Capítulo 22
MELANKA.
Respiré lento y pausado, intentando no hacer ruido, caminé con las puntas de los pies, incluso me quité los zapatos para que Lucas no me escuchara llegar, son las cuatro de la mañana, terminé tarde mis obligaciones en la base, pensé en quedarme una noche más en las habitaciones para quienes están de turno, pero si lo hacía otra vez, Lucas no me lo aguantaría, su fachada de amabilidad, respeto y buenas intenciones se cae cuando estamos a solas, no es para nada el amigo que creí conseguir al comienzo, no es mi aliado, es mi enemigo, vivo con mi enemigo bajo el mismo techo, y no puedo tocarle ni un solo pelo, no si no quiero echarme al general y a la milicia encima, me quitarían la poca libertad que tengo, y menos me dejarían ver a Charlie, apenas y logré generar un vinculo con él, no puedo permitir que me arrebaten eso.
Tengo que aguantar, tengo que ser fuerte, he aguantado cosas peores, cosas mucho peores, yo puedo con esto, yo...
— ¿Estas son horas de llegar? ¿Es que acaso no has visto todos los mensajes que te dejé? ¿Qué estabas haciendo que te mantenía tan ocupada?
Preguntó esto ultimo de mala gana, saliendo de las sombras, dándome un susto de muerte.
Viste una bata azul y probablemente no usa nada debajo, temo que hoy sea una de esas noches en las que deba acostarme con él.
— Estaba trabajando, murió mi batería — mostrándole el móvil— ¿Es que vas a ser así desde ahora? ¿Controlarás todos mis tiempos? ¿Con quienes salgo? ¿A quiénes veo?
— Si a mí no quieres verme ¿Por qué tendría que dejar que mi esposa vea a otros? — acercándose, sujetando mi brazo con fuerza— Melanka, he tenido mucha paciencia contigo, pero recuerda que tú y yo tenemos un trato — aquí va de nuevo, maldita sea— Yo me quedo en silencio sobre este matrimonio arreglado, y tú cumples con tus funciones como es debido — Desabrochando mi pantalón con agresividad, haciendo saltar el botón hasta el piso— ¿O quieres que le vaya con el cuento a tu padre? Estará muy feliz de saber que sigues pensando en tu noviecito ese que ya te olvidó.
Empujándome contra el brazo del sofá, doblando mi cuerpo sobre este.
— Lucas, no tengo ganas — intentando zafarme— No quiero hacerlo hoy, estoy cansada, quiero ir a la cama.
— Ah, pero tampoco vas a mi cama — bajándome la ropa a tirones, doblándome el brazo sobre la espalda para que dejara de intentar escabullirme— ¿Cuándo vas a cumplir con tus obligaciones entonces? ¿Qué saco yo de estar ayudándote? Siempre es lo mismo, quieres ser el centro de atención — tirando el paquetito plateado vacío junto a mi rostro— Agradece que estoy usando condón, no tengo idea si te revuelcas con otros cuando no estoy cerca, quizá que cosa puedas pegarme.
Penetrándome de golpe, doblándome con mayor fuerza el brazo, haciéndome gritar del dolor.
Eso le gusta, sentir que tiene el poder, le gusta controlar, controlarme, y tiene razón, estoy de brazos cruzados, escogí al hombre equivocado para mis mentiras, yo misma me metí a la cueva del lobo.
— De vez en cuando hay que disciplinar a las mujeres, se creen superiores al estar casadas con alguien de familia con alto rango, sin mí no serías nada, tienes que agradecerme al menos de esta forma — penetrándome sin cuidado— Gracias a mí tienes todo esto, gracias a mí respira tu maldito ex novio al que tanto deseas, del que tanto balbuceas cuando estás hablando ¡Llámalo ahora! ¡Haber si puede ayudarte!
