Capítulo 19
ENOK.
Intenté llamarla una y otra vez, pero el maldito móvil sigue diciendo lo mismo, el número no está disponible, pita una vez, una maldita vez, y luego nada ¿Es que ya no quiere saber más de mí? ¿Se dio cuenta de lo inservible e incapaz que soy?
Sé que la Alexitimia es un problema grande, a Melanka no la entiendo, no entiendo lo que piensa o lo que expresa su rostro, ni siquiera sé lo que yo siento cuando estoy con ella, sólo sé que mi cuerpo se siente tranquilo cuando ella me toca, y que mi mente por fin está en paz cuando la veo sonreírme cómo si yo fuese valioso para ella, los cosquilleos constantes bajo la piel cesan cuando la tengo, ahora ni siquiera puedo dormir en paz, ella era mi medicina, el aire que no sabía que necesitaba para respirar, ella... ella es todo lo que necesito para poder sentirme cómo alguien normal, alguien que ama y es amado, alguien que es un ser humano y no un monstruo insensible, insuficiente, una aberración que no le interesa a nadie.
La presión en mi pecho me asusto, antes, se volvía loco cuando Melanka hacía algo que... no era tan desagradable, era más bien algo que me gustaba de ella, me latía el maldito con tanta fuerza que me costaba respirar, pero ahora me estoy ahogando, simplemente no puedo respirar, el aire no está pasando hacia mis pulmones, me asusté tanto que llevé la mano al pecho, apretando la tela con fuerza, colocándome de pie, sintiendo las paredes cerrarse a mi alrededor, me tiembla el cuerpo, mientras que el sudor frío corre por mi frente y el centro de mi espalda.
Intenté levantarme con toda intención de ir por Nilak, él siempre sabe qué hacer y yo necesito ayuda, pero las piernas me fallaron antes de lograr ponerme recto, terminando de rodillas en el piso, boqueando en busca de oxígeno, mientras mi mente se inunda de sensaciones intensas y abrumadoras a las que no soy capaz de ponerle nombre ni entenderlas por completo.
La impotencia y la angustia se apoderaron de mí, la confusión me nubla el juicio, no sé qué hacer, no sé que me pasa, no entiendo lo que mi mente se esfuerza por hacerme ver.
— ¡No entiendo! — grité con frustración— No sé... No sé qué pasa... no sé qué hacer... no entiendo...
Liquido salado me escurrió de los ojos, recorriéndome las mejillas, rompiéndose al llegar al piso, eso es algo nuevo, mi cuerpo no hace estas cosas ¿Qué me pasa? ¿Qué demonios me pasa? ¿De dónde sale este líquido?
Busqué el móvil a tientas en mi bolsillo, quedándome en el piso, haciendo mi mejor esfuerzo por respirar, llamando a mi madre, ella siempre sabe qué hacer, de seguro sabrá cómo arreglar esto, cómo hacer que ella regrese.
— Enok, cariño ¿Te acuerdas que tienes madre? ¿Ya me dejas ir a visitarte?
— Mamá... mamá... — las gotas que me caen de los ojos caen con más insistencia, y eso... me abrumó— Mamá... un día, bien, conmigo para siempre, luego... no más, se fue, amor, pero... pero lejos, yo...
— Espera, espera cariño ¿Qué pasa? No te entiendo ¿Qué te sucede? ¿Dónde te duele?
— El corazón mamá... — Sollocé— Me duele tanto que no puedo respirar...
— ¡Lorian! ¡Llama a Nilak! ¡Algo le pasa a Enok!
Lorian... ese es mi padre, mi mamá se llama Alana, mi mejor amigo es Nilak, los trillizos, Neil, Nash y Nero, y no hay más... no tengo a nadie más... estoy tan sólo...
— Hijo, escucha mi voz, escucha a mamá, tienes que calmarte.
— No puedo... es que no sé que me pasa, me duele... pero... no sé... es que ella... ella...
— ¿Quién es ella? ¿De quién hablas?
