Capítulo 20
MELANKA.
1 AÑO DESPUÉS.
Toqué la puerta del despacho tres veces antes de escuchar la autorización.
Abrí la puerta con seguridad, cerrando en silencio, caminando frente al escritorio del hombre imponente que dejó sus deberes de lado, levantando la cabeza para mirarme, intentando mantener las formalidades, no debería darme privilegios a pesar de estar emparentados.
— Teniente Melanka Bennet con orden de traslado a Ghana, coronel — dedicándole un saludo militar— He venido a despedirme.
Mi padre sonrió amplio, con orgullo, poniéndose de pie, mirándome de pies a cabeza, vistiendo mi uniforme completo.
— Descanse, teniente, y venga a abrazar a su padre.
Extendiendo sus brazos hacia mí.
Claro que no dudé en ir y abrazarlo con fuerza, he convivido más de un año con él y... nuestra familia, he comprobado que sus intenciones son honestas, no han mirado a Irlanda desde que me trajeron aquí, usaron a Enok para traerme "A casa", no me usaron para deshacerse de él directamente, quizá fue un premio 2x1 pero... he vivido bien y tranquila.
Aunque... a decir verdad, "Vivir bien" no es sinónimo de ser feliz, llevo saliendo con Lucas desde ese día en que mentí, el general me tiene entre sus favoritas por dicha razón, están planeando una boda lo antes posible, en la milicia, el poder y la unión entre rangos altos es todo lo que importa, un general y un coronel como consuegros es de lo que todo el mundo habla, incluso se habla de mi ascenso a capitán, pero para ello, debo acumular méritos, por lo que se me transfirió al escuadrón de fuerzas especiales, específicamente al cuerpo de paz con el pelotón de Lucas para ir a Ghana, hubo un terremoto gigante hoy en la madrugada y necesitan todas las manos posibles para reconstruir las ciudades dañadas y buscar a los desaparecidos, y reducir a los terroristas que se están aprovechando de la situación.
¿Quién lo diría? Yo siendo buena samaritana.
¡Y odio aquí!
¿De qué sirven tantos explosivos si no me dejan hacer explotar a nadie? Es un desperdicio de material.
¿De qué sirven tantas armas si no me dejan dispararlas? Para todo tengo que esperar autorización, es un calvario.
Y hay tantos idiotas que necesitan unas cuantas balas en el culo ¡Y me dan balas de goma! ¡De goma!
¿Cómo pueden hacerme esto? Yo nací en el caos, adoro el caos ¡Vivo por el caos! ¿Por qué tengo que ser la teniente perfecta? Además, debo dar el ejemplo porque hay sargentos y cabos de diferentes rangos a los que debo ordenarle cosas, me gusta mandar, no lo niego, pero estas condiciones de trabajo son todo lo que odio, preferiría ser la mujer de Enok y ver cómo todo se quema y se destruye a mi alrededor, sin remordimientos, ese es mi mundo, no este dónde debo ser perfecta, sonreír y seguir reglas todo el tiempo.
Yo no nací para seguir reglas, soy un desastre con patas.
Orgullo, honor, sentido del deber... ¿De qué sirve todo si no estoy en el lado correcto?
— Adiós, papá — dando un paso atrás— Claramente no hay móviles allá, pero pueden enviarme cartas, todos, y dile a Oliver que tiene que levantarse más temprano si quería despedirme — sonriendo— Los voy a extrañar a todos.
— Nosotros también, querida, prometo que tendremos todo listo para tu boda a tu regreso, el general y yo estamos construyendo una casa enorme para que Lucas y tú vivan con comodidad, con la llegada de los hijos, el espacio es muy importante.
Fingí una sonrisa más bien parecida a una mueca.
Él cree que soy feliz con Lucas, cree que quiero una boda, vivir con él, y más adelante, hijos, cree todo eso, pero está tan equivocado... vivo con miedo de que miren hacia Irlanda otra vez, camino sobre una tabla delgada y endeble sobre fuego todos los días, temiendo dar un paso en falso y arruinarlo todo, vivo nerviosa, buscando aprobación, intentando leerle el pensamiento para hacer cosas que creo y van a agradarle...
— Sí, tienes razón, el espacio es importante... de seguro a Lucas le agrada también.