— Lucas, te estás pasando — apreté los dientes, los ojos me queman y no voy a llorar frente a este imbécil— Suéltame o te juro que haré que te arrepientas, no soy la mujer indicada para que te las des de super hombre.
Clavándole las uñas de mi mano libre en el brazo, consciente de que le estoy haciendo daño, necesito que aligere sólo un poco la presión en mi brazo sobre la espalda y ya podré sacármelo de encima.
— Vamos, llámalo, de seguro eres tan patética cómo para tenerlo guardado aún en tu móvil — aplastándome contra su cuerpo, lo tengo tan adentro que me lastima, ni siquiera estoy lubricada— Llámalo cómo lo llamas mientras duermes — apretando mi rostro— ¡Enok! ¡Enok! — se burló— Salva a la pobre e indefensa de Melanka que sigue llorando por ti.
Huele a alcohol, debe estar borracho hasta el culo, y esa no es justificación para que me trate cómo lo está haciendo.
— Suéltame, Lucas, suéltame o no respondo.
— ¿Qué vas a hacer? ¿Acusarme con tu papi? — penetrándome con más rudeza, sin salirse de encima— ¿Qué va a hacer? ¿Acusarme con el mío? Nadie te va a creer, tengo un expediente intachable, nadie le creerá a una ex criminal cómo tú. Agradece que me casé contigo.
Aproveché su cercanía, golpeándole el rostro con el codo, usando toda la fuerza que tenía.
Soltó un grito de dolor y salió de encima, soltándome los segundos suficientes para empujarlo y sacármelo de encima, tomando el móvil, arreglándome la ropa mientras corro escaleras arriba, rezando que no me atrape mientras recorro el pasillo a toda velocidad, metiéndome en el cuarto de Charlie, echando el seguro a la puerta, moviendo el mueble grande para bloquear la entrada, cubriéndome la boca con ambas manos, sintiendo sus gritos y golpes al otro lado.
— ¡Abre la puerta, maldita sea! ¡¿Ahora te vas a esconder ahí?! — Golpeó aún más fuerte, e intentó abrir — ¡Abre la puta puerta o voy a hacer algo de lo que te arrepientas!
Charlie se levantó de su cuna, llorando, asustado, apenas tiene un año y medio, no tiene idea de lo que pasa, no lo entiende, él sólo quiere a su mamá, estira sus brazos hacia mí, llorando con insistencia, buscando refugio.
Sólo me digné a gatear con él, mirando con desconfianza el mueble contra la puerta, rezando para que aguante, tomando al niño, encerrándome con él en el baño de la habitación, dónde los golpes y los gritos se escuchaban menos fuerte, sentándome en el piso con él encima, intentando tranquilizarlo, mientras marco a Liam, mi hermano mayor, con manos temblorosas, llorando de la impotencia por tener que aguantar a un imbécil cómo Lucas.
— No debo disgustar a papá... — dije para mí misma— Tengo que aguantar... así todos en Irlanda estarán bien... tengo que aguantar... tengo que...
— ¿Mel? ¿Eres tú?
Apenas contestó, dejé de recordarme a mí misma por qué me mantengo en silencio, meciéndome para calmar al niño que sigue aterrado, acariciándole la espalda.
— Liam... ¿Puedes venir a casa un momento? Por favor.
Consciente de lo gangosa que se escucha mi voz, no puedo parar de llorar, tengo demasiada rabia acumulada.
— ¿Estás llorando? ¿Sucedió algo?
La voz adormilada se le pasó en segundos, es más, escuché el sonido de las mantas moverse, de seguro se está vistiendo para venir.
— Sí — dije con voz rota— Es que... Lucas bebió un poco y se está comportando cómo un loco — mirando los dedos del imbécil en mi brazo— ¿Podrías no decirle nada a papá? Es... esto no pasa seguido —mentí— Sólo que se le fue un poquito la cabeza y está rompiendo cosas abajo, no sé qué hacer... sólo... por favor ayúdame esta vez.