— La sorda.
Dije con voz quebrada, como si fuese obvio ¿Cómo no va a saber quién es la sorda? Nilak siempre le cuenta todo.
— ¿Cuál sorda? Hijo... concentrémonos en ti primero, necesito que respires, escucha a mamá ¿De acuerdo? Necesito que busques apoyo, una pared, apoya la espalda en una pared, y cruza los brazos sobre tu pecho ¿Bien? Escucha la voz de mamá.
Hice lo que me dijo, porque seguir instrucciones es más fácil que pensar cómo salvarme por mi mismo, puse el altavoz y adopté la posición que me dijo.
— Listo.
Solté tembloroso.
— Ahora respira conmigo, cariño, respira profundo y lento, contaré hasta cuatro y luego botarás ¿De acuerdo? — asentí a pesar de que no podía verme, haciendo justo eso mientras ella contaba, botando cuando llegó al cuatro— Eso es, cariño, sigamos haciendo esto hasta que llegue Nilak, no estás sólo, mamá está contigo.
— Mamá... necesito que vengas — casi en suplica— Se fue... y yo... sólo... yo... tengo que aprender.
— ¿Aprender qué?
— Entender.
— ¿Qué cosa tienes que entender? Cariño, respira por favor, me estás asustando...
Las puertas del despacho se abrieron con estruendo, la figura de Nilak fue lo primero que divisé, parece haber venido corriendo, está jadeando, con el móvil pegado a la oreja, mirándome con los ojos bien abiertos y más pálido de lo que recuerdo, cerrando las puertas antes de caminar hacia mí, arrodillándose a un costado.
— Lorian, estoy con él, no te preocupes, no lo dejaré sólo.
Dijo antes de colgar y apoyar sus manos en mis hombros, mirándome directo a los ojos.
— Vamos hermano, no te pierdas, respira conmigo — tomándome por los brazos para que los cruzara frente al pecho otra vez— No estás sólo, me tienes aquí, saldremos de esto juntos.
— Ella... irse, no va a volver, yo... sólo.
Esforzándome por contarle lo sucedido entre bocanada y bocanada, me cuesta hablar, me estoy ahogando, estoy sudado, tembloroso y el líquido sigue saliendo de mis ojos.
— No entiendo qué me pasa... — sollocé— No sé qué tengo...
Nilak vino hacia mí y me abrazó con fuerza, convenciéndome de hablar después y respirar primero, él y mis padres al pendiente de mí, esforzándose para traerme de regreso.
Fueron minutos difíciles en los que no fui capaz de mantenerme del todo conectado con lo que estaban diciendo, pero funcionó, logré calmarme, logré respirar, dejé de gotear por los ojos y mi corazón se calmó ligeramente, sigue doliendo, pero al menos puedo respirar, ese es un avance.
— Llámala, llama a Melanka y dile que no me deje, que voy a aprender — dije apenas recuperé mis sentidos, sujetando a Nilak del brazo— Llámala ahora, dile que llamé a mi madre, que ella me ayudará a entender, me hará nuevas tarjetas y yo voy a entenderla, sólo dile... dile que no se vaya, me voy a quedar sólo si se va, ella es la única que va a tolerarme, Nilak, llámala.
— ¿Quién es Melanka? ¿Por qué Enok está así?
Preguntó mi madre, no me ha cortado en todo este rato.
— Es la ex novia de Enok, es... hija de militares, Enok la compró como esclava y descubrió su linaje, pensó que serviría para sus planes, el padre de ella es un coronel importante en Estados Unidos, así que Melanka se quedó aquí un tiempo... se enamoraron... y... de un día para el otro, Melanka tomó la decisión de irse con su familia a estados unidos, los ataques cesaron en cuanto ella hizo a Enok firmar un acuerdo de paz, y ahora, al parecer, ella no va a volver, Enok entró en pánico por eso, Melanka es... especial, siempre le explicaba cómo se sentía para que él no se abrumara, le explicaba sobre las expresiones del resto, y se tomaba el tiempo para entender sus cambios de humor... ella era buena para él, pero... algo pasó, no sé qué, y Melanka no puede volver, tengo que descubrir ese algo.