Y ese idiota cree que estamos en una relación real, le he dicho en todos los tonos que no lo quiero, sólo me mira triste y dice que aún día aprenderé a hacerlo, que será un buen hombre y bla bla bla.
¿Cuándo dije yo que me gustan los hombres buenos?
A mí me gustan los que me dicen dedos rotos, sorda, retrasada, muda, y demás. Los que no temen matar o vivir por mí, porque yo así amo, vivo por él, por mi Capo incapaz de sentir, pero que me hizo vivir la experiencia completa del amor de todas maneras, esforzándose a su modo, amándome a su modo, y eso... eso no lo olvidaré nunca.
— Vete ya, hija, y cuídate por favor, me moriría de la pena si algo te ocurre, yo... te recuperé hace poco, separarme de ti me da ansiedad, sobre todo porque no me puedo comunicar contigo... así que, por favor, cuídate y regresa a salvo.
— Volveré, soy dura de matar, papá — sonriendo con malicia— Además, es una misión divertida, me dejarán usar balas de verdad, hay terroristas.
Me pican los dedos por dispararle a los idiotas que se me crucen por el frente, por fin algo de diversión.
— Sólo sigue las reglas, y ten cuidado, no saltes hacia el peligro, evalúa los riesgos y con tu pelotón, no hagas locuras, y no te disperses, con la mente siempre enfocada o pueden lastimarte.
— ¡Si coronel! — molestándolo— Estaré bien, tengo siete vidas a mi favor, nos vemos a mi regreso.
— Nos vemos a tu regreso, estaré justo aquí, esperándote — besando mi frente— Cuídate, hija.
— Lo haré, papá. Y a mi regreso... iremos a ver a mi madre, me he decidido, esa mujer va a tener que escucharme.
— Así será, me comunicaré con ella y le haré saber que por fin tomaste la decisión de conocerla.
No quise responder nada, no es que quiera conocerla, él me presiona para que la vea, quiere que conozca a la mujer que me vendió e hizo mi vida miserable para "Dejar ir mi pasado" él sabe que me ha costado horrores dejar de verme o de pensar cómo esclava, aprendí a leer, a escribir, incluso hice un curso por mi cuenta para hacerlo también en Irlandés en caso de que algún día pueda volver allá, a mi hogar, hice terapia, me estoy esforzando por mejorar, incluso me medico para que mi cabeza funcione como el resto de las personas, pero cuando tomo mis medicinas, el dolor y la tristeza me abruman, por lo que las he tirado por el inodoro estos últimos meses, me siento más feliz con el caos dentro de mí, es el único caos que puedo permitirme, y lo necesito.
Un ultimo abrazo fue suficiente y salí de su despacho, tomé mi mochila, cargándomela al hombro, caminando por los pasillos directo a la pista, dónde terminan de cargar el avión a toda prisa para despegar.
— Hola, bombón ¿Me extrañaste?
Dijo Lucas, abrazándome como si fuésemos una pareja cariñosa, apoyando su mano en mi trasero, dándome un beso en la mejilla, usa el mismo uniforme que yo, y lleva lentes de sol, todas se derriten en la base por él, lastima que soy inmune a sus encantos.
— Quita tu mano de mi trasero, o voy a cortártela con la navaja que me viste afilar por la mañana.
Me quedé anoche en su casa para revisar estrategias juntos, idea del general, no mía, y no pude negarme, porque papá parecía encantado con la idea.
— Siempre tan cariñosa, me encanta — moviendo su mano hacia mi cintura— ¿Cuándo será el día en que no me muerdas? Anoche fuiste demasiado ruda, aunque no me estoy quejando...
Mostrándome las mordidas en su cuello, y en su brazo.
Sexo. Claro.
Las relaciones de pareja van de la mano con el sexo, y si para él, tener sexo cuenta cómo quedarse cómo estrella de mar en la cama, mientras él hace todo el trabajo y no me da ni para venirme una misera vez, pues sí, tenemos sexo.
No es diferente a cuando me vendían como puta, una relación por contrato nada más, un sacrificio.
Aah...
Me encantaría tener amnesia cada vez que este se me acerca.
— Cuidado, un día de estos podría arrancarte un dedo.
Soltándome y comenzando a caminar hacia el avión, sintiéndolo trotar tras de mí, quitándome la mochila de la espalda, cargándola él.