— Claro que sí, por supuesto, voy saliendo para allá ¿Dónde estás?
— Encerrada en el cuarto con Charlie, Lucas no deja de aporrear la puerta, temo que entre y...
— No, él no se atrevería a hacer eso, perdió la cabeza quizá, pero jamás les pondría las manos encima — escuchándose el motor del auto y las llantas protestando contra la calle— No lo estoy justificando, Mel, ningún tipo de violencia es justificable, y creo que deberías decirle a papá.
— ¡No! — me alarmé— N-no, no le digas, por favor, júrame que no le dirás, Lucas no es mal esposo — mentí— Es sólo... sólo bebió, la ultima misión asignada fue bastante cruda, la muerte y la violencia pasan la cuenta, está asistiendo al psicólogo — mentí otra vez, cubriéndole la espalda— Es la primera vez... sólo... ayúdame por hoy y no volveré a molestarte.
— Eres mi hermana pequeña, moléstame cuantas veces quieras — dijo con voz calma— Y pase lo que pase, siempre te elegiré a ti, no a él a pesar de conocerlo de toda la vida, llevas mi sangre, somos familia, y tu bienestar junto con el de mi sobrino son lo más importante, nunca pongas en duda mi lealtad ¿Bien? Estoy por llegar, así que no te preocupes, quédate dónde estás, quédate en mi casa hoy si así te sientes más segura.
Le agradecí muchas veces antes de cortarle y esperar a que llegara.
No salí del baño hasta escucharlo detener el auto fuera, porque ni siquiera se estacionó, tampoco va bien vestido, lleva el pantalón de pijama y una bata nada más, una sola pantufla, y corre hacia la entrada principal, él realmente vino, se preocupa por mí.
Pero para cuando entró, el estruendo no se escuchaba, tuve curiosidad, por lo que corrí e mueble empujándolo con la espalda, Charlie no quería que lo soltara, y no lo solté mientras recorría el pasillo en silencio, bajando la mitad de la escalera para ver al maldito mentiroso de mi marido sentado en el sofá, con una cerveza en la mano, y el televisor encendido, recibiendo a mi hermano con una sonrisa, preguntándole qué hace aquí a estas horas, aparentando tranquilidad, tratándome cómo una loca, hablando de lo preocupado que está por mi estabilidad mental, que estoy encerrándome en el cuarto de nuevo, que teme por mi seguridad, que teme que le haga daño a Charlie en medio de mis delirios, que necesito apoyo psicológico y toda esa mierda.
Liam... en sus ojos brillaba la desconfianza, no sabe a quién creer, pero de todas maneras cumplió con su palabra de llevarme a su casa, cubriendo a Charlie con una manta para acompañarnos al auto y dejarnos pasar allí la noche.
Él no dijo nada y yo tampoco, pero al menos pude dormir sabiendo que no se me abalanzarían durante la noche.
Al día siguiente, Lucas me hizo pagar el haberlo apartado antes de acabar, y tuve que aguantar, porque no podía molestar a Liam todos los días, menos avisarle a papá, y Noah no se encontraba en el país, entonces ¿Quién más me quedaba? ¿Oliver? Demasiado pequeño ¿Mi madrastra? Temo que le cuente a mi papá, así que... estoy sola en esto.
Estoy completamente sola.
***
Desperté con las mejillas empapadas, suaves caricias hacen entrar en calor mi cuerpo, Enok me mantiene sobre sus piernas, acaricia mi cabello y mi espalda, mirándome con preocupación, buscando la razón de mi tristeza súbita.
— Estás aquí, no era otro sueño — aferrándome a su ropa— Si viniste por mí.
Rompiendo en llanto, acercándome más a él, sujetando a Charlie contra mi pecho, por fin tenía a mis dos personas favoritas en el mismo lugar.