— Llámala — insistí, ignorando todo lo que le decía a mi madre, no me interesa, sólo quiero que Melanka regrese— Dile que voy a aprender, que no le diré más sorda si eso le molesta, ni muda, ni esclava o descerebrada, tampoco tonta, o palo con tetas, no le diré de ninguna manera, sólo dile que regrese.
***
NILAK.
Enok se ve tan afectado, que no pude negarme a su petición, está completamente destruido por la decisión de Melanka, y a mi esa niña no me hace tonto, sé qué algo pasó, su decisión cambió por completo el día en que se reunió en el café con su padre y sus hermanos, vi fotos pasar de mano en mano, vi un sobre amarillo, y vi a la rubia dejar de sonreír, pero por cortesía, no quise preguntar, luego no quise interferir en su decisión, quizá sí quería conocer a su familia y convivir en un entorno sano, lejos de los malos y vivir el cuento de hadas que se merece, pero, por más que intento imaginármela cómo una chica normal... no puedo, ella nació para ser una princesa guerrera, un desastre con patas que arrasa con todo a su paso, eso es ella, un hermoso desastre que encaja sólo con los Kinahan, con nosotros, los Andreeva, con Enok, a su lado, con nadie más.
Accedí a llamarla porque Enok necesita las verdaderas razones tras la negativa de la rubia por volver, y yo también, no me fío de que ella quiera una vida familiar, no van con ella, antes ni siquiera confiaba en las intenciones de Elijah, no pudo haber cambiado de parecer tan rápido, mi niña no es así.
— ¿Oliver? ¿Noah? ¿Liam? ¿Es alguno de ustedes?
Es la voz de un chico, habla en inglés, y de fondo, se escuchan fuertes llantos ¿Qué mierda está pasando?
— ¿Quién eres y por qué contestaste el móvil de Melanka?
Hablando en ese maldito idioma para poder comunicarme con él, ganando la atención de Enok y probablemente la de sus padres que siguen al otro lado de la línea.
— Está llorando porque terminó con su novio, está desconsolada, no puedo calmarla ¿Eres alguno de sus hermanos? Porque te tiene agendado como hermano.
Mi pecho se hinchó de orgullo al escuchar eso, Melanka me considera familia ¿Cómo va a querer dejarnos si aquí está su familia? Aquí hay gato encerrado.
— Sí, soy su hermano mayor, y necesito que la pongas al móvil, que me escuche al menos.
— De acuerdo, pero no sé si te preste mucha atención — los llantos se hicieron más fuertes— Sería mejor si vienes a verla, que la lleves a casa, me preocupa.
— ¿Y quién eres tú para preocuparte?
Solté de mal humor.
— Capitán Lucas Carter ¿Y usted es...?
— Alguien que no tiene por qué hablar contigo, ahora dame a la niña.
Un capitán. De seguro le está haciendo ojitos a mi niña, pero ¿Qué se cree?
— ¿Es mi padre? — esa era Melanka, y suena... asustada— Corta la llamada, corta, corta ya. Si me escucha llorando, si sabe por qué, se irá todo a la mierda, tengo que protegerlo, tengo que cuidarlo.
Fruncí el ceño.
¿Cuidar a quién?
¿Va por ahí su decisión de quedarse allá?
— No es tu papá, es tu hermano, lo guardaste así ¿Ves?
— Oh... Es Nilak — ahora está llorando más— Le rompí el corazón, soy la peor — sollozó— No quería, pero tenía que hacerlo, me tengo que quedar, lo amo, pero, me tengo que quedar... Nilak... es que deben odiarme, él debe odiarme... soy de lo peor... soy una maldita basura...
Dos crisis en un día, de dos personas diferentes... es demasiado, son un par de idiotas.