— Deja que yo haga el trabajo pesado ¿Cuándo se lo piensas decir a todos? Yo hubiese preferido que te quedes aquí, es peligroso dónde iremos.
Caminando de espaldas frente a mí al ver que yo no disminuyo el ritmo.
— Sigo esperando que la vida me sonría, y perderlo. He tomado tres hiervas abortivas diferentes, pastillas, incluso fingí caerme por las escaleras, y nada, sigue siendo positivo, pero si voy a una clínica abortiva, sería demasiado obvio que hay algo por aquí, y yo quiero deshacerme de él en silencio, así que, si me pasa algo en Ghana, sería un premio, no un castigo.
Suspiró negando, dejando mi mochila junto con las otras.
— Melanka... sé que esto es contractual, esa noche tuvimos un accidente, nunca se me había roto un preservativo, compro buena marca, y sé que no sientes ni un poquito de afecto hacia mí — tomando mi mano— Pero piénsalo, te daría una buena vida, una casa bonita, buena familia, prestigio, honor, cumpliría todos tus caprichos sin dudar, quiero hacerte feliz, dame la oportunidad al menos, ya que... este sujeto de aquí parece querer quedarse con todas sus fuerzas — señalando con disimulo mi panza— Intentémoslo, sólo piénsalo, si nos casamos y vivimos lejos de tu padre, podrás vivir más tranquila, sin pensar en que te están vigilando, podrías olvidar el fingir todo el tiempo, y con este niño, ya no te pedirán nada más, tendrás la vida resuelta. Yo puedo darte todo eso, sólo... piénsalo.
Y tiene razón el maldito, sabe que es una buena oportunidad para poder relajarme un poco, incluso me quedo en la base algunos días, porque me sofoca estar en casa, Lucas es un idiota, pero me da mi espacio luego de tomar lo que quiere.
— Depende. Si este ser inmortal sobrevive — golpeándome la panza con la mano estirada— Se queda. Si tengo un aborto, que ojalá así sea, pues te vas a la mierda.
— Tenemos un trato — estirando su mano hacia mí— Aunque me esforzaré por cuidarte de todas maneras, te quiero y si algo te pasa, me pondría realmente triste. Tengo sentimientos sinceros por ti.
— Pobre de ti entonces, eres muy malo eligiendo.
Golpeando su mano antes de tomar asiento en una de las columnas paralelas del avión, dos hileras a los costados, una frente a la otra, ajusté el cinturón y esperé pacientemente al despegue, viendo de reojo a Lucas, mirarme con decepción.
Yo siempre he sido clara con él, desde el principio, no es mi culpa que se enamore de puras estúpidas sin sentimientos, yo no tengo nada para ofrecerle, sabe que lo estoy usando, pero allá él si está bien con esto, seguiré usándolo hasta que no me sirva más.
***
Fue un vuelo incómodo, veinte horas sentada en esa mierda, comiendo comida militar, que no sabe muy rico, tuve un par de nauseas, y fingir que estaba bien comenzó a sentarme fatal, tenía la cara verde por el asco, así que Lucas tuvo que cubrirme mientras yo vomitaba todo lo que tenía en la tripa, y luego me hizo dormir, tapándome la cara para que no me vieran afectada, no quería que vieran debilidad en mí, siempre he sido orgullosa, y quiero conservar esa de que nada me afecta, nunca.
— ¡Preparados para saltar! — gritó el capitán, viendo la situación a nuestros pies— Ataque terrorista en residencias habitadas, fuego a discreción autorizada. Muévanse, ya.
Cómo hombre es repulsivo, como capitán, Lucas es excepcional, por lo que no dudé en desabrochar el cinturón e ir rápidamente hacia la pared de armas, tomando todo lo que pude, armas grandes y poderosas, tenía permiso de dispararle a todo lo que se me ocurriera y no me perdería esto por nada.
— Toma, póntelo, no te niegues por favor, y cuídate. Yo sí quiero el futuro que se planea para nosotros.
Besándome en la boca antes de pasarme el antibalas por la cabeza, ajustándolo bien a mis costados antes de dejarme continuar eligiendo mis armas, escuchando la alarma de la compuerta siendo abierta.
Tomé el paracaídas a la par de todos, Lucas asintió, una leve señal, y eso fue suficiente para lanzarme al aire con un colt AR 15 entre las manos, un fusil que en particular, me encantaba, era cómodo, ligero, y actúa a corta y larga distancia, una maravilla para alguien sediento de sangre.