— Claro que fui por ti, Melanka — abrazándome para tranquilizarme a pesar del desconcierto que expresa su rostro— ¿Qué ocurre? ¿Por qué estás llorando? Llorabas mientras dormías también, pedías por favor que se detuviera ¿A quién se lo pedías? ¿Qué te hacía?
La rabia bulle de sus palabras, odiando al protagonista de mis pesadillas, probablemente planeando cómo sacarlo del camino de la manera más agónica posible.
— Lucas — murmuré— Le pedía que se detuviera, porque me obliga a hacer cosas que no quiero, me amenaza y me grita, pero yo no podía hacer nada... estaba de brazos cruzados, no podía hacer nada...
Me abrazo con fuerza, besando mi coronilla, acariciando mi espalda otra vez.
— Te juro por mi vida que voy a hacer que pague todo lo que te hizo, Mel, no vas a tener que vivir con miedo nunca más. Perdóname por tardar tanto en ir por ti, quería respetar tu palabra, no sabía que esa fue una decisión equivocada de mi parte.
— No quiero irme de nuevo... no quiero volver...
Aferrándome a él con todas mis fuerzas, sujetando a mi bebé con un brazo.
— No pienso dejarte ir de nuevo, Melanka, por eso... hice cambios, en el castillo te esperan un par de cosas, decisiones que tendrás que tomar.
— ¿Es algo malo?
Me preocupé.
— Depende de cómo te lo tomes.
— Es malo entonces — frunciendo el ceño— ¿Qué tan malo?
— Ya lo sabrás — besando mi frente— Estamos descendiendo, llegamos a Irlanda, dormiste demasiado, Nilak se hizo profesional en llevar a Charlie al baño, y yo te descubrí una teta un par de veces para que comiera, no despertaste, así que supuse que estabas muy cansada, el mocoso se quedó dormido hace unos veinte minutos quizá, ha correteado por todo el avión con los Andreeva babeando tras él.
Miré con asombro a Charlie, levantando el rostro, secándome las lágrimas, viendo a los Andreeva, los trillizos específicamente, durmiendo sentados en el piso, Nero en medio, Nash y Neil apoyando su cabeza sobre los hombros de esta, parecen agotados.
— Tú y yo tenemos que hablar —dijo Nilak, acercándose en cuanto conecté con él— Es conmigo el tema pendiente, pero no creo que sea algo malo, no le hagas caso a este tonto — señalando a Enok con la cabeza— Confía en nosotros, estás bien ya, no te dejaremos ir de nuevo.
Estirando sus manos para secar el rastro de lágrimas, sonriéndome cálido.
Así que decidí confiar, porque con ellos no podría pasarme nada nunca.
***
Bajé del avión, viendo el terreno extenso frente a mis ojos, el castillo está varios metros más allá, probablemente un kilometro de distancia de dónde estamos, por eso, subimos a uno de los autos que esperaban por nosotros, y echamos a andar, y no hayo el momento de pisar mi hogar otra vez.
— Charlie — despertando al niño— Charlie, bebé, mira dónde estamos — moviéndolo con sutileza— Mira mi amor — bajando el vidrio, siendo recibida por el cálido viento primaveral— Mira bebé, que hermoso es este lugar.
Despertó un poco soñoliento, le costó, quería seguir acurrucado contra mí, pero en cuanto vio el paisaje, y se encontró de frente con el hermoso lago, y el puente reconstruido, se cubrió la boca con ambas manos, mirándome con tanta sorpresa que se me estrujó el pecho, le gusta, sé que amará estar aquí.
— ¡La lagua, mamá!
Señaló con emoción hacia el exterior, el viento mueve sus rulitos preciosos, y puedo decir con total certeza que los ojos le brillan más de lo que he visto nunca.
— Sí mi amor, hay mucha agua ahí, se llama laguna, es la laguna de mamá, y ese es el puente de mamá — señalé— Enok me los regaló ¿Cierto que sí?