— Cálmate primero, Melanka, respira — me estresa no estar ahí con ella, a distancia es más difícil— Necesito que me digas por qué tomaste esa decisión.
— Cuídalo por mí ¿Sí? Que no esté sólo, y que no se sienta culpable, no es por él, es perfecto cómo es, no tiene que aprender una mierda, a mí me gusta así.
Murmuró entre sollozos, la desesperación palpable en su voz, está rota, rotísima.
— Dile que voy a aprender — dijo Enok— Dile que aprenderé a entenderla, que la amaré cómo lo hacen todos, pero que vuelva.
Suplicó Enok, aún con la mirada perdida y los ojos rojos por todo lo que lloró sin darse cuenta. Mi amigo jamás ha llorado, el hecho de que gotee por los ojos lo sorprendió, nos sorprendió a todos.
— ¿Es él? ¿Estás con él? — preguntó con voz rota— Dile que... que no me espere, no puedo volver, no quiero volver — se corrigió— Es mejor así.
— ¿Mejor para quién? Porque ni él ni tú están "Mejor". Dime qué pasa, yo puedo ayudarte.
— No, no puedes, sólo... no me llamen más, déjenme seguir adelante, me duele hablar con ustedes, me... me duele tanto, que se me terminará notando y arruinaré todo, debo parecer feliz ¿Entiendes?
— ¿Por qué te fuerzas a hacer cosas que no quieres? No eres feliz, maldita sea ¿Qué plan tonto se te ocurrió? Yo soy el de los planes, tienes que decirme.
— Adiós, Nilak, te quiero. Diles a los trillizos que también los quiero... y a Enok que lo amo, pero que me perdone.
Entonces me colgó.
La muy maldita me colgó sólo para evitar el tema, y yo sé que debería respetar su decisión, pero... no pierdo nada con intentar una ultima vez llegar a la rubia, usaré el Az bajo la manga de los Kinahan.
Marqué a Neil, el que menos preguntas hace, escuchando su voz del otro lado casi de inmediato.
— Llama a Madison, que venga ahora. Tengo un trabajo importante para ella.
— Dalo por hecho, te llamaré cuando ya esté aquí.
— Gracias, hermano.
Corté la llamada y miré a mi amigo desecho en el piso, esperando por respuestas positivas de mi parte.
— ¿Va a volver?
Preguntó suplicante.
— No amigo... no creo que lo haga.
Entonces... se rompió de nuevo, y con esto, el Enok que comenzaba a experimentar emociones y expresiones diferentes terminó de enterrarse.
No volví a ver ni siquiera un indicio de sonrisa en él.
***
MELANKA.
Claramente ese día no fui a beber con nadie.
Lucas, el traidor, llamó a Liam y le contó que rompí con mi novio y que no estaba nada bien, mi hermano me llevó directo a casa, dónde me encerré en la habitación por los siguientes tres días, ignorando por completo a mis hermanastros, mi padre, o mi madrastra, los ignoré a todos, haciéndoles saber sólo que estaba viva con monosílabos, negándome a comer o... tomar duchas ¿Para qué me iba a bañar si no saldría ni permitiría que nadie me viera así?
Intenté obligarme a sonreír y salir del cuarto para fingir que nada me pasaba, de mí actuación depende que los Kinahan estén bien, debo parecer muy feliz aquí, debo seguir al pie de la letra lo que mi papá desee para no hacerlo enojar y que rompa el tratado de paz, debo... debo ser la hija modelo... pero es que no puedo...
No puedo...
Tres toques a mi ventana me hicieron levantar la cabeza de golpe, estaba sentada en el piso, con la espalda apoyada en el librero, llevo la misma ropa que me puse ese día.
— ¿Quién es ahora?
Intenté ignorarlo por un tiempo, pero los golpeteos se hicieron más insistentes, más frecuentes.
— Mel, sé que no quieres ver a nadie, pero justo ahora estoy por partirme la cabeza... ayuda.
Fruncí el ceño, es Lucas.