Estiré el cordón a la distancia correcta, siendo tirada hacia arriba varios metros antes de comenzar a bajar otra vez, consciente de que estaba vulnerable, por lo que disparé a diestras y siniestras a todo quien me apuntara, cortando las cuerdas tres metros antes de caer, rodando por el piso antes de componerme y ocultarme tras un vehículo, quejándome en silencio por los golpes propinados, tomando una larga respiración antes de levantarme y disparar, ayudando a familias completas a llegar a los refugios, comunicándome con la milicia local y recibir instrucciones, sintiéndome viva por primera vez en meses.
¿Qué es la vida sin algo de caos?
Yo necesito esto.
— ¡A su izquierda, soldado! ¡Cree que estamos aquí para divertirnos!
Grité al cabo que miraba con horror la escena frente a él, puede ser aterrador, sí, pero si está en este escuadrón es porque tiene habilidades para actuar bajo presión, no puede congelarse y esperar a que lo maten.
— ¡teniente, cuidado!
Apreté los dientes y esperé el golpe, siendo tirada al piso por la fuerza con la que se me abalanzó, eso pasa cuando eres buena y no te preocupas sólo por ti, este tipo de cosas.
¿Sentiste eso, estorbo inmortal? Yo creo que con eso si te dan ganas de dejar mi cuerpo.
— ¿Muñecas lindas jugando a la guerra? A ti te llevaré cómo premio.
Quitándome el arma, aprovechando el aturdimiento, y eso que estoy usando casco justo ahora, me corté el cabello hasta los hombros para poder usarlo sin molestias, estoy haciendo sacrificios para quedarme aquí.
— Yo me llevaré tus bolas cómo premio. Nunca subestimes a una Kinahan, porque militar, nunca.
Clavándole la navaja en mi muslo hasta el fondo entre las piernas, escuchando el alarido que soltó como música para mis oídos.
Recuperé mi arma y atravesé su abdomen a balazos, sacándome su cuerpo de encima, colocándome de pie, continuando con el rescate.
Una hora después, el enemigo retrocedió, y sólo entonces pudimos semi relajarnos, siendo recogidos por los camiones para llevarnos a la base improvisada, y afortunadamente, no tenía guardia hoy, por lo que podría descansar sin problemas.
— Maldita sea, ahí estás — dijo Lucas al verme bajar del camión, corriendo hacia mí, abrazándome con fuerza— Joder ¿Por qué siempre te metes en problemas? Estaba preocupado, llegaste en el último grupo.
— Lo bueno se hace esperar — dando un paso atrás— Iré al baño para ver si hay buenas noticias, recibí unos buenos golpes hoy, quizá es mi día de suerte.
Pasando por su lado, preguntándole a un cabo por mi camarote, fui hasta ahí y tomé ropa limpia para cambiarme, dejando las armas para que les den mantenimiento, consciente de que Lucas me pisa los talones.
— Quiero ir contigo.
Pidió al verme abrir la puerta del baño.
— Puedo hacerlo por mi cuenta, gracias.
— Estoy preocupado, también es mío, Melanka.
— ¿Es una orden, capitán?
Mirándolo sobre mi hombro.
— No... sólo una petición... sólo... por favor...
Suspiré.
— No. Pero después, puedes ayudar a curarme, no alcanzo la espalda y es dónde más me duele.
Sonrió cómo un cachorro, casi puedo verlo mover la cola, feliz.
— De acuerdo, esperaré justo aquí. Gracias.
Suspiré de agotamiento y entré al baño, cerrando la puerta tras de mí, me despojé de mis ropas y miré con pesar las bragas limpias, el estorbo inmortal sigue ahí, si continua tan obstinado, tendré que buscarle nombre, y le pondré uno muy feo para que todos los niños se rían de él.
Me quité la suciedad del cuerpo y con ropa limpia, salí del baño, viendo a Lucas justo dónde lo dejé, paseándose de un lugar al otro, claramente nervioso, al verme salir, se acercó con premura, tanto, que casi me tira al piso al intentar escapar de él y sus brazos.
— Acabo de bañarme, no me ensucies — lo regañé— Deberías tomar un baño también.
— ¿Cómo está?