Mirando hacia atrás, hacia el hombre que me ve con esa sonrisa amplia y desconocida para mí, que muestra unas bonitas margaritas, está de brazos cruzados, mirándonos a ambos con fascinación.
— ¿Qué pasó? — pregunté sonriente— ¿Es demasiado? Sé que traer a Charlie aquí es demasiado, pero...
— No, no, está bien, es parte de ti, lo entiendo — moviéndose por el asiento hasta llegar a mi lado, tomando mi mano— Sólo que... eres feliz sólo cuando lo ves a él, nunca te vi sonreír así, y me gusta verte contenta, es eso, estaba mirando lo felices que se ven ambos.
— ¿La lagua mami? ¿Mi tamen?
Preguntó Charlie, tirando de la mano de Enok que me tocaba para llamar su atención.
— ¿Qué dice?
Me preguntó el grandulón confundido.
— Dice que, si el agua es mía, y si puede ser para él también.
Traduciéndole el idioma infantil de mi bebé.
— Ah... ya veo — dejando de mirarme, para mirar a Charlie— Bueno, mocoso, estaremos en problemas entonces, porque en cuanto tu mamá me exigió que se los diera, llamé para que le hicieran un letrero, así que tendré que mandar a hacer otro con tu nombre.
— ¿Mami? ¿Qué?
Preguntó mi niño, confundido.
— Dice que sí, también tuyo, mi amor.
— ¡Sí! ¡La lagua mía! ¡La lagua mía! ¡La lagua mía!
Cantó emocionado hasta que el auto se detuvo, bajando emocionado, corriendo por el pasto hacia el puente, y por supuesto, corrí tras él para que no se vaya a lastimar, o peor, caerse al lago y ahogarse.
— ¿Quieres tocar el agua, mi amor? Vamos a sacarnos los zapatos, será divertido.
Pateando las zapatillas, sacándome los calcetines a tirones, ayudándole a él, arremangando el pantalón en sus piernas antes de acercarnos y tocar el borde del agua tibia, estaba exquisita la temperatura, y disfrutamos mejor cuando Chispas bajó del auto dónde venía en compañía de Nero, corriendo hacia nosotros, disfrutando del agua con el niño, ambos chapoteando y mojándose.
— No te preocupes, ya pedí que le compren algo de ropa — dijo Nilak, acercándose a mí— ¿Los dejamos jugar? Mis hermanos se harán cargo, Charlie estará bien.
— Todo este misterio me pone nerviosa, no me gustan las sorpresas.
Dije siguiéndolo de todas maneras, viendo a los Andreeva sacarse la ropa y en ropa interior, lanzarse al agua, cargando a Charlie para jugar mejor con él, y mi niño se ríe a carcajadas por las ocurrencias de esos tres, va a estar bien.
— Es... — suspiró, tomando aire— ¿Te gusta ser una Bennet? ¿Te gustó vivir allá?
— Mmm... yo creo que, si no los hubiera conocido, y no me hubiese casado, sí, me gustaría vivir con papá, mis hermanastros y mi madrastra, todos me trataban muy bien, me querían, pero... yo ya tenía una familia aquí, y eso ellos no pudieron reemplazarlo.
— Entonces... no te gusta tu apellido.
— Me gustaba ser sólo Melanka, allá, todos me llamaban Teniente Bennet, o Capitán Bennet, pero era cómo si llamaran a otra persona, no me identificaba.
Se estrujó los dedos, tomando una larga respiración, caminando a mi lado a paso lento, tomando la distancia suficiente del resto para parar y plantarse frente a mí.
— Sabes que yo te quiero mucho ¿No?
Fruncí el ceño.
— ¿A qué va esa pregunta? Claro que lo sé, yo también te quiero, a ti, a tus hermanos, ustedes son mi familia.
Sonrió cálido y asintió.
