de salir de ese lugar y abandonar estas malditas ropas.
— ¿Qué? ¿Nadie lo va a llamar? — bajando el espejo cuando tocó el delineador— Tengo que hacer todo yo — rodando los ojos— Márcale a mi esposo y pon altavoz.
Pidiéndole al hombre tras el volante.
— Por supuesto, señorita.
No tardó en buscar el nombre de mi casi esposo, quien contestó casi de inmediato, la voz grave y profunda al otro lado de la línea.
— ¿Ya llegaste, muñeca?
— Sí, estoy afuera, pero están jugando a los soldaditos, me apuntaron y me llamaron perra, así que... creo que necesito escolta.
— ¿Qué hicieron qué? — maldijo por lo bajo, escuchándose cristales romperse de fondo— No te preocupes, rubia, ya voy para allá.
— Te espero aquí, mi amor.
Canturree, sonriéndole a los soldaditos que ahora se miran preocupados entre ellos.
— ¡Debieron dejarme pasar por las buenas! ¡Mi esposo es de temer!
Carcajeando al ver cómo se preocupan más todavía, bajando las armas.
Un minuto después, apareció Enok en mi visual, mató a tres al hilo sin parar de caminar, va acompañado de un hombre igual de alto que él, sin inmutarse por el arrebato de mi hombre, sólo se detuvieron al llegar frente a mí.
— Tú, carga las cosas de la señorita dentro — señaló el hombre— Y usted, mi dama, lamento el mal rato, me presento, mi nombre es Andrei — estirando su mano hacia mí— Soy el Boss de la Bratva y su anfitrión hasta que decida marcharse.
Sonriendo amplio, casi como si estuviese coqueteándome.
Por educación, estiré mi mano y estreché la suya, sonriéndole de regreso.
— Mi esposo y yo le agradecemos el gesto — dibujando sutilmente un límite para que Enok no se pusiera celoso— Mi nombre es Melanka, Melanka Kavanagh.
Viendo de reojo cómo bajan mis cosas del auto para llevarlas al interior del castillo de cristal oscuro.
— Mi esposa y yo tenemos mucho de qué hablar, así que nos retiramos primero — mencionó Enok antes de tomarme por el brazo para apartarme de él, buscando mi mano, entrelazando sus dedos con los míos— No nos molestes, estaremos ocupados.
Comenzando a caminar conmigo hacia la fortaleza de cristal.
— Vi la ropa en el piso, te desnudaste frente a todos... otra vez.
Reí nerviosa.
— Es que se me olvidó que esas cosas no suelen hacerse.
— Puedo apostar mi cabeza a que no te dispararon para poder ver el espectáculo.
— Sí... yo también creo lo mismo ¿Estás celoso ahora?
Se detuvo de forma abrupta, haciéndome chocar con su espalda.
Antes de poder reprochárselo, ya me tenía cargada entre sus brazos, caminando un poco más rápido.
— Ahora mismo voy a ser un maldito retrasado posesivo y voy a marcar territorio, porque "Mi esposa" No puede ser cortejada por nadie más aquí.
— Ah... te gustó lo de esposa ¿No? Matemos a Lucas pronto para casarme contigo.
— Ni siquiera dudes de eso, en cuanto terminemos aquí, iré con él.
— ¿Puedo ir? Quiero ser lo último que vea, y quiero ver su dolor.
Sonriendo maliciosa, acariciándole el cuello.
— Tú puedes hacer lo que quieras, pero ahora, yo voy a hacer lo que quiera con tu cuerpo ¿Alguna objeción?
— ¡No señor!
— Dime señor de nuevo, y voy a romperte el culo.
— Uy señor... eso me pone...
Rápidamente me bajó, apresándome contra la pared ya dentro de la fortaleza, mi mejilla pegada al vidrio oscuro, y su mano apretándome con fuerza una nalga.
— Te lo advertí, muñeca...
No sé si me pone más su lado violento, o que nos estén mirando un montón de tontos vestidos de negro.
Puede ser ambos...
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BUENAS BUENAS BBCITAS!!
BUENO... OBTUVIMOS UN POCO DE RESPUESTAS, PERO YO SIGO INCONFORME
TENGO ESE MAL SABOR DE BOCA TODAVÍA
MELANKA NO PARECE CONFORME TAMPOCO
ENOK NO QUIERE SABER NADA CON ESA MUJER
TENGO CURIOSIDAD POR LO QUE HABLARON ELIJAH Y LA MUJER
ABRIL ES... ES TODO LO QUE ESTÁ BIEN EN ESTA VIDA, ES DEMASIADO BUENA PARA ESTE MUNDO
YO ESTARÍA ENOJADA Y CELOSA EN PARTES IGUALES
LA GRANJA ES TERRIBLE
AL MENOS ESAS GEMELAS SE SALVARON DE TENER QUE VIVIR ESE INFIERNO, ENOK LAS COMPRÓ
LA COSA ES SABER QUÉ PASÓ CON EL MELLIZO DE MELANKA, NADIE SABÍA DE SU EXISTENCIA, DE ESO TUVIERON QUE HABLER HABLADO LA MUJER Y ELIJAH
ESPERO QUE LO ENCUENTREN Y NO SEA DEMASIADO TARDE
NILAK SEGUIRÁ TENIENDO SEXO CON SU INFORMANTE? YA LO VEREMOS JAJAJAJA
NOS LEEMOS EL PROXIMO CAPÍTULO 200 COMENTARIOS Y VOLVEMOS
BESITOS EN LA COLA
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