Preguntó mirando la ropa que tengo dentro de una bolsa.
— Sigue ahí — rodé los ojos, soltando un suspiro— No se va por más que intente.
Eso lo hizo sonreír.
— Tomaré un baño entonces, y te buscaré para curar tus heridas.
— Puedo ir con el cuerpo médico, no te preocupes.
— Pero quiero hacerlo yo...
Se lamentó.
— Cachorro insolente — negué lento— Te mimo demasiado, debería ser aún más mala contigo.
Pasando por su lado, ignorando su petición.
— ¡Te buscaré en tu catre!
Gruñí.
Siempre hace lo que quiere.
Si no necesitara de él, lo hubiese hecho desaparecer hace mucho por lo molesto e insistente que es.
***
ENOK.
Suspiré, viendo las tarjetas acomodadas frente a mí, mi madre hizo unas nuevas, con expresiones nuevas y nuevas definiciones, así, yo podré saber más cosas si me enfoco en memorizarlas, pero se me está haciendo cada vez más difícil aprender, la única motivación que tenía se fue hace tiempo, y tratar bien a los idiotas que me rodean no es de mis prioridades.
Mientras cada quién cumpla con su rol, no me interesa nada más.
— ¿Otra vez?
Preguntó Nilak, viendo el móvil de los rastreadores.
Otra vez el de Melanka está pitando, está lejos de Estados Unidos hace unas horas, hice mis investigaciones, Ghana es una zona de guerra en estos momentos, rescate de civiles, terroristas, plomo y muerte ¿Cómo es que el idiota de Elijah mandó a su hija ahí?
De seguro no la quiere, la usa por sus excepcionales habilidades para matar, Melanka es buena con las armas, y aunque no las tenga, es buena matando de todas maneras, ella es buena en todo aquí, me sirve más a mí que a él ¿Por qué sigue obstinado en no devolvérmela?
— Creo que deberías apagar su rastreador... no haces más que torturarte al verlo, ella no quiere saber de nosotros, toma sus decisiones por su...
— No me vengas con esa mierda, que no te la crees — rodando los ojos— Melanka es la personificación del caos, es un desastre con patas, las reglas, las ordenes, los rangos, los modales... todo eso no va con ella, esa mujer encaja aquí, conmigo, lo sabes.
Se acomodó el cabello, mirando en otra dirección, se tomó su tiempo antes de verme.
— Es su decisión.
— Y me está costando horrores respetarla.
Admití.
— Ha pasado más de un año, Enok... quizá se acostumbró, Melanka no hace nada que no le parezca, la conoces, ella es impulsiva, actúa siempre a beneficio propio, va a estar bien, deja de castigarte al ver el rastreador.
— Es que... me desespera no saber cómo está justo ahora.
— Ella es una mujer fuerte, ya verás lo bien que está. Dale tiempo, el rastreador se calmará.
Y se calmó...
Pero pita cada tanto, se lastima seguido, y yo no estoy ahí para cuidar su espalda a mi pesar.
Tampoco soy tan valiente como para mandar a la mierda todo, e ir a buscarla en contra de su voluntad, temo que me mire con desprecio y me mande a la mierda, temo que ya no desee estar conmigo.
Ese temor es lo único que me mantiene aquí.
Ahora sé cómo se siente el miedo, gracias a ella.
***
MELANKA.
Entré a la casa del general luego de siete meses en Ghana, logramos hace una labor estupenda, y gracias a mis méritos, recibiré mi ascenso dentro de poco ¿Cómo no? Si soy fabulosa dando órdenes y haciendo que la gente deje de ser estúpida y siga respirando, también tuve una participación activa en la reconstrucción de la ciudad, recibimos bastante ayuda de otras naciones, lo que aligeró el trabajo y aceleró el proceso, pero mi parte favorita fue la de los terroristas, salir a disparar era la mejor parte de ir allá, ese era el único momento en el que me sentía viva.
Dar ordenes es lo mío.
Paré en seco al ver a mi papá y mi madrastra, a mis hermanos, a mi suegra y al general mirarme como si tuviese tres ojos, o cuatro brazos, ni siquiera nos dejaron entrar a la casa por completo cuando se pararon de frentón a mirarme.
— ¿Qué?
Respondí porque no entiendo el porqué de su reacción.