— Claro que lo somos, lo somos... por eso... lo pensé bien, de hecho, lo había pensado antes de que te fueras, hablé con mi padre, y accedió a darte nuestro apellido, ser familia formalmente, y si... si... logramos deshacernos de tu marido, Charlie también puede tomar nuestro apellido, porque es familia, tú eres nuestra familia, y quiero que tengas nuestro apellido, que seas una Andreeva.
Lo miré con sorpresa, sintiendo las lagrimas saltarme de los ojos otra vez, últimamente estoy llorando demasiado.
— ¿De verdad puedo ser una Andreeva?
— Claro que sí, es el deseo de todos.
— ¿Esta es la sorpresa en el castillo?
— El 50%, hay personas que presentarte, pero eso después de que me des tu respuesta, preciosa.
— ¡Sí quiero! — saltando hacia él, abrazándolo por el cuello— Si quiero, joder, claro que quiero, esta es mi familia, aquí pertenezco, quiero ser una Andreeva, sí quiero.
Me abrazó con fuerza, respirando aliviado, asintiendo.
— Entonces, hablaré con mi padre para proceder con la documentación, eres mayor de edad, así que, puedes cambiarte el apellido si así lo deseas. Ahora... vamos dentro antes de que a alguien le dé un infarto, debe estar esperándote para presentarte a esas personas.
Me alejé lentamente, pensando en que Nilak por fin será mi hermano mayor, por fin los Andreeva serán mi familia.
— ¿A quién debo conocer? ¿Buenas o malas noticias?
— Depende de cómo te lo tomes.
Rodeando mis hombros, llevándome de vuelta al castillo, dejando que los trillizos entretengan a mi bebé.
— ¿Son amantes de Enok?
Pregunté.
— ¿De dónde sacas esas cosas? Claro que no.
— Entonces son buenas noticias — sonriendo— ¿Quiénes son?
— Los padres de Enok, mueren por conocer a la chica que hizo que su hijo se tomara en serio lo de aprender a entender las emociones y expresiones de las personas que lo rodean. Todos estos años, se ha esforzado por mejorar esa deficiencia suya, tenía la esperanza de reunirse contigo otra vez.
Abriendo la puerta del castillo para mí, dejándome pasar primero.
— Yo se lo dije, no necesitaba preguntar, para mí es perfecto tal cual es.
— Eso le dijimos todos, pero ya sabes lo terco que puede llegar a ser — suspiró— Pero bueno, ahora se siente menos fuera de lugar y más seguro de sí mismo, así que lo benefició de todas... ¿Qué ocurre?
Parando de caminar al verme detener la caminata en seco, mi móvil estaba vibrando, lo tomé para ver de qué se trataba, casi olvido que en casa deben pensar que me secuestró el anticristo y quizá cuanta mierda más, me está llamando Lucas, debe estar furioso.
— ¿Quién es "Bastardo"?
Preguntó, leyendo el nombre en la pantalla.
— Mi esposo.
Respondí nerviosa.
— ¿Quieres hablar con él?
— No, pero tengo que responderle para saber qué debemos hacer a partir de ahora. Para leer su siguiente golpe.
Suspiró rendido porque sabe que tengo razón, aunque ambos odiemos la idea.
— Me quedaré aquí contigo, responde, pero recuerda que ya no estás sola.
Asentí y tomé una larga respiración, contestando la llamada.
— ¿Qué crees? Llegué a casa cansado, herido, con ganas de divertirme con mi maldita esposa para matar la frustración de que ese hijo de puta de los Kinahan se nos escapara, esperaba esa comida mexicana con ansias, pero ¿Qué crees, mujer? No había ni comida, ni perro, ni mocoso, ni una puta esposa que me tuviera el plato listo ¿Dónde mierda estás?
Temblé de pies a cabeza por el odio de sus palabras, me hubiese costado caro si siguiera allá, obligada a compartir techo con él.
— Estoy muy lejos de ti ahora — recuperando mi valor— Con mi amor que fue específicamente a buscarme, así que...