Me levanté sin apresurarme ni un poco, yendo hacia la ventana, corriendo las cortinas, viéndolo colgar desde el borde de la ventana... y yo estoy en un tercer piso. Su sonrisa acomplejada fue lo primero en lo que me fijé, y se está resbalando.
— ¡Eres un idiota! ¿Qué tienes en la cabeza?
Abrí la ventana rápidamente, arrastrándolo hacia el interior, dejándolo caer al piso acompañado de un sonido sordo.
— Bueno, quería ver si estabas bien — incorporándose de a poco— Tu papá dijo que no querías ver a nadie, que ya intentó de todo, está preocupado, así que le pedí permiso para intentar algo desesperado con tal de llamar tu atención.
Voltee el rostro hacia él con rapidez.
— ¿Preocupado?
Ay no... esto es malo, es muy malo, si lo disgusto, el plan de proteger a Enok se irá a la mierda, se supone que yo debo estar al pendiente de los movimientos de la milicia ¡Soy una tonta!
— Es tu padre, claro que va a estar preocupado, además, ayer vino una señorita a visitarte, cómo no querías ver a nadie, tu padre la despachó educadamente, pero hoy regresó, está bebiendo el té con tus padres ahora.
Fruncí el ceño.
¿Será Nero? Aunque dudo mucho que ella se siente a tomar el té con el enemigo... Entonces ¿Quién?
— ¿Tú por qué sabes quién viene a visitarme?
Señalándolo con desconfianza.
¿Estará espiándome?
— Porque yo he venido todos estos días para saber cómo estabas, y si podía verte un rato.
Encogiéndose de hombros como si fuese lo más normal del mundo, preocuparse así por alguien.
— De todas maneras, no quiero ver a nadie, sal ya de mi habitación, tomaste una decisión demasiado tonta, quiero estar sola.
— Sí, lo sé, pero la gente se muere si no come o no bebe nada, la gente se muere si cae en una depresión muy profunda, y ya que no quisiste escuchar a tu familia... creí que podrías escuchar a un amigo — rascándose la nunca con nerviosismo— Yo quiero ser tu amigo... si lo necesitas.
Me crucé de brazos, mirándolo de pies a cabeza, va vestido de militar, y el uniforme le queda bien, pero no necesito amigos que me ven con otros ojos, Neil y Nash son los únicos amigos que me permito, y Nero, obviamente, no voy a darle falsas esperanzas a este sujeto.
— Salgamos a dar un paseo, te ayudará a despejar la cabeza, encerrarse en sí mismo te hace daño.
Dijo dando un paso hacia mí.
— No quiero salir contigo.
— Entonces salgamos con el pelotón, te servirá hacer amigos, convivir con otras personas, tomar aire...
— Tú no me gustas, así que deja de intentar pulular a mi alrededor, no necesito nada de ti, no necesito a nadie, estoy bien así, sola.
Clavando mi índice en su pecho repetidas veces.
— Entiendo que estés herida, pero estás siendo demasiado dura, sólo me estoy preocupando por ti, eres la hermana de mi mejor amigo, es obvio que me preocupo si te veo casi a diario, Liam no deja de hablar de ti — frunciendo el ceño, tomando mi mano para que no siguiera lastimándolo— Y yo no dejo de pensar en ti, nunca vi una chica con tanta destreza cómo tú.
Tres toques en mi puerta rompieron el momento, afortunadamente, porque no tengo idea cómo actuar en situaciones así.
¿Cómo le dices a alguien que no te interesa tocarlo ni con un palo? Pero con sutileza, claro.
— ¿Melanka? ¡Soy... Oliver! Es que... vino una amiga tuya, dice que es amiga tuya, vino ayer también, pero dijo que no se irá hoy sin verte, cree que somos malas personas ¿Por qué dice que somos malas personas? ¿Lo somos?
Dejé de concentrarme en Lucas y miré la puerta, Oliver sonaba... dolido, cómo si realmente no supiera que ellos, su familia, eran los malos en mi historia, aunque no lo culpo, es un niño, los niños no deberían sufrir o pensar en cosas así, merecen una infancia protegida y feliz.