— Hija... es que estás muy, muy diferente.
Dijo mi papá, acercándose para mirarme mejor.
— Vale, estoy embarazada — rodando los ojos— No me he hecho ningún chequeo, pero saqué cuentas, y deberían faltarme tres semanas ¡Sorpresa!
Moviendo las manos, como si fuese la gran noticia.
Este estorbo inmortal, no me lo pude sacar de encima, es tan molestamente insistente como yo.
— Pero ¡Eso deberías haberlo informado! — dijo papá riéndose mientras viene hacia mí— ¿Cómo es que...? ¿Cuándo...? Voy a ser abuelo, carajo ¡Voy a ser abuelo!
Y yo un estorbo con patas, que vivan los embarazos.
nótese mi sarcasmo.
Luego de eso recibí muchos abrazos y felicitaciones, como si fuesen buenas noticias, y se pospuso la comida, me llevaron derechito al hospital, resulta que conté mal y no me quedan tres semanas, queda una, por lo que puedo entrar en labor en cualquier momento.
Ah. Y es niño.
Está muy vivo, se mueve y todo, apenas me deja dormir, y ni siquiera he pensado en un nombre, pero Lucas sí, le dejé eso a él, ya que soy yo la que tiene una panza enorme justo ahora.
El niño se llamará Charlie, Charlie Carter.
Espero que realmente sea un estorbo inmortal, porque apenas y me cuido a mí misma, y ahora que se sabe del bebé, me matarían si le pasa algo bajo mi cuidado.
***
Dos años después.
Corrí por las escaleras, tropezándome con Chispas, mi perro, poque ¿Qué es una casa de familia sin un perro? Aunque, el peludo no me molesta, al menos Lucas me dejó elegir eso, un mastin italiano que pesa sesenta kilos, mide poco más de un metro, el condenado es enorme, negro, precioso, y jura que Charlie es su hijo, porque se toma muy a pecho su trabajo de cuidarlo, de seguro va corriendo hacia él, si sigo a Chispas, llegaré con el retrasado de mi esposo, y con Char.
— ¡Mamá!
Gritó el niño, feliz al verme, está por cumplir dos años, y es... un niño precioso, ya no es un estorbo con patas, es un chiquillo rubio con mucho cabello, muchos rulos sobre su cabeza, cómo los míos, ojos azules y largas pestañas, una nariz pequeñita y bonita, sus labios forman un corazón, y tiene la cara más linda de todos los mocosos del jardín de niños.
Los primeros meses lo tomaba sólo cuando quería comer, nada más, Lucas se hacía cargo de todo porque yo no quería tener hijos, no quería al bebé, y no quería nada con Lucas a pesar de ser recién casados, vivíamos en una casa bonita, y hasta me regalón un perro, Chispas, pero aún así, me sentía miserable, muy miserable... hasta que un día, Charlie habló, y su primera palabra fue mamá, entonces... entonces me robó el corazón, y dejó de ser un estorbo con patas, y pasó a ser mi hijo.
— ¡Bebé!
— ¿Extrañaste a mamá? — recibiéndolo al trote, levantándolo sin dificultad— Porque yo sí te extrañé, me bañé a la velocidad de la luz para no pegarte bichos de mi viaje.
Respirando su olor a bebé, eso me tranquiliza tanto...
— Has regresado —sonrió Lucas— ¿Cómo estuvo Londres, Capitán? Regresaste mucho más guapa.
Di un paso atrás, alejándome de él.
— Mantenga sus labios lejos de mí, capitán, que es tiempo de Charlie y mamá.
Dando media vuelta, caminando hacia el interior de la casa, con Chispas pisándome los talones.
— ¿No puedo ir con ustedes al menos una vez? Siempre es tiempo de Charlie y mamá ¿Qué hacen? Tengo curiosidad.
Siguiéndome escaleras arriba, hacia el cuarto con el letrero de "Tiempo de Charlie y mamá" en el que mi bebé y yo cantamos y bailamos hasta que nos da sueño, y dormimos sobre los suaves cojines en el piso, nos lo pasamos increíble juntos, no necesitamos a Lucas para nada.
— Nada que debas saber, es tiempo de mamá y Charlie.
Estuve a punto de entrar al cuarto cuando el móvil suyo y el mío pitaron con el característico sonidito que viene acompañado de ordenes molestas.