— ¿Y crees que con eso te vas a librar de mí? Melanka, estás casada, eres mi mujer, tuviste a mi hijo y lo pariste aquí, la ley está a mi favor ¿Crees que te dejaré conservar a Charlie si te quedas allá? Voy a quitártelo, maldita sea, y sé que no tengo mucha paciencia, así que imagina la vida que tendrá tu querido hijo por tu culpa, maldita zorra, será tu culpa todo lo que le pase, así que tienes dos opciones, o se regresan aquí y hacemos cómo que nada pasó, o voy a quitarte a Charlie y nunca, nunca, te dejaré verlo de nuevo.
Tuve el ademán de ir hacia la puerta principal para salir de aquí y hacer justo lo que me estaba pidiendo, volver con él y así, que no me quitara a mi pequeño, pero Nilak me sujetó por el brazo, rodeó mis hombros y me abrazó con fuerza, pegando mi espalda a su pecho, tomando el móvil.
— Para hacer todo el proceso judicial, y quitarle al niño, primero tienes que estar vivo, y suerte con eso — mencionó el semi asiático— El Capo se enteró de parte de lo que le hiciste a su mujer y está furioso, disfruta tus últimos momentos. Si vuelves a amenazar a Melanka frente a alguno de nosotros, tu muerte será aún más lenta y sufrible de lo que estamos planeando, transmítele el mensaje a tu padre, por si quiere jugar a la guerra, porque lo estaremos esperando.
Cortó la llamada y me regresó el móvil, acariciando mi cabello para tranquilizarme.
— Él nunca, pero nunca se acercará a ustedes de nuevo, no lo permitiremos — aseguró— Vives acá ahora, eres una Kinahan, una Andreeva, gente que te respalda — besando mi coronilla— No estás sola, nunca más, así que no tengas miedo, nunca vuelvas a tener miedo.
Me aferré a él con todas mis fuerzas aún temblando, pero él tiene razón, ya no estoy sola, tengo a mi amor, tengo mi familia, tengo a mi hijo conmigo, y tengo el respaldo de los Kinahan.
Voy a estar bien, todos vamos a estar bien.
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BUENAS BUENAS BBCITAS!
ME ESFORCÉ EN CUMPLIR!
200 COMENTARIOS Y VOLVEMOS! SON LAS MEJORES
ESTA VEZ, LES TRAJE UN FLASH BACK DE CÓMO LO PASABA MELANKA CON LUCAS
ESE HOMBRE ERA UN DOBLE ESTANDAR TOTAL, UN MENTIROSO QUE MUESTRA UNA CARA DIFERENTE A OTRAS PERSONAS
MELANKA TUVO QUE HABER VIVIDO COSAS HORRIBLES A SU LADO
NO ME SORPRENDERÍA SI A CHARLIE NO LE GUSTA ESTAR CON SU PADRE
ENOK ES TODO UN AMOR, INSISTO, LO AMO , ES TODO LO QUE ESTÁ BIEN EN ESTE MUNDO
NILAK? JODER, ES QUE LO AMO, ES PERFECTO
LOS TRILLIZOS? DEBEN ESTAR BABOSOS CON CHARLIE
ESE NIÑO SE DA A QUERER, SÉ QUE SE GANARÁ A ENOK TAMBIÉN CON EL TIEMPO
PERO LUCAS?
EL FINAL DEL CAP ME DEJÓ CON UN MAL SABOR DE BOCA, ESE HOMBRE NO SE RINDE
HACER MISERABLE A MELANKA PARECE SER SU RAZÓN DE EXISTIR
PERO LA RUBIA YA NO ESTÁ SOLA, NO ES MANIPULABLE, MEJOR QUE SE CUIDE LA ESPALDA
NOS LEEMOS EL SIGUIENTE CAPÍTULO BELLAS
200 COMENTARIOS Y VOLVEMOS
BESITOS EN LA COLA
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