— No... Oliver, no son malos — me obligué a decir, acercándome a la puerta— No la escuches, sólo dice tonterías, sólo... ve a jugar, dile que no quiero verla y tú ve a jugar.
— Es que no se va a ir, lleva horas aquí, discutiendo con papá, Lucas quedó en convencerte para que la vieras.
Miré al susodicho y efectivamente sonrió con culpa.
Maldito.
— Está bien... dile que bajaré ahora mismo, pero que no esperen que esté presentable, iré y regresaré aquí, quiero estar sola.
— ¡Sí! ¡Le diré a papá!
Celebró el niño, mientras yo tomaba un lápiz de mi escritorio, dispuesta a sujetarme el cabello, entonces bajaría y terminaría con esto rápido para volver aquí.
— Ah no, eso no. Vas a tomar un baño — dijo Luca, cargándome como si no pesara nada— El agua se lleva todos los males, dale una oportunidad.
— ¡No me quiero bañar!
— Una lastima, Mel.
— ¡No me digas Mel!
Me depositó en el suelo de la ducha con cuidado, ignorando mi pataleta.
Tiró fuera las botas y dejó caer el agua sobre mi cuerpo, yo creí que iba a quitarme la ropa, pero no, me dejó con todo lo que tenía puesto, lavándome el cabello con delicadeza, tarareando una canción mientras yo le decía hasta de lo que se iba a morir, manteniendo los brazos cruzados todo el tiempo.
— Ya terminamos, bestia ¿Puedes dejar de gruñirme?
Dijo, cortando el agua.
— No quería bañarme.
Protesté.
— Lávate el cuerpo, cámbiate de ropa, esperaré por ti en el pasillo. Si no sales en diez minutos, entraré por tu ventana otra vez.
Sonriendo inocente, dejándome sola en el cuarto de baño, con la ropa pegada, y desconcertada por las actitudes desinteresadas de este sujeto.
— Bastardo arrogante, cree que con una bañadita me va a conquistar — rodando los ojos— No tiene idea de cómo conquistar a una mujer.
Desnudándome a tirones, de mala gana, soltando la ropa en la ducha para no ensuciar el lugar, lavándome el cuerpo cómo me dijo, caminando hacia el guardarropa con la toalla colgada al cuello, secándome al aire, mientras tomo un nuevo uniforme para vestirme.
Si es Nero, quiero que me vea cómo lo que soy ahora, un militar, quiero que crea que quiero estar aquí, quiero que le diga eso a sus hermanos y a Enok, sólo así van a olvidarme y continuar con sus vidas, tienen que olvidarme, yo no tengo nada para ofrecerles, sólo esto, esta "protección" es todo lo que tengo para agradecerles todo lo que me dieron.
Ya vestida y con el cabello ligeramente seco, metí los pies dentro de las botas y dejé la habitación, viendo a Lucas apoyado en la pared frente a mi puerta, al verme salir, sonrió y me animó a caminar por el pasillo, bajar las escaleras, apoyando sus manos en mis hombros, porque según él, voy demasiado lento, y así, me llevó hasta la sala, dónde... Madison esperaba elegantemente, de piernas cruzadas, bebiendo té.
Parece sacada de un cuadro, se ve tan hermosa que fácilmente podríamos confundirla con una obra de arte.
— Hoy vas vestida.
Dije a modo de saludo.
— Y tú vistes el atuendo incorrecto, niña — respondió sin inmutarse— ¿Jugando a los disfraces? ¿Es que crees que la quemadura y tu atuendo tienen algo que ver?
Miré el trébol en mi piel con culpa, claro que no estoy siendo fiel a mis creencias justo ahora, yo soy una Kinahan, no una militar, no tengo nada que envidiarle a los buenos, a mí me gusta tomar lo que quiero a la fuerza, vivir sin culpa y en lo alto de la pirámide alimenticia, esa soy yo, no esta patética versión que me fuerzo a mostrar.
— No le hables así a mi hija en su propia casa — dijo mi padre, poniéndose de pie— Cuando mencionaste que eran conocidas, te creí, pero veo que Melanka tiene muy pocas ganas de verte justo ahora, te pediré que te vayas de mi casa.
Madison ni siquiera se inmutó, bajó la taza lentamente y tomó el móvil, haciéndome una foto.
— Pruebas para Nilak — me dijo— Él me envió a comprobar si estás bien, pero es más que obvio que te estás hundiendo, niña — poniéndose de pie— ¿Por qué estás aquí si no es tu deseo? — caminando hacia mí— ¿Qué es lo que te fuerza a tomar decisiones que te hacen sentir miserable?
Lucas estiró su mano frente a mí, protegiéndome, cómo si Madison fuera a lastimarme, cómo si yo fuese alguien débil que no pudiese cuidar de su propia espalda.
— Yo tomé la decisión porque quise, Madison, no digas cosas que no van al caso.
El corazón me late errático en el pecho, están todos aquí, mi plan... mi plan se irá a la mierda.
— Melanka ¿Es eso cierto? ¿Te estás obligando a quedarte? ¿Por qué? — Preguntó papá, acercándose— ¿No estás a gusto con algo? Puedo cambiarlo — suena desesperado— Podemos trabajar juntos en lo que no te gusta, tú sólo tienes que decirme y lo haré suceder, lo que menos quiero es que estés triste.
— Es sólo que no quiere verte la cara, Elijah, le repugna todo aquí.
Le explicó Madison sin una pizca de delicadeza.
— Melanka...
Mi plan se va a ir a la mierda, maldita seas, Madison, nadie te pidió interceder por mí.
— Estoy muy a gusto aquí — enlazando mis manos al brazo de Lucas— Es mi nuevo novio, diles a todos allá que continué con mi vida, para que hagan lo mismo y dejen de enviarme molestas visitas — perdóname Enok, perdóname...— Estoy muy bien, si no quise verte ayer es porque quiero dejar ir todo mi pasado, no vuelvas aquí, no quiero tener nada que ver con Irlanda — papá instintivamente llevó su mano al arma que carga en la cintura— Ahora fuera de mi casa.
— ¿Tu casa? — carcajeó Madison— Tú lugar es en un castillo, no en una casa, pero allá tú, mascota, te la pasas de dueño en dueño nada más, no aprendiste nada sobre la libertad — Lucas rodeó mis hombros de forma protectora, ve a esta mujer cómo una amenaza— Con él hubieses tenido el mundo a tus pies, aquí todos van a pisotearte, serás una marioneta por el resto de tu vida, no eres feliz, se te ve en los ojos —plantándose frente a mí—Soy una experta en el lenguaje corporal y tú no te ves cómo alguien que se sienta cómoda en los brazos de este.
Respiré agitada ¿Cómo la convenzo para que se vaya y me deje en paz? La poca estabilidad que tengo acá la quebrajó con sus palabras, si mi padre se da cuenta de que finjo para salvar a mi familia real, los Kinahan, matará a Enok, enviará a su gente a Irlanda y dañará a quienes amo, yo... yo tengo que hacer algo, pero ¿Qué?
Sujeté a Lucas por la camiseta y lo acerqué a mí, plantando mis labios sobre los suyos, intentando no parecer muy asqueada por el gesto, fingir se me da bien, tengo que seguir haciéndolo, convencer a esta mujer.
Lucas se tomó muy a pecho su papel improvisado de mi novio, me tomó por la cintura y profundizó el beso, aprovechándose del momento, aprovechándose cómo todos, tomando lo que puede de mí en el momento.
— Bueno. Alguien no estará muy contento con la noticia — dijo la pelirroja, suspirando— Nilak tampoco estará contento, pero ¿Ya qué? Hice mi trabajo, ahora me voy.
De reojo la vi con el móvil levantado hacia nosotros, nos hizo fotos, se las mostrará a ellos de seguro... le romperé el corazón a Enok otra vez...
Antes de poder decir algo, Madison se marchó de casa, dejando a mi desconcertada familia mirándome entre los brazos de Lucas, quien está... aún más desconcertado.
— ¿Estás saliendo con Lucas? — dijo mi padre, sonriendo— ¡Esa es una excelente idea, cariño! De haber sabido que salían, lo hubiese dejado treparse a tu ventana mucho antes, el pobre estaba tan preocupado, ya veo por qué — palmeando la espalda del sujeto que poco a poco me soltó, pero se quedó lo suficientemente cerca para que su pecho me empuje cada vez que respira— Bienvenido a la familia, tu padre, el general, es bienvenido aquí cuando quiera, esto hay que celebrarlo, reunamos a las familias, cenemos juntos, le hará bien a Melanka, estuvo triste muchos días, mi niña merece lo mejor, sólo lo mejor.
Vi casi con horror cómo se apoya el móvil en la oreja y llama al general para contarle la noticia, Lucas me miraba con desconcierto, abre y cierra la boca, buscándome con la mirada, mi mentira llegó demasiado lejos.
— Hablaré con él, le diré que no estamos saliendo, no te preocupes.
Dijo Luca, dispuesto a ir hacia mi padre para aclarar el asunto.
— No — tomando por la mano— No le digas... mejor... finjamos un tiempo, está preocupado por mí, me cuesta adaptarme, si ve que estoy saliendo con alguien de su confianza se tranquilizará.
Y dejará de vigilarme.
Confiará en mis intenciones.
Enok estará a salvo.
— Pero arriba tú dijiste que no querías saber nada de mí.
Murmuró para que sólo nosotros escucháramos, los demás estaban demasiado ocupados con la noticia.
— Bueno, las cosas cambian... pero si no quieres, no te obligaré, es tú decisión.
No se lo pensó ni siquiera dos segundos cuando sus labios ya estaban sobre los míos otra vez.
Instintivamente di un paso hacia atrás para alejarme, apoyando mis manos en su pecho para tomar distancia.
— Vas demasiado rápido — dije— No me gustas, no lo olvides.
— Todo por el bien de la actuación ¿No?
Sigo cegándola, una más a la lista no debería significar tantos problemas... o eso espero.
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BUENAS BUENAS BBCITAS!
HE REGRESADOOOO
ESTA VEZ CON UN CAPÍTULO BIEN PINCHE DIFICIL
¿CÓMO LES EXPLICO QUE ME DOLIÓ LA VIDA VER A ENOK ASÍ?
NUNCA NADIE LO VIO TAN DESTRUIDO, NILAK TUVO QUE HABERSE ASUSTADO EN ESE MOMENTO
Y SUS PAPÁS? SUS PAPÁS TUVIERON QUE HABER TENIDO TRES INFARTOS AL ESCUCHAR A SU HIJO, EL QUE LOS EXILIÓ PORQUE LO ABRUMABAN, ASÍ DE VULNERABLE
ÉL SÓLO QUERÍA APRENDER PARA QUE MELANKA NO SE FUERA
COSITAAAAA
YA DENLE A LA NIÑAAAA
POR OTRO LADO, MELANKA ESTÁ DESTRUYENDOSE CON LAS DECISIONES QUE TOMA
MADISON LLEGÓ PARA VER CÓMO ELLA ESTABA
PERO SUS PALABRAS NO HICIERON MÁS QUE AUMENTAR EL MIEDO DE MELANKA, TEME QUE SU PLAN SE VAYA A LA MIERDA, SE VIO OBLIGADA A BESAR A LUCAS, Y A ÉL LE GUSTA ELLA, ENTONCES ¡¿CÓMO?! ¡¿QUÉ VAMOS A HACER?!
AYUDEN A LA NIÑAAA
NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO!
200 COMENTARIOS Y VOLVEMOS
BESITOS EN LA COLAAA
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