Ambos suspiramos.
— Tenemos una reunión ahora — dijo Lucas— El tiempo de mamá y Charlie tendrá que esperar.
— A la mierda. Siempre interrumpiendo mi tiempo de calidad — cambiando de rumbo hacia el cuarto que comparto con el babosos de mi esposo— Ya será después, dormiré con Charlie hoy.
— Siempre duermes con Charlie, mujer.
— Y yo no entiendo cómo todavía no te buscas una amante, si quieres yo te abro la cuenta de Tinder.
Me ofrecí, dejando al niño jugar en la cama mientras voy hacia el guardarropa para tomar el uniforme.
— No quiero una amante, quiero esperarte, sé que algún día vas a amarme, me esforzaré, tengo esperanzas.
— Piérdelas ya, por favor.
Bufé.
— Aún es demasiado pronto, mujer.
Rodé los ojos y me dediqué a cambiarme de ropa, hablar con Lucas es caso perdido, no aprende, simplemente no aprende la lección.
Al llegar a la base, fui con mi pequeño todo el camino para escuchar qué tan importante sucedía para interrumpir mi regreso a casa luego de siete días lejos de mi bebé, es tiempo de Charlie y mamá, pero no, aquí estoy, escuchando... vaya... es que no me lo esperaba, esta sí que es una emergencia.
— Quédate con el niño, quiero confirmar la información.
Dije a Lucas, entregándole a mi bebé a regañadientes.
— Las ordenes son claras, nadie puede visitar al prisionero.
— Sí... eso — caminando de espaldas— Soy muy, muy mala para seguir ordenes, no tengo idea cómo me hice capitán.
Sujetándome del barandal del pasillo en el segundo piso, saltando a la primera planta sin dificultad, comenzando a correr a toda leche hacia los calabozos, bajando al nivel sub dos, dónde tienen a quienes no quieren que vean, y hay mejor seguridad.
Me tomó mi tiempo hacer dormir a todo quién me decía que el paso estaba restringido, aprendí a hacer que pierdan el conocimiento antes de matarlos, así me ahorro que me bajen el sueldo, los sermones o las bajas por tiempo limitado, era molesto tener que verle la cara a Lucas todos los días.
— Oh...
Parando en seco al ver al prisionero.
Está arrodillado en el piso, el rostro ensangrentado, debieron golpearlo hasta el cansancio, tiene sus tobillos sujetos al piso, los brazos estirados hacia atrás, un grueso grillete en el cuello, sujeto al piso, está tan bien sometido que dudo y pueda respirar bien.
— Ah. Llegaste — sonrió, mostrándome unos holluelos preciosos que jamás vi en su rostro— ¿Volvemos a casa o qué? Estoy cansado de fingir que me tienen atrapado ¿Te vienes o no? Dime y me largo ya mismo.
Sonreí con ternura al ver que montó todo este teatro, incluso se dejó golpear sólo para comprobar por él mismo que yo quiero quedarme aquí.
— Si me voy, irán a Irlanda y lo volarán todo.
Admití.
— Ya... ¿Y?
Ni siquiera se inmutó.
— Casi matan a los trillizos, yo... si yo podía hacer que todos estuvieran bien, me...
— ¿Te sacrificaste por eso? — me miró como si estuviese loca— Joder, Melanka ¿Ves cómo sí me necesitas? Sigues siendo una tonta, entonces ¿Regresamos a casa ya o seguirás fingiendo ser un miserable soldadito?
Sonreí amplia, mordiéndome el labio inferior, tomando una horquilla de mi cabello.
— ¿Cuál es el plan entonces?
Acuclillándome frente a él para comenzar a soltarlo, se ve muy incómodo.
— No, espera, es demasiado fácil — frunciendo el ceño— Tú eres más difícil que esto, dime algo que me convenza, mujer.
Esto, joder.
Esto es lo que extrañaba, este sentimiento.
— Quiero que el puente sea mío, con un letrero con mi nombre, y el lago también, y quiero dormir contigo todas las noches, sin falta.
Soltando su cuello, recibiendo un beso corto con sabor a metal que me supo a gloria.
— Tan caprichosa... ¿Seguirás pidiéndome más? Pide más, lo que quieras.
— ¿Seguro que... no hay problema si vuelvo? El tratado de paz se romperá, los Kinahan, tú, los Andreeva, estarán en peligro.
— La paz nunca fue una opción, ahora, vámonos, en... — miró algo en el piso, unas líneas cerca de su pie— Cuatro minutos, Nilak pasará por mí.
— ¿Así de simple? ¿Sólo Nilak?
— Claro que no, Nilak y todos los Kinahan.
Me puse de pie de golpe, mirándolo asustada.
— ¿Te puedes soltar solo?
— Claro que sí ¿Quién crees que soy?
Tirando de las cadenas que mantenían sus brazos inmovilizados, arrancándolas de cuajo de la pared.
— Entonces, nos vemos en la salida en cuatro minutos, se me queda una cosa.
— Puedo darte lo que quieras allá, no pierdas el tiempo, Melanka, sólo vámonos.
Poniéndose de pie sin esfuerzo, rompiendo las cadenas que mantenían sus pies al piso.
— No, es que no es una cosa cualquiera, no puedo comprar otro por ahí, y tenemos que hacer una pasada a otro lugar.
Comenzando a correr.
— ¡Melanka! ¡¿Qué tenemos que ir a buscar?!
Gritó para que lo escuchara.
— ¡A chispas!
— ¡¿Y quién demonios es Chispas?!
Troté fuera del calabozo y llegué al patio, cruzándolo a toda prisa, yendo hacia dónde dejé a Lucas y Charlie, el tonto de mi marido sigue parado en el mismo lugar, con mi niño en brazos.
— Oye, eh... — recuperando el aliento, apoyando las manos en mis rodillas— Me pone nerviosa quedarme aquí, mejor me voy a casa ¿Sí? — tomando al niño, más bien, quitándoselo— ¿Comida china o Mexicana para la cena? Pasaré a comprar.
— Mexicana, unos tacos — mirándome— Y sí, creo que es mejor si vas a casa, es peligroso con ese hombre por aquí.
Lo dijo con tanto asco que podría haberle partido la cara aquí mismo, pero tengo menos de dos minutos para sacar a Charlie de aquí antes de que se haga el caos.
— Sí, como digas, adiós.
Besándolo en la mejilla, como el beso que se les da a aquellos que están a punto de morir.
— Adiós, preciosa.
Dijo el idiota.
— Ahora Charlie, mamá será la mujer araña ¡Afírmate!
El grito de Lucas fue lo último que escuché antes de que saltara nuevamente por la baranda, directo al primer piso, corriendo hacia el auto a toda prisa, conduciendo con Charlie sobre las piernas, no había tiempo para sentarlo en su silla y yo necesito que esté fuera de aquí cuando todo estalle.
— ¡Mierda!
Frené de golpe, sujetando al pequeño para que no se golpeara, viendo a Nero apoyada sobre el capot, casi la atropello.
— ¡Mel!
Sonrió amplia, incorporándose de golpe.
— ¡Nero! — imitando su gesto— Voy por Chispas, acompáñame, te contaré todo en el camino.
— ¿Quién es Chispas?
Subiéndose al auto, hablando por el rastreador a Neil para comentarle los cambios.
— Mi perro.
Sonriendo.
— Oye ¿Y este niño, qué? — tocando los risos de Charlie— ¿A quién se lo robaste?
La miré de reojo, sonriendo culpable.
— Ah.... Es mi hijo.
Creo que Nero sufrió un infarto. Eso es bueno, así sabré cómo no darle la noticia al resto... sobre todo a Enok.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
BUENAS BUENAS BBCITAAAS
CAPÍTULO LARGO PORQUE LO NECESITABAMOOOOOS
ENTONCEEES
BAJÓ LA ANSIEDAD O QUÉ?
HAY MUUUUCHAS COSAS QUE CONTAR!
MELANKA SE LAS MANDÓ PERO COMPLETITAS
LA COSA AQUÍ ES... ¿CÓMO SE LO TOMARÁ ENOK?
MELANKA HABRÁ CONOCIDO A SU MAMÁ BIOLOGICA?
LOS PADRES DE ENOK SEGUIRÁN EN EL CASTILLO?
CÓMO SACARÁN A ENOK DE LA BASE?
ES QUE ESE HOMBRE ARRIESGÓ TODO!
NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO
200 COMENTARIOS Y VOLVEMOS
BESITOS EN LA COLA